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LA PERCEPCIóN VERÍDICA EN LAS EXPERIENCIAS CERCANAS A LA MUERTE *
Janice Miner Holden **
 Janice Miner Holden
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¿Las experiencias cercanas a la muerte (ECM) son alucinaciones de un cerebro moribundo, o son percepciones reales? Más allá de que la mayoría de las personas que pasaron por una ECM afirma que la experiencia es tan o más real que la experiencia física (Fenwick y Fenwick, 1995, p.26; Miner Holden, 1988, p.106, Moody, 1975, 78-77; Sabom, 1982, p. 16), y más allá de la teoría y la argumentación lógica, ¿qué tenemos hasta el momento como evidencia empírica basada en la observación directa y la investigación? El propósito de este artículo es revisar críticamente la literatura y responder a estas preguntas.
Un episodio de proximidad a la muerte es una situación física en la que una persona sobrevive a un encuentro con la muerte, real o percibida como cercana; generalmente durante una crisis aguda que amenaza o daña gravemente la integridad física del individuo. Por el contrario, una experiencia cercana a la muerte es la experiencia subjetiva de una persona cuya conciencia funciona con independencia de su cuerpo físico durante un episodio de cuasi-muerte. Como se explica en otro artículo publicado aquí (http://www.alipsi.com.ar/e-boletin/boletin_psi_5-1_Enero_09.htm#tit01), sólo uno de cada cinco o seis personas que tuvieron episodios de proximidad a la muerte recuerdan haber tenido una ECM.
Para este caso, las ECMs están conceptualizadas bajo dos aspectos: material y transmaterial. En el aspecto material, una persona con ECM percibe el fenómeno en el mundo físico y "material", a veces cercanos o "dentro" de su propio cuerpo físico, pero otras veces sin el cuerpo, o incluso estando lejos de éste. En el aspecto transrnaterial, una persona con ECM percibe en una dimensión trascendente, más allá del mundo físico. Emplearé aquí la palabra "aspecto" en lugar de "fase" porque ésta último implica algo secuencial, en tanto que las personas con ECM logran describir su percepción del mundo antes, durante y después de su percepción de una dimensión transmaterial (o varias de ellas). Un ejemplo clásico de combinación entre lo material y lo transmaterial, es aquel en el que una persona pudo ver su propia cirugía de espalda desde arriba, donde también vió a dos ángeles, cada uno acompañando a un cirujano que iluminaba sus brazos hasta las manos con su luz, lo que significaba el éxito de la intervención quirúrgica. Además, los lectores familiarizados con el término experiencia "fuera del cuerpo" (EFC) -aquella experiencia en las que "la gente siente que su yo, o centro de conciencia, está localizado fuera del cuerpo físico" (Alvarado, 2000, p.183), saben que el término "ECM material" se puede usar en remplazo de "ECM no material". En este punto, estoy de acuerdo con Sabom (1982) cuando dice: "Incluso en el aspecto transrnaterial de las ECMs, estas personas pueden sentir que sus conciencias están funcionando sin el recurso de su cuerpo físico; toda la experiencia probablemente sea mejor comprendida como una EFC "extendida". De modo que voy a conceptualizar las experiencias fuera del cuerpo como experiencias "extendidas" durante las cuales estas personas perciben los dominios materiales y transmateriales.
 La percepción verídica de una experiencia cercana a la muerte (ECM) se refiere a cualquier percepción visual o auditiva que una persona dice haber experimentado durante su propia ECM, y que posteriormente corrobora porque se corresponde con una realidad material.
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La percepción verídica de una ECM se refiere a cualquier percepción visual, auditiva, cinestésica, olfativa, etc. que una persona dice haber experimentado durante su propia ECM, y que posteriormente corrobora porque se corresponde con una realidad material. Un ejemplo de su naturaleza "material" es aquella en donde una persona dijo que mientras su cuerpo estaba inconsciente, vió a su padrastro, de quien ella siempre supo que gustaba de comer alimentos saludables, comprar una barra de chocolate de una máquina expendedora con la intención comerla a escondidas. Cuando ella recuperó la conciencia, le contó a su madre lo que había visto, y su madre confirmó la exactitud de la percepción de su hija. Un ejemplo de dominio transmaterial es el caso de alguien que, tras recobrar la conciencia, dijo haber viajado en su ECM a un mundo transmaterial donde se encontró con un familiar fallecido que presumía que aún vivía, y poco después, recibir la noticia de que aquella persona había muerto poco antes de su episodio de ECM. Muchos autores han empleado el término "percepción verídica" para describir o dar a entender que el conocimiento adquirido -el comer a escondidas del padrastro, la muerte de ese pariente- no pudo haber sido percibido por medio de los sentidos normales o deducido por inferencia lógica. Sin embargo, el término aquí se usará para referirnos a toda aquella percepción ECM corroborada que sea resultado de procesos normales sensoriales y/o lógicos.
Por razones que se discutirán más adelante, los investigadores de las ECM han mostrado vivo interés en lo que yo llamo percepción verídica aparentemente no física (PVnF o PV). En estas percepciones, la personas que pasaron por una ECM tienen percepciones verídicas que, considerando las posiciones y/o condiciones de sus cuerpos físicos durante los episodios de muerte cercana, al parecer, no pudieron haber sabido el resultado de procesos sensoriales normales o inferencia lógica ni, en consecuencia, estar mediatizados por el cerebro antes, durante o después de tales episodios. Por lo tanto, la PV sugiere la capacidad de la conciencia de funcionar independientemente del cuerpo físico. Como ilustran estos ejemplos, la PV se puede producir durante los aspectos material y/o el transmaterial, pero también parecen presentarse con mucha más frecuencia en el aspecto material.
Hay numerosas descripciones anecdóticas de PV que aparecen en la literatura de experiencias cercanas a la muerte, y los investigadores han tratado de estudiar el fenómeno en condiciones científicamente controladas. Antes de profundizar en estos temas, presentaré a continuación un análisis de la importancia de la investigación de las PV.
LA IMPORTANCIA DE LA PERCEPCIÓN VERÍDICA
¿Por qué debería importarnos si existe la PV? Para responder esta pregunta y continuar la discusión, debemos hacer una distinción entre la muerte reversible y muerte irreversible. La muerte reversible se refiere a condiciones extremas, como un paro cardiorrespiratorio prolongado en el cual una persona, sea espontáneamente, o como resultado de los esfuerzos de otras personas, resucita y sobrevive. La muerte irreversible se refiere a la condición en la que el proceso de muerte ha avanzado tanto que es imposible la resucitación. En el estudio de la PV, esta distinción es importante porque desde un punto de vista puramente científico, la conciencia de una persona durante la muerte reversible puede o no indicar la naturaleza de la conciencia durante la muerte irreversible. La conciencia que se asocia con un cuerpo que no ha perdido aún la posibilidad de vivir puede ser la misma conciencia que se asocia con un cuerpo que ha perdido ese potencial. Con esta distinción en mente, hay varias posibles respuestas a la cuestión de la importancia de la PV. La primera es que si existe la PV, entonces:
- las personas con ECM podrían tener no sólo una realidad subjetiva, sino también objetiva de sus experiencias;
- la percepción de la conciencia, el pensamiento, la memoria, y así sucesivamente, podrían funcionar con independencia de la muerte y, tal vez, del cuerpo físico;
- la conciencia podría considerarse como potencialmente capaz de continuar después de la muerte física irreversible, y
- finalmente, podemos dar crédito a los aspectos no materiales de las ECM, por ejemplo el mensaje de la mayoría de las personas que han tenido ECM respecto al sentido y propósito de la existencia humana.
En cuanto al primer punto, aunque las personas con ECM suelen estar firmemente convencidas de la realidad objetiva de sus experiencias a pesar de que otras no les crean, la causa del estrés pos-experiencia quizá sea la incredulidad misma de sus médicos, enfermeras, familiares, y otros (Greyson y Harris, 1987). Por lo tanto, la consideración de la realidad aparentemente objetiva de sus ECMs probablemente promuevan el bienestar de las personas que pasaron por una ECM.
