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REFLEXIONES ACERCA DE LOS MAGOS Y SU RELACIÓN CON LA INVESTIGACIÓN PSÍQUICA:
REFLEXIONES DESDE LA SOCIOLOGÍA Y LA PSICOLOGÍA SOCIAL*
Marcello Truzzi**
Marcello Truzzi
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Los mundos de la investigación psíquica y de la magia1 tienen mucho en común, pero también son fundamentalmente diferentes. Los profesionales de ambos territorios están limitados a diferentes reglas o normas sociales. Si bien por lo general se los considera similares, estos dos mundos son altamente complejos y diferentes entre si. Ambos contienen elementos, tanto de ciencia como de recursos económicos. Ambos nuclean tanto profesionales como amateurs, científicos y sensacionalistas, académicos y aficionandos, gente honesta y charlatanes. Como veremos, son mundos en donde los buscadores de la verdad en torno a estos temas, los "buenos," a veces se convierten en "malos," y viceversa. En ambos mundos, no todo es lo que parece. Mucho se ha escrito sobre el problema del fraude y los sesgos perceptuales en la investigación psíquica, pero lo fundamental aqui es demostrar que existen problemas vinculados con la falta de autenticidad, similar a la que se encuentra en algunos de los críticos más respetables.
Richard de Mille (1979) nos enseña que debemos saber distinguir entre lo que él llama "autenticidad" y "validez." La primera se refiere a la sinceridad y a las credibilidad de un proponente, la otra se refiere a la realidad de un fenómeno que se pretende como tal. Una de las dificultades para estudiar a los psíquicos, a los investigadores psíquicos, y a los magos, tiene que ver con esto. Hay muchos que pretenden presentar pruebas, pero pocas parecen ser auténticas. Incluso los psíquicos deshonestos que creen en psi, asi como los psíquicos profesionales, también tenemos a los críticos abiertos a la posibilidad de psi. Ellos, al menos privadamente, admiten cierto grado de creencia de lo que públicamente niegan. Este informe bordea el problema de la autenticidad. El resultado es siempre una actividad engañosa, y sabemos de muchos que parecen ser capaces de disimular ideas contradictorias incluso y especialmente, acerca de si mismos.
A diferencia de la literatura de investigación psíquica, la mayor parte de la cual está accesible al público, la literatura sobre magia ha estado tradicionalmente escondida para aquellos fuera del círculo de practicantes de la magia. Los magos protegen sus secretos profesionales; a veces los mantienen celosamente lejos del alcance de cualquier otro mago. Hasta hace poco, los secretos del oficio del mago se transmitían vía una iniciación o por tradición oral; incluso hoy día algunos de los más grandes secretos (que los magos llaman el "verdadero funcionamiento") siquiera se han guardado en los archivos de algunos magos. La mayor parte de los procedimientos de la magia se publican en centros especializados y se distribuyen solamente entre los miembros de las entidades mágicas (por ejemplo, International Brotherhood of Magicians, Society of American Magicians, the Magic Circle, entre otras) e intentan limitar su accesibilidad al público en general. Muchas de estas publicaciones, sobretodo las revistas de magia, tienen comentarios (a veces bien informados y en forma amable) en materia de investigación psíquica, pero la mayor parte de la cual los estudiantes de parapsicología nunca leen. Por lo general, estos trabajos no se venden en librerías (la mayoría son publicaciones para iniciados). No obstante, con el surgimiento de nuevas unidades acádemicas, muchas de estas publicaciones restringidas ahora se pueden encontrar en algunas pocas librerías especializadas (casi siempre cerca de revistas y artículos de teatro para coleccionistas) y existen unos pocos catálogos para investigadores que recién se inician (p. ej., Coleman, 1987; Jay, 1990; Price, 1929, 1935; Tigner, 1989).
Como ocurre en la investigación psíquica, los estudios de magia abarcan desde los más desinformados hasta los más completos. Debido a que el estudio de la magia y su historia no está incorporada a ninguna carrera académica especializada, algunos autores escribieron su mayor parte, por lo general interesante, pero bastante vaga. Uno de los principales problemas es con quien aprender cuando no se encuentran escritores serios y respetables. Incluso algunos de los más reconocidos libros de magia han sido duramente criticados por sus errores, pero normalmente esto se hace en privado y hay que leer a determinados comentaristas para saber cuáles son estos errores.
El grupo Magic Collectors Association, y su publicación Magicol, es un excelente medio de información, así como también libros y artículos de importantes bibliotecas privadas. Debemos prestar suma atención a los autores de la historia de la magia, como Milbourne Christopher, Harry Price (cuyos libros se encuentran en la Universidad de Londres), Sidney W. Clarke, Henry Ridgely Evans, Harold Adrian Smith (cuyos artículos aparecían citados en la revista Tops, entre los años 1936 a 1940 (se pueden encontrar en la biblioteca de la Universidad de Brown; ver Wilmeth y Stanley, 1989), John Mulholland (cuya biblioteca es propiedad de David Copperfield), Trevor H Hall, Eric J. Dingwall, Edgard Heyl, y S. H. Sharpe (todos fallecidos), y David Price, Robert Gill, y John Booth (aún vivos). Quizás el trabajo más profesional es el de Edwin A. Dawes (que escribe una columna de historia para la revista Magic Circular) y Ricky Jay (que escribe y publica en el Jay's Journal of Anomalies).
Muchos escritos de magos o psíquicos (que se pueden conseguir en librerías) han venido siendo duramente criticados o desacreditados, especialmente los de los magos afiliados a organizaciones escépticas, como el Committee for the Scientific Investigation of Claims of the Paranormal (CSICOP) (ver Hansen, 1992) y esto ha eclipsado a los escritos más favorables o, al menos, agnósticos -pero menos conocidos- de otros magos. Recientemente, hay algunos parapsicólogos que se han preocupado seriamente por estudiar la literatura mágica y que han escrito trabajos importantes mostrando otros estereotipos del mago en su rol de refutador y al parapsicólogo como un ingenuo, víctima de un engaño. Estos nuevos investigadores psíquicos, que parecen estar bien informados de la metodología de la magia, están ayudándonos a tender un puente entre ambas culturas (ver especialmente, Auerbach, 1983, 1987, 1988; Hansen, 1984, 1985a, 1985b, 1986, 1987, 1988, 1989, 1990a, 1990b, 1992a, 1992b; Haraldson y Wiseman, 1995; Morris, 1982, 1986; Werry, 1980; Wiseman, 1991, 1992, 1995; Wiseman, Beloff y Morris, 1992; Wiseman y Haraldson, 1995; Wiseman y Morris, 1994, 1995a, 1995b).
Una última observación antes de continuar: así como hay literatura sensacionalista sobre temas paranormales (que van desde tabloides a artículos escritos para lectores de divulgación por quienes dicen llamarse "expertos") también existe un gran efectismo e investigaciones de pésima calidad en el mercado de ciertos autores de magia. Estos escritos, en su mayoría, son históricamente incorrectos y contienen más publicidad que verdad. Y en el caso de algunos magos refutadores, si examinamos sus argumentos bien de cerca, no dejan de ser -en realidad- pseudo-refutadores.
MAGOS E INVESTIGADORES PSÍQUICOS
Aunque la relación entre los magos y los investigadores psíquicos es compleja, los investigadores psíquicos deben pedir el auxilio de los magos para detectar fraudes. El Dr.Eric J Dingwall, uno de los más veteranos miembros del London'd Magic Circle y pionero de la investigación psíquica, hasta el momento de su fallecimiento, en 1986, dijo:
Ver a un hombre de ciencia en una seánce a veces permite darnos cuenta de cuán pobre es la formación científico cuando hace estudios objetivos o hace un juicio equilibrado... En este campo, el investigador debe... tener conocimiento de los principios de la magia, el fraude y las técnicas de misdirection [distracción perceptual] que compete a la psicología. (Dingwall, 1962, p. 207)
Todavía hay muchas personas, incluyendo investigadores psíquicos y magos, que creen que las investigaciones psíquicas y la magia son territorios antagónicos. Martin Gardner sostiene que el mago es el "verdadero enemigo" de los parapsicólogos (Gardner, 1983, p. 18). Gardner quizá sea el más fuerte defensor de esta posición:
¿Acaso estoy diciendo que todos los investigadores psíquicos deberían estar entrenados en magia o buscar el auxilio de los magos antes de testificar a favor de los milagreros? Eso es exactamente lo que digo. Hasta el científico más eminente, si ignora los procedimientos elementales de la magia, puede caer en manos de un hábil charlatán (Gardner, 1983, pp. 18-19).
