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DAVID EFRÓN, EL PIONERO OLVIDADO*
Juan Gimeno*
INTRODUCCIÓN
El 12 de agosto de 1932, el Dr. Fernando Gorriti, vicedirector de la Colonia Nacional de Alienados Dr. Domingo Cabred, leyó una conferencia titulada Las Fuerzas Metapsíquicas. Luego de extenderse sobre la situación internacional, mencionó que en la esfera local, en abril y junio de ese mismo año, se habían desarrollado dos reuniones de carácter metapsíquico en el Hospital de las Mercedes, actual Hospital José T. Borda, ambas presididas por el Dr. Efrón. Destacó que en la primera de ellas "el conferenciante informó con respecto a sus experiencias sobre comunicación intermental efectuadas estando en Berlín, con otra persona de conocimiento supranormal que residía en París (…) con resultados ampliamente satisfactorios" (Gorriti, 1932, p. 18); y en la segunda, comentó que el mismo Efrón había disertado "sobre los fenómenos de telekinesis observados personalmente en el Instituto Metapsíquico de París" (Gorriti, 1932, p. 19) producidos por el austríaco Rudi Schneider. Si bien estas actividades son citadas reiteradamente como las inaugurales de la parapsicología académica argentina, no es posible encontrar referencias posteriores del mencionado Efrón.
David Efrón (1904-1974) egresó de la facultad de filosofía y letras de Buenos Aires y posteriormente se graduó como doctor en Ciencias Sociales en la Universidad de Columbia. Su tesis, que publicó en 1941, fue prologada por su maestro, el prestigioso antropólogo Franz Boas, considerada un clásico de la semiótica moderna y fue traducida a varios idiomas.
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El objetivo de este artículo es examinar los inicios de David Efrón en el campo de la parapsicología y sus contribuciones en Argentina, Europa y los Estados Unidos, sus estudios con el médium Rudi Schneider y Olga Kahl, los experimentos en telepatía con René Warcollier, y el fallido intento de constituir un laboratorio de parapsicología en la Universidad de Buenos Aires. Finalmente, una pregunta que trataré de responder es, ¿cuál fue su relación con otros parapsicólogos argentinos? Este artículo, que es la conclusión de una extensa investigación de campo e histórica, tratará de responder esta cuestión.
DAVID EFRÓN: SUS INICIOS1
David Efrón nació en Entre Ríos, el 1ro de septiembre de 1904 de padres judíos que escapaban de los pogroms de Rusia y Besarabia. En 1929 egresó de la facultad de filosofía y letras de Buenos Aires, en donde también participó activamente de su vida política representando a la Unión Cívica Radical. En mérito a sus calificaciones se le otorgó una beca para perfeccionarse en Francia y Alemania (1929-1931). Posteriormente se graduó como doctor en Ciencias Sociales en la Universidad de Columbia, Estados Unidos; su tesis, prologada por su maestro y prestigioso antropólogo Franz Boas, es considerada un clásico de la Semiótica moderna y fue traducida a varios idiomas (Efrón, 1941). Residente en New York, frecuentó los círculos intelectuales y científicos que se oponían al avance nazi, adhiriendo al American Council Against Nazi Propaganda, como Albert Einstein, Thomas Mann y otros, a la vez que escribía sobre el tema2.
En 1944 se incorporó como funcionario internacional a la Organización Internacional del Trabajo (OIT), donde ocupó diversos cargos especiales, entre ellos Jefe del Servicio de Poblaciones Indígenas, Supervisor General del Programa Indigenista Andino y Consejero Latinoamericano en diversas conferencias3. En 1966 se jubiló y poco después regresó a la Argentina, donde publicó su única obra de ficción (Efrón, 1973). Finalmente volvió a Ginebra donde falleció en 1981.
Efrón fue un intelectual políglota -dominaba español, inglés, francés, alemán, italiano, idish, latín y griego antiguo- con vasto conocimiento universal y una cultura prodigiosa, pero sobre todo, un humanista preocupado por las cuestiones sociales y el destino del mundo, un ciudadano tolerante, progresista y solidario.
La Beca de la Universidad de Buenos Aires
A pocas semanas de haber egresado, David Efrón recibió una de las seis becas que autorizaba la Universidad de Buenos Aires para perfeccionarse en psicología, en "París y Alemania" (Rojas, 1930, p.157). Fue otorgada a partir del 1°. de mayo por un año, aunque luego fue prorrogada por otro período idéntico. Es posible seguir su itinerario a través de las cartas enviadas al Rector Ricardo Rojas, tanto personales como oficiales. El 18 de agosto de 1929 explica desde París que:
En octubre comenzaré a asistir, en el Hospital de la Pitié, a los cursos del Profesor Laignel Lavastine, el eminente psiquiatra"; y más adelante: "He visitado oportunamente al Profesor Charlety, Rector de la Sorbona, presentándole mis credenciales (…). Pienso inscribirme en un curso especial de filosofía en dicha Universidad.
Por último, refiriéndose a Alemania, informa que "el eminente fundador del vitalismo, Hans Driesch, me invitó a que lo visite en Leipzig, a fin de asistir a algunos cursos de la Universidad de dicha ciudad" (Efrón, 1929a). Y al año siguiente completa: "Parto a Berlín por varios meses para seguir los cursos de Köheler sobre psicología animal en la Friedrich Wilhelm Universitat" (Efron, 1930b), actualmente conocida como Universidad Humboldt.