En cuanto al segundo punto, los resultados defienden la hipótesis de que, al menos respecto a resucitar el cerebro, la conciencia puede funcionar independientemente de éste. Tales resultados contradicen las hipótesis más basales de la ciencia occidental: que el cerebro produce la experiencia consciente, y por tanto, la conciencia es totalmente dependiente de la función del cerebro (Kelly et al., 2007; Tart, 1975). La evidencia que contradiga esta suposición tendría el potencial de revolucionar la comprensión de la condición humana, con implicaciones que son tan difíciles de imaginar como si los creadores de la Internet pudieran haber previsto el revolucionario impacto de su invento en el mundo.
Una de las consecuencias del segundo punto es el tercero: Si la conciencia puede funcionar con independencia del cuerpo muerto, tal vez siga funcionando más allá de la muerte. Sin embargo, muchos autores afirman que, desde un punto de vista puramente científico, la ECM por si solas nunca puede probar la supervivencia de la conciencia después de la muerte. La razón es un conflicto -al menos hasta ahora- entre el requisito científico por el cual los investigadores estudian directamente el tema y el fracaso metodológico de los investigadores por encontrar personas irreversiblemente muertas de forma que participen en sus estudios. Aunque la PV no puede ser una prueba de supervivencia de la conciencia después de la muerte, sin duda, investigaciones con resultados positivos podrán reducir la diferencia en la fe de la supervivencia como tal.
 Desde 1975, la ECM fue una fuente de producción de literatura como autobiografías de individuos que tuvieron ECM y que relatan sus beneficios espirituales y existenciales.
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En cuanto al cuarto punto, los resultados positivos de la investigación ECM también podrían dar credibilidad a lo que la mayoría de las personas con ECM afirman categóricamente haber aprendido sobre el aspecto transmaterial de sus experiencias: que no hay objetivo más sublime para la existencia humana que el amor y la búsqueda de conocimiento. Sin embargo, las personas con mentalidad más científica podrán poner en duda la credibilidad de tal mensaje, ya que casi todos los fenómenos que percibimos en los aspectos no materiales y trascendentes de estas experiencias no pueden ser científicamente confirmados. Por lo tanto, un posible -y hasta probable- resultado positivo de la investigación PV podría ser la creencia en la necesidad de transmitir un mensaje y, en consecuencia, comprometerse más profundamente en labores humanitarias. Por lo tanto, los resultados positivos de la PV tienen el potencial de beneficiar a las personas que han pasado por tales experiencias, a la humanidad y a la existencia mundana en general. A continuación presentaré un análisis de las categorías de PV y sus procedimientos de investigación.
TIPOS DE AVP Y MéTODOS DE INVESTIGACIóN AVP
Hay dos fuentes de datos empíricos para la PV en la literatura que investiga las experiencias cercanas a la muerte. Una es la anecdótica, en el que una persona con ECM relata PVs y que cierta investigación a posteriori del episodio revela que el caso es genuino y razonablemente confiable. Otra es el estudio de campo que involucra el control de un objetivo perceptual en circunstancias en donde las PVs posiblemente ocurran. Este último modo de investigación tiene como objetivo "capturar" tales percepciones de manera que permitan una evaluación objetiva de la exactitud de tales experiencias; reduciendo en lo posible otras explicaciones alternativas para tales percepciones; con resultados cuantitativos susceptibles de análisis estadístico para estimar el azar en dichas percepciones.
Desde una perspectiva científica, ambas fuentes son valiosas (Brand y Anderson, 1998, p.13), y tienen, en ambas direcciones, ventajas y desventajas. Las anécdotas constituyen datos cuaIitativos retrospectivos que cuando se toman en conjunto, revelan el rango de condiciones en las que ocurren las PVs, incluyendo las características de tales personas, y la naturaleza y circunstancias de sus percepciones. El problema con estos datos es que la información es insuficiente para confirmar o negar la veracidad de tales percepciones, o la dificultad para descartar explicaciones alternativas "materiales", o posibles sesgos de memoria inconscientes y el error humano entre testigos y/o investigadores. Por el contrario, los estudios de campo, si se diseñan bien, pueden reducir significativamente los problemas del dato anecdótico, pero no pueden revelar, por ejemplo, la variedad de condiciones en las que las PVs podrían aparecer.
Una vez más, en términos de valor empírico, la amplitud y la profundidad son importantes. Sin embargo, el potencial para reunir datos definitivos sobre la supuesta precisión y no fisicalidad de las PVs se basan más en la metodología del estudio de campo (Holden, 1988, 1990; Holden y Joesten; Parnia 2006). No hay justificación alguna que impida invertir los recursos necesarios para el estudio de tales anécdotas, Esto indica que este tipo de inversión es una promesa razonable de "éxito" para capturar percepción verídicas no físicas. A la luz de estas consideraciones, en la siguiente sección se analizarán algunos relatos de PVs e investigaciones sobre ECM.
RESúMEN DE RELATOS DE PERCEPCIONES VERÍDICAS Y SU INVESTIGACIóN
Anécdotas
Los primeros indicios de PV vienen bajo la forma de anécdotas. En el libro que desató el estudio de las experiencias cercanas a la muerte, Raymond Moody incluyó una sección titulada "Corroboración", donde comienza diciendo: "La pregunta obvia que surge es si cualquier evidencia de realidad de las experiencias cercanas a la muerte pueden ser adquiridas de forma independiente a las descripciones de las propias experiencias" (Moody, 1975, pp. 92-93). Entonces Moody publicó cuatro casos en que las personas le presentaron pruebas. Un paciente le relató a su médico "todo lo que había ocurrido desde el comienzo del paro respiratorio hasta que recuperó la conciencia, a lo que el médico quedó shockeado, sin saber cómo responder; preguntando una y otra vez respecto al tiempo que estuvo inconsciente" (Moody, 1975, p.94). En otro caso, cuando un paciente había recuperado la conciencia después de un accidente, le contó a su padre detalles de su rescate, y el color de la ropa de su rescatista, que su padre confirmó con exactitud de detalles, "incluso -dijo el joven- mi cuerpo estaba físicamente fuera de este tiempo, y no había forma en que pudiera haber visto o escuchado estas cosas sin estar fuera de mi cuerpo" (Moody, 1975, p.94). Moody también relata que en otros casos, había recogido testimonios de testigos independientes que coincidían con la escena, aunque no dá ejemplos, y discute brevemente los desafíos logísticos y filosóficos de tales experiencias.
 El filósofo británico F.W. H. Myers investigó el caso de Dr. Wiltse. Myers concluyó diciendo, ¿por qué no hacer de cada lecho de muerte, el punto de partida de un largo experimento?
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En realidad, estos casos vienen apareciendo en las últimas décadas, incluso antes de la obra de Moody. La primera que encontré fue la de un médico llamado A.S. Wiltse (1889). La descripción de su propia experiencia en 1880 ocurrió durante un cuadro de fiebre tifoidea. Después de permanecer en evidente paro cardíaco y respiratorio, que estima fue de media hora, revivió de forma espontánea y posteriormente se recuperó. En 1892, Frederic W.H. Myers investigó el caso de Wiltse, y consiguió el informe clínico del médico, sus familiares y un amigo en la escena del lecho de su presunta muerte. El médico a cargo, S.H. Raynes, dijo que por todos los signos, incluyendo la inserción de una aguja en varios puntos del cuerpo de Wiltse, el paciente estaba muerto. Wiltse perdió el conocimiento y luego la recuperó presenciando como su "espíritu" salía de su cuerpo (Myers, 1892, p. 181). Durante esta ECM, vio, entre otras cosas, a dos mujeres llorando junto a su cama: Sarah, su hermana, mientras su hermano todavía estaba consciente: "Pensé que podía sentir mi mano, y creí que él podía ver mi cara, por lo que no me permití llorar. No fue sino hasta que estuvimos seguros de que todos sus sentidos corporales habían cesado que entonces me permití llorar, por lo que su singularmente bien recordado tren de pensamiento acerca de su alma, y la observancia de su esposa y de su hermana llorando, tienen que haber ocurrido mientras estaba aparentemente inconsciente, y después que el médico le había declarado muerto" (Myers, 1892, p.192).