Este cuadro de situación se debe, aparentemente, a la popularidad de unos pocos magos (incluyendo el mismo Gardner) que han actuado como críticos frente a la opinión pública. Muchas personas conocen las luchas anti-espiritistas del Harry Houdini que tuvieron una enorme repercusión gracias a la forma en que se desenmascararon a los médiums fraudulentos. Houdini siguió la tradición de John Nevil Maskelyne, quien junto a su amigo, George Alfred Cooke, demostraron y luego reprodujeron los fenómenos de los hermanos William Henry Harrison e Ira Davenport en 1865. Cuando Maskelyne publicó Modern Spiritualism en 1876, se ganó la fama de experto en el desenmascaramiento público del fraude del médium y actuó como perito del Juez en la Corte que juzgó los delitos del famoso médium americano Henry Slade (que murió en 1905) por sus efectos fraudulentos. Desde entonces, muchos magos hicieron demostraciones públicas de los médiums espiritistas como parte de sus shows teatrales, y naturalmente, dio la impresión de que los magos eran enemigos acérrimos de lo sobrenatural. Durante muchos años, Joseph Dunninger fue sucesor de Houdini como refutador público de los espiritistas, y actualmente el último sucesor en este linaje es James ("El Asombroso") Randi.
Martin Gardner sostiene que el mago es el "verdadero enemigo" de los parapsicólogos.
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En 1981, con motivo de la convención anual de la Parapsychological Association, administré una encuesta entre sus miembros donde les pregunté si estaban o no de acuerdo con la siguiente afirmación: "La mayoría de los magos creen en la realidad del psi." Sólo el 3% de los encuestados dijo estar de acuerdo (el 47% estuvo en desacuerdo y un 50% no estaba ni de acuerdo ni en desacuerdo). La realidad acerca de cómo los magos ven este tema parece ser bastante diferente. En una encuesta llevada a cabo por Pearl Birdsell (1981), en un encuentro de magos en California, Birdsell encontró que el 82% expresó creer en la PES; Lutz Muller (1980) encontró la misma respuesta en el 72.3% de los magos encuestados en el Germany Magic Circle, quienes expresaron que probablemente psi es real.
Ahora bien, si las experiencias psi son irreales uno puede esperar que los magos especializados en trucos que simulan eventos psi sean quienes tienen una actitud hostil hacia la parapsicología, pero la verdad parece revelar lo contrario. En 1979 administré una encuesta entre los miembros de la Psychic Entertainers Association (PEA), un grupo internacional dedicado a imitar efectos psi, y obtuve resultados sorprendentes. Sus miembros indicaron que el 87% creía que la PES "verdaderamente existe" y el 25% señaló que creía que la "ciencia había demostrado la existencia de la percepción extrasensorial." Sin embargo, de un tiempo a esta parte, la creencia en psi ha declinado bastante entre los miembros de la PEA. En una nueva encuesta que realizé en 1993, encontré respuestas "sí" en un 47% a la pregunta "¿cree usted en la PES?, un 20% de respuestas "no sé," y 33% de respuestas de "no" (Miller, 1993). No se puede comparar ambas encuestas, pero lo cierto es que PEA ha venido cambiando sustancialmente la composición de su membresía (desde 1993 se han incorporado más magos amateurs que profesionales), y no tengo más información del promedio de respuestas desde esta última encuesta (Truzzi, 1995a).
Comparándolo con los datos que la encuestadora Gallup en el público norteamericano, parece que los magos creen en la PES más que el promedio norteamericano. Por eso, cuando Richard Reichbart escribió que "la mayoría de los magos tienen una tendencia anti-psi" (1978, p. 170) en un artículo para el Journal of the American Society for Psychical Research ("Magic and Psi" [Magia y Psi]), estaba reflejando la visión general de los parapsicólogos, pero no la opinión real de lo que encontramos entre los magos.
Pese a esta malinterpretación, mi encuesta sobre los parapsicólogos mostró que el 92% estaba de acuerdo con la afirmación "los magos pueden jugar un rol positivo en parapsicología" y el 70% manifestó que "los magos deben consultar a los parapsicólogos para la administración de los tests a los psíquicos." Birdsell, a favor de los magos, encontró un 71% de respuestas positivas a la pregunta: "¿Cree usted que la comunidad cientifica ortodoxa debería aceptar y contribuir a la investigación parapsicológica?" De modo que hay muchas razones para creer que tanto los magos como los parapsicólogos deberían darse la oportunidad de trabajar juntos y de manera constructiva.
Antes que comienze esta cooperación, será necesario un poco de educación, tanto de los investigadores psíquicos como de los magos; ambos grupos padecen de un gran número de estereotipos erróneos -que el público comparte- acerca de la historia de la magia y los problemas involucrados con la parapsicología. Discutiré algunos hechos históricos y consideraciones sociológicas que, espero, podrán sorprender pero al mismo tiempo estimular nuevas apreciaciones de lo que necesitamos si es que hay alguna posible cooperación entre los magos y los investigadores psíquicos.
MULTI-DIMENSIONALIDAD Y MULTIPLICIDAD DE ROLES
Es común leer autores que distinguen entre cinco tipos de actores: médiums, psíquicos, mentalistas, magos e investigadores psíquicos. Actualmente conforman un continuo de roles sociales conceptualizados en forma pura (lo que los sociólogos denominan "tipo de constructo") pero que empíricamente se yuxtaponen. Los mediums son personas que dicen tener contacto con un mundo "sobrenatural" diferente. En Estados Unidos y en Inglaterra forman parte del movimiento espiritista y dicen comunicarse con personas desencarnadas. Los psíquicos, por otra parte, son personas que dicen tener poderes mentales inusuales, como la telepatía, la clarividencia, la precognición (constituyen lo que J.B. Rhine llamó percepción extrasensorial o PES) y la psicokinesis (acción de la mente sobre la materia o PK).
La mayoría de los parapsicólogos agrupan estas cuatro habilidades y las denominan psi. Los mentalistas son personas -por lo general magos- que se especializan en simular psi (son pseudo-psíquicos, sobretodo actores de teatro que asumen el rol de psíquicos legítimos). Son artistas cuyo propósito es entretener. Los magos son personas que tambié entretienen simulando hazañas imposibles; a veces incluyen efectos psi, e incluso fenómenos ocultistas, pero su auditorio entiende claramente que se trata de trucos e ilusiones. Los investigadores psíquicos (conocidos como parapsicólogos) tratan de examinar científicamente tales fenómenos o habilidades supra-normales. Los investigadores psíquicos van desde quienes realizan investigación de campo de relatos descriptivos (y anecdóticos) de fenómenos espontáneos hasta los parapsicólogos que experimentan en laboratorio en busca de fenómenos predictibles y repetibles.
Es importante distinguir entre lo que el sociólogo Ervin Goffman (1959), en términos teatrales, llamó presentaciones del Yo "en escena" y presentaciones del Yo "detrás de escena." Básicamente, distingue entre un yo público y un yo privado. Para cada uno, una persona puede estar en grupo (el Yo en escena) y el otro a solas (el Yo detrás de la escena). Por ejemplo, artistas como el "medium" contemporáneo Frances Willard o el "psíquico," ya fallecido, David Hoy (Godwin, 1974), estaban cerca de los magos y conocían bien sus trucos en actos públicos. Un mentalista que simula un fenómeno psi en privado podría creer que realmente es un psíquico, pero considera que su psi está muy poco desarrollado como para hacer una buena demostración.
Eusapia Palladino puede ser descrita como una "medium-mixta". Si bien ha producido fenómenos paranormales genuinos, también lograba engañar cuando tenía oportunidad. De hecho, cuando Thurston fue testigo de la levitación de una mesa ofreció u$ 1.000 a cualquiera que pudiera probar que Palladino no podía levitar la mesa sin trucos ni fraude.