Sobre la trama de esta estadía previsible se tejió otro relato inadvertido. La primera carta que le envía Efrón a Rojas para solicitar la beca no tiene nada de especial: "Dentro de unos meses egresaré de la Facultad de Filosofía y Letras, donde sigo actualmente el último curso del Doctorado, y sería para mí una dicha inmensa poder perfeccionarme en alguna de las disciplinas de mi carrera" (Efrón, 1928a). Pero cuatro meses después, el Rector recibe otra carta elocuente (Efrón, 1928b):
"He tenido el placer de conversar extensamente con el Doctor Nerio Rojas sobre la disciplina que me apasiona. Su autorizada opinión confirma en un todo la mía: es imposible realizar una investigación seria en el terreno de la Parapsicología sin conocer de cerca la organización y el funcionamiento de los grandes institutos metapsíquicos europeos, cuyos laboratorios cuentan con todo el instrumental necesario para una investigación científica. Si yo fuera rico organizaría un instituto similar en Buenos Aires. Pero, por desgracia, no he nacido con la virtud del rey Midas… Mándeme, Doctor, y yo no he de defraudarlo".
Hasta el presente, el vínculo más antiguo que relaciona la parapsicología moderna con la universidad en Argentina es la labor de José Fernández (Fernández 1933) mencionando la unidad "Fenomenología Supranormal" de la Cátedra de Biología del Doctor Eduardo Del Ponte, en la facultad de Ciencias Exactas, Físicas y Naturales de la Universidad de Buenos Aires. Sin embargo, esta carta de Efrón se anticipa en cinco años a aquélla. Las palabras de Efrón también acreditan el interés de Nerio Rojas y permiten elaborar la hipótesis de que, aprovechando la confesada pasión por el tema y la beca ya asignada, el recién graduado haya sido convencido para capacitarse también en parapsicología y en consecuencia, fundar un laboratorio en la Universidad de Buenos Aires a su regreso. Queda clara también la responsabilidad del Rector en el plan ("Mándeme, Doctor, y yo no he de defraudarlo").
Efrón participó de las sesiones del medium austrìaco Rudy Schneider en el Instituto Metapsìquico de Paris.
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La primera correspondencia personal enviada desde Europa a Ricardo Rojas no deja lugar a dudas. Luego de indicar que desde el 10 de junio, se encuentra en París, escribe un único y revelador párrafo: "He iniciado ya mis trabajos en el 'Institut Metapsychique International' [IMI], y espero poder enviar un informe detallado sobre las investigaciones parapsicológicas en Francia" (Efrón, 1929b). Dos meses después envía la primer carta oficial a la universidad, no menos convincente que la anterior: "En noviembre próximo traerán expresamente de Munich al conocido 'sujeto' Rudi Schneider, estudiado por el finado Schrenck Notzing, con el objeto de someterlo a una investigación rigurosa" (Efrón, 1929a). Efectivamente, Schneider era un conocido médium de efectos físicos que ya había sido estudiado en Alemania con controles exigentes aunque no decisivos, y había sido invitado por el IMI para ser probado con un nuevo sistema antifraude que prometía ser inapelable, descrito en detalle por Eugène y Marcel Osty (Osty & Osty, 1931, p. 394).
Si bien la beca sólo menciona Francia y Alemania, en la misma correspondencia agrega (Efrón, 1929a): "La Society for Psychical Research me ha invitado a visitar sus laboratorios a fines de setiembre. Hay también en la capital del imperio británico un National Laboratory for P.R. [Psychical Research], dirigido por el Dr. Harry Price". La Society for Psychical Research funcionaba en Londres desde 1882, animada por William Crookes, Oliver Lodge y William James, y publicaba el Journal of the Society for Psychical Research trimestralmente y sus Proceedings cada año. Por otra parte, Harry Price había fundado en 1925 su laboratorio, equipado con el mejor instrumental de la época y editaba cada dos meses el British Journal of Psychical Research. En abril de 1929 había investigado a Rudi Schneider, y debido a los buenos resultados lo había comprometido para otra serie más extensa de experimentos, que comenzaría en octubre del mismo año y se extendería hasta enero del siguiente.
Los Fenómenos Físicos
El 16 de octubre de 1929, Efrón despachaba desde Londres una postal para Ricardo Rojas, enviada a la sede del Rectorado en Buenos Aires. Si bien se trataba sólo de "saludos afectuosos" (Efrón, 1929c), es posible especular que ese viaje fuera para concretar la visita a la Society for Psychical Research, aunque hasta el momento no se han encontrado documentos que lo aseguren. Por otra parte, es posible que aprovechase para conversar con Harry Price y llevarse a París una invitación para asistir junto con Eugène Osty, médico, investigador y director del IMI desde 1924, a las sesiones que Rudi Schneider ofrecería en el National Laboratory of Psychical Research en el siguiente mes de diciembre, ya que el investigador inglés menciona la presencia de ambos en aquellas sesiones (Price, 1930a, p.107).
Rudi Schneider nació en 1908, y a pesar de su juventud, ya ofrecía sesiones mediúmnicas formales. Como otros médiums, sumaba más rechazos que adhesiones debido a lo extraordinario de los fenómenos que parecía producir (ectoplasmias, luces y movimientos de objetos a distancia) sumado a la exigencia inescapable de trabajar en la oscuridad o con muy escasa luz, lo que obligaba a estrategias de control complejas, como explica Gregory (1985) en su detallado libro retrospectivo sobre el médium. Hasta ese momento los investigadores habían mantenido al sujeto inmovilizado con cuerdas y controlado con las manos y pies de ellos mismos, agregándole ropas o accesorios fosforescentes para alertar sobre cualquier movimiento inoportuno, pero aún resultaba insuficiente para los más críticos.