Curiosamente, esa misma hermana mostró circunspección y el evidente pensamiento crítico cuando llegó a la siguiente conclusión: "Me parece que el valor psicológico de este fenómeno radica en la probable actividad de la mente durante la aparente inconsciencia, y no una conjetura que puede ser puramente azarosa, sobre las relaciones de la vida y la muerte en la que podría basarse, aunque hay que respetar la opinión de los que piensan como aquellos montañeses sencillos, de que el Dr. Wiltse realmente murió y volvió a la vida (Myers, 1892, p. 193).
 Durante varios años, el cardiólogo Michael Sabom y Sarah Kreutziger entrevistaron a cada paciente para tener el relato en que habían estado inconscientes y físicamente próximos a la muerte.
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Las anécdotas de PVs continuaron apareciendo en la literatura del próximo siglo. Una de éstas, citada con frecuencia, es la de Kimberly Clark, una trabajadora social que encontró un zapato en una repisa de la ventana del hospital tal como lo había visto durante el aspecto material de su experiencia (Clark, 1984).
Uno de los relatos más recientes es de los más citados por su valor probatorio. La siguiente descripción proviene del libro Light and Death [Luz y Muerte] del cardiólogo Dr. Michael Sabom (1998), con entrevistas a los actores clave y la recreación de los acontecimientos tal como se presentan en el documental de la British Broadcasting Corporation, The Day I Died: The Mind, the Brain, and Near Death Experiences [El Día que Morí: La mente, el cerebro, y las experiencias cercanas a la muerte] (Broome, 2002).
En 1991, en Atlanta, Georgia, se le diagnosticó a la artista Pam Reynolds la dilatación de una arteria cerebral a punto de estallar. Al principio, se creyó que ese aneurisma era inoperable, pero el neurocirujano Robert SpetzIer practicó una intervención quirúrgica conocida como "paro cardíaco hipoténico" (Sabom, 1998, p.37), que parecía ser la única esperanza de supervivencia de Reynolds. La cirugía requería que su temperatura corporal baje a 15oC, deterner el latido del corazón y la respiración, disminuir sus ondas cerebrales, y extraer la sangre de su cabeza" (Sabom, 1998, p.37). Bajo esta condición permanecería por el tiempo que le tome el cirujano reparar el aneurisma.
Aqui se relatan los principales acontecimientos relacionados con la PV, documentado en el informe quirúrgico de SperzIer ese día de agosto de 1991 (ver Sabom, 1998):
7:15 AM. Reynolds fue llevada a la sala de operaciones, quien todavía consciente, se le administró pentotal intravenoso. Después habló de "una pérdida de la noción del tiempo", taparon sus ojos con cinta, y se aplicó anestesia general. Se emplearon varios monitores de control, un electroencefalograma (EEG), electrodos pegados a la cabeza para controlar su actividad cerebral, y se colocaron en sus oídos dos pequeños auriculares que emitían un sonido a 95dB que se grabarían en el monitor provenientes de su tronco cerebral, la parte baja de su cerebro responsable de las funciones corporales básicas. También emplearon un procedimiento quirúrgico.
8:40 AM. Spetzler perforó el cuero cabelludo con un bisturí, dejando al descubierto el hueso del cráneo; activó la sierra para quitar su parte superior; cortó la membrana externa que recubre la masa cerebral, e insertó un diminuto microscopio quirúrgico en el cerebro, pasándolo hasta el sitio del aneurisma, y descubrió que el aneurisma era tan grande que, en efecto, tuvo que proceder al procedimiento de paro cardíaco hipotérmico. Mientras tanto, una cirujana perforó en la ingle derecha de Reynolds y se preparó para extraer la arteria femoral para un bypass cardiopulmonar porque los vasos sanguíneos eran muy pequeños.
10:50 AM. El equipo comenzó el proceso de enfriamiento de la sangre y el cuerpo para el bypass cardiopulmonar.
11:12 AM. La temperatura corporal de Reynolds alcanzó los 23oC.
11:05 AM. Se indujo un paro cardíaco. El EEG del funcionamiento cortical de su cerebro fue plano. El EEG de "la función del tronco cerebral se fue debilitando asi como los sonidos de los auriculares produjeron picos cada vez más bajos en el monitor del EGG" (Sabom, 1998, p.43).
11:25 AM. La temperatura llegó a los 15oC grados. "Los clics de los auriculares no mostraron ninguna respuesta" (Sabom, 1998, pag. 43). Entonces "la mesa de operaciones estaba inclinada hacia arriba, la máquina para el bypass cardiopulmonar se apagó, y se empezó a drenar sangre del cuerpo de Pam como aceite de un coche" (Sabom, 1998, pag.43). Se eliminó toda posibilidad de que hubiera metabolismo para que el cerebro funcione.
Spetzler reparó el aneurisma. Entonces todos los procedimientos quirúrgicos para alterar el cuerpo se invirtieron y, con ello, la temperatura del cuerpo y la actividad cerebral de Reynolds.
12:00 (al mediodía). El monitor del ritmo cardíaco de Reynolds comenzó a mostrar "actividad descontrolada de fibrilación ventricular" (Sabom, 1998, p.45-46) Después de dos descargas eléctrica del desfibrilador, su corazón comenzó a latir con normalidad.
12:32 PM La temperatura corporal alcanzó los 32oC. Se retiraron los equipos de monitoreo. Los asistentes a Spetzler dieron por concluído el procedimiento de intervención quirúrgica.
2:10 PM. El equipo consideró estable el estado de Reynolds, y se la derivó a sala intermedia para su recuperación.
Durante aquel tiempo, Reynolds tuvo una experiencia vívida y detallada. Después de haber perdido la conciencia con pentatol, repentinamente recuperó la conciencia a causa del penetrante sonido de la sierra craneal. Dijo dijo que la sierra emitía un zumbido y que le sacaron la parte superior de su cabeza. Se apoyó en un lugar cerca del hombro Spetzier. Describió un estado de conciencia superior que nunca antes había experimentado, que su "visión" había mejorado enormemente y que vio todo con claridad y detalle, la sierra ósea, la sala de operaciones, y el personal quirúrgico. Vió cosas que no esperaba ver o que contradecían sus expectativas, como la forma de la sierra, las hojas de la sierra en un tomacorriente, una especie de llave inglesa, y la forma en que le afeitaron la cabeza (Sabom, 1998, p.41). Estaba preocupada por ver que alguien llevaba a cabo un procedimiento en la zona inginal cuando supuestamente era una cirugía cerebral (Broome, 2002). Desde allí, escuchó una voz femenina que decía que los vasos eran demasiado pequeños del lado derecho, y una voz masculina diciéndole que pruebe del otro lado.
En otro momento, durante el aspecto transmaterial, se encontró con sus seres queridos fallecidos. Sin embargo, en algún momento más tarde, regresó cerca de su cuerpo, acompañada de su tío fallecido, pero viendo la terrible condición de su cuerpo, lo cual la asustó y no quiso volver a entrar. Vio que el cuerpo "saltó" una vez, y a continuación, un segundo "salto" (Broome, 2002), recordó a su tío fallecido dándole un empujón de regreso en su cuerpo. Describió el reingreso como "como zambullirse en una piscina de agua helada... Me dolió!" (Sabom, 1998, p. 46).
La percepción verídica en la ECM de Reynolds se han debatido mucho, tanto en libros como en Internet. Sin embargo, debido a que su caso es muy reconocido, la fecha, y los detalles objetivamente corroborados, muestran de manera muy convincente la "realidad" de las ECM y todo lo que implica esta realidad.
 Kenneth Ring dice: "Aunque no hay un solo ejemplo que pueda ser absolutamente concluyente por sí mismo, el peso acumulado de estos relatos es suficiente para convencer a los más escépticos de que estas percepciones son algo más que meras alucinaciones del paciente."
