|
|
VARIABLES PERCEPTUALES Y DE PERSONALIDAD ASOCIADAS A LA EXPERIENCIA MEDIÚMNICA: EXAMINANDO DOS MUESTRAS
Alejandro Parra*
INTRODUCCIÓN
La experiencia mediúmnica se refiere a una experiencia en la que un individuo cree o está convencido que puede comunicarse, o está bajo el control, de una persona fallecida u otro ser desencarnado (Klimo, 1998). En varios sentidos, la experiencia mediúmnica puede incluir varias experiencias que se pueden considerar como experiencias pre-mediúmnicas (o mediumnidad "seminal"), tales como ver y sentir fantasmas (Parra, 2006), sensación de presencia (Cheyne, Newby-Clark, y Rueffer, 1999), y posesión espiritual espontánea o ser controlado por entidades (Cohen y Barrett, 2008).
Hay una serie de encuestas sobre experiencias de apariciones, que incluyen la sensación de presencia y la posesión espiritual. Algunos estudios pioneros fueron las grandes colecciones como el "Censo de Alucinaciones" de la Society for Psychical Research (SPR) (Sidgwick et al, 1894) basado en apariciones que ocurren en el momento de su muerte, y en el libro Apariciones de Tyrrell (1942/1963) basado en un número menor de casos investigados por la SPR. Más recientemente, en la encuesta de Palmer (1979) el 17% de residentes y estudiantes en Charlottesville, Virginia, había tenido la experiencia de ver apariciones, y de éstos las tres cuartas partes reconocieron haber tenido más de una experiencia, el 20% de una muestra de estudiantes universitarios australianos (Irwin, 1985b, p. 6), el 31% de adultos islandeses (Haraldsson et al., 1977), el 32% en Canadá (Persinger & Valliant, 1985), el 20% en el Reino Unido (Green y McCreery de, 1975, p. 143), y el 44% en Argentina (Gómez Montanelli y Parra, 2008). Tyrrell (1942/1963, p. 35) también propuso una taxonomía de las apariciones (es decir, apariciones experimentales, apariciones en crisis, apariciones postmortem, y apariciones fantasmales).
La experiencia mediúmnica también se caracteriza por una experiencia de tipo disociativa que involucra alucinaciones, la sensación de ser controlado por una fuerza externa, cambios de personalidad y una pérdida parcial o total de la memoria pos-trance (Hageman et al., 2010), produciendo una fenomenología que es coherente con los criterios implicados en ciertos trastornos psiquiátricos, como el trastorno disociativo de identidad (TDI) descrito en el Manual Diagnóstico y Estadístico de Trastornos Mentales (DSM-5, American Psychiatric Association, 2013).
En esencia, los significados y las creencias esotéricas y culturales implicadas en la experiencia mediúmnica están presentes en diferentes culturas en grado variable; asi como la experiencia de disociación y absorción (Hageman, Krippner, y Wickramasekera, 2011). Aunque se han estudiado las prácticas mediúmnicas como una manifestación de trastornos mentales en la comunidad científica occidental a lo largo de la mayor parte de los siglos XIX y XX (Moreira Almeida, Almeida, y Lotufo Neto, 2005), los resultados de las investigaciones indican que los individuos que practican mediumnidad no padecen trastornos mentales severos (Cardeña, Lewis Fernández, Beahr, Pakianathan, y Siegel, 1996; Krippner, 1997; Martínez Toboas, 1995; Moreira Almeida, Lotufo Neto, y Greyson, 2007). De hecho, la experiencia mediúmnica (por ejemplo, oír voces, ver espíritus, pasividad, incorporación) difiere del trastorno disociativo de identidad (TDI) a pesar que existe un punto en común en la discontinuidad aguda de identidad (ver por ejemplo, Gingrich, 2005; Moreira Almeida et al, 2008).
 El rechazo a la posibilidad de la comunicación con espíritus sirve para denigrar la experiencia de la mediumnidad y/o el trance mediúmnico, así como las personas que practican estas supuestas conductas psicopatológicas.
|
Gran parte de la investigación occidental tiene como premisa privilegiar las perspectivas etnocéntricas, egocéntricas, y dogmáticas en cuanto a la creencia en la comunicación con espíritus, que es una coincidencia con las creencias y prácticas relacionadas con la mediumnidad. La perspectiva psicopatológica, o por lo menos, el rechazo a la posibilidad de la comunicación con espíritus, sirve para denigrar la experiencia de la mediumnidad y/o el trance mediúmnico, así como las personas que practican estas supuestas conductas psicopatológicas (Johnson, 2007).
La experiencia mediúmnica espontánea bien podría servir más como una “apuesta a la vida” en lugar de una patología (Krippner, 1997; Lynn, 2005; Moreira Almeida et al, 2005) y una forma de cumplir con las normas y prácticas culturales (Hageman et al, 2011; Hageman et al., 2010). Sin embargo, investigaciones recientes (por ejemplo, Cardeña et al., 1996; Cardeña, Lynn, y Krippner, 2000; Krippner, 1997; Lynn, 2005; Martínez Taboas., 1995; Moreira Almeida et al, 2008; Moreira Almeida et al, 2007; Negro, Negro Palladino, y Louz, 2002) tienen una perspectiva diferente: la experiencia mediúmnica no necesariamente es patológica e incluso puede ser adaptativa (Bastide, 1978; Lewis Fernández y Kleinman, 1995). En Brasil, por ejemplo, la práctica de la mediumnidad espiritista (es decir, Candomblé, Umbanda y kardecismo) sirve como un sistema de contención a la comunidad que padece problemas psicológicos, como la ansiedad y la depresión (Krippner, 1997).
Algunos estudios (por ejemplo, Bourguignon, 1976; Lewis Fernández, 1998) han relevado la prevalencia de estados disociativos no patológicos y prácticas mediúmnicas a largo de la historia, que en los Estados Unidos se identifica popularmente bajo la expresión “canalización” (Brown, 1997; Klimo, 1998). Sin embargo, hay quienes sostienen que la idea de una posesión espiritual (incorporación) es una TID “en suspenso” en determinado contexto cultural (Castillo, 1994; Frischholz et al., 1991) y necesitamos una explicación más completa para explicar la experiencia mediúmnica, las prácticas mediúmnicas, el éxtasis religioso, y las prácticas espirituales que incorporan a la experiencia de trance.
Desde el punto de vista de la investigación psicológica y psicopatológica, algunas de las escalas más frecuentemente utilizadas para examinar la salud mental de las personas que practican mediumnidad o que tienen experiencias de trance son los tres factores de personalidad de Eysenck (1947) (extraversión, psicoticismo y neuroticismo), la Escala de Absorción de Tellegen (1977), y al Escala Experiencias Disociativas de Carlson y Putnam (1993).