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A veces los investigadores psíquicos describen a los médiums, como Eusapia Palladino, como "medium-mixtos," ya que si bien quizás haya producido fenómenos paranormales genuinos, también lograba engañar en toda ocasión que tuviera oportunidad. Muchos investigadores psíquicos afirmaban que Uri Geller, que usaba técnicas de prestidigitación, era un psíquico genuino. Otros, que públicamente actuaban como desenmascaradores en lo privado, quizá creían en lo paranormal (Harry Price particularmente llegó a acusar varias veces a Houdini de ésto). Otros investigadores psíquicos hacían pública su presunta objetividad científica, mientras que en privado actuaban como cómplices de los psíquicos a los cuales supuestamente estaban investigando (una acusación bastante injusta se hizo contra Hereward Carrington en relación a la médium E. Palladino). A veces también los espiritistas acusaban a los magos de poseer poderes mediúmnicos. Todas estas categorías y sus combinaciones son empíricamente posibles, pero por lo general, los roles públicos y privados de la mayoría de estas personas eran algo diferentes. He escuchado en privado a super-refutadores, como James Randi, expresar una visión menos dogmática de lo que se esperaría de un pronunciamento público, y de manera similar, algunos psíquicos conocidos admiten privadamente la posibilidad de que se haya interpretado erróneamente sus experiencias de una manera que -naturalmente- no reconocerían en público.
Si bien por lo general se piensa en los grandes magos-desenmascaradores como personas totalmente escépticas, de hecho, hay casos totalmente direrentes. Por ejemplo, Julian Proskauer, en uno de sus más virulentos libros anti-espiritistas (Spook Croks!),reconoce que "en escena se han dado fenómenos inexplicables" (Proskauer, 1932, p. 300). También, Joseph Dunninger, que creía sinceramente en la telepatía (Dunninger, 1944, 1956, 1974; Schuwarz, 1980), señalaba que "los verdaderos líderes de la magia profesional acuerdan unánimente que entre el 90 y el 95% de los médiums espiritistas son fraudulentos; y que el resto probablemente no lo sea." (Dunninger, 1935, p. 10). Aunque se rehusan llamar a estas anomalías residuales como "sobrenaturales" o "paranormales," incluso los super-refutadores admiten que existen al menos unos pocos fenómenos realmente inexplicables.
Otra dimensión importante que intersecta estas tipologías tiene que ver con la función que cumplen estas personas. Por ejemplo, algunos pueden ser amateurs o profesionales (o profesionales part-time). Pueden actuar en presentaciones teatrales y/o como consejeros privados. Pueden ser investigadores profesionales, o pueden combinar varias funciones. Un mago refutador puede aparecer en un escenario, pero también escribir monografías serias (como la de Milbourne Christopher). Una médium puede convertirse en investigadora psíquica (como Eileen Garrett y su Parapsychology Foundation), o en psíquico (como Keith Harary). Un mentalista también puede convertirse en psíquico (como David Hoy). El mentalista Joseph Dunninger (que luego se incorporó a la Scientific American Committee on Psychic Research) era al principio un investigador psíquico serio que llegó a ser presidente de la organización que él mismo tituló Universal Council for Psychic Research (Anónimo, 1944) (pero de la que llegó a ser el único miembro). Pretendía haber conseguido los códigos secretos (pero que nadie más que él comprendía) de Edison, Conan Doyle, y Houdini, supuestamente dictados a Dunninger antes de sus muertes, para que pudiera utilizarlos para experimentar con los mediums (Kahn, 1941). Lo importante aquí es recordar que estos roles no son tan simples como parece, de hecho son multidimensionales. El estereotipo común de "magos vs. mediums" oscurece más el fenómeno que lo que realmente pone en evidencia.
Resulta interesante el hecho de que muchos investigadores psíquicos conocieran técnicas mágicas. Los libros The Physical Phenomena of Spiritualism: Fraudulent and Genuine [Los fenómenos psíquicos del espiritismo: Fraude y realidad] de Hereward Carrington (1907); Behind the Scenes with the Mediums [Detrás de escena con los médiums] de David P. Abbott (1916), Telepathy: Genuine and Fraudulent [Telepatía: Fraude y realidad] de W. W. Baggaly (1917); Revelations of a Spirit Medium [Revelaciones de un médium espiritista] de Harry Price y Eric J. Dingwall (1922); How to go to a Medium [Cómo ser un médium] de Dingwall (1927) son buenos ejemplos de investigaciones psíquicas y su relación con la magia, y el hecho de que ellos mismos fueron miembros de fraternidades mágicas. Hoy, los investigadores psi Daryl J. Bem, Richard Wiseman, George Hansen, Loyd Auerbach y yo hemos estados bastante involucrados en la comunidad mágica, y muchos otros parapsicólogos (Stanley Krippner, Russel Targ, y Arthur Hastings) también han sido magos en su juventud.
Algo que normalmente se olvida es la excelente comunicación que siempre ha habido entre magos e investigadores psíquicos. Por ejemplo, en los primeros ejemplares del Journal of the Society for Psychical Research se publicaban varios comentarios y artículos dirigidos a magos, particularmente los del Professor Hoffmann (pseudónimo de Angelo J. Lewis). Howard Thurston (1929) escribió en su libro Modern Magic [Magia Moderna] "después de cincuenta largos años, esta es la única obra autorizada sobre el tema" (p. 46). Las primera investigaciones psíquicas estaban plagadas de excelentes artículos que desenmascaraban mediums fraudulentos (Baggally, 1912; Besterman, 1928; Bird, 1927; Carrington, 1924,1926; Davey, 1888; Davis, 1910; Drebs, 1901, 1916; Feilding, 1922; Hodgson, 1884; Hyslop, 1919; Pedley, 1899; Price, 1926) así como cuando presentaban artículos sobre el problema de los errores de observación (Besterman, 1932; Davey, 1887; Fraser-Harris, 1934; Hodgson, 1886-87, 1892; Massey 1878, 1886). Si bien es cierto que la mayoría de los investigadores psíquicos actuales no sabe mucho acerca de magia, debería haber un mayor intercambio de conocimientos e información que la que hay respecto a la situación actual tal como la plantean los críticos de la investigación psíquica.
La mayoría de los parapsicólogos rechaza al mentalismo y consideran falsos a psíquicos como Uri Geller. Incluso Geller en Inglaterra ofreció u$1000 a cualquier posible sucesor que pudiera doblar una cuchara monitoreado por cualquier científico con cámaras de TV, como él lo hizo.
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Muchos magos han trabajado en algún momento de sus vidas, en el "mundo psíquico". Algunos han actuado como mediums, psíquicos, mientras que otros lo han hecho bajo la forma de adivinos (Truzzi, 1995a). Incluso el mago refutador James Randi, al comienzo de su carrera, trabajó en una feria como el presunto psíquico Prince Ibis y escribía el horóscopo de una revista como columnista (Anónimo, 1987). En 1950 Randi declaró a los medios de prensa de Toronto que podía predecir el futuro (Hicks, 1950), que poseía "una combinación de telepatía, clarividencia, y poderes proféticos" y que "a los nueve años tuvo el primer 'anuncio' de que poseía poderes de percepción extrasensorial" (Hicks, 1950b).
Hay muchos problemas de información que aparecen en el detrás de la escena, y también mucho chismorreo. Algunos psíquicos han estado en contacto con el mundo de la magia y otros han tenido apariciones regulares en radio y TV, o tienen conexiones en el mundo del espectáculo, como en el caso de los mentalistas, quienes en su mayoría tienen contacto regular con el mundo de la magia. El primer manager de Uri Geller, Yasha Katz, que luego reveló que Geller lo usaba para emitir códigos secretos desde el auditorio, había hablado con Randi mucho antes que éste hiciera públicas sus denuncias contra Geller. Este tema se complicó a causa de que Katz luego se contradijo y negó haber hecho esta "confesión" (Geller & Playfair, 1986, pp. 164-165).
Por lo general, los magos saben cuales son los problemas que existan en el "detrás de la escena" de otros artistas en el mundo del espectáculo cuando trabajan con un "psíquico", pero que no están dispuestos a traicionar o desacreditar a su colega. Muchos magos también pueden ver cuando un psíquico intenta reproducir sus "movimientos" ante terceros como una evidencia de manipulación fraudulenta. Muchos magos dicen que pueden "sacar a un 'mago' para poner a otro en su lugar."