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Análisis como el que hicieron Kenneth Ring y Evelyn Elsaesser Valarino en 1998, demuestran que los relatos de PVs "se encuentran bastante dispersos en libros y artículos sobre ECM" (Ring y Valarino, 1998, p.59). Keith Augustine (2006), un crítico de las PVs, se centró en lo que calificó como anecdóticas las experiencias extracorporales "alucinatorias", en las cuales la corroboración revelaba uno o más errores de percepción. Para remediar tal "dispersión" de relatos y analizar su precisión global en lugar de destacar sólo las relacionadas con el error, he coleccionado relatos que encontré en tres fuentes diferentes: libros publicados antes de 1975, cuando las ECM no eran tan conocidas, en revistas académicas y libros publicados entre 1975 y principios de 2006 en donde el/los autor(es) describen algún estudio sistemático de las ECM, y estudios de casos único publicados en revistas científicas o en libros durante las últimas tres décadas. He excluído aquí los relatos después de 1975 de libros de divulgación popular, libros autobiográficos y libros que no llevaron a cabo ningún estudio sistemático de las ECM, así como estudios de casos único publicados por fuera de las revistas científicas. Muchos investigadores, por lo general están de acuerdo con la afirmación de Celia Green (1968) de que la percepción no física más exacta es la que ocurre en asociación con episodios de proximidad a la muerte más que en otras circunstancias de experiencias extracorpóreas espontáneas o inducidas. Por esta razón, he incluido sólo aquellas experiencias asociadas a episodios de proximidad a la muerte. Encontré un total de 107 casos en 39 publicaciones de 37 autores, o grupos de autores diferentes (ver Tabla 9.1).
Luego analicé cada relato para analizar varios factores. Clasificando estos relatos, encontré con 89 PV materiales, 14 PV transmateriales, y 4 mixtos, o sea, que incluyen percepciones de ambos aspectos. Las anécdotas en la categoría material incluyeron una variedad de detalles corroborados de reanimaciones, salvatajes y otros eventos con ECM, junto a personas que facilitaron la recuperación de objetos perdidos. Las anécdotas en la categoría transmaterial consistieron principalmente en una persona con ECM que se encontraba con alguien durante la ECM pero que no sabía en ese momento que estaba muerto; esto también rara vez incluía casos de adquisición de otra información, como la localización de documentos ocultos o de curaciones espontáneas.
Analicé también la fuerza probatoria de las PVs. En primer lugar, clasifiqué las anécdotas entre aquellas que se podían verificar únicamente por la persona que tuvo la ECM, las verificadas por fuentes externas según la misma persona, o los verificados por fuentes externas según el autor que cree que esta secuencia representa el valor probatorio del más débil al más fuerte. Esta última categoría incluye fuentes tales como las declaraciones de los testigos, el personal médico que atiende a la persona que experimentó la ECM, y/o las historias clínicas. En segundo lugar, clasifiqué los relatos que aparentemente no tenían errores, los que contenían una mezcla de errores y datos precisos, y los que eran predominantemente o absolutamente erróneos. Los resultados aparecen en la Tabla 1.
TABLA 1: ANáLISIS DE LAS ANéCDOTAS DE PERCEPCIONES VERÍDICAS APARENTEMENTE NO FÍSICAS
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Corroborado por |
Aspectos Materiales |
Solamente la persona con ECM |
Otras personas cercanas |
Fuentes objetivas |
Confiables Con algunos errores Completamente erróneos
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13 0 0
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38 2 0
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55 4 1
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Corroborado por |
Aspectos Transmateriales |
Solamente la persona con ECM |
Otras personas cercanas |
Fuentes objetivas |
Confiables Con algunos errores Completamente erróneos
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3 1 0
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7 0 0
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6 0 1
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A favor de Augustine, sólo encontré un caso con un error evidente que no se había incluído en su revisión. Sin embargo, los casos de PV superaban ampliamente en número a los que tenían percepciones erróneas. En particular, mientras que el 8% del material y 11% de los casos transmateriales implicados estaban equivocados, el 38% de material y el 33% de los casos transmateriales satisfacían con exactitud la percepción que los autores corroboraban a través de procedimientos objetivos.
Al examinar estos casos en su conjunto, me parece que la fuerza de la evidencia, incluso entre los casos de percepciones corroboradas precisa y objetivas, oscilaban entre algo débil a muy fuerte. Muchos investigadores ECM han señalado que las anécdotas son a veces una fuente dudosa de la habilidad de la conciencia de funcionar independiente del cerebro. La mayoría de los casos eran sin paro cardíaco y, por lo tanto, con un cerebro probablemente todavía funcional. De modo que es difícil descartar la posibilidad de que las personas con ECM -probablemente sin saberlo- construyan percepciones basadas en la información que recibieron mediante los canales fisiológicos normales. Por ejemplo, podrían construir imágenes visuales en base a algo que pudieron escuchar. Es difícil también descartar la posibilidad de que pudieran haber obtenido información, aunque sea inconscientemente, antes o después de sus episodios ECM que luego "embellecieron" con sus recuerdos. De los 107 casos de esta revisión, sólo 18 fueron entrevistados los dos primeros días después de la ECM. Otro problema potencial es un fenómeno llamado "file drawer effect" (el efecto de cajonear, en español argentino, N. del T.), en el que las percepciones durante la ECM, en su mayoría o totalmente inexactas, se clasifican como alucinaciones y se consideran irrelevantes en lugar de considerarse como una fuente válida de información y dignas de ser publicadas.
Incluso una gran cantidad de anécdotas que diferentes autores a lo largo de los últimos años han descrito en los últimos 150 años sugiere que estos relatos son reales. En este sentido, es correcto el análisis de Ring y Valarino (1998) cuando dicen: "Aunque no hay un solo ejemplo que pueda ser absolutamente concluyente por sí mismo, el peso acumulado de estos relatos es suficiente para convencer a los más escépticos de que estas percepciones son algo más que meras alucinaciones del paciente (p. 59). Al carecer de la capacidad para determinar la veracidad de esta afirmación en cuanto a la mayoría de los escépticos, su referencia a algunos escépticos que siguen sin estar definitivamente convencidos es exacta. Algunos de los escépticos que dicen no estar todavía convencidos son Susan Blackmore (1993), Gerald Woerlee (2004) y Augustine (2006).
El punto crucial en estos argumentos escépticos es que, en realidad, las PVs son percepciones del cuerpo físico y construcciones de un cerebro físico aún funcional durante la experiencia a través de procesos de pensamiento antes y/o después de la experiencia. Augustine (2006) clasifica a esta clase de argumentos como de "explicación fisiológica" (p. 21). Por ejemplo, en el caso de Pam Reynolds, el aspecto material de su experiencia se produjo antes que comience el bypass cardiopulmonar, de modo que no coincidió con su muerte clínica, sino que se produjo después que el procedimiento comenzara, y que coincidió sólo bajo el efecto de anestesia general. En consecuencia, sus percepciones se pueden atribuir a una "anestesia consciente", un fenómeno que se observa en aquellas personas que están conscientes a pesar de la inducción anestésica. Dice que este fenómeno se produce en uno o dos pacientes en 1000 que se han sometido a anestesia general, lo que representa al menos unos 20.000 pacientes sólo en Estados Unidos, y que aproximadamente la mitad pudieron escuchar y apenas una cuarta parte haber sentido dolor.
Con una mezcla de este fenómeno, junto a la deducción y la memoria, explica fisiológicamente cada elemento verídico de su experiencia. En su opinión, oyó naturalmente el sonido de la sierra ósea y el intercambio entre el cirujano y el cardiólogo, reconstruyó en su "memoria" el patrón único en el que se afeita la cabeza cuando la vió, o lo supo después de la operación. El caso de la llave inglesa de la sierra o el de las cuchillas era una deducción lógica basada en su experiencia previa con tornos dentales. Y su descripción de la sierra para huesos en sí contenía un error importante: que tenía una "ranura en la parte superior donde la sierra encaja en el mango" (Sabom, 1998, p.187), mientras que la ranura en realidad se encuentra en el extremo opuesto desde donde la sierra encaja en el mango. Augustine llegó a la conclusión de que "la ECM era totalmente esperable" (Sabom, 1998, p.25) y que creía que el lapso de tres años entre la cirugía y el momento de la primera entrevista de Saborn le dio mucho tiempo de ventaja como para consolidar en su memoria la información adquirida antes, durante y después de la cirugía.