Estudios multiculturales (por ejemplo, Hageman et al, 2011;. Hageman y Krippner, 2012a; Hageman et al, 2010; Hageman, Krippner, y Wickramasekera, 2008; Krippner, 1997) mostraron que todos comparten algo en común en sus habilidades para dejarse absorber o concentrarse (es decir, reducir y ampliar su foco atencional y reestructurar el ser fenoménico y el mundo), y disociar (es decir, desconectar su experiencia sensorial, el sentido del ser, o la historia personal) en sus prácticas y en su trabajo.
Reinsel (2003) se estudió si la disociación y la absorción –la habilidad de dejarse llevar por la experiencia–, los síntomas de la epilepsia del lóbulo temporal (sensaciones raras y cambios en la percepción de la imagen corporal), y la salud mental en los médiums. Los participantes de su estudio participaban en conferencias sobre mediumnidad, y se calificaron como médiums o no médium s (controles) dependiendo de la forma en que respondían a la pregunta: ¿Se considera usted un médium? Sin embargo, esta clasificación categórica no se pudo aplicar a la muestra, ya que algunos encuestados sentían que tenían contacto con espíritus, pero no se describían a sí mismos como médiums. Para resolver este problema, Reinsel decidió usar la categoría “sensitivos” para agrupar a aquellos participantes que creían en espíritus, pero no ofrecían sus servicios al público. Reinsel (2003) encontró que los médiums y los sensitivos puntuaban más alto que los no médium s en la Escala de Despersonalización, que mide la intensidad y la frecuencia de la despersonalización, esto es, la sensación de separación e irrealidad; que en un extremo es patognomónico de los síntomas del trastorno disociativo de identidad (Simeón et al., 1997).
Sin embargo, no hubo diferencias en el Cuestionario de Disociación Somatomorfo (Somatoform Dissociation Questionnaire, SDQ 20), que mide síntomas físicos presentes con mayor frecuencia en pacientes con TID en comparación con otros diagnósticos psiquiátricos (Nijenhuis, Spinhoven, Van Dyck, Van der Hart, y Vanderlinden, 1996). Los médiums puntuaron significativamente más alto que los no médiums en absorción (p < 0,01) y síntomas del lóbulo temporal (p < 0,05). Reinsel (2003) sugiere que la ausencia de puntuaciones altas en el SDQ 20 de los médiums podría interpretarse como: (a) la disociación en los médiums no era clínicamente severa; y/o (b) la etiología de la mediumnidad no estaba relacionada con el trauma infantil (p. 215). Además, no había valores normativos de edad o puntos de corte del SDQ-20; por lo tanto, es posible que la edad pudo haber eclipsado las diferencias entre ambos grupos, ya que había una relación negativa y significativa con la edad.
Laria (2000) comparó la disociación entre médiums espiritistas cubanos con individuos que tenían problemas de salud mental y un grupo control (personas no médium s, mentalmente saludables), y encontró que las experiencias disociativas normales podían ocurrir en alto nivel de intensidad y frecuencia sin psicopatología alguna asociada. Las personas con problemas de salud mental tuvieron niveles significativamente más altos de disociación que los médiums y los no médiums. Por otra parte, los médiums mostraron mayores niveles de disociación que los controles, pero tuvieron mejor estado de salud y menor número de experiencias traumáticas que las personas con problemas de salud mental. Laria también exploró el constructo de límite fino de personalidad que se caracteriza por apertura, sensibilidad y facilidad para entrar a un estado alterado de conciencia (Hartmann, 1991) y encontró que las personas con problemas de salud mental y los médium s tenían niveles significativamente más altos (más “finos”) que los no médiums. Y que no había diferencias significativas entre individuos con problemas de salud mental y los médiums.
 Existe la idea de que una posesión espiritual es un Trastorno de Disociativo de Identidad “en suspenso” en determinado contexto cultural. Necesitamos una explicación más completa para explicar la experiencia mediúmnica, las prácticas mediúmnicas, el éxtasis religioso, y las prácticas espirituales que incorporan a la experiencia de trance.
|
Negro, Negro y Louza Palladino (2002) encontraron que el aumento de la disociación patológica estaba relacionada con los más jóvenes, menor control de la actividad mediúmnica, y menor apoyo social. De hecho, Seligman (2005) sugirió que el proceso de redefinición de la propia identidad en términos de la función de la mediumnidad puede tener aplicaciones terapéuticas. Las condiciones sociales y susceptibilidad somática (síntomas que implican trastornos corporales, por ejemplo, dolores de cabeza y estómago) induce a los individuos a identificarse con la práctica de la mediumnidad y los hace vulnerables a la disociación, pero de una manera que no es considerada por la persona o su comunidad como patológica. Roxburgh (2011) encontró muchas experiencias desagradables en algunos médiums británicos, como escuchar voces después de la muerte de un ser querido pero estas experiencias luego se normalizaban dentro de un contexto espiritual y no requirieron los servicios de salud mental.
Razonamiento
Las experiencias mediúmnicas espontáneas no se han estudiado suficientemente en la población general o en grupos específicos. Sin embargo, en dos bases de datos de otros estudios de percepción extrasensorial (ver Parra y Argibay, 2009a,b) y en otro estudio (ver Parra y Argibay, 2009c) se reutilizaron las respuestas de experiencias mediúmnicas y –como en el estudio de Reinsel (2003)- reagrupar a individuos en base a sus experiencias mediúmnicas. Evans (1984) coloca las apariciones en un contexto más amplio como "experiencia con entidades".
El propósito de este estudio no es examinar las variables psicológicas en médiums practicantes, sino evaluar las diferencias entre individuos con experiencia mediúmnica en dos muestras diferentes (una de creyentes paranormales y otra de estudiantes universitarios), que presentan tres tipos de experiencias, por lo general asociadas a la mediumnidad. Estas experiencias se encuentran generalmente en muchos médiums (al menos en una etapa inicial de sus prácticas mediúmnicas en un contexto ritual, por ejmeplo, cultos espiritistas, terreiros o escuelas espiritualistas). Tales experiencias, como todo en la vida mental del individuo sano, no ocurren en un vacío, sino que están estrechamente enlazadas con muchos otros procesos psicológicos y perceptivos.
La experiencia de percibir apariciones –que se refiere a ver u oír espíritus de los muertos (fantasmas)- por lo general, asociaods a un lugar en particular (casa encantada) o una aparición en crisis donde el testigo supuestamente ve la figura de otra persona (conocida o desconocida, a veces como sombras, luces o voces débiles) en otro sitio. La sensación de presencia –que se refiere a un mayor nivel de sugestionabilidad que satisface una necesidad en una depresión, ancianos, y viudas pertenecen a un conjunto cognitivo que puede fabricar una ilusión donde hay un estímulo perceptivo especial que es malinterpretado (Cheyne, Newby-Clark y Rueffer, 1999)-, y la posesión espiritual –que se refiere a casos en los que una persona está aparentemente bajo el poder de otra personalidad o entidad- son fenómenos dignos de estudio, al igual que otros aspectos de la experiencia humana.