Un caso clásico es el que ocurrió entre Houdini y la medium "Margery" (la Sra. Crandon). Houdini la "desenmascaró" cuando encontró una pequeña regla en un gabinete, con la cual quizá haya podido simular ante testigos algunos efectos espiritistas. Se llegó a acusar a Houdini mismo de colocar esa regla (Gresham, 1959), otros lo defendieron (Christopher, 1970), pero los magos presentan el caso de otro modo, más complejo. Según ciertos comentarios, Houdini habría descubierto que la Sra. Crandon contaba con la cooperación de su experimentador cuando tomaba sus manos y las colocaba entre los muslos de la médium.
Semejante situación llevó al experimentador a optar de dos modos: Primero, hacerlo público, en cuyo caso hubiera desatado un terrible escándalo donde, al fin y al cabo, nadie le hubiera creido. O, segundo, podría haber cooperado y esperado alguna retribución "placentera." Supuestamente, Houdini habría sabido del método de Margery y sabía como ella hacía la artimaña. Puesto que Houdini no quería estar involucrado en ningun escándalo sexual (recordemos que en aquella época dominaba la moral victoriana), convencido que estaba tratando con una charlatana, él mismo le habría colocado la regla para desenmascarar definitivamente -pero de manera elegante- a la médium, de la misma forma en que muchos policías atrapan a criminales "famosos." Dingwall (1983), que conocía a Margery y a Houdini, dudaba de la veracidad de esta historia, pero otros historiadores de la magia la encontraron interesante.
Hay muchas anécdotas de los métodos indirectos para "tratar" a personas que saben engañar pero para quienes el fraude es una evidencia pública inadecuada. Por ejemplo, he contado el caso en donde un mago había descrito las fallas en varios experimentos psi conocidos. El mago creia que no iba a poder descubrir la fuente de "error" de estos experimentos sin comprometer necesariamente a su informante, otro mago. Entonces, el mago confeccionó un tipo de experimento totalmente diferente por el cual iba a poder reproducir el efecto, diciendo que había ocurrido otra clase de "error". Los experimentadores psi habian presentado evidencias para demostrar que el supuesto "error" no podía haberse cometido -el mago sabía que no podía haber ocurrido, pero quienes habian leido acerca del error que el mago señalaba, no leyeron la refutación de los investigadores, y finalmente el cuestionado efecto paranormal quedó desacreditado. El mago sencillamente ignoró a los investigadores bajo el supuesto de que esa "falsa" desacreditación serviría al propósito de denunciar el trabajo que él "sabía" (por su informante) que de todos modos estaba en un error.
Este "detrás de la escena" popular, a veces distorsionado e inapropiado, también alcanza a los investigadores psíquicos. Por ejemplo, Rinn (1950, p. 291) decía que Hereward Carrington compraba "pintura fosforescente que solamente usaban los médiums" en la tienda de artículos de magia de Francis Martinka. Burling Hull (1977, p. 74) gustaba relatar como Carrington había comprado un doctorado por 70 dólares "en un instituto privado."
Un rara fotografía de Harry Houdini y la medium "Margery" (Mina Crandon). Houdini la "desenmascaró" cuando encontró una regla en un gabinete con la cual quizá haya podido simular efectos espiritistas ante testigos. Sin embargo, Houdini habría descubierto que la Sra. Crandon tenía la cooperación de su experimentador (arriba, en la foto) cuando tomaba las manos de éste y las colocaba entre los muslos de la médium.
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También han aparecido artículos en revistas de magia, como "Was Prof. J.B. Rhine Hoodwinked?" [¿El Prof J.B.Rhine engaña?], de Annemann (1938) o ensayos escritos por magos en donde se discuten "puntos oscuros" en las condiciones experimentales de los investigadores psíquicos que solamente leen sus colegas (Corinda, 1958). Y otros pocos magos han oído historias sobre psíquicos conocidos que tienen conversaciones "amistosas" con magos a quienes les han admitido haber empleado trucos para engañar a los investigadores psíquicos.
Es parte del detrás de escena de los prestidigitadores que refutan a los magos, que ocasionalmente se confabulen con los mediums que "desenmascaran" para conseguir mayor publicidad para ambos cuando los periódicos reseñan sus enfrentamientos. Como la mayoría en el mundo del espectáculo sabe, lo que se dice en ese medio es a veces menos importante que pronunciar bien el nombre. Para demostrar lo extraño que se puede tornar este asunto, encontré un exposé de un mentalista que pretendía ser psíquico, publicado en una vieja revista de magia. El tono crítico del artículo refutaba una parte de este "psíquico" en una famosa publicación de ocultismo. Incluso ese mismo crítico había escrito otro artículo sobre fantasmas para la misma publicación de ocultismo (Groth, 1952) donde presentaba a un amigo mentalista suyo como a un psíquico genuino.
Aunque los roles que hemos discutido se interrelacionan todos entre si, la distinción más importante que nos preocupa aquí es la que se da entre los psíquicos genuinos y sus simuladores, los mentalistas. Si bien al principio el tema central parece ser la certeza de si una demostración es genuina o si es obra de un mentalista, las cosas no son en realidad tan claras como parece. El rol de un mentalista tiene una especial relación con la magia en general, y esto guarda un carácter marginal que puede ser apropiadamente comprendido sólo en su contexto histórico, una tema que trataré a continuación.
LOS PRIMEROS MENTALISTAS
El gran mago francés Robert-Houdin (1877, p. 30) dividió a la magia en seis categorías, tres de las cuales se ajustan a lo que hoy podríamos denominar mentalismo: (1) "Magia mental", que consiste en el "control que se adquiere sobre la voluntad del espectador" y "la lectura de los pensamientos secretos mediante un ingenioso sistema de códigos," al que podemos llamar pseudo-telepatía; (2) el supuesto mesmerismo, que consiste en una "imitación del fenómeno hipnótico, second-sight [doble vista], clarividencia, adivinación, trance, y catalepsia," lo que llamaríamos pseudo-clarividencia y pseudo-hipnosis; y (3) "El negocio del médium," que consiste en "espiritismo, o la supuesta evocación de espíritus, mesas parlantes, mesas que se mueven, voces que se escuchan provenientes supuestamente del más allá, y trazos o escritos en pizarras y otros dispositivos misteriosos," lo que hoy llamaríamos pseudo-apariciones, y/o pseudo-macro-psicokinesis. Respecto a ejemplos contemporáneos, Robert-Houdin mencionó a M. Alfred de Caston (1), M. Lassaigne (2), y los hermanos Davenport y los hermanos Stacy (3).
Si bien uno puede encontrar en muchos ejemplos de mentalistas en libros de historia de la magia (Christopher, 1973; Dawes, 1979; Lamb, 1976; y especialmente D. Price, 1985, p. 439-193), parece no haber mucha información sobre mentalistas en libros de historia de la magia. Uno de los mejores estudios es el de Harry Price (1936, p 253- 277). Price advirtió que Johann Beckman habia escrito en 1770 de una "figura parlante... que operaba por medio de un hombre, instruído por un confederado, que hacia señas secretas usaba un código secreto" (Price, 1936, p. 255). Sin embargo, fueron Giuseppe Pinetti de Willdalle (1750-1780) y luego su esposa en 1783, loa que presentaron el primer gran acto de telepatía. Otros, como Robert-Houdin (1846), (Alexander) Herrmann, el Grande (1848), y John Henry Anderson (cerca de 1848) perfeccionaron estos códigos, y Julius Zancig (1857-1929), en palabras de Price, introdujeron el primer sistema de códigos silenciosos, que Zancig y su esposa empleaban a la perfección. Otras duplas más tarde alcanzaron una notoriedad excepcional utilizando tales códigos, como los casos de Robert Heller (William Henry Palmer) y Haidee Heller (a fines del siglo XIX), Alfred Edward Capper y su hermana Nellie, Los Tres Svengalis, Benevbol (que ya presentaba entretenimiento psíquico), Ernesto Bellini, Los Zoomahs (el Sr. y la Sra. Giddings) y The Trees.