Por eso Albert Schrenk-Notzing, uno de los que más lo había observado (Schrenk-Notzing, 1933), había diseñado un nuevo sistema consistente de guantes y escarpines junto a controles eléctricos que debían usar todos los presentes, preparados de manera tal que si alguien se liberaba de éstos, una luz se apagaba denunciando la acción prohibida; pero cuando quedó a punto, en 1929, el investigador alemán inesperadamente falleció. Entonces Price decidió continuar con el proyecto y armar un dispositivo idéntico en su laboratorio, invitando a Schneider a probarlo. Las sesiones ocho y nueve, del 9 y del 12 de diciembre, contaron con la presencia de Eugène Osty, a quien Price (1930a), presentaba "acompañado por el Dr. David Efrón de la Universidad de Buenos Aires, la primera en establecer un departamento de investigación psíquica". (p. 107) Este último dato, si bien parcialmente apócrifo, será útil para comprender la misión de Efrón en Europa.
Durante la octava sesión se produjeron intensos movimientos de las cortinas, una mesa fue volcada dos veces y una cítara que estaba sobre ésta fue arrojada lejos. En la siguiente, declara Price (1930a) que: "El Dr. Osty y el Dr. Efrón examinaron el sistema eléctrico de control, expresando su completa satisfacción". (p. 112) Una vez en París, Osty envió una carta con el resumen de lo observado:
En un momento vi la cesta luminosa moviéndose sobre la mesa, y di la señal preestablecida al señor Efrón. La cesta osciló sobre su base unas diez veces (…). De repente hubo un fuerte ruido de caída y la cesta fue arrojada junto a mis pies". (p. 155)
La mencionada "señal preestablecida" era una estrategia de los visitantes en caso de que se produjeran fenómenos de PK. Price (1930a) comenta que:
… estos dos caballeros nos explicaron que llegaron a un acuerdo por el cual el Dr. Efrón mantuvo los ojos fijos en las luces indicadoras, mientras que el Dr. Osty observaba los fenómenos. Durante cada manifestación, el Dr. Osty apretaba la mano del Dr. Efrón, quien respondía con un 'bon'4, indicando que el control era perfecto". (p. 112)
Más allá de las discusiones posteriores sobre la legitimidad de los fenómenos reportados y sus condiciones, importa aquí subrayar el lugar ocupado por un académico argentino enviado por su universidad. Los detalles de estas sesiones históricas y el apellido Efrón también quedaron registrados en una conferencia brindada por Price en París (Price, 1930b, p. 370), en otro de sus libros (Price, 1939, pp. 109, 151, 212, 225 y 231) y luego en otros textos de divulgación (Fodor, 1933, p. 698; Fodor, 1934; Gordon, 2001, p. 1358).
Aunque Osty hubiera quedado satisfecho de los controles de Londres, éstos seguían siendo complejos, difíciles de implementar y siempre obligaban a la inmovilidad no sólo del sujeto sino de todos los asistentes, sin contar con la necesaria vigilancia para que ningún cómplice inesperado entrara subrepticiamente. Para ello, en el laboratorio del IMI, se había implementado un sistema de seguridad que se preciaba de inviolable: consistía en dejar libres a los asistentes y al sujeto pero rodear con un rayo infrarrojo el objeto o la zona donde se ejercería la telequinesis, y en caso de que alguien cortara fraudulentamente ese rayo se dispararía una cámara de fotos dejando registrado al simulador. Este dispositivo estuvo listo a comienzos de 1930 y la primera invitada para probarlo fue Stanislawa Polielska, una médium polaca que venía precedida de considerable fama (Schrenk-Notzing, 1920, 1925).
Efron participó activamente de sesiones mediúmnicas de Stanislawa Polielska junto a Jean Meyer y Eugène Osty en el IMI. Efron y Osty idearon un dispositivo para capturar a la medium a oscuras dejando en evidencia cuando intentaba mover fraudulentamente un objeto con sus manos (Fotografìa publicada por Musso, 1954).
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En las sesiones informales se produjeron algunas supuestas telequinesias, que desaparecieron a partir de la conexión del rayo infrarrojo. Efron participó activamente en estas experiencias y se lo menciona en los informes asistiendo a las sesiones tres, cuatro y cinco del 16, 17 y 19 de mayo, junto a Jean Meyer y Eugène Osty (Osty, 1930, p. 523). Su nombre aparece especialmente destacado en la crónica del día 17, ya que al finalizar, la intérprete de Stanislawa le comentó a Osty (1930) que: "La médium produciría mejores fenómenos si el Dr. Efron no asistiera a las próximas sesiones." (p. 524) La siguiente reunión comenzó el 21 de mayo con la satisfacción de la misma intérprete "por la ausencia del Dr. Efron que, según Sophie [guía espiritual de Stanislawa], no tiene experiencia en fenómenos mediúmnicos y no emite buenos fluidos" (p. 524). Aunque a poco de apagar las luces, se disparó la cámara fotográfica dejando en evidencia a Stanislawa cuando intentaba mover fraudulentamente un objeto con sus manos.5
Efrón también tuvo protagonismo en las sesiones que Rudi Schneider ofreció en el IMI en octubre de 1930. El día 16 de ese mes le escribe a Rojas entusiasmado (Efrón, 1930a): "Schneider ya está en París. Hemos realizado una experiencia de adaptación con resultado francamente positivo. La semana que viene lo someteremos al control infrarrojo. El 25 parto para Berlín." Entre la llegada de Schneider y la partida de Efrón de París, se realizaron ocho sesiones; en tres de ellas se registraron desplazamientos de objetos y en una se fotografió un principio de ectoplasmia. De todas maneras resultará imposible seguir de cerca la participación del argentino, ya que, a diferencia del caso Stanislawa, Osty decidió no incluir el nombre de los asistentes, según aclara en su informe (Osty & Osty, 1931): "No se encontrará en este artículo su enunciado nominal. No tenemos intención de convencer al lector de la realidad de los hechos apoyándonos para ello en testigos" (p. 404).