Predicciones
El objetivo principal de ambos estudios es explorar correlaciones entre tres experiencias mediúmnicas con variables de personalidad y perceptuales. Para el Estudio 1 (creyentes paranormales), se predice que en comparación con individuos sin experiencias mediúmnicas, quienes tienen experiencias puntúan alto en (1) Neuroticismo (inestabilidad emocional), (2) extroversión, (3) Esquizotipia (principalmente esquizotipia “saludable”), (4) Intensidad de imaginería visual, (4) Transliminalidad, y (6) Límite "fino". Estas variables correlacionan (positivamente) con la frecuencia de experiencias mediúmnicas (sin experiencia a tres experiencias).
Para el Estudio 2 (estudiantes universitarios), se predice que en comparación con individuos sin experiencias mediúmnicas, quienes tienen experiencias puntúan alto en (1) Neuroticismo (inestabilidad emocional), (2) Extraversión, (3) Esquizotipia (principalmente la "positiva" o esquizotipia saludable), (4) Disociación, (4) Absorción, y (5) Propensión a la fantasía. Estas variables también correlacionarán (positivamente) con la frecuencia de experiencias mediúmnicas.
Instrumentos
Todos los cuestionarios fueron entregados bajo el pseudo-título “Cuestionario de Experiencias Psicológicas”, en un orden contrabaanceado para evitar sesgos en las respuestas. Fueron entregados en un sobre a cada participante, quien recibió información acerca del estudio e invitados para completar las escalas de forma voluntaria y anónima.
Cuestionario de Personalidad de Eysenck, Revisado-Abreviado (EPQR-A) (Eysenck y Eysenck, 1975; Sandín, Valiente, Chorot, Olmedo, y Santed, 2002). Se trata de un conocido inventario de 94 ítems de respuesta SI/NO que mide dos dimensiones de personalidad: Neuroticismo (mayor N, inestabilidad emocional) y Extroversión (el otro polo es introversión).
Cuestionario de Personalidad Esquizotípica (SPQ; Raine, 1991; Raine, 1992, Raine & Baker, 1992; Raine y Benishay, 1995). Mide tres factores de esquizotipia en 74 preguntas con respuesta SI/NO: Esquizotípia Cognitivo-Perceptual, Interpersonal, y Desorganizada.
Inventario de Sentimientos y Experiencias Oxford-Liverpool (O-LIFE) (Mason, Claridge y Jackson, 1995; Mason, Claridge, & Williams, 1997). Es un cuestionario de 150 ítems de respuesta SI/NO en términos de cuatro dimensiones: Esquizotipia “positiva” que evalúa Experiencias inusuales y Desorganización cognitiva –tendencia a que los pensamientos se desorganicen– y esquizotipia “negativa” que evalúa Anhedonia introvertida e Inconformidad impulsiva (Mason, Claridge & Jackson, 1995) y Mason, Claridge y Williams (1997). La evaluación psicométrica del O-LIFE ha demostrado buena fiabilidad test-retest (r= 0,80), así como aceptable consistencia interna (alfa= 0,77). La medida de alfa de Cronbach de consistencia interna fue de 0,91 para la versión argentina de O-LIFE.
Escala de Experiencias Disociativas (DES, Bernstein y Putnam, 1986; Carlson y Putnam, 1993). Contiene 28 ítems con una escala de respuesta 0-100. Tiene muy buena validez y fiabilidad y buenas propiedades psicométricas en general (Carlson y Armstrong , 1994).
Escala de Absorción de Tellegen (TAS, Tellegen y Atkinson, 1974). Escala de 34 items de respuesta V/F que evalúa el grado en que una persona experimenta estados de concentración y atención en sus tareas, y que incluyen varias formas de actividad mental, tales como la sinestesia, la hipersensibilidad, la disociación y la vividez de los recuerdos y los estados alterados de consciencia.
Cuestionario de Experiencias Creativas (CEQ, Merckelbach, Horselenberg & Muris, 2001). Escala de 25 items de respuesta V/F que evalúa la tendencia a fantasear en la vida adulta. Los análisis de confiabilidad y validez indican adecuada estabilidad test-retest y consistencia interna.
Escala de Transliminalidad –Revisada (RTS, Thalbourne, 1998, 1999) presenta 29 items con respuesta V/F, cuya puntuación indica alta experiencia paranormal, experiencia mística, personalidad creativa, experiencia maníaca fugaz, ideación mágica, alta absorción, propensidad a la fantasía, hipersensibilidad, y actitud positiva hacia la interpretación de los sueños (Houran, Thalbourne, y Hartmann, 2003).
Cuestionario de Límite (BQ, Boundary Questionnaire) (Hartmann, 1989, 1991). Es un cuestionario de 138 ítems cuya respuesta tiene un rango de 0 (nada) a 4 (mucho) e incluye preguntas sobre diferentes dimensiones del constructo de límite (Barbuto & Plummer, 1998, 2000) Se divide en categorías tales como: tipo de límite, Domir/Vigilia/Sueño, Experiencias inusuales, Pensamientos/Sentimientos, Niñez/Adolescencia, Relaciones interpersonales, Opiniones acerca de organizaciones, Sensibilidad, Orden/Exactitud/Prolijidad, Borde/Líneas/Vestimenta, Opiniones sobre los niños, Opiniones sobre personas, Naciones/Grupos, y Belleza/Verdad. El BQ tiene buena fiabilidad test-retest (Kunzendorf y Maurer, 1988-1989).
Cuestionario de Intensidad de la Imaginería Visual (VVIQ-2, Marks, 1999). Consiste de 32 ítems en referencia a diferentes situaciones en que el participante debe visualizar mentalmente consignas dadas y puntuar la intensidad de la imaginería a ojos abiertos y cerrados, por ejemplo, "el contorno exacto de la cara, cabeza, hombros y cuerpo de un amigo" o "poses característicos de la cabeza, las actitudes del cuerpo, etc." en una escala de cinco puntos: 1= Perfectamente clara y vívida como la visión normal a 5= No hay ninguna imagen en absoluto. Ambas puntuaciones (ojos cerrados/abiertos) dan una puntuación promedio (Campos y Pérez-Fabello, 2009).
Experiencias aparicional, Sensación de presencia y Posesión espiritual
De una escala usada en otro estudio (Gómez Montanelli y Parra, 2005) que consta de 18 items diseñado para reunir información sobre experiencias paranormales espontáneas, como sueños extrasensoriales, telepatía, ver el aura, experiencias fuera del cuerpo, etc., se selecccionaron tres preguntas sobre experiencia mediúmnica a saber:
Para Experiencia Aparicional (EA): "En los últimos seis meses, he tenido la experiencia estando despierto, de escuchar voces o ver apariciones invisibles para los demás, que me previno de un peligro inminente que se produjo poco después".