 La percepción verídica en la ECM de Reynolds se ha debatido mucho, sin embargo, debido a que su caso es muy reconocido, la fecha, y los detalles objetivamente corroborados, demuestran la "realidad" de las ECM y todo lo que implica esta realidad.
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Yo pongo en duda las conclusiones de Augustine. Quizá lo más notable es cómo Reynolds pudo haber escuchado la conversación en el quirófano, dada su circunstancia. El estado de vigilia durante la anestesia a veces se atribuye a que el paciente está bajo anestesia, pero el cerebro de la Sra. Reynolds se está monitoreando de tres maneras diferentes lo cual demuestra que estaba profunda y absolutamente anestesiada. Una de esas maneras es monitorear el nivel más básal de su función cerebral estimulando su audición con auriculares en sus oídos. Augustine (2006) no dice que los auriculares moldearon los clics en los oídos de Reynolds, emitidos a lo largo de todo el período de anestesia general en 90 dB a 100 a un promedio de 11 a 33 clics por segundo (Spetzler et al., 1988). Este sonido es un poco más alto que el silbido de una tetera hirviendo a tan fuerte como una cortadora de césped o el ruido de las vías de un tren cuando está pasando (Liga de Hipoacúsicos, n.d). Yo invito al lector a imaginar auriculares completamente insertados en los conductos auditivos, emitiendo clics fuertes y rápidos, y a continuación la posibilidad de escuchar con precisión una breve conversación de una voz humana normal de 60 dB. Además, si Reynolds estuvo escuchando por medios normales, es curioso que, como ha dicho Sabom (M. Sabom, Comunicación personal, Mayo 1ro., 2006), ella nunca mencionó siquiera oír esos clics, estar más o menos distraída, o tratar de escuchar a pesar de ello. Su propia percepción auditiva se produjo a través de procesos no físicos.
Aparte de los detalles de la experiencia de Reynolds, está el testimonio de alguien presente en la escena, presumiblemente alguien con habilidad de análisis científico, como se deduce por su cargo como director del Instituto Neurológico Barrow: Spetzler mismo. En una reciente entrevista, declaró: "En esa etapa de la operación, nadie puede observar ni escuchar en ese estado. Y me resulta inconcebible que sus sentidos normales, como el oído, permitan el hecho de que hubiera módulos clickeando en cada oído, porque no había ninguna manera de oír [que pudieran oir] a través de las vías auditivas normales. No tengo una explicación para ello. No sé cómo es posible que suceda, teniendo en cuenta el estado fisiológico en el que estaba. Al mismo tiempo, he visto tantas cosas que no puedo explicar, que no quiero ser tan arrogante como para poder decir que no hay manera de que pueda suceder" (Broome, 2002).
Volviendo al debate específico sobre el caso de Reynolds, incluso el volumen de evidencia de la colección total de casos de PVs, el problema de depender de anécdotas para defender la evidencia o para contradecir la supuesta habilidad de la conciencia para funcionar independientemente del cerebro ahora está más clara. Por su naturaleza, las anécdotas son afirmaciones de ocurrencias espontáneas, es decir, que ocurren en condiciones no controladas. En ausencia de controles, los críticos pueden debatir casi indefinidamente sobre el origen de las percepciones no fisicas. Este debate continúa (ver Ebbern, Mulligan y Beyerstein, 1996, para leer en profundidad este tema), y desde un punto de vista científico, ganar el debate no tendría ningún valor probatorio si no acompañan una corroboración a través de un análisis sistemático. Tales estudios son el foco de la siguiente sección.
ESTUDIOS SISTEMáTICOS DE LAS PVS
Estudios o aspectos de los estudios sin objetivos perceptuales
En 1975, Moody intentó verificar la exactitud de las percepciones materiales de ECM comparando las declaraciones de los testigos con las historias clínicas de los hospitales. Sin dar detalles de su método o un caso ilustrativo, afirmó que pudo "confirmar" la exactitud de los testimonios de ECM (Moody 1975, p.148).
 A partir de 1975, Moody verificó la exactitud de las percepciones materiales de ECM comparando las declaraciones de los testigos con las historias clínicas de los hospitales. Sin dar detalles de su método o un caso ilustrativo, Moody pudo confirmar la exactitud de sus testimonios.
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Sabom (1982) publicó los resultados de un estudio de este tipo. Utilizó un procedimiento de muestreo prospectivo para realizar entrevistas retrospectivas. Durante un período de casi cinco años, Sabom y su co-investigadora, Sarah Kreutziger, que es trabajadora social y quien, gracias a su cargo en la red hospitalaria, se acercaba a cada paciente para entrevistar a aquellos que llamaban su atención por tener el relato de una ECM del paciente "en el que había estado inconsciente y físicamente próximo a la muerte" (Sabom 1982, p.7). Este enfoque permitió reunir una muestra más representativa de la ECM mediante un procedimiento de muestreo puramente retrospectivo de personas que habían pasado por ECM, gracias a un anuncio y al "boca a boca". Sabom y Kreutziger encontraron a 71 personas, 32 de lss cuales habían tenido experiencias perceptuales materiales, o afirmaban haber "visto" partes de su propia reanimación, en su mayor parte durante la reanimación cardiopulmonar (CPR) de un paro cardiaco" (Sabom, 1982, 83). Excepto en un caso que entrevistaron 12 horas después del evento, y otros dos que entrevistaron pasado un mes, entrevistaron a los 29 restantes entre uno y 58 años después.
Sabom (1982) encontró que 26 de los 32 casos de ECM no pudieron describir el aspecto material de sus experiencias con suficiente detalle como para compararlos con las historias clínicas. Por lo tanto, aunque no dieron detalles específicos, no cometieron errores en sus relatos. Los seis restantes que tuvieron paro cardíaco y recibieron RCP, se comparó sus relatos de ECM con los historias clínicas y encontraron que satisfacían, practicamente en todos los detalles, datos que los pacientes nunca habían visto. Luego encontró 25 pacientes cardíacos "veteranos" que tuvieron "antecedentes similares", pero que no habían tenido ECM. Cuando les pidió que describan un procedimiento de reanimación cardiopulmonar, el 80% cometió graves errores en su descripción. Sus hallazgos parecen apoyar la hipótesis de que la conciencia, de hecho, siguió funcionamiento independientemente de sus cuerpos.
A pesar de los sorprendentes resultados de Sabom, los investigadores han criticado su metodología. Para Blackmore (1985, p. 79-80) el problema es que sólo cuatro de los 25 pacientes del grupo control habían experimentado exactamente lo que los experimentadores tenían: reanimación de un paro cardíaco (Sabom, 1982, p. 84). Sabom no dió suficiente detalle como para que el lector pueda comprobar si cinco de su grupo de comparación (20% de 25 casos) no cometía errores, pero existe la posibilidad de que los cuatro que sufrieron paro cardíaco se encontraban entre los cinco, que algún otro mecanismo que no es una ECM pudo poner en funcionamiento la exactitud del recuerdo del proceso de RCP: "Un grupo [de comparación] más apropiado hubiera sido tener a todos [los participantes en la investigación] recuperados de un ataque cardíaco sin ECM (o al menos sin ECM)" (Miner Holden, 1988, p.52). Presumiblemente, Sabom tuvo acceso a muchos más casos de no-ECM que a sus 71 casos de ECM reanimados. No se sabe por qué no optó por compararlo con un grupo control más apropiado. El hecho de que no lo haya tenido, por desgracia, impidió evaluar el potencial de sus resultados a favor de la hipótesis de la supervivencia de una conciencia independiente.