La Telepatía
No fue menor el trabajo realizado por Efrón en el ámbito de la percepción extrasensorial. Aquella información suministrada más arriba por Gorriti (1932) sobre experiencias de telepatía a larga distancia, desde Berlín, se completaba con detalles sobra la metodología empleada: "Las cartas del caso se cruzaron con el debido contralor que ofrecían los sellos de las oficinas de correos", asegurando luego que Efrón (Gorriti, 1932) "mostró dibujos que correspondían a esta clase de comunicaciones intermentales, e hizo notar que, según su modo de ver, en estos fenómenos existe algo parecido a la formación de los sueños en el concepto freudiano (p. 18).
En el período de entreguerras la parapsicología alemana se había desarrollado con ímpetu, aunque la crisis económica de los años treinta y el posterior ascenso del nazismo la obligaran a un largo paréntesis. Hasta 1928 la revista Zeitschrift für Parapsychologie fue el órgano de expresión del grupo de Munich, cuyo referente era Albert Schrench-Notzing, más proclive a aceptar y experimentar con grandes fenómenos físicos, y el grupo de Berlín, más escéptico y cercano a la telepatía, comandado por Max Dessoir y Carl Bruck, impulsor de una sociedad alemana de parapsicología al estilo de la SPR británica, junto con Hans Driesch (Bauer, 1994). Por otra parte, Driesch había dado conferencias en Buenos Aires en 1928, invitado por la universidad. Poco se sabe sobre la actividad de Efrón en Alemania, pero los datos anteriores permiten conjeturar un acuerdo entre Driesch y Ricardo Rojas para recibir al becado, presentarlo a otros investigadores y eventualmente sumarlo a los experimentos como el relatado por Gorriti.
También es muy interesante el trabajo sobre telepatía realizado en el IMI. En la carta del 5 de mayo de 1930 le cuenta a Rojas: "Continúo ocupándome de las experiencias de percepción paranormal. Algunas son sencillamente fantásticas", para luego dibujarle a su Rector dos imágenes, una transmitida por él mismo a varios kilómetros del laboratorio y otra dibujada por el sujeto receptor (Efrón, 1930b):
Como ve Ud., no se trata de pura recepción pasiva, sino de un trabajo subconsciente de análisis y de síntesis creativo. En primer lugar la dislocación de la imagen en sus elementos, estilizando a un lado la flor ornamental. Luego la combinación de ambas imágenes (altoparlante y ticket) en una sola, empleando para ello el rectángulo y el círculo y expulsando el triángulo. Y finalmente una imagen superabundante que no deja ningún lugar a dudas sobre la actividad del percipiente: un marcador de boletos, que yo no había transmitido conscientemente, pero que el sujeto encontró probablemente asociado en mi subconsciencia a la imagen-boleto". [subrayado en el original]
Uno de los muchos dibujos publicados por René Warcollier en la Colección Warcollier-Efrón 1929 y usados por el agente D [David] durante una serie de experiencias para examinar la telepatía cualitativa.
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En la carta anterior no se aclara si se trató de un trabajo individual o colectivo, y con qué objetivos, destacando al finalizar que "percepciones como la citada se repiten a menudo" (Efrón, 1930b). Sin embargo, la dedicatoria de René Warcollier (1921) en uno de los libros traídos de su viaje ("cordial homenaje en recuerdo de nuestra colaboración, al Dr. Efron 1929-30") reconoce un compromiso en conjunto con este exitoso ingeniero químico, quien fuera tesorero del IMI durante la estadía en Francia de Efrón y con el tiempo uno de los más destacados experimentadores y teóricos de la telepatía cualitativa. Esto se confirma al revisar un artículo posterior de Efrón sobre telepatía (Efron, 1975), en el cual analiza "el modus operandi psicológico de esta forma paranormal de comunicación no verbal" (p. 109)6; para ello se basa, entre otros, "en los resultados de una serie de pruebas telepáticas llevadas a cabo en París en 1929 por el autor mismo en colaboración con el fallecido Warcollier" (p. 110). Precisamente una de esas pruebas telepáticas está referenciada como la Colección Warcollier-Efrón 1929 (en gran parte inédita), y la describe así (Warcollier, 1938):
"A" transmite la figura de un campanario en cuya torre hay una veleta alcanzada por un rayo y "P" ve una forma geométrica que imita de cerca el campanario con una cruz en la punta, pero sin la veleta y sin el rayo. (p. 113)
Se puede encontrar el mismo ejemplo en otro estudio de Warcollier (1938), en el que luego de agregar los dibujos correspondientes, completa: "Experimento del 5 de abril de 1930: El agente D [¿David?] dibujó un campanario con una cruz siendo impactada por un rayo. El percipiente dibujó un campanario con una cruz". (p. 125)
Por último, se menciona una investigación llevada a cabo por Efrón en agosto de 1929 con la señora Olga Kahl, una dama parisina de origen ruso que manifestaba con contornos rojos en su piel la imagen o palabra recibida telepáticamente y que Eugène Osty había estudiado por primera vez un poco antes (Osty, 1929). Efrón consiguió realizar con ella ocho experimentos, que son el contenido de un artículo publicado en 1944 (reproducido en este mismo E-boletin Psi). Allí comenzó comentando que (Efron, 1944):
"Afortunadamente el Dr. Osty me sugirió gentilmente que condujera una investigación personal y me ayudó a hacer los arreglos necesarios para posibilitarlo […] Esa investigación resultó ser, para mí, una verdadera revelación científica, pues de todos los fenómenos paranormales que yo había observado en los laboratorios europeos de parapsicología, ninguno me interesó más que las demostraciones de telepatía dermográfica de la Sra. Kahl"7. (p. 276)
EL LABORATORIO DE PARAPSICOLOGÍA QUE NO FUE
Luego de dos intensos años, David Efrón regresó a Buenos Aires el 15 de abril de 1931. A pesar de las expectativas, sólo permaneció veinte meses en el país, antes de partir definitivamente al extranjero, luego de estar a punto de convertir a la Universidad de Buenos Aires en la primera casa de altos estudios del mundo en contar con un espacio específico dedicado a la parapsicología.