Aparte de estas duplas, Price menciona a muchos actores, como Erik Jan Hanussen (Hernan Steinschneider); Maloitz (Max Louis Blitz), el "Médium Cantante;" la Señorita Gene Dennis; Frederik Marion (Joseph Kraus); y Dr. A.J. McIvor-Tyndall, que ejecutaron pruebas individualmente. Fueron particularmente interesantes los primeros "telépatas" Washington Irving Bishop, Stuart Cumberland (Charles Garner), conocidos como "intérpretes del lenguaje corporal" -y algún tiempo después Eugene de Rubini, un "telépata" que no usaba contacto y cuyas habilidades siquiera podían ser imitadas (como Axel Helstrom o Frederick Marion) y que logró diseñar una técnica que era lo más parecido a una genuina comunicación telepática pero mediante procedimientos mágicos (acerca de Rubini, ver Christopher, 1970; Frikell, s. d.; Rinn, 1950, pp. 528-536; Stratton, 1921).
Algunos mentalistas actuaban bajo lo que rotularíamos un estado hipnótico. Tal vez una de las más importantes psíquicas fue Magdeleine Guipet, una "medium musical" que reconocidos investigadores psíquicos sometieron a prueba hacia fines del siglo XIX. Albert von Schrenck-Notzing incluso le dedicó un libro entero (von Schrenck-Notzing, 1904). Otros médiums musicales de este período, mencionados por Price, fueron Lina y una bailarina española llamada Carmencita. En 1872, Jesse B.H. Shephard demostró habilidades similares en Londres.
Annie Abott, conocida en Inglaterra como "Georgia, la Magnética," resultó una artista de interés para algunos investigadores psíquicos (Anónimo, 1891; Dawes, 1991, 1992; Hurst, 1897; Newcomb, 1904). Annie fue la más importante entre varias mujeres de vaudeville de fuerte carácter, incluyendo a Lulu Hurst (la Sra. Paul Atkinson), creadora del acto, conocida como la "Asombrosa Georgia." Durante ese período llegó a haber muchos distintos tipos de artistas que creaban actos excéntricos, como los "hombres con múltiples mentes," "niños calculadores," e incluso sanadores y animales que hablaban; todos hacian gala de su arte en los escenarios de principios de siglo veinte.
Como magos que actuaban en el rol de psíquicos, muchos médiums del vaudeville, por supuesto, sabian cómo funcionaba el detrás de la escena. Algunos magos importantes en esta categoría fueron Washington Irving Bishop, Anna Eva Fay (Heathman), su nuera Eva Fay (Anna Norman), la "Mahatma Blanca" (Samri y Kitty Baldwin), William M. Fay, J.F. Day, y quizá la más famosa dupla, los hermanos Davenport (William H.H. e Ira), y su hermana la Sra. Lizzie Davenport Blandy. Durante su primer período, Anna Eva Fay se presentaba a si misma como una auténtica médium y hasta engañó a William Crookes, el eminente físico e investigador psíquico inglés. De acuerdo a Price (1930, p.10), Fay le había ofrecido al mago J.N. Maskelyne venderle el secreto de sus métodos por los cuales había engañado a Crookes. Hacia el final de su vida, Fay se convirtió en una auténtica maga e incluso llegó a ser miembro de honor del Círculo Mágico de Londres.
El primer artista de lo que sería una forma de clarividencia bajo hipnosis, fue Alexis Didier, quien en 1847 engañó a Robert-Houdin (Dingwall, 1968, p.165). Otros dos artistas de vaudeville de interés para los investigadores psíquicos, fueron Max Weiss (aprox. en 1918), conocido como "el hombre con ojos de rayos X", y el "Profesor" K.B. Duke (mejor conocido como Kuda Bux, cuyo verdadero nombre era Akhnur Jammum, aprox. 1905-1981), quienes iniciaron sus presentaciones en Inglaterra. Debe mencionarse que el Sr. y Sra. Piddington, quienes actuaban como "radio-telépatas," escribieron una serie de interesantes comentarios en el Journal of the Society for Psychical Research entre 1949 y 1950; incluso una "destreza" paranormal del mentalista Maurice Fogel que involucró al mismo J.B. Rhine en 1947 (Anónimo, 1947).
LOS MAGOS: ¿ENEMIGOS O SIMPATIZANTES DE LO PARANORMAL?
Desde que John Henry Anderson, el primero de una larga serie de Grandes Magos del Norte, desafió a cualquier médium a reproducir raps (golpes) en un escenario, ofreciendo hasta u$1.000 para ello -pero que se vió forzado a retractarse cuando las hermanas Fox aceptaron el reto (Fodor, 1966, p. 211)- hoy día es bastante común que los magos anuncien estas ofertas. Joseph Dunninger también (desde 1936), ofreciendo, en diferentes momentos, entre u$10.000 a u$ 35.000.
Más recientemente, James Randi (quien copió de muchas maneras el estilo de Dunninger), también lanzó el desafío con una suma equivalente a los u$500.000 (Uri Geller en Inglaterra también ofreció u$1000 a cualquier posible sucesor que pudiera doblar una cuchara monitoreado por cualquier científico con cámaras de TV). Estos desafíos públicos, que parecen tener un noble propósito, siempre han resultado un excelente dispositivo publicitario para muchos.
Aparte de estos magos, como James Randi, David Berglas (presidente del British Magic Circle y miembro del Occult Committee) y el fallecido Milbourne Christopher, muchos otros críticos de la investigación psíquica, Martin Gardner, Trevor H. Hall, Ray Hyman, Persi Diaconis, Danny Korem, André Kole, Gordon Stein, Robert A Steiner, Gerald Mertens, Henry Gordon, Massimo Polidoro, y Joe Nickell, han demostrado también tener amplios conocimientos sobre magia.
A veces, la antipatía de algunos magos ha resultado molesta o incluso ha puesto en ridículo a la parapsicología misma. Otras veces los magos denuncian engaños (Truzzi, 1993), el más conocido de los cuales es el "Proyecto Alpha" de Randi (Krippner, 1984; Randi, 1983; Thalbourne, 1995; Truzzi, 1987), que provocó el cierre del laboratorio de parapsicología de la Universidad de Washignton, en St. Louis. El debate extra-científico incluso llegó a los estrados judiciales (bajo el cargo de calumnias e injurias), el más reciente de los cuales fue la disputa Randi vs. Uri Geller, que terminó con dos sentencias de la corte contra Randi (quien interpretó los resultados a su favor), otra acción condujo a Geller a Japón, y otra al investigador psíquico Eldon Byrd, cuyos experimentos apoyaban los presuntos poderes del psíquico Geller (Truzzi, 1995).
Estos fuertes desencuentros ponen trabas por el hecho de que muchos de los grandes magos dejaron de interesarse legítimamente por los fenómenos del espiritismo (Hansen, 1990, 1992; Price, 1923, 1932a, 1932b. 1932c). Tanto Giovanni Bartolomeo Bosco (1793-1863) como Jean Eugene Robert-Houdin (1805-1871) afirmaban públicamente que los fenómenos que producía el medium D.D.Home no podían ser reproducidas por medio de técnicas mágicas. Will Goldston (1874-1941) y el "Profesor" Jacobs (aprox. 1881), que eran reconocidos magos, se convirtieron al espiritismo (Fodor, 1966, p. 212). Julius Zancig (aprox. 1857-1929) se convirtió al espiritismo cuando recibió un mensaje en idioma danés (Ernst y Carrington, 1932, p. 231).
Algunos magos actuaron como peritos de Jueces, como ocurrió con el juicio por los delitos de estafa del famoso médium americano Henry Slade por sus efectos espiritistas fraudulentos. Sin embargo, otro mago Samuel Bellachini llevó a cabo experimentos con Slade y manifestó que para obtener estos efectos, la explicación de trucos de prestidigitación resultaba insatisfactoria.