Curiosamente, en relación con el efecto cajonear el estudio, futuros estudios (de carácter propectivo) deberían documentar los errores de supuestas PVs y, por lo tanto, ser menos propensos a ser víctimas de este efecto. De hecho, ninguno ha tenido una PV errónea, y un estudio prospectivo incluyó explícitamente un caso de PV sin errores: el caso del hombre que dijo haber visto que una enfermera había puesto su dentadura postiza cuando la enfermera se la retiró de su boca durante el RCP (van Lommel et al., 2001, p. 204). Sin embargo, aunque no existen estudios prospectivos que hayan incluido hasta ahora una comparación de PV a las historias clínicas de los hospitales, existe la posibilidad de que futuros investigadores puedan descartar como experiencias alucinatorias a aquellos casos que posiblemente deberían ser considerados PV erróneas.
Un estudio más reciente tuvo el potencial de resolver estos puntos finos. Penny Sartori (2004) condujo un estudio prospectivo de cinco años en el hospital de Gales. El primer año, entrevistó a cada paciente que sobrevivió en la unidad de terapia intensiva. Durante los otros cuatro años, entrevistó sólo a pacientes que habían sobrevivido a un paro cardíaco, que "estuvieron tan cerca de la muerte que no se esperaba que sobrevivieran [y que] tuvieron ECM" (Sartori, 2004, p.36). También replicó y amplió dos aspectos de la investigación de Sabom.
En primer lugar, Sartori (2004) publicó específicamente 12 casos de pacientes entre los "muchos" (Satton, 2004, p. 38) que tuvieron experiencias a las que clasificó como alucinaciones debido a su similitud con las alucinaciones y como se describen por lo general a causa de sus diferencias respecto a las ECMs. Esas diferencias se detallan en la Tabla 2.
TABLA 2: COMPARACION ENTRE ALUCINACIONES Y ECM EN SARTORI (2004)
Característica/Experiencia |
Alucinación |
ECM |
Diferencias/ Similitudes |
Número |
"Muchas"; 12 documentadas |
15 |
|
Contenido Especificidad Organización |
No específico Aleatorio, sin patrón
|
Específico Patronizado |
Diferente Diferente |
Relacionado a actividades del entorno mientras estaba consciente |
Relacionado |
No relacionado |
Diferente |
Sentido de realidad |
Paciente pensó que la experiencia era irreal |
Paciente estaba convencido que la experiencia era real. |
Diferente |
Recuerdo del tiempo transcurrido
Vividez de las imágenes
Disminución del recuerdo
Completud del recuerdo
|
Algo vívido
Pocos recuerdos
Algun contenido omitido
|
Todo vívido
Todo el recuerdo
Todo el contenido
|
Diferente
Diferente
Diferente
|
Las diferencias que Sartori (2004) encontró sugieren que las ECM no son alucinaciones tal como este último fenómeno se suele entender. Sin embargo, este hallazgo por si sólo no descarta la posibilidad de que las ECMs puedan constituir dos diferentes "clases" de alucinaciones cuyo contenido es igualmente irreal. Las ECM se experimentan no sólo como claramente reales sino "hiperreales". Además, no está claro en su investigación cómo se eligieron los 12 casos de los "muchos" casos de alucinación a la que ella se refiere. Los detalles de su protocolo de investigación deben ser conocidos para determinar si algún sesgo de muestreo pudo haber estado involucrado.
En segundo lugar, Sartori (Near Death Experiences: The Proof, 2006) comparó a las personas que tuvieron ECM y que vieron sus cuerpos cuando eran reanimados con los casos de quienes tuvieron ECM pero "que no vieron sus propios cuerpos" (2006, p.3) y sólo se puede especular sobre el proceso de reanimación. Utilizo el término "se puede" porque este estudio se publicó en una revista popular, y el autor no incluyó detalles del protocolo de investigación de Sartori. Los autores dicen que Sartori encontró que los 11 pacientes que vieron sus cuerpos durante sus experiencias de proximidad a la muerte pudieron describir con precisión como el personal médico los había reanimado, mientras que Sartori lo cita diciendo: "Los que no vieron su propio cuerpo trataron de adivinar lo que les pasó y siempre se equivocaban. Por lo general, describían escenarios de programas de televisión como Casualty o ER, y muy ocasionalmente creian que habían sido "sometidos" a un desfibrilador, incluso cuando no había ninguno" (2006, p.3). Basados en otras publicaciones, si su protocolo de investigación resiste el escrutinio, entonces sus resultados tendrán el potencial para aclarar la distinción entre alucinaciones, meras adivinanzas, y aparente percepción verídica.
Esto nos recuerda una vez más la investigación de Sabom (1982), una de las últimas críticas de su trabajo es digno de mención:
Gabbard y Twemlow (1984) criticaron además que "sólo seis de los 32 casos con suficiente detalle de ECM permitieron una validación a posteriori. Las probabilidades involucradas en tales informes son difíciles de imaginar, pero... solamene el azar podria explicar estos resultados" (Gabbard y Twemlow 1984, p.96-97). Precisamente porque las probabilidades son difíciles de imaginar, que un estudio más creíble utilizaría un estímulo [perceptual que] pueda ser manipulado, haciendo así los resultados susceptibles de análisis estadístico (Miner Holden 1988, p. 52).
El control del estímulo perceptual es el dominio de futuros estudios de PVs.
ESTUDIOS PROSPECTIVOS QUE IMPLICAN OBJETIVOS PERCEPTUALES
Consideraciones preliminares
Antes de ocuparnos de una revisión de estudios de campo prospectivos, es importante aclarar por qué estamos haciendo citando estas investigaciones como estudios de campo y no como experimentos. En los experimentos "clásicos" (Heppner, Kavlighan y Wampold 1999, p. 40), los investigadores controlan o alteran una variable, llamada variable independiente, y examinan el efecto de una variable sobre otra, la variable dependiente, un cambio en la variable dependiente presume que está causada por el control o cambio de esa independiente (Heppner, Kavlighan, y Wampold 1999, p. 41). La idea general de una investigación prospectiva de PVs es presentar continuamente un estímulo perceptual controlado, cognoscible sólo a una persona que tiene la ECM, en un entorno en el que las ECMs es más probable que ocurran. Aunque el investigador de campo tiene el poder de controlar o cambiar el estímulo perceptual, este control o cambio no hace que una persona lo perciba. La investigación no ha permitido a los investigadores conocer una o varias de las "causas" de las ECMs o de las percepciones específicas durante tales experiencias: No es posible aún predecir, incluso en el caso de un paro cardiaco o un paro respiratorio, quien tendrá una ECM; o si una ECM incluirá un aspecto material, entre los que las tienen, la ubicación de la percepción supuestamente consciente, y si esta "mente consciente" percibirá, o incluso estará tratando voluntariamente de percibir cualquier característica particular del entorno material. La supuesta percepción ECM es causada por factores que escapan al control del investigador. Por consiguiente, controlar o cambiar la naturaleza del estímulo perceptual no hará que éste se perciba, aunque puede aumentar la probabilidad de que la ECM la perciba. De modo que la investigación de PVs no implica experimentación per se, sino más bien, estudio de campo.
A partir de Moody (1975), numerosos autores han sugerido -insistido, y hasta exigido- a los investigadores hacer estudios de PVs (Holden, 1988; Lundahl y Gibson, 2000; Parma y Fenwick, 2002; Ring y Lawrence, 1993). Desde entonces, se han publicado varios protocolos de investigación básica: En aquellos lugares donde las ECM probablemente se produzcan, instalar algunos estímulos perceptivos y luego entrevistar a todo aquel que diga que sobrevivió a un episodio de proximidad a la muerte y describir los estímulos cercanos a esa persona para evaluar de este modo lo percibido. Algunos autores hicieron incluso algunas mejoras, por ejemplo, colocar el estímulo para que sea perceptible por una persona pero no por otras personas en esa misma área, de hecho, para descartar la posibilidad de que un entrevistador u otros puedan, intencionalmente o no, transmitir el contenido de ese estímulo a la persona través de medios normales o incluso paranormales, diseñarlo de modo que el estímulo no sea conocido ni siquiera para el equipo de investigación. Sin embargo, más allá de estas directrices, los investigadores todavía tenían varias preguntas. Afortunadamente, la investigación responde al menos algunas de éstas, a saber:
 En todos los estudios de este tipo, los investigadores plantearon problemas con los visitantes y/o personal que miraba el objetivo y, por lo tanto, atentaban contra el protocolo de investigación. La mayoría de los investigadores tuvieron que trabajar intensamente y a veces incluso con el personal del hospital para lograr su cooperación, de no alterar ni leer a escondidas los objetivos.