Ese proyecto nació entre fines del siglo XIX y principios del XX, cuando varios académicos argentinos comenzaron a interesarse por una serie de fenómenos denunciados por el movimiento espiritista, siguiendo a colegas europeos que aceptaban su veracidad y que los incluían en un nuevo campo, llamado primero investigación psíquica, luego metapsíquica, y finalmente parapsicología. Este grupo heterogéneo organizaba debates, como el realizado entre el profesor de Química de la Universidad de Buenos Aires, Miguel Puiggari, y el espiritista ingeniero Rafael Hernández, en septiembre de 1881, en el teatro del Ateneo Español (Mariño, 2010) y asistía a experiencias informales, como ocurrió con la visita del sociólogo José Ingenieros y del antropólogo Salvador Debenedetti a las sesiones del médium Osvaldo Fidanza en la sociedad Constancia en 1918 (Mariño, 1963). Sin embargo, estas gestiones no se plasmaron en investigaciones ni textos académicos. La primera referencia verificable debe buscarse, otra vez, en la conferencia de Gorriti, quien aseguraba (Gorriti, 1932):
"El profesor Mouchet, de la Facultad de Filosofía y Letras, ha incluido en su programa de enseñanza una parte referente a la parapsicología"... "El profesor Nerio Rojas, con motivo de sus viajes a Europa, ha tenido oportunidad de ver algunos hechos significativos en el Instituto Metapsíquico de París, con Osty". (pp. 17-18)
Ciertamente, fue Enrique Mouchet (1886-1977) quien estuvo en el lugar y en el momento adecuados para organizar el ingreso de la parapsicología a la universidad, y no desaprovechó tal oportunidad. Desde 1919 era profesor de psicología en la Facultad de Filosofía y Letras, en rigor "un curso de Psicología Experimental, concentrado en todo aquello vinculado a la anatomía y fisiología del sistema nervioso central" (Buchbinder, 1997, p. 120). La facultad también contaba con un laboratorio de psicofisiología dirigido por el Dr. José L. Alberti, para realizar las prácticas necesarias (Papini, 1978).
En 1924, Mouchet auguraba que el restringido laboratorio (Foradori, 1941), "podría llegar a ser en pocos años un instituto psicológico que no solamente satisfaga las necesidades de enseñanza, sino que también contribuya eficazmente al progreso de la ciencia" (pp. 14-15). Tales propósitos se vieron cumplidos en noviembre de 1931 cuando, según dispuso el Consejo Directivo de la facultad (Consejo Directivo, 1931a): "Sobre la base del actual laboratorio de psicología experimental, créase el Instituto de Psicología de la Facultad de Filosofía y Letras". (p. 5) El flamante instituto estaba presidido por el mismo Mouchet y contaba con nueve secciones. Ocho de ellas estaban relacionadas directamente con materias de la carrera (psicología normal, fisiológica, psicometría, psicopedagogía, etc.). La número 7 era la que culminaba el largo proceso: se denominaba "Psicología Paranormal".
Cada sección del instituto contaría con laboratorio, biblioteca, seminario y adjunto propio. Los adjuntos de las demás secciones se cubrieron con docentes de la casa, que pronto comenzaron a realizar investigación teórica o experimental. Sin embargo, la sección de psicología paranormal no contaba con esas posibilidades debido a la falta de antecedentes académicos. Por eso es que desde mucho antes, Enrique Mouchet había previsto capacitar a uno de sus alumnos para cubrir ese puesto. Si fuera necesario algún argumento más para confirmar que Efrón había sido el elegido, se puede leer la última carta que envió desde Berlín a Nerio y Ricardo Rojas, en la que concluía entusiasmado (Efrón, 1931):
Entiendo que ante semejantes investigaciones, los estudiosos argentinos no pueden ya permanecer indiferentes, y que a mi regreso se podrá organizar un Laboratorio Experimental en Buenos Aires bajo la dirección de un comité autorizado y competente. Traeré todo el material necesario para su organización, a fin de interesar a todos aquellos que con su dinero podrían financiar la empresa. (Es menester empezar con $100.000 por lo menos).8 Pongo a disposición de ustedes toda la experiencia que he adquirido durante los dos años de investigaciones en los institutos de Londres, París y Berlín y todos los datos que he acumulado durante mi viaje.