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Samuel Bellachini (Samuel Berlach, aprox. 1827-1885), que fue mago en la corte de Berlín, llevó a cabo experimentos con el médium americano Henry Slade y manifestó que para obtener estos efectos, la explicación de trucos de prestidigitación resultaba insatisfactoria (Bayless, 1972, p. 220). Harry Kellar quedó fuertemente impresionado por la levitación del médium William Eglinton. Kellar escribió: "llegué a la sesión como un escéptico, más debo reconocer que, a causa del fenómeno del que fui testigo, me encontré con algo imposible de explicar en forma normal" (Kellar, 1890, p. 168). Hamilton (Pierre Etienne-Auguste Chocat, 1812-1877), el sucesor de Robert-Houdin, confirmó que había algo inexplicable en el caso de los hermanos Davenport (cuyos métodos son ahora conocidos en la fraternidad mágica). Y cuando Howard Thurston (1869-1936) fue testigo de la levitación de una mesa en la cual Eusapia Palladino no tenía contacto material con el objeto, mientras que él y su asistente controlaban los pies, las rodillas y las manos de la médium, ambos manifestaron creer en sus habilidades y ofreció u$1.000 a cualquiera que pudiera probar que "Palladino no podía levitar la mesa sin trucos ni fraude" (Carrington, 1954, p. 54-57). Como vemos, muchos magos conocidos adhieren o a veces también atacan a los médiums. Harlan Tarbell era un peculiar e interesante defensor de los fenómenos paranormales. También escribió Tarbell Course in Magic [El Curso de Magia Tarbell], una colección de obras de inestimable valor. Estaba abocado a la teosofía y manifestaba ser fiel creyente del ocultismo y la magia esotérica (Parish, 1994). Más recientemente, el gran ilusionista Doug Henning, practicante de Meditación Trascendental, manifestó en varias ocasiones sus verdaderas intenciones de volar (usando las técnicas de Maharishi).
Ehrich Weiz (1874-1926), más conocido como Harry Houdini, si bien era escéptico "no se burlaba de esas cosas". Admitió haber visto la aparición de su madre en un teatro de Berlín en el momento que ella moría en Nueva York, y tenía varias fotografías que mostraban efectos que sencillamente no podía explicar.
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Incluso las observaciones de John Neville Maskelyne (1839-1917) y Harry Houdini (pseudónimo de Ehrich Weiz, 1874-1926), ambos magos ultra-refutadores, eran bastante más complejas de lo que generalmente se cree. Maskelyne admitió que creia en las apariciones y que algunos de los fenómenos de las mesas giratorias eran genuinos, así como de algunas fuerzas psíquicas (Maskelyne, 1885; Prince, 1930, p. 330-331; Zoellner, 1888, pp. 215-216). De manera similar, Houdini insistió que si bien era escéptico, "no se burlaba de esas cosas" (Houdini, 1924, p. xiii). Houdini mismo dijo haber visto la aparición de su madre en los bastidores de un teatro de Berlín en el momento que ella moría en Nueva York, y tenía varias fotografías que mostraban efectos que sencillamente no podía explicar (Byron, 1993, p. 79-80; Carrington, 1952). Además, de acuerdo a Bayless (1972, p. 211-212), Houdini mismo escribió una carta describiendo una sesión "exitosa" con la médium de "Eva C." (pseudónimo de Marthe Beraud). Como sea, E.J. Dingwall me dijo personalmente que él había estado en la sesión y que esa versión era errónea. A pesar del escepticismo de Houdini hacia el mundo de los espíritus, en su última entrevista (Anónimo, 1926), reconoció personalmente creer en la reencarnación e incluso afirmó creer en la existencia de las premoniciones.
Sean o no verdaderas las expresiones privadas de Houdini, parece claro que su oposición era principalmente hacia el espiritismo y no hacia los fenómenos psíquicos paranormales (o lo sobrenatural). De modo que cuando Houdini critica la simpatía de Robert-Houdin por Alexis Didier, advierte que la evidencia "no tiene nada que ver con el espiritismo, sino con las sesiones con un clarividente..." (Houdini, 1924, p. 253). Aunque reconoce que hay muchos clarividentes fraudulentos, Houdini parecía estar lejos de negar la existencia de la telepatía, e incluos simpatizaba de los actos de transmisión de pensamiento sin contacto que practicaba Eugene de Rubini (Christopher, 1970, pp. 75-76; Rinn, 1950, p. 536; Stratton, 1921).
El investigador psíquico Richard Hodgson (1894), discutiendo el testimonio de los magos que se sintieron defraudados por los médiums, expresa claramente este punto:
Por supuesto, no se pone en duda que un mago o cualquier persona familiarizada con las técnicas de la magia, probablemente descubra el modus operandi de un truco más rápidamente que un observador recién iniciado -incluso si uno no puede descubrir el truco, en virtud de su conocimiento de varias técnicas, puede describirlo mejor que otras personas, aun si no es superior a él en otros aspectos. Quizá un mago no sea un observador agudo de circunstancias con las que no está familiarizado, perteneciente a su especialidad como mago; quizá su memoria no esté suficientemente entrenada en la reproducción de circunstancias que no pudo observar; y se encuentra absolutamente desconcertado por la precisión de tales eventos. Un mago parece no tener ninguna capacidad especial cual mago en este sentido. Y una tendencia que pone obstáculos al observador común, es que probablemente el mago opere más poderosamente del lado de un prestidigitador. En muchos casos, el mero hecho de haber sido engañado contribuirá a la maravillosidad de su percepción, sobretodo si está excesivamente confiado en su habilidad para detectar trucos. Por tal razón, está más apto para creer que el fenómeno, si es ininteligible para él, sea inexplicable "por causas naturales." El Sr. Kellar parece haber tomado esta actitud confiada cuando observó la actuación de Eglinton en 1882.
A veces se deja entrever, por regla casi sin excepción, que el truco de una persona que ignora los métodos usados, involucrará una falta de apropiada descripción de sus condiciones fundamentales. Y esta descripción deficiente es, con frecuencia, tan marcada que a los estudiantes no se les ofrece explicación alguna. Estas declaraciones no se aplican sólo a observadores comunes sino también a los magos, cuyo testimonio está viciado por la misma responsabilidad que tiene la mala observación y los lapsus de memoria, que tanto aparecen en las descripciones de los observadores de los fenómenos "ocultos."
Entonces, si un mago dice haber sido incapaz de descubrir trucos en los fenómenos "ocultos," se considera que sus afirmaciones tienen más valor que una persona no familiarizada con la magia. Hay algo de este fenómeno que es excepcional... pero suponiendo que el mago no pueda descubrir el truco, ¿cuál es el valor de su opinión si dice que no puede realizar ningún truco? Esto depende de cada individuo y no de sus conocimientos de magia. Debemos considerar su talento, su habilidad para observar y enumerar las circunstancias detalladas de su presentación, su conocimiento de ciencias físicas y mentales, y su tendencia a creer en fenómenos sobrenaturales sin evidencia suficiente (pp. 360-361).
El mago Harry Kellar quedó impresionado por la levitación del médium William Eglinton: "Llegué a la sesión como un escéptico, más debo reconocer que, a causa del fenómeno del que fui testigo, me encontré con algo imposible de explicar en forma normal".
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EL CAMBIANTE ROL DE LOS MAGOS
Desde sus comienzos, los mentalistas se han preocupado por el problema de la autentidad de sus presentaciones. Pero es apenas parte de un problema mucho mayor que enfrenta la mayoría de los magos. La historia de la magia, hasta principios de los años veinte, quizá hacia el fin de la trayectoria de Harry Kellar, hizo más incapié en la cuestión de la mistificación que en la del entretenimiento. Thurston, refiriéndose a Kellar, decia que "primero llegó el misterio, el entretenimiento no era lo más importante" (Thurston, 1929, p. 227). Sin embargo, Thurston también decía que "las condiciones cambiaron desde los tiempos de Robert-Houdin, Alexander Hernan y Harry Kellar. Por consiguiente, el entretenimiento juega un rol importante para el mago contemporáneo." (p. 251).
Los primeros magos estaban muy vinculados con los fenómenos sobrenaturales. Muchos eran los hechiceros de su comunidad. El mago como "pseudo-ocultista" era el rol dominante, como puede verse en escritos como The Discoverie of Witchcraft [El Descubrimiento de la Brujería] (1584) de Reginald Scot o Natural Magick [Magia Natural] de John Baptista Porta (1588) donde se mezclan los trucos de los magos con las artes negras. Los Hermanns, por ejemplo, cultivaron una mística de si mismos aún cuando tomaban distancia del estereotipo de "charlatán ignorante que realiza trucos con lentejuelas y turbantes, usando palabras extrañas, danzas como las de los derviches y el 'hocuspocus' de un viejo fakir (Burlingames, 1942, p. 50). En tiempos de Kellar, el rol del mago como nigromante mefistofélico era bastante común, como lo retrata su propia autobiografía editada por "Satan, Junior," si bien habia personas que cuando se retiraban de sus presentaciones, decian que realmente habían visto pequeños demonios dibujados en la publicidad gráfica de Kellar.