Para Sensación de Presencia (Spre): "En los últimos seis meses, he tenido la experiencia estando despierto, te tener la impresión vívida de una sensación de que alguien estaba allí cerca mío, pero no había nadie visible donde yo estaba".
Para Posesión Espiritual (Spos): "En los últimos seis meses, he tenido la experiencia de sentir que mi cuerpo no era mío y que estaba siendo controlado por otra fuerza aparte de mí".
Cada pregunta tiene una escala Likert: '0' = Nunca, '1' = Una vez; '2' = Rara vez; y '3' = Múltiples veces y una medida del impacto positivo o negativo (cognitivo/emocional) (1 a 7 siendo 1 Positivo y 7 Negativo). Las preguntas se inspiraron en la versión en inglés del Inventario de Experiencias Anómalo/Paranormal (Gallagher, Kumar y Pekala, 1994) y la Encuesta de Palmer (1979) en Charlottesville, VA.
Categorización de la experiencia mediúmnica
Para ambos estudios, se construyó un “índice” (o suma) para cada experiencia basada en la frecuencia de la experiencia (Nunca a Múltiples veces), por lo que un individuo que tuvo un tipo de experiencia, dos tipos de experiencias, o tres tipos de experiencias (sea experiencia aparicional, sensación de presencia, o posesión espiritual) se agrupó como "Una experiencia" (1), “Dos experiencias” (2) o “Tres experiencias” (3). Aquellos que no tuvieron ninguna experiencia fueron categorizados como "Sin experiencia" (cero).
RESULTADOS DEL PRIMER ESTUDIO
En primer lugar, se utilizó una prueba de KS y para probar las hipótesis se utilizó estadística no paramétrica (Rho de Spearman), ya que los resultados no se distribuyeron normalmente. Se utilizó un método de corrección para contrarrestar el problema de correlaciones múltiples.
Los participantes fueron 348 en total, de los cuales 239 (68%) completaron los cuestionarios utilizables (respondiendo al menos una de las tres preguntas sobre la experiencia mediúmnica): 178 (74%) mujeres y 61 (26%) varones, con edades comprendidas entre 17 a 72 años (M= 45 años, SD= 13). Los participantes tenían buen nivel cultural (el 92% había completado la escuela secundaria, y una proporción de éstos asistió a la universidad).
La muestra proviene de un grupo de individuos que participaron en las pruebas de PES en el Instituto de Psicología Paranormal de Buenos Aires, a través de una lista de e-mail del Instituto. Un anuncio también fue colocado en el sitio web del Instituto (www.alipsi.com.ar). Un alto porcentaje de ellos se dedicaba a lo paranormal y/o temas relacionados a la Nueva Era. Su participación fue voluntaria, y los estudiantes no recibieron pago (estos participantes también fueron reclutados para pruebas de PES en el Instituto).
Tabla 1: EXPERIENCIA APARICIONAL, SENSACIÓN DE PRESENCIA Y POSESIÓN ESPIRITUAL(N= 239)
Tipo de experiencia mediúmnica |
Experiencia Aparicional |
Sensación de Presencia |
Posesión espiritual |
Si |
70 |
29,3% |
180 |
75,3% |
46 |
19,2% |
No |
169 |
70,7% |
59 |
24,7% |
193 |
80,8% |
Frecuencia de experiencias |
N |
% |
Sin experiencias
Una experiencia
Dos experiencias
Tres experiencias |
49 100 74 16 |
20,5 41,8 31,0 6,7 |
Tabla 2: CORRELACIONES ENTRE EXPERIENCIAS MEDIÚMNICAS Y ESCALAS PERCEPTUALES Y PERSONALIDAD
Escalas |
Experiencia mediúmnica* |
Rho de Spearman |
p |
Inestabilidad Emocional (EPQ) Extroversión (EPQ) |
,01 ,24** |
,849 < 0,001 |
F1. Experiencias Inusuales F2. Desorganizacion Cognitiva F3. Anhedonia Introvertida F4. Disconformidad Impulsiva
Esquizotipia (O-LIFE) |
,26** ,06 ,16* ,08
,17* |
< 0,001 ,382 ,013 ,233
,011 |
Vividez Imaginería |
-,20** |
,003 |
Transliminalidad |
,28** |
< 0,001 |
1 Dormir/Despertar/Soñar 2 Experiencias Inusuales 3 Pensamientos 4 Niñez–Adolescencia 5 Interpersonal 6 Sensibilidad 7 Precisión 8 Límites 9 Opiniones (Niñez) 10 Opiniones (Organizaciones) 11 Opiniones (Personas) 12 Belleza/Estética 13 Experiencias Paranormales Límite “fino”
|
,12 ,31** ,31** ,09 ,05 -,02 ,03 ,15* ,16* ,08 ,09 ,08 ,42** ,32**
|
,096 < 0,001 < 0,001 0,183 0,499 0,707 0,669 0,040 0,023 0,234 0,204 0,231 < 0,001 < 0,001
|
* Rango: “Sin experiencias”= 0 a “Tres experiencias”= 3.
Las hipótesis eran que, en comparación con quienes no tuvieron experiencias, quienes tuvieron experiencias mediúmnicas tienden a tener mayor (1) Neuroticismo (inestable emocional) (no confirmada), (2) Extraversión (confirmada, p <. 001), (3) propensión a la esquizotipia (confirmada, p = 0,01; principalmente los factores Experiencias Inusuales y Anhedonia introvertida), (4) Intensidad de imaginería visual (confirmada, p = 0,003), (5) Transliminalidad (confirmada, p <0,001), y (6) Límite "fino" (confirmada, p <0,001; principalmente los factores Experiencias Inusuales, Pensamiento/Opiniones de la Niñez y Experiencias paranormales).
TABLA 3: CORRELACIONES ENTRE IMPACTO EMOCIONAL NEGATIVO/POSITIVO Y ESCALAS DE PERSONALIDAD
Escalas |
Apariciones* |
Sensación de Presencia* |
Posesión Espírita* |
Rho |
p |
Rho |
p |
Rho |
p |
Inestabilidad Emocional (EPQ) Extroversión (EPQ) Esquizotipia (SPQ) Disociación (DES) Imaginería vívida Transliminalidad Límite “fino”
|
,02 ,17* ,02 ,12 ,15* ,15* ,24**
|
,705 ,011 ,716 ,077 ,023 ,024 ,001
|
,06 ,08 ,07 ,16* ,09 ,20** ,146
|
,366 ,209 ,283 ,021 ,197 ,003 ,057
|
,01 ,06 ,23* ,24** ,03 ,22** ,16*
|
,802 ,340 ,001 < ,001 ,636 ,001 ,027
|
* Impacto emocional de la experiencia. Rango 1= Muy positiva a 7= Muy negativa.