Pero aún restaban dos pasos que debían completarse con éxito. Por un lado, la designación legal de Efrón, conseguida en la reunión ordinaria del Consejo Directivo del 24 de noviembre, nombrándolo como "adjunto ad-honorem del Laboratorio de Psicología Experimental" (Consejo Directivo, 1931b, p. 1); por el otro, la aceptación de un pedido a la Universidad de Buenos Aires por parte del nuevo Rector de filosofía y letras, Alberto Franceschi, de un pasaje de ida y vuelta a Estados Unidos para David Efrón, porque "a los elementos reunidos en Europa, creyó necesario agregar los de las universidades norteamericanas, cuyos laboratorios gozan de mundial reputación" (Franceschi, 1932). En efecto, Efrón había tramitado con éxito una nueva beca de un año en la Universidad de Columbia (New York) a través del Instituto Cultural Argentino Norteamericano, que no incluía el traslado, con la incuestionable intención de repetir la rutina europea, en la que había complementado la capacitación clásica con la de los adelantos en parapsicología. Para esto último funcionaba desde 1885 en New York, la American Society for Psychical Research, como anexo de la homónima inglesa, y a 780 kilómetros, en Carolina del Norte, el Laboratorio de Parapsicología conducido por J.B. Rhine en la Universidad de Duke, que iba a poner en marcha recién en 1935.
A partir de su creación, la sección 7 de Psicología Paranormal figuró en los organigramas y publicaciones del instituto, pero nunca se mencionó el nombre de su adjunto ni registró ninguna actividad específica. En esto hay coincidencia entre los historiadores de la parapsicología argentina. J. Ricardo Musso (1954/1965) sólo menciona como primer hito la actividad posterior (antes mencionada) de Del Ponte. Kreiman (1994) indica la creación del "Departamento de Psicología Paranormal", agregando que "este laboratorio no prosperó, debido a diversos factores" (pp. 28-29). Finalmente, Parra (1993) reproduce por primera vez el documento de la creación del Instituto de Psicología con cada una de sus secciones, pero tampoco reconoce otros logros.
Esta paradoja puede entenderse como la resultante de dos fuerzas antagónicas: una fuerza positiva que permitió a Enrique Mouchet soñar primero y concretar después el ingreso de la parapsicología en la universidad, gracias a que a partir de 1918, con la llamada "Reforma Universitaria"9, se habían transformado las casas de estudio en verdaderos centros de investigación científica, fomentando la libertad de pensamiento y el espíritu crítico, condiciones indispensables para tener éxito en esa arriesgada apuesta. Pero hubo una fuerza negativa surgida a partir del golpe de estado de septiembre de 1930 que, entre otras arbitrariedades, intervino las facultades, modificó los estatutos, impuso la censura, expulsó alumnos, exoneró profesores y anuló becas, en muchos casos con el solo argumento de haber apoyado explícitamente al gobierno anterior.
A este ambiente enrarecido llegó Efrón desde Europa con sus maletas llenas de proyectos. Y si bien alcanzó a ser nombrado adjunto, nunca fue confirmado como tal para la sección 7 del nuevo instituto. El pedido de pasajes a Estados Unidos fue denegado por falta de presupuesto, aunque detrás de esa resolución es posible que se escondiera una persecución al afiliado radical que seguía operando por el retorno del régimen democrático. Por lo tanto la historia de la parapsicología registra que el primer Laboratorio de Parapsicología ligado a una universidad fue el de J.B. Rhine en la Universidad de Duke (Rhine, 1965), porque si bien su contraparte argentino había sido fundado cuatro años antes, una serie de factores inesperados postergaron indefinidamente su puesta en funcionamiento efectivo.
Dedicatorias de los autores de sus respectivos libros a David Efrón, en ocasión de sus encuentros, una evidencia del carácter transcultural de su interès en el campo. Arriba izq. Dedicatoria de J.B. Rhine, arriba der. Dedicatoria de Oliver Lodge, abajo izq. Dedicatoria de René Warcollier, abajo der. Dedicatoria de Charles Richet.
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Una pasión para siempre
A fines de 1932, David Efrón viajó a la Universidad de Columbia, luego de conseguir por sus propios medios, el pasaje a New York. Su partida resultó en el certificado de defunción para el laboratorio de parapsicología de la Universidad de Buenos Aires. Iniciaba un nuevo proyecto de vida, dedicado a la enseñanza y a la investigación en ciencias sociales, a la militancia contra el autoritarismo político que ya presagiaba la Gran Guerra y, desde 1944 en adelante, a trabajar en la OIT.
En 1942 se casó con Genevieve Shules y, ya viviendo en Ginebra, Suiza, en 1948 nació Gabriela, su única hija. A pesar de las nuevas ocupaciones, hay evidencias de que su antigua pasión permanecía inalterable. Consultada al respecto, su hija confirmó (Gabriela Efrón, Comunicación Personal, 23 de marzo de 2017):
Me hablaba (¡por supuesto!) de la telepatía y la telekinesis y me contaba algunos de los experimentos sorprendentes de los cuales había participado en París. Incluso algunas veces intentó hacer experimentos telepáticos conmigo. No los recuerdo con total claridad porque era muy niña y los que eran experimentos serios para él, para mí eran un juego. Me dejaba en una habitación con un papelito y un lápiz, se retiraba a otra habitación también con papel y lápiz y me pedía que dibuje lo que se me venía a la mente.