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Por ejemplo, ¿bajo qué condiciones debe llevarse a cabo la investigación de campo? Para responder a la pregunta de si la conciencia funciona independiente del cerebro, la investigación debe apuntar al momento en que el cerebro no está funcionando. Esta condición es más fiable si se consigue durante un paro cardiaco. El ambiente en que el paro cardiaco se produce más probablemente es en hospitales. Por lo tanto, los sitios exclusivos para la investigación de las PVs son -hasta ahora- los hospitales, con mayor frecuencia en sus unidades de cuidados intensivos.
¿Qué tipo de estímulo perceptual se debe usar? Las personas con ECM hablan de una percepción a través de dos modalidades sensoriales: el sonido y la visión. Los estímulos sonoros son difíciles de aislar: Sería difícil emitir un sonido que sólo sea escuchado por la "consciencia fuera del cuerpo" de una persona durante una experiencia ECM en la misma habitación donde también está el cuerpo físico de la persona que tiene tal experiencia.
¿Y dónde se puede colocar el objetivo visual? La mayoría de las ECMs implican una percepción en proximidad al cuerpo físico (Greyson, 2000). Incluso más específicamente, en un estudio (Holden, 1989; Miner Holden, 1988) de 63 casos de ECM, aproximadamente el 70% manifestó que la conciencia estaba situada por encima de su cuerpo físico, la mayoría cerca del techo. Estos resultados confirman lo que otros autores sugieren: Para aislar el estímulo, uno debe estar situado por encima del nivel de los ojos de cualquier persona en la habitación, mirando hacia el techo, para ser potencialmente visible sólo desde la perspectiva del techo.
¿Y cuál debería ser la naturaleza del estímulo? Aquí, la pregunta es un poco más compleja. ¿Qué puede verse como material, y en qué grado esta visión de la ECM se corresponderá con la visión física? En algunos relatos, las personas con ECM han mencionado elementos visuales coloreados, reconocimiento de objetos, movimientos y la capacidad de leer los monitores y los equipos electrónicos. ¿Pero era el "rojo" físico percibido como "rojo" en las ECMs? Y ¿qué pasa con otros aspectos de la percepción "visual"?
En el estudio de percepción "visual" en ECM de Miner Holden (1988), alrededor del 75% dijo haber visto claramente y sin distorsión durante sus experiencias que el color que percibían en su ECM era similar al color percibido físicamente, y que el campo de visión de la ECM era tan bueno o mejor que su campo de visión físico. Alrededor del 60% dijo que tenía, en su mayor parte o totalmente, recuerdos completos y precisos de lo que vieron durante sus experiencias y que probablemente podían leer durante sus experiencias. Algo menos alentador fue la atención a los detalles extraños, es decir, detalles del entorno que no sean la actividad relacionada con sus cuerpos físicos: los encuestados dijeron que estarían atentos a los detalles,. Otros dijeron que no se sentirían atraídos por factores que llamen su atención, como movimientos o cambios de brillo.
Además de estas preguntas, los encuestados dijeron cosas acerca de ser entrevistados por su ECM a posteriori. Los resultados mostraron que la investigación hospitalaria estaba justificada; el objetivo debe ser visual, intensamente coloreado y luminoso; se debe poder leer un número extremadamente simple o combinaciones de letras; el objetivo visual debe colocarse lo más lejos posible del percipiente por debajo del nivel del techo; ningún participante de la investigación debe estar excluído en base a ninguna variable personal o socioeconómica; factores farmacológicos y una experiencia no menor a 10 minutos de duración que interfiera el recuerdo de la ECM; y no todos los participantes estar necesariamente dispuestos a participar en una entrevista inmediatamente después de su ECM. A la luz de las investigaciones que se han llevado a cabo desde 1988, una de las conclusiones del estudio parece bastante más profética ya que "el proceso de acumular suficientes datos en la investigación hospitalaria puede ser muy larga. De modo que se recomienda que este tipo de investigación se lleve a cabo simultáneamente en más de un hospital" (Miner Hoiden 1988, p. 126).
Sin embargo, ya se hizo una investigación de este tipo. Ese estudio y otros cuatro posteriores son tema de interés. Todos los investigadores emplearon un diseño "totalmente ciego" en el que se pretendía que ninguna persona viva supiera el contenido exacto del objetivo visual hasta después de la entrevista al participante. El control de esto ha mostrado ser un gran desafío. Tres estudios (Holden y Joesten, 1990; Parnia et al., 2001; Sartori, 2004) en el que usaron objetivos estáticos, y otro (Lawrence, 1996, 1997) que empleó un monitor con un objetivo dinámico, ambos mostrando el objetivo de forma continua estaban visibles, con algún esfuerzo, para el personal del hospital y otras personas en la habitación. En todos los estudios de este tipo, los investigadores plantearon problemas con los visitantes y/o personal que miraba los objetivos y, por lo tanto, atentaban contra el protocolo de investigación. La mayoría de los investigadores tuvieron que trabajar intensamente y a veces incluso con el personal del hospital para lograr su cooperación, de no alterar ni leer a escondidas los objetivos.
El otro estudio (Greyson, Holden y Mounsey, 2006) tenía una pantalla más pequeña y casi aleatoria antes de un procedimiento electrofisiológico, en el que se induce una arritmia cardíaca con propósitos de diagnóstico y tratamiento de los trastornos del ritmo cardíaco, una investigación que iría paralela a la investigación del estudio electrofisiológico, subir a una escalera y encender el equipo que fue montado boca arriba con el monitor situado en el centro de la habitación. El ordenador fue programado para seleccionar una serie de 60 animaciones (como en 11 horas, 36 minutos, y 29 segundos) cuando el investigador enciende el dispositivo. La computadora tarda 20 segundos en arrancar y mostrar la pantalla -un montón de tiempo hasta que el investigador sale del campo visual de la pantalla, luego se apaga automáticamente en 90 minutos, y finalmente graba un código que permite más tarde identificar el objetivo que se había mostrado. Estos investigadores no tuvieron ningún problema comprometido con la condición a ciegas de esta investigación.
Incluso con un personal hospitalario bien informado, un objetivo visual que se muestra continuamente hace vulnerable al protocolo de investigación. Si las condiciones de investigación no se pueden mantener, cualquier resultado positivo puede atribuirse a fuentes físicas de conocimiento, en lugar de una ECM. Sin embargo, usar objetivos visuales más controlados es complejo y costoso de diseñar y utilizar. Estos factores son más importantes para futuras investigaciones. Cámaras de vigilancia de filmación continua escondidas en la habitación para evitar un posible fraude es una alternativa posible.
 Otra cuestión central que Susan Blackmore se pregunta es ¿cuándo se produce exactamente una ECM; cuando el corazón del paciente se ha detenido y o cuando el cerebro deja de funcionar?
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Otra cuestión central que Susan Blackmore (Broome, 2002), entre otros, se preguntan es: ¿Cuándo se produce exactamente una ECM? ¿Ocurre cuando el corazón del paciente se ha detenido y el cerebro deja de funcionar? Para "capturar" ese detalle del problema de la hipótesis de percepción de una ECM, Bruce Greyson, Janice Holden y Mounsey (2006) incluyeron en cada secuencia de animación de 20 segundos, una pantalla de tres segundos de duración con la hora actual, con la esperanza de que la hora "vista" que correspondiera al momento del paro cardíaco quedara registrada en el estudio electrofisiológico. Tal estrategia no es la única posible para responder a la pregunta de cuándo se produce una percepción verídica en la ECM; otros investigadores tendrán que resolver este problema y cómo van a mantener las condiciones de investigación "a ciegas."