Se llevó a cabo una correlación entre impacto de la experiencia mediúmnica (Negativo/Positivo) y las escalas de personalidad y perceptuales. Encontramos que Posesión Espírita correlacionó positiva y significativamente con Propensión a la esquizotipia (p= .001), Disociación (p< .001), Transliminalidad (p= .001) y Límite “fino” (p< .027); Experiencia Aparicional correlacionó positiva y significativamente con Imaginería vívida (p= .023), Transliminalidad (p= .024) y Límite “fino” (p= .001); y Sensación de Presencia correlacionó positiva y significativamente con Disociación (p= .021) y Transliminalidad (p= .003).
Regresión logística múltiple
Para profundizar en los factores predictivos de la experiencia mediúmnica, se llevó a cabo una regresión logística múltiple. La variable dependiente fue convertida a grupo “médium” (sin experiencia + una experiencia = “No médium” vs. dos experiencias + tres experiencias= “Médium”). Las variables independientes fueron las puntuaciones totales de Inestabilidad emocional, Extroversión, Esquizotipia, Disociación, Imaginería vívida, Transliminalidad y Límite "fino". La regresión fue significativa: X2(1)= 6,83, p= 0,009; Log of Likelihood Function= 183.099. La única variable que predijo significativamente la pertenencia al grupo (médium versus no médium ) fue Límite "fino" (Wald= 6,18; p= 0,013).
CONCLUSIONES DEL PRIMER ESTUDIO
Para el grupo paranormal, los resultados mostraron que la sensación de presencia es la experiencia más frecuente (75%), seguido de la experiencia aparicional (24%) y la posesión espiritual (19%). Sólo el 41% tuvo un tipo de experiencia mediúmnica, el 31% tuvo sólo dos tipos y el 6% tuvo al menos los tres tipos de experiencias. Respecto a las escalas psicológicas y personalidad, se confirman cinco de las seis hipótesis, es decir, individuos que tienen mayor frecuencia de experiencias mediúmnicas tienden a ser más extrovertidos, tienen mayor propensión a la esquizotipia (con énfasis en la dimensión más positiva que negativa), mayor vividez visual, y puntúan más alto en límite “fino” y transliminalidad en comparación con otros individuos del mismo grupo que tuvieron otras experiencias psíquicas pero que no han tenido experiencias mediúmnicas.
Como era esperable, quienes indicaron que su experiencia de posesión era negativa mostraron mayor propensión a la esquizotipia, tendencia a la disociación, y habilidad para pasar por diferentes estados de consciencia (transliminalidad); aquellos que tuvieron experiencias negativas asociadas con ver apariciones mostraron mayor capacidad de imaginería visual y transliminalidad, y para quienes la sensación de presencia fue más negativa, fueron más propensos a la disociación y la transliminalidad.
RESULTADOS DEL SEGUNDO ESTUDIO
De un total de 678 estudiantes universitarios reclutados en la Facultad de Psicología de la Universidad Abierta Interamericana recibí 554 cuestionarios utilizables (81,7%). La participación fue voluntaria y los estudiantes no recibieron ningún pago. Los estudiantes que retornaron los cuestionarios incluyeron 430 (77%) mujeres y 120 (22%) varones, y entre 17 a 57 años de edad (M= 25,57; DT= 7,23).
Tabla 4: EXPERIENCIA APARICIONAL, SENSACIÓN DE PRESENCIA Y POSESIÓN ESPIRITUAL(N= 554)
Tipo de experiencia mediúmnica |
Experiencia Aparicional |
Sensación de Presencia |
Posesión espiritual |
Si No |
27 527 |
4,9% 95,1% |
187 367 |
33,8% 66,2% |
26 528 |
4,7% 95,3% |
Frecuencia de experiencias |
N |
% |
Sin experiencias Una experiencia Dos experiencias Tres experiencias |
355 164 29 6 |
64,1 29,6 5,2 1,1 |
TABLA 5: CORRELACIONES ENTRE EXPERIENCIAS MEDIÚMNICAS Y ESCALAS DE PERSONALIDAD Y PERCEPTUALES
Escalas |
Experiencia mediúmnica* |
Rho de Spearman |
p |
Neuroticismo (EPQ) Extraversión (EPQ) |
,14** -,003 |
,001 ,947 |
F1. Cognitivo-perceptual F2. Interpersonal F3. Desorganizada
Esquizotipia (SPQ) |
,40** ,12** ,12**
,28** |
< ,001 ,003 ,004
< ,001 |
F1. Amnesia F2. Absorcion/Imaginación F3. Desrealización/despersonalización
Disociación (DES) |
,12** ,19** ,23**
,21** |
,003 < ,001 < ,001
< ,001 |
F1. Sensibilidad F2. Sinestesia F3. Expansión de la Cognición F4. Olvido-Disociación F5. Recuerdos vívidos F6. Expansión de Conciencia
Absorción (Total) |
,18** ,21** ,29** ,20** ,19** ,17**
,26** |
< ,001 < ,001
< ,001 < ,001 < ,001 < ,001
< ,001 |
Propension a fantasear (CEQ) |
,26** |
< ,001 |
* Rango: “Sin experiencias”= 0 a “Tres experiencias”= 3.
Las hipótesis eran que, en comparación con quienes no tuvieron experiencias, quienes tuvieron experiencias mediúmnicas tienden a tener mayor capacidad de (1) Neuroticismo (emocional inestable) (confirmada, p< 0,001;), (2) Extraversión (no confirmada), (3) Propensión a la esquizotipia (confirmada, p< 0,001; principalmente sus tres factores), (4) Disociación (confirmada, p< 0,001; principalmente sus tres factores), (5) Absorción (confirmada, p< 0,001; principalmente sus seis factores), y (6) Propensión a fantasear (confirmada, p< 0,001).
TABLA 6: CORRELACIONES ENTRE EXPERIENCIAS MEDIÚMNICAS Y ESCALAS DE PERSONALIDAD Y PERCEPTUALES
Escalas |
Apariciones* |
Sensación de Presencia* |
Posesión Espírita* |
Rho |
p |
Rho |
p |
Rho |
p |
Neuroticismo (EPQ) Extraversión (EPQ) Esquizotipia (SPQ) Disociación (DES) Absorción (Total) Propension a fantasear (CEQ) |
,34** ,02 ,06 ,22 -,007 -,07
|
,008 ,84 ,64 ,08 ,95 ,58
|
,12* -,02 ,05 -,02 -,10 -,04
|
,046 ,734 ,437 ,725 ,108 ,535
|
,15 -,01 ,42** ,19 ,29* ,23
|
,295 ,911 ,003 ,176 ,041 ,109
|
* Impacto emocional de la experiencia. Rango 1= Muy positiva a 5= Muy negativa.