Otro dato decisivo es su artículo aparecido en el Journal of Parapsychology en 1944, antes mencionado, que coincidió con una visita suya al laboratorio de la Universidad de Duke, ya en pleno funcionamiento, de la que ha quedado como recuerdo la firma y una dedicatoria personal del mismo Rhine. Aunque Musso (1973) consideraba a su experimento de percepción extrasensorial con alumnos de una escuela primaria (Musso, 1965) "el primer estudio que un argentino haya publicado en el prestigioso Journal of Parapsychology" (p. 167), sin embargo, ahora ese hito debe retroceder casi dos décadas a favor de Efrón. Por otra parte, no es menos importante revelar su continuo interés por el tema, de hecho, uno de sus últimos artículos escrito nueve años después de su jubilación, se titula Semiotics and Telepathy [Semiótica y Telepatía] (Efrón, 1975, que se transcribe en el presente E-Boletin Psi).
Un grupo de becarios argentinos en Paris (1929). Efrón, es el primero de la izquierda.
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CONCLUSIONES
David Efrón falleció en Suiza el 28 de noviembre de 1981. Dos años después, su viuda regresó definitivamente a la Argentina, despachando por barco la mudanza completa de la casa matrimonial. Desafortunadamente, uno de los contenedores fue robado en el puerto belga de Amberes y nunca se recuperó; justo el que contenía los archivos de Efrón, que incluían el material sobre parapsicología. Ese lamentable hecho (¡digno de los amantes de las teorías conspirativas!), transformó lo que debió ser una mera compilación en una inagotable investigación detectivesca. Quizá se habrán vendido como papel viejo cientos de cartas, apuntes, libros, fotografías y borradores. Sin embargo, los resultados de esta investigación demuestran que es posible recuperar parte de ese material depositado en otros sitios, por lo que sería oportuno continuarla, rastreando al menos cuatro documentos:
- El informe a la Universidad de Buenos Aires: Efrón escribió en una correspondencia personal, a poco de comenzada su beca, que interrumpía sus trabajos en París a raíz de las vacaciones de verano y porque aún no había llegado Rudi Schneider al IMI, para luego asegurar: "Es por esta razón que postergaré mi informe, a fin de poder presentar al Señor Rector un trabajo documentado y completo" (Efrón, 1929a). Y y ya próximo a regresar, luego de anticipar el éxito de las sesiones con el mismo sujeto, Efrón (1931) reiteró: "En el trabajo que presentaré a la Universidad de Buenos Aires haré una exposición de estas experiencias." Este informe permanece sin ser hallado a pesar de su búsqueda en el Archivo Histórico de la Universidad de Buenos Aires.
- Las conferencias de 1932. El hecho que en esa época los disertantes leyeran un texto escrito previamente, abriga la esperanza de encontrar una copia, tal vez destinada a su publicación, como ocurrió con la de Gorriti (1932).
- La tesis perdida. Revisando el legajo de David Efrón en la facultad de filosofía y letras, se encontró el pedido de aprobación del tema de su tesis (Efrón, 1930c) La Percepción Paranormal, junto al correspondiente "visto bueno" del Decano. El título de doctor ostentado para ingresar a diversas instituciones extranjeras implica que esa tesis fue defendida con éxito, ya que era una gestión obligatoria luego de rendir la última materia de la carrera. Sin embargo, hasta ahora no pudo ser encontrada. La importancia de su localización y publicación radica en que se trata de la primera disertación doctoral médica argentina en parapsicología, lugar que hasta ahora ocupa la tesis Electroencefalografía de los Estados Metapsíquicos (Canavesio, 1951) defendida en la Universidad de Córdoba, dos décadas más tarde, lo cual sumaría un argumento adicional para justificar el calificativo de "pionero" para Efrón.
- The Telepathic Image. En 1933 Efrón le comenta a Ricardo Rojas desde su residencia en New York: "Quiero comunicarle también que mi libro sobre la fenomenología de la percepción extrasensorial será publicado probablemente en breve por la casa editora Henry Holt de esta ciudad, en inglés. En el caso dado, haré lo posible para que aparezca al mismo tiempo una edición española" (Efrón, 1933). J.B.Rhine, editor del Journal of Parapsychology, escribe una corta presentación editorial en la que cita el título de aquel futuro libro (Efrón, 1944): "Las observaciones del Dr. Efrón constituyen tan sólo una pequeña parte de un amplio estudio que ha preparado y que propone publicar bajo el título de La Imagen Telepática [The Telepathic Image]" (p. 272). Además, el mismo título es mencionado en otro artículo (Efrón, 1975): "El libro contiene un análisis comparativo de los resultados obtenidos aproximadamente a lo largo de los últimos cien años, de una variedad de experimentos con dibujos, objetos o representaciones mentales" (p. 110). Este borrador a punto de ser publicado, lo acompañó casi toda su vida, por lo que es muy probable que el autor haya entregado copias a amigos, colegas o referentes, y aún alguno de esos ejemplares permanezca al alcance de quien busque con más imaginación que persistencia.
Aprobación del tema de su tesis "La Percepción Paranormal" (Efrón, 1930c) del legajo de David Efrón en la Universidad de Buenos Aires. Sin embargo, hasta ahora no pudo ser encontrada.