Para el mago de nuestro mundo industrializado de hoy, la mística de lo sobrenatural y de lo oculto ha desaparecido. Esto es parte de la secularización general y el desencanto global de nuestra sociedad, enormemente desmistificada en su visión de la naturaleza, lo cual ha afectado las relaciones entre la ciencia, la religión y lo oculto (Truzzi, 1971, 1972). Hoy también el entretenimiento ha reemplazado a la mística, y muchos magos están más interesados en ganar popularidad y publicidad que en producir misterios. La mentalidad de la mayoría de los magos está menos preocupada por la magia en un sentido tradicional que en trucos de tipo rompecabezas o juegos de ingenio, que muchos críticos describirían como algo más semejante a un juego de manos que a la magia en si. Como Dingwall correctamente expresó:
La esencia de la magia realmente consiste en efectuar lo que hasta ahora era aparentemente imposible, o en otras palabras, es el arte de crear en los sentidos la impresión de que opera un agente sobrenatural... a veces (uno) ve personas que se enorgullecen de llamarse a si mismos magos. Hacen manipulaciones extraordinarias con monedas, cartas, bolas de billar, y elementos que aparecen de los sitios más inesperados. A esta manipulación se la llama prestidigitación. Lo que importa es que el artista actue como ilusionista, no como mago, y sus habilidades invariablemente resulten "muy inteligentes" o "muy rápidas" para su audiencia, pero nunca "muy místicas." El público sabe que hay un misterio llamado prestidigitación pero sabe que funciona como un "como si." El practicante del arte de la magia es diferente. Sabe que la prestidigitación es sólo un medio para el fin. Simplemente es parte de una presentación, una cuestión esencial del aspecto técnico de su arte. Pero no es el fin en si mismo. Supongamos que un mago está por realizar un experimento que puede acabar de dos maneras distintas; una tiene que ver con un gran talento para la prestidigitación y la otra ningun talento en absoluto. Uno sería tonto si optara por el primero. Lo fundamental del trabajo de un mago es la representación y el efecto, pero si el efecto en ambos casos fuera el mismo, sería una pérdida de tiempo pasarse horas practicando complicadas manipulaciones. El mago optaría por el segundo método; el prestidigitador por el primero. Hablará de la velocidad de la mano para engañar al ojo humano, agitará las cartas, o hará sonar sus monedas al tiempo que aturdirá a su audiencia, que regresará a su hogares con la idea de que han sido testigos de una extraordinaria habilidad para la prestidigitación. Si bien todo esto podría ser verdadero, aun asi, esto no sería realmente magia. (pp.208-209)
Asi como la secularización de la sociedad ha abandonado la desmistificación y la naturalización de lo "sobrenatural", también la magia ha cambiado su carácter de "sobrenaturalidad" -predominio de sacerdotes y magos de feria como Cagliostro y St. Germain- por funciones seculares. Una de estas funciones ha sido la refutación de los antiguos elementos "sobrenaturales" y uno de ellos ha sido la desmistificación de lo oculto bajo la forma de un entretenimiento teatral. Por ejemplo, por un lado tenemos a los magos en su rol de comediantes, como Carl Ballantine (un artista contemporáneo extremadamente hábil), que entretienen con éxito usando trucos bien simples.
En términos de los tipos sociales de magos identificados por el sociólogo Orrin Klapp (1962), los magos han sabido desempeñar históricamente el rol de "heroes" públicos y "villanos" públicos pero más recientemente también han surgido los "magos comediantes," creados intencionalmente para el público "tonto", lo cual genera un gran dilema acerca de la seriedad con la cual las mentes modernas ven hoy a la magia.
Mientras que los magos que interpretan el rol de pseudo-ocultistas han padecido en manos de la secularización y la declinación de la creencia pública en la magia -sobretodo como resultado de la educación en masa, que ha significado una disminución de la mentalidad "campesina" asociada a la vida rural- estos cambios han resultado diferentes para diferentes aspectos de nuestra cultura. La audiencia por lo general no cree que los escenarios de los ilusionistas representen lo que ocurre en verdad; nadie ya cree que el mago esté realmente decapitando o levitando a su asistente, o haciendo desaparecer a un elefante, pero el pueblo americano en general continua creyendo en la telepatía y en la posibilidad de que las habilidades sobrehumanas quizá existan. Hoy dia nadie cree que los fantasmas aparecen de verdad en las presentaciones teatrales, pero todavía se cree (o por lo menos hay una posibilidad ambivalente) de que hay algunas personas que pueden afectar la materia con su mente, incluso a escasa magnitud. Si bien hay críticos que han señalado que si realmente existe una habilidad psicokinética, ésta seguramente debería utilizarse para algo más que doblar una llave, quizá haya una pequeña posibilidad de que ésto sea posible. La mayoría de las personas probablemente no estaría dispuesta a aceptar los presuntos poderes de Uri Geller con los cuales él dice haber podido transportar una cámara a la tierra desde la luna, pero creen plausible la idea de que tal vez pueda poner en marcha un reloj descompuesto.
De manera similar, un mentalista puede razonablemente presentar un "experimento" de telepatía en un escenario teatral muy trivialmente, como adivinar el número de serie de un billete de un dólar. Pero su auditorio probablemente se sentiría frustrado si el mago comenzara a decirles lo que se está hablando en ese mismo momento en secreto entre el presidente de los Estados Unidos y el Concejo Nacional de Seguridad. El problema para el mentalista es crear un efecto que sea extraordinario en ese momento, pero no tan increíble como para que entre en conflicto con el sistema de creencias de su auditorio (aunque esto a veces puede ocurrir sin querer). Hay una famosa anécdota, pero probablemente falsa, de un mentalista que predijo el anuncio periodístico de un crimen justo en el momento en que aparecía en los periódicos un asesinato perpetrado por un asaltante desconocido. La anécdota también dice que el mentalista fue arrestado creyéndolo culpable del asesinato -la gente se preguntaba ¿cómo podía haberlo sabido por adelantado?- acerca de lo cual, como la única forma de defenderse, no tuvo otra opción más que la de revelar sus métodos a la policía.
Actualmente, entre las representaciones de diferentes tipos de efectos psíquicos de los magos podemos distinguir:
(1) los pseudo-psíquicos, que tratan de engañar y ofrecen sesiones y demostraciones de sus presuntos poderes;
(2) los psíquicos de escenario, cuya principal demostración ocurre fuera de los escenarios pero también pueden hacerla en teatros o clubes nocturnos (por ejemplo, Peter Hurkos y Uri Geller);
(3) los magos mentalistas, que demuestran tener algunos efectos o "trucos" en sus programas, la mayoría de los cuales parecen más trucos de magia que fenómenos psíquicos (por ej. David Copperfield);
(4) los pseudo-refutadores, junto a otros magos pretenden revelar los métodos de los psíquicos profesionales pero usan otros más convencionales; y
(5) los refutadores, esto es, magos que desenmascaran a los pseudo-psíquicos, advirtiendo al público en general que todos los psíquicos usan trucos.
DEL PSEUDO-OCULTISTA AL PSEUDO-CIENTÍFICO
Una manera de legitimar a la magia es buscar la protección del científico antes que la del hechicero. Asi muchos magos han pasado del rol del "ocultista" al rol del "científico," por lo cual el intento de actuar como científico ha tomado tres formas: La primera, "legitimar la publicidad de las maravillas científicas." Robert-Houdin, por ejemplo, personificaba a un autómata y Henri Robin mostraba las propiedades de los aparatos científicos que se usaban por aquel entonces (1869), como la bobina eléctrica (Dawes, 1979, p.127). Por lo general, se distorcionaban los avances científicos o bien parte de los métodos para demostrar un fenómeno eran secretos, aplicando ciencia a la magia (como el dispositivo electromagnético de Robert-Houdin) o se tergiversaba la ciencia (como cuando Robert-Houdin decía poder suspender a su asistente. Lo hacia liviano como una pelota usando nada menos que una sustancia descubierta en 1847: el éther). Gustavus Katterfelto (en 1782) acostumbraba presentar a la magia disfrazada de una ciencia nueva cuando usaba las proyecciones de un "miscroscopio solar," sus demostraciones con la esfera en llamas, y sus medicinas curalotodo. Aunque los científicos críticaban duramtne estas actividades como presentaciones fraudulentas, al punto que éstas se publicitaban y se vendian como productos científicos novedosos, los magos tenian un rol positivo como agentes de publicidad de la ciencia.