Se llevó a cabo una correlación entre impacto (de la experiencia mediúmnica Negativo/Positivo) y las escalas de personalidad y perceptuales. Se encontró que Posesión Espírita correlacionó positiva y significamente con Propensión a la esquizotipia (p= .001); Experiencia aparicional correlacionó positiva y significativamente con Neuroticismo (p= .008); y Sensación de Presencia también correlacionó positiva, pero marginalmente, con Neuroticismo (p= .046).
Regresión logística múltiple
Para profundizar en los factores predictivos de la experiencia mediúmnica, se llevó a cabo una regresión logística múltiple. La variable dependiente “Médium ” se reagrupó de acuerdo al siguiente criterio: Sin experiencia = “No médium” y una experiencia + dos experiencias + tres experiencias= “Médium ”. Las variables independientes fueron las puntuaciones totales de Neuroticismo, Extroversión, Esquizotipia, Disociación, Absorción y Propensión a fantasear. La regresión fue significativa, X2(6)= 53,70, p <0,001; Log of Likelihood Function= 602.648. Las variables que predijeron significativamente la pertenencia al grupo (“Médium” versus “No médium”) fueron Esquizotipia (Wald= 12,30; p< 0,001), Absorción (Wald= 7,91; p= 0,005), y Disociación (Wald= 6,05; p= 0,014).
CONCLUSIONES DEL SEGUNDO ESTUDIO
Para el grupo paranormal, los resultados mostraron que la sensación de presencia es la experiencia más frecuente (75%), seguido de la experiencia aparicional (24%) y la posesión espiritual (19%). Sólo el 41% tuvo un tipo de experiencia mediúmnica, el 31% tuvo sólo dos tipos y el 6% tuvo al menos los tres tipos de experiencias. Respecto a las escalas psicológicas y personalidad, se confirman cinco de las seis hipótesis, es decir, individuos que tienen mayor frecuencia de experiencias mediúmnicas tienden a ser más extrovertidos, mayor propensión a la esquizotipia (con énfasis en la dimensión más positiva que negativa), mayor vividez visual, y puntúan más alto en límite “fino” y transliminalidad en comparación con otros individuos del mismo grupo que tuvieron otras experiencias psíquicas pero que no han tenido experiencias mediúmnicas.
Como era esperable, también el impacto de cada experiencia estuvo correlacionado con tales medidas, por ejemplo, quienes indicaron que su experiencia de posesión era negativa mostraron mayor propensión a la esquizotipia, tendencia a la disociación, y habilidad para pasar por diferentes estados de consciencia (transliminalidad); aquellos que tuvieron experiencias negativas asociadas con ver apariciones mostraron mayor capacidad de imaginería visual y transliminalidad, y para quienes la sensación de presencia fue más negativa, eran más propensos a la disociación y la transliminalidad.
DISCUSIÓN
Aunque es controvertido determinar si la mediumnidad es una experiencia culturalmente inducida o “espontánea”, es interesante notar que ambas muestras, diferentes en su grado de involucramiento en creencias y experiencias paranormal/espirituales, sin embargo, tienen experiencias de sentir presencias, ver fantasmas, apariciones, e incluso la sensación de caer bajo el control de tales entidades.
En efecto, el grupo paranormal mostró mayor socialización (extroversión) en tanto que el grupo de estudiantes mostró menor socialización (introversión), sobre todo respecto al impacto negativo de su experiencia mediúmnica. Aunque ambos grupos no difieren en cuanto al efecto de la experiencia mediúmnica en relación con las medidas de personalidad (esquizotipia y transliminalidad son comunes a ambos grupos), sin embargo, los estudiantes mostraron mayor tendencia a la esquizotipia y mayor inestabilidad emocional quizá a causa del efecto inesperado de su experiencia; el grupo paranormal en cambio, mostró mayor capacidad para disociar y transliminalidad quizá debido a un mejor dominio cognitivo acerca de la etiología de sus experiencias, la cual es muy débil o nula entre los estudiantes.
Tal vez la pregunta más importante consiste en el rol de la conexión cuerpo-mente en la capacidad de utilizar eficazmente las estrategias de atención para llegar a absorberse o desconectarse adecuadamente en la experiencia mediúmnica espontánea (ver Krippner, 1997). Los médiums en todo el mundo demuestran estas habilidades desde la perspectiva de sus propias creencias culturales para encontrar soluciones para mejorar la salud mental, resolver los desafíos cotidianos, aumentar sus prácticas espirituales, y disminuir los problemas ontológicos dentro de su cultura. También es muy importante comprender cómo estas personas utilizan estas habilidades, y en particular, cómo y cuándo estas prácticas se adaptan o representan una válvula de escape para el médium practicante.
 Médiums en todo el mundo –como el caso de Chixo Xavier en Brasil– demuestran estas habilidades desde la perspectiva de sus propias creencias para mejorar la salud mental, resolver los desafíos cotidianos, aumentar sus prácticas espirituales, y disminuir los problemas ontológicos dentro de su cultura.
|
Futuros estudios deberían examinar la zona gris que articula la experiencia mediúmnica espontánea y el inicio de la mediumnidad “controlada” en los contextos rituales. Numerosas biografías de médium s, psíquicos y sensitivos advierten de tales experiencias seminales en la niñez o adolescencia que se transforman a lo largo de la vida, por aprendizaje o auto-aprendizaje, en el control voluntario y valoración positiva de la experiencia, como los casos de Eileen Garret en Estados Unidos (ver Angoff, 1974; Garret, 1949) Chico Xavier (Bacceli, 1997) y Carlo Mirabelli en Brasil (Palhano, 1994), Gustavo Rol en Italia (Di Simone, 1996), y Matthew Manning en Inglaterra (Manning, 1995), por mencionar unos pocos en diferentes países. Se necesita más investigación para comprender mejor cómo individuos que tienen tales experencias en sus vidas modulan la experiencia mediúmnica que resulte en salud mental adaptativa y bajo qué circunstancias resultan en una salud mental desadaptativa.
Referencias
American Psychiatric Association. (2013). Diagnostic and statistical manual of Mental disorders, 5th Edition. Washington, DC: American Psychiatric Association.
Angoff, A. (1974). Eileen Garret and the world beyond the senses. New York: William Morrow.
Bacceli, C.A. (1997). Chico Xavier: Setenta Anos De Mediunidade. Votuporanga,: Pierre Didier.
Bastide, R. (1978). The African Religions of Brazil: Toward a sociology of the interpenetration of civilizations. Baltimore: Johns Hopkins University Press.
Bernstein, E. M. & Putnam, F. W. (1986). Development, reliability, and validity of a dissociation scale. Journal of Nervous and Mental Disease, 174, 727–735.
Bourguignon, E. (1976). Possession. Long Grove, IL: Waveland Press.
Brown, M. E (1997). The channeling zone: American spirituality in an anxiousage. Cambridge: Harvard University Press.