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Finalmente, la única pregunta que no pudo ser respondida es: ¿porqué la obra de Efrón permaneció desconocida por parte de los parapsicólogos argentinos de su misma generación (y viceversa)? Es imposible aceptar que Efrón desconociera la actividad de la parapsicología en su país, ya que tenía acceso a las fuentes de información más completas y cada dos años pasaba un mes en Argentina haciendo uso del home leave ofrecido por la OIT a todos sus funcionarios, sin contar los cuatro años que estuvo radicado en Buenos Aires luego de su jubilación, entre 1969 y 1973. Tampoco se puede admitir que quienes fundaron las primeras instituciones de parapsicología en Argentina a partir de mediados del siglo XX, que leían toda la bibliografía que se producía y mantenían correspondencia con sus autores, tratando de insertarse en ese mundo aún lejano, no hubiesen prestado atención a las diversas referencias que nombraban a Efrón. Por lo que, cualquiera sea la respuesta, no podrá basarse en el desconocimiento sino en alguna forma deliberada de negación.
David Efrón pasó sus últimos años en su casa de Ginebra. Quienes lo visitaban recuerdan a un hombre que nunca dejaba de leer ni de escribir, aunque disfrutaba del humor judío con que reía hasta las lágrimas. Cuando estaba solo disfrutaba cuidando los rosales de su jardín. En las tardes quemaba las hojas secas y a la noche se acostaba sobre el césped a mirar las constelaciones estelares, ya que la astronomía era otra de sus pasiones. Lo hacía cerca de dos perales que había plantado él mismo, bautizándolos como Tweedledee y Tweedeldum, los mellizos personajes de la novela A Través del Espejo y lo que Alicia Encontró al Otro Lado de Lewis Carroll. Tendido boca arriba, tal vez recordara uno de los diálogos de ellos con la protagonista, mientras observaban dormir al Rey Rojo:
- Ahora está soñando -señaló Tweedledee- ¿y a qué no sabes lo que está soñando?
- ¡Vaya uno a saber! -replicó Alicia- ¡Eso no podría adivinarlo nadie!
- ¡Anda! ¡Pues si te está soñando a ti! -exclamó Tweedledee- batiendo palmas en aplauso de su triunfo.
AGRADECIMIENTOS
A Evrard Renaud por hallar documentos de David Efrón en los archivos del Instituto Metapsíquico Internacional; a Alejandro Parra por permitirme consultar textos de Harry Price, Eugène Osty y la colección de la Revue Metapsychique; a Analía Vicario por buscar pacientemente en el Archivo Histórico de la Universidad de Buenos Aires; a Soledad Zapiola del Área de Archivo Documental e Investigaciones del Museo Casa de Ricardo Rojas, por su generosidad al permitirme acceder a las cartas de Ricardo Rojas; y sobre todo a Gabriela Efrón, hija de David, por abrirme todas las puertas para que esta investigación rindiera sus frutos.
NOTAS
1 Los datos biográficos que no están acompañados por referencias explícitas, fueron proporcionados por Gabriela Efrón, en entrevistas vía e-mail, entre noviembre de 2016 y julio de 2017.
2 Entre sus artículos puede citarse a Efrón (1939).
3 Para fruto de su trabajo se puede ver Soule, Efrón & Ness, 1945; y Efrón, 1945.
4 Bon, en francés: Bien, correcto.
5 Las actas de estas sesiones están conservadas en los archivos del IMI. Caja 13 'Fraudes'. Expediente Stanislawa P. Reporte del 16, 17 y 19 de mayo de 1930, confeccionadas por Fanny Galloy y/o Eugène Osty. (E. Renaud, comunicación personal, 19 de setiembre de 2011).
6 Se puede consultar el texto completo en español de este artículo en este mismo número del E-Boletín Psi ("Semiótica y Parapsicología").
7 Se puede leer el texto completo en español en este mismo número del E-Boletín Psi.
8 El equivalente actual sería $ 237.651, según el procedimiento de actualización de la Agencia Federal de Ingresos Públicos [ver www.afip.gov.ar/genericos/simuladorBienesPersonales/.../Calculo_Actualizacion.pdf].
9 Durante el primer gobierno del Presidente Hipólito Yrigoyen (1916-1922) sucedieron los acontecimientos conocidos como la "Reforma Universitaria de 1918". Estudiantes universitarios de Córdoba protestaron contra lo que consideraban prácticas autoritarias y dogmáticas por quienes dirigían la universidad. En esta secuencia de hechos se comprenderán las causas que originaron la protesta estudiantil que concluyó con la sanción de la llamada Reforma Universitaria de 1918.
Referencias
[Anónimo] (1939). Conferencias. La Prensa, 8 de septiembre de 1939, p.19.
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*Juan Gimeno es profesor especializado en educación de adultos e investigador en parapsicología. Se ocupa del área de Investigación Histórica del Instituto de Psicología Paranormal de Buenos Aires. Ha escrito artículos en la Revista Argentina de Psicología Paranormal, Comunicaciones de Parapsicología y Journal of Scientific Exploration. Sus áreas de interés son la historia de la parapsicología y los efectos físicos de la mediumnidad. Publicó Cuando Hablan los Espíritus: Historias del movimiento kardeciano en la Argentina (en co-autoría con Juan Manuel Corbetta y Fabiana Savall) (Dunken, 2010) y El buscador de maravillas: tras los pasos de clarividentes, psíquicos, curanderos (y farsantes) de la Argentina reciente (Edición del autor, 2014).
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