La conclusión de los resultados de estos cinco estudios es bastante decepcionante: Ningún investigador ha tenido éxito en capturar un sólo caso de PV. Hay muchas posibles explicaciones. Una posibilidad es que la PV no existe. Otra es que, siendo rara en la literatura, esto ya indica lo extremadamente rara que es bajo condiciones controladas de investigación, es decir, las condiciones necesarias para que alguien que padece un paro cardíaco tenga una ECM con una PV desde un lugar en el que el objetivo pueda ser percibido, son muy raras. Sin embargo, otra explicación es la naturaleza misma de la percepción bajo el estado de ECM, es decir, para muchas personas es más una cuestión de sentimiento y de sentido personal o existencial que una percepción física. Si esto es así, ¿qué tipo de objetivos visuales implicarían sentimientos y significados para las personas cuya ECM no se puede, por el momento, predecir? Hasta aquí, vamos a resumir las conclusiones, implicaciones y aplicaciones.
RESUMEN
Teniendo en cuenta las fuentes hasta antes de 1975, los estudios sistemáticos, y las revisiones de pares, la bibliografía de ECM contiene probablemente no más de 150 casos anecdóticos en los que las personas con ECM y otros han tratado de corroborar sus experiencias: que durante su ECM experimentaron una percepción verídica aparentemente no física (no mediatizada por los sentidos físicos, como la vista y el oir), es decir, la percepción exacta del mundo material que no debería ser posible dada la condición y/o localización de sus cuerpos:
- De los aproximadamente 100 casos, una pequeña minoría involucra errores, o posibles errores, y la gran mayoría, desde una muy débil a una muy fuerte evidencia de que la PV era exacta.
- En algunos de los casos con mayor fuerza probatoria, la mayoría de los investigadores han descartado explicaciones alternativas a la hipótesis de la percepción no fisica,
- Sin embargo, debido a la naturaleza incontrolable de los casos anecdóticos, las explicaciones alternativas permanecerán abiertas a debate; por estas razones, la investigación controlada de PVs parece justificada.
- Hay cinco investigaciones controladas de PV en hospitales.
- Ninguno de estos estudios arrojo siquiera un caso de PV.
- Si la investigación controlada de PV ha de continuar, es probable que sea un proceso complejo y prolongado y, por lo tanto, costoso.
CONCLUSIONES
En un intercambio de emails con Bruce Greyson respecto al estado actual de la investigación de PVs, el eminente investigador Kenneth Ring dijo:
"Existe tanta evidencia anecdótica que sugiere que estas personas pudieron, por lo menos en algún momento, percibir verídicamente durante sus ECM... ¿pero es cierto que en todo este tiempo no ha habido un sólo caso de percepción verídica bajo condiciones controladas? Quiero decir, treinta años después, sigue siendo un tema vacante (hasta donde yo sé). Sí, excusas conozco. Pero, realmente, ¿no tendríamos que sospechar que a estas alturas hay más casos que sólo estos pocos?..."
"Mi interpretación: Que la ECM está gobernada por el Embaucador 1 que quiere burlarse de nosotros, pero nunca nos da la "pura verdad", por lo que la gente se sigue angustiando, y mientras tanto la búsqueda elusiva del gato negro 2 en el laboratorio... sigue frustrando a los investigadores y da excusas a los escépticos. Quizás Raymond Moody tenga razón cuando dice que hay un diablillo en el armario de la parapsicología… con sentido del humor, claro!" (Comunicación personal, 7 de septiembre de 2006)
El Embaucador es "un personaje astuto y engañoso que aparece de diversas formas en el folklore de muchas culturas" (Merriam Webster Online Dictionary, 2008). En la cara de los intentos fallidos de capturar la percepción verídica, incluso hay otra explicación: que alguna fuerza, por alguna razón, está utilizando artimañas para engañar a la humanidad al ocultar la evidencia de la percepción verídica no física.
 "Si usted esta leyendo esto, entonces está muerto" -reza el chiste. Los investigadores Bruce Greyson y Janice Holden grabaron una secuencia de animación de 20 segundos en una pantalla de tres segundos de duración con la hora actual, con la esperanza de que la hora "vista" durante le ECM quedara registrada en el estudio electrofisiológico.
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Alfred Adler afirma que las conclusiones llegan a guiar ficciones que influyen en los futuros cursos de acción. Si uno llega a una conclusión escéptica -o, cuanto mucho, cínica- de que la percepción verídica no física es inexistente corre el riesgo de no buscar evidencia de ello y lo que no se busca rara vez se encuentra o, desde el punto de vista de la realidad, no se co-crea. Para mí, el peligro de concluir que el Embaucador está funcionando es sentirse impotente y asumir un papel pasivo, esperando el capricho de esa fuerza externa que algún día permita que la evidencia de la percepción verídica no física sea revelada.
Respecto a los esfuerzos fallidos de investigación PVs controlada, hasta el momento, el sabio consejo de Albert Einstein puede sernos útil. En 1921, dijo, "Raffiniert ist der Hengott, boshaft aber nicht er ista" [Dios es sutil, pero no malicioso] (Clark, 1971). Cuando se le preguntó a qué se refería, Einstein respondió: "La naturaleza esconde su secreto porque es sublime, no por astucia" (País, 1982). ¿Qué fenómeno podría ser más sutil que una inesperada ECM en la que, al parecer, las personas suelen percibir objetos basados en las características emocionales de los objetos más que en sus características inanimadas? ¿Y qué aspecto de la naturaleza se podría comparar en grandiosidad, en palabras Pim Van Lommel (2004), a "la continuidad de la conciencia" más allá de sus asociaciones físicas? El objetivo de la investigación PV puede implicar un grado similar en sutileza y duración como la meditación para alcanzar la iluminación. Ni el cinismo ni la renuncia en el ejercicio de dicha condición es más sutil. Si la percepción verídica no física se confirma, dependiendo, de nuevo, de la visión de la realidad, esto llevará a los investigadores con resolución, perseverancia y paciencia, a sumar recursos financieros para su estudio. Quizá un final elegante sería preguntarnos lo que ya planteara F.W.H. Myers en 1892: "¿Por qué no hacer de cada lecho de muerte, el punto de partida de un largo experimento?"
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* Janice Miner Holden, Ed.D., LPC, LMFT, NCC, es profesora de Counseling de la Universidad del Norte de Texas en Denton, TX, donde se desempeña como Presidente Interina del Departamento de Counseling y Educación Superior. Durante más de 20 años, ha sido docente de las experiencias cercanas a la muerte, en conferencias, publicando tanto a nivel nacional como internacional. Ha sido miembro de la Junta Directiva de la International Association for Near-Death Studies y su presidente durante tres años, y actualmente como editora del Journal of Near-Death Studies.
** Originalmente publicado bajo el titulo "Veridical Perception in Near-Death Experiences" en B. Greyson, B., J. Miner Holde, & D. James (2009). Handbook of Near Death Experiences: Thirty Years of Investigation. Santa Barbara, CA: ABC CLIO. Agracecemos a la autora permitirnos reproducir este capítulo en nuestro e-boletin Psi. Las Tabla 9.1. de la versión original no ha sido reproducida por razones de espacio. Traducido del inglés por Jorge Villanueva.
1 En Mitología, y en el estudio del folklore y la religión, un embaucador es un dios, diosa, espíritu, hombre, mujer o animal antropomórfico que juega malas pasadas o desobedece las reglas y el comportamiento convencional. Hansen (2001) sugiere que el término "Trickster" probablemente fue empleado utilizado por primera vez en este contexto por Daniel G. Brinton en 1885 (N. del T.).
2 "Gato negro" es una metáfora para la investigación psi en laboratorio que ilustra las dificultades inherentes al estudio de psi, la expresión es "investigar psi es equivalente a atrapar a un gato negro en una habitación oscura".
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