Campos, A. & Pérez Fabello, M.J: (2009). Psychometric quality of a revised version Vividness of Visual Imagery Questionnaire. Perceptual and Motor Skills, 108(3), 798-802.
Cardeña, E., Lynn, S. j., & Krippner, S. (2000). Varieties ofanomalous experience: Examining the scientifil evidence. Washington, DC: American Psychological Association.
Cardeña, E., Lewis Fernandez, R., Beahr, D., Pakianathan, L, & Spiegel, D. (1996). Dissociative disorders. En T. A. Widiger, A. J. Frances, H. A. Pincus, R. Ross, M. B. First, & W. W. Davis (Eds.), DSM-4 Sourcebook, Vol. 2 (pp. 971 1005). Washington, DC: American Psychiahic Association.
Carlson, E. G., & Putnam, F. W. (1993). An update on the Dissociative Experiences Scale. Dissociation, 6, 16¬27.
Castillo, RJ. (1994). Spirit possession in South Asia: Dissociation or hysteria? Part 2: Case histories. Culture, Medicine and Psychiatry, 18, 141 162.
Di Simone, G. (1996). Oltre L´Umano: Gustavo Adolfo Rol. Trento: Riverdit.
Eysenck, H. J. (1947). The structure of human personality. New York: Wiley.
Cheyne, J.A., Newby-Clark, I.R. & Rueffer, S.D. (1999). Sleep paralysis and associated hypnagogic and hypnopompic experiences. Journal of Sleep Research, 8, 313–17.
Cohen, E. & Barrett, J.L. (2008). Conceptualizing Spirit Possession: Ethnographic and Experimental Evidence. Ethos, 36(2), 246–267.
Evans, H. (1984). Visions, Apparitions, Alien Visitors. Wellingborough: Aquarian.
Eysenck, H. J. and Eysenck, S. B. G. (1975). Manual of the Eysenck Personality Questionnaire. London: Hodder & Stoughton.
Frischholz, E.J., Braun, B.G., Sachs, R.G., Schwartz, D.R., Lewis, J, Shaeffer, D., Westergaard, C., Pasquotto, J. (2015). Construct validity of the Dissociative Experiences Scale: II. Its Relationship to Hypnotizability. American Journal of Clinical Hypnosis, 57(2), 102-109.
Gallagher, C., Kumar, V. K., & Pekala, R. J. (1994). The anomalous experiences inventory: Reliability and validity. Journal of Parapsychology, 58, 402-428.
Garret, E.J. (1949). Adventures in the paranormal. New York: Creative Age Press.
Gingrich, H. J. (2005). Trauma and dissociation in the Philippines. Journal of Trauma Practice, 4, 245 269.
Gómez Montanelli, D. & Parra, A. (2005). ¿Las Experiencias Paranormales son psicológicamente perturbadoras? Una encuesta comparando estudiantes universitarios y aficionados a temas paranormales. Revista Interamericana de Psicología, 39(2), 285-294.
Gómez Montanelli, D.E. & Parra, A. (2008). Are spontaneous anomalous/paranormal experiences disturbing?: A survey among under-graduate stundents. International Journal of Parapsychology, 13, 1-14.
Green, C. and McCreery, C. (1975). Apparitions. New York: St Martins Press.
Hageman, J., Krippner, S., & Wickramasekera, I. II. (2011). Across cultural boundaries: Psychophysiological responses, absorption, and dissociation comparison between Brazilian Spiritistic and advanced meditators. NeuroQuantology, 9(1), 5-21.
Hageman, J., Peres, J.E.R., Moreira Almeida, A., Caixeta, L., Wickramasekera, I. & Krippner, S. (2010). The neurobiology of trance and médium ship in Brazil. En S. Krippricr & H. Friedman (Eds.), Mysterious minds: The neurobiology of psychics, médium s, and other extraordinary people (pp.85-111). Santa Barbara, CA: Greenwood/Praeger.
Haraldsson, E. (1985). Representative national surveys of psychic phenomena: Iceland, Great Britain, Sweden, USA and Gallups Multinational Survey. Journal of the Society for Psychical Research, 53, 145 158.
Hartmann, E. (1989). Boundaries of dreams, boundaries of dreamers: thin & thick boundaries as a new personality dimension. Psychiaric Journal of the University of Ottawa, 14, 557-560.
Hartmann, E. (1991). Boundaries in the Mind. Nueva York: Basic Books.
Hartmann, E., Harrison, R., & Zborowski, M. (2001). Boundaries in the mind: Past research and future directions. North American Journal of Psychology, 3, 347-368.
Irwin, H.J. (1985). Flight of Mind: A psychological study of the out-of-body experience. Metuchen, NJ: Scarecrow Press.
Johnson, B. L. (2007). Spirits on the stage: Public médium s, spiritualist theater, and American culture, 1848-1893. Chicago, Ill: University of Chicago Press.
Kardec, A. (1861). Le livre des esprits, 10th edition. Paris: Didier et Cie.
Kardec, A. (1867). Le livre des médium s on des médium s et des evocateurs. Paris: Didier et Cie.
Klimo, J. (1998). Channeling: Investigations on receiving information from paranormal sources. Berkeley: North Atlantic.
Krippner, S. (1997). Dissociation in many times and places. En S. Krippner & S. M. Powers (Fds.), Broken images, broken selves: Dissociative narratives in clinical practice (pp. 3 40). Washington, DC: Bruner/Mazel.
Kunzendorf, R., & Maurer, J. (1988-1989). Hypnotic attenuation of the ‘boundaries’ between emotional, visual, & auditory sensations. Imagination, Cognition & Personality, 8(3), 225-234.
Laria, A.J. (2000). Dissociative experiences among Cuban mental health patients and spiritist médium s. Doctoral dissertation, University of Massachusetts. Retrieved from Dissertation Abstracts International, 60, 57-80.
Lewis Fernández, R. (1998). A cultural critique of the DSMAV dissociative disorders section. Transcultural Psychiatry, 35, 387 400.
Lynn, C. D. (2005). Adaptive and maladaptive dissociation: An epidemiological and anthropological com¬parison and proposition for an expanded dissociation model. Anthropology of Consciousness, 16(2), 16 50.
Manning, M. (1995). No faith required. Oslo: Eikstein Publications.
Marks, D.F. (1999). Consciousness, mental imagery and action. British Journal of Psychology, 90, 567-585.
Martinez Taboas, A. (1995). The use of the Dissociative Experiences Scale in Puerto Rico. Dissociation, 8, 14-23.
Mason, O., Claridge, G. and Jackson, M. (1995) New scales for the assessment of schizotypy. Personality and Individual Differences, 18, 7–13.
Mason, O., Claridge, G. and Williams, L. (1997) Questionnaire measurement. En G. Claridge (ed.) Schizotypy: Implications for Illness and Health (pp. 19–37). Oxford: Oxford University Press.