Muchas personas saben de los desafíos públicos anti-espiritistas de Harry Houdini (izq.) para desenmascarar a médiums fraudulentos. Joseph Dunninger (centro) fue sucesor de Houdini como refutador público de los espiritistas. Actualmente el último sucesor en este linaje es James ("El Asombroso") Randi (der.).
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Otro rol en donde los magos se aliaban más con la ciencia que con el ocultismo era cuando refutaban a los presuntos poderes sobrenaturales de los otros, a veces incluso de otros magos. Al actuar como refutadores, estos magos asumían un rol importante educando a la gente, inoculándole ideas contra lo mágico y lo sobrenatural. Recibian el aplauso de los científicos y en su nuevo rol de publicistas de la tecnología científica, bien podría calificarseles como el rol cuasi-científico del mago, que resultó particularmente significativo para los magos quienes, durante siglos, pasaron de ser parias y vagabundos a comediantes respetables y socialmente aceptados (e incluso admirados). Aliándose con la ciencia pero contra la "irracionalidad," los magos pudieron disociarse a si mismos de su origen y convertirse en guardianes y protectores de lo público, funcionando como los "hackers" en computación que atrapan y luego reclutan al delincuente para que coopere en los servicios de seguridad. Algunos magos, que en cierto modo comenzaron siendo estafadores, terminaron como parte de una brigada de rescate contra lo irracional. Pero como ocurre en el mundo del espionaje, muchos de estos nuevos "guardianes" a veces actuan como "dobles agentes." Y todo puede prestarse a confusión. Por ejemplo, el investigador Harry Price condujo investigaciones que confirmaban la realidad del fenómeno paranormal de la Rectoría de Borley (Price 1940, 1946), pero se hizo también conocido por sus estudios críticos del medium Rudi Schneider (Price, 1930). Sin embargo, un exámen de su trabajo mostró que Price había distorcionado, no sólo su evidencia positiva del caso de la rectoría de Borley (Dingwall, Goldney, & Hall, 1956; Hasting, 1969), sino también su evidencia negativa del caso de Schneider (Gregory, 1985).
Este rol como desenmascarador fue siempre importante como antídoto contra la charlatanería, pero se hizo particularmente importante con el advenimiento del espiritualismo y el rol de refutadores de fraudes espiritistas que desempeñaban muchos magos en nombre de su arte, como Maskelyne, Kellar, Thurston, Houdini, Dunninger, Christopher, y Randi. Lo que vemos aquí es el rol de lo que supuestamente se presenta como "magia honesta" que busca un policía para los "magos pícaros" que de lo contrario se abusarían del público inocente. Como dijo Joseph Dunninger (1935):
Los magos sienten que están ofreciendo un servicio especial cuando denuncian a los mediums fraudulentos. Eso es lo que hacen. Pero el hecho de que ganen dinero y publicidad con estas actividades no cambia en nada las circunstancias. (p. 11)
Este rol cuasi-científico es importante. En un estudio sobre las reacciones "patológicas" contra las declaraciones científicas no-ortodoxas, el psicólogo Ray Hyman (1980) habla de científicos holgazanes que permiten que críticos irresponsables e incompetentes ataquen afirmaciones extravagantes -que rechazan considerándolas pseudocientíficas- para desacreditarlas. En particular, Hyman ha elogiado al fisiólogo William B. Carpenter considerándolo un "hombre exitoso" contra las ideas espiritualistas de Alfred Russel Wallace.
Aunque Hyman ve a este "hombre exitoso" como parte de la comunidad científica, su función original proviene de los magos, y es lo que he llamado el rol cuasi-científico. El mejor ejemplo moderno es el de James ("El Asombroso") Randi, que se enorgullese de ser miembro del Committee for the Scientific Investigation of Claims of the Paranormal. (Algunos críticos han calificado a este grupo de cuasi-científico; pero como el Profesor Hyman es un miembro respetable de esta organización, es poco probable que esté de acuerdo con dicha caracterización). Con frecuencia se acusa a Randi de formular sus críticas a la parapsicología en forma incorrecta e irresponsable, donde Randi, repetidamente, confunde los esfuerzos serios de los investigadores psíquicos con lo que Martin Johnson ha calificado con el nombre de "para-pornografía," como las presentaciones de medios de prenesa como The National Enquirer o periódicos similares. (Muchos críticos parecen no saber que incluso los parapsicólogos serios se rehúsan a conceder entrevistas para The National Enquirer).
El sociólogo de la ciencia Harry Collins (1983) se lamentó por la aparente falta de responsabilidad de muchos científicos cuando proporcionan información crítica responsable en parapsicología, en lugar de dejar ese lugar abierto a los magos, que no necesariamente comparten los criterios de los hombres de ciencia, sobretodo el valor de una visión comprometida, pero desinteresada, con la objetividad. Como Randi parece más interesado en la publicidad que en investigar meticulosamente lo que ello involucra (por ejemplo, ver Truzzi, 1984), sus esfuerzos quizá se podrían ajustar más al modelo de "ciencia patológica" de Hyman. Otro excelente ejemplo de este intento de desacreditar más que investigar se puede encontrar en las "explicaciones" -a menudo absurdas- de Houdini en su obra Miracle Mongers and Their Methods [El Traficante de Milagros y sus Métodos] de 1920. Es interesante leer hoy su libro A Magician Among the Spirits [Un mago entre los espíritus] de 1924, sobretodo la parte donde ofrece explicaciones las cuales -aun cuando Houdini demostraba su carácter fraudulento- bien podrian ser erróneas, pero que en aquel momento eran eficaces para desacreditar. Los problemas con las investigaciones de Houdini comenzaron a hacerse notables, pero tuvieron un débil impacto (ver las críticas de Prince, 1930). Los magos cuasi-científicos también nos han obsequiado un enorme abanico de pseudo-explicaciones; pero este rechazo prematuro en lugar de ser el portal hacia nuevos e interesantes fenómenos a explorar, en última instancia, probablemente termina siendo una ciencia más en retroceso que en progreso.
Una tercera forma de magos en su rol de científicos, adoptada particularmente por muchos mentalistas contemporáneos, es la del mago como pseudo-científico. En lugar de demostrar ciertas fuerzas ocultas, el mago moderno puede querer demostrar los principios supuestamente científicos de algunos dispositivos. Un viejo ejemplo era el de un supuesto jugador de ajedrez autómata que albergaba, en realidad, a un asistente escondido. Otros ejemplos eran aquellos magos que pretendían demostrar antídotos contra los venenos, o comer una cantidad de fósforos o aceite hirviendo, o magos que exhibían animales con inteligencia humana (como el cerdito Toby, que era bien conocido en 1817).
Aquí lo fraudulento produce un efecto en donde se presenta en nombre de la ciencia, lo que debería ser en nombre de lo sobrenatural. De este modo, los mentalistas modernos, por lo general, presentan efectos a su auditorio como "experimentos parapsicológicos," o el mago mismo como receptor o emisor de mensajes telepáticos (algo más sobrenatural que "natural"). Si bien estas demostraciones "científicas" son eventos normales, en realidad, son presentaciones de eventos paranormales pero ni ocultos ni sobrenaturales, sino aceptados por algunos científicos como eventos reales pero fuera de su comprensión. Esta es una distinción importante y central para la relación entre parapsicólogos y magos. El mago que es escéptico de la PES y que actúa como un cuasi-científico que refuta la evidencia de la existencia de la PES, por lo general, malinterpreta a los parapsicólogos calificándolos como pseudo-científicos, o como ocultistas disfrazados de científicos. El crítico de la PES considera a los falsos psíquicos como pseudo