Merckelbach, H.; Horselenberg, R. & Muris, P. (2001). The Creative Experiences Questionnaire (CEQ): A brief selfreport measure of fantasy proneness. Personality and Individual Differences, 31, 987-995.
Moreira Almeida, A., Almeida, A.A.S. & Lotufo Neto, F. L. (2005). History of Spiritist madness in Brazil. London: Sage.
Moreira Almeida, A., Lotufo Neto, F. L., & Cardeña, E. (2008). Comparison of Brazilian Spiritist médium ship and disso-ciative identity disorder. Journal of Nervous and Mental Disease, 19, 420 424.
Moreira Almeida, A., Lotufo Neto, F. L., & Greyson, B. (2007). Dissociative and psychotic experiences in Brazilian Spiritist médium s. Psychotherapy and Psychosomatics, 76, 57 58.
Negro, P. J., Palladino Negro, R, & Louz, M. R. (2002). Do religious mcdiumship dissociative experiences conform to the sociocognitive theory of dissociation? Journal of Trauma & Dissociation, 3(1), 51 73.
Nijenhuis, E. R. (2000). Somatoform dissociation: Major symptoms of dissociative disorders. Journal of Trauma and Dissociation, 1(4), 7 32.
Palhano, L. (1994). Mirabelli, um médium extraordinario. Rio de Janeiro: CEDL.
Palmer, J. (1979). A community mail survey of psychic experiences. Journal of the American Society for Psychical Research, 73, 221-251.
Parra, A. (2006). “Seeing and feeling ghosts”: Absorption, fantasy proneness, and healthy schizotypy as predictors of crisis apparition experiences. Journal of Parapsychology, 70, 357-372.
Parra, A. (2009c). Testeando el modelo disociacional de las experiencias alucinatorias en individuos saludables: Relación con la personalidad y la propensidad a la fantasía. Revista Latinoamericana de Psicología, 41(3), 571-586.
Parra, A. & Argibay, J.C. (2009a). "Face-to-face" psychic vs. "remote" psychic readings: Comparing psychics/non-psychic groups mediatized by "token-object" effect. Australian Journal of Parapsychology, 9, 57-69.
Parra, A. & Argibay, J.C. (2009b). An experimental study with ordinary people for testing “sacred” objects through psi detection. Journal of the Society for Psychical Research, 73, 1, 41-49.
Persinger, M.A., & Valliant, P.M. (1985). Temporal lobe signs and reports of subjective paranormal experiences in a normal population: A replication. Perceptual and Motor Skills, 60, 903-909.
Raine, A. (1991). The SPQ: A scale for the assessment of schizotypal personality based on DSM-III-R criteria. Schizophrenia Bulletin, 17, 556–564.
Raine, A. (1992). Sex differences in schizotypal personality in a nonclinical population. Journal of Abnormal Psychology, 101, 361–364.
Raine, A., & Baker, L. (1992) The Schizotypal Personality Questionnaire: Genetics, psychophysiology, neuropsychology and gender differences. Paper presented at Western Psychological Association Conference, Portland, Oregon, April 30-May 3.
Raine, A., & Benishay, D. (1995). The SPQ-B: A brief screening instrument for schizotypal personality disorder. Journal of Personality Disorders, 9, 346–355.
Reinsel, R. (2003). Dissociation and mental health in médium s and sensitives: A pilot survey. Proceedings of the 46th Annual Convention of the Parapsychological Association (pp. 200 221). Durham, NC: Parapsychological Association.
Ross, C. A., Heber, S., Norton, G. R., Anderson, D., Anderson, G. L, & Barchet. P. (1989). The dissociative disorders interview schedule: A structured interview. Dissociation, 2, 69-189.
Roxburgh, E. C. (2011). It's like a recording on a wonky tape: Understanding mental médium ship using interpretative phenomenological analysis. Proceedings of the 54th Annual Convention of the Parapsycholgical Association (pp. 21 22). Columbus, OH: Parapsychological Association.
Sandin, B., Valiente, R. M., Chorot, P., Olmedo, M. & Santed, M. (2002) Versión española del cuestionario EPQR-abreviado (EPQR-A) (I): Análisis exploratorio de la estructura factorial. Revista de Psicopatología y Psicología Clínica 7(3), 195–205.
Seligman, R. (2005). Distress, dissociation, and embodied experience: Reconsidering the pathways to médium ship and mental health. Ethos, 33(1), 71 100.
Sidgwick, H. A. (1894). Report of the census on hallucinations. Proceedings of the Society for Psychical Research, 26, 259-394.
Simeon, D., Grosso, S., Guralnile, 0., Stein, D. J., Schmeidler, J., & Hollander, F. (1997). Feeling unreal: 30 cases of DSM III R depersonalization disorder. American Journal of Psychiatry, 154(8), 1107 1113.
Thalbourne, M. A. (1998). Transliminality: Further correlates and a short measure. Journal of the American Society for Psychical Research, 92, 402-419.
Thalbourne, M. A. (1999). Transliminality: A review. International Journal of Parapsychology, 11(2), 1-34.
Tellegen, A. & Atkinson, G. (1974). Openness to absorbing and self-altering experiences ('absorption'), a trait related to hypnotic, susceptibility. Journal of Abnormal Psychology, 83, 268-277.
Tellegen, A. (1977). The Multidimensional Personality Questionnaire. Minneapolis: National Computing Systems.
Tyrrell, G. N. M. (1942/1963). Apparitions. New York: Collier.
* Alejandro Parra es psicólogo y psicoterapeuta graduado por la Universidad Abierta Interamericana (UAI), doctor en psicología Universidad de Ciencias Empresariales y Sociales (UCES). Es profesor graduado en Psicología por la Universidad Abierta Interamericana de Buenos Aires. Fue editor de la Revista Argentina de Psicología Paranormal y actualmene edita el boletín electrónico Psi (E-boletin Psi). Es Presidente de la Asoc. Civil «Instituto de Psicología Paranormal» y la Agencia Latinoamericana de Informacion Psi (www.alipsi.com.ar). Coordina el ciclo de debates “Mesa Redonda Magistral” donde nuclea expertos en diferentes especialidades para abordar temas controvertidos en psicología transcultural y estados no convencionales de consciencia. Es autor de doce libros y ha publicado más de 300 artículos en revistas académicas y de divulgación. Durante 2011 a 2013 fue Presidente de la Parapsychological Association. Ha sido invitado a disertar en varios institutos y centros de investigación para dictar cursos de psicología paranormal y talleres de interpretación de los sueños. Es becario de la Fundación Bial de Portugal para desarrollar investigaciones en parapsicología. Coordina la Primer Diplomatura Superior en “Psicologia Transpersonal” en la Universidad Abierta Interamericana.
|
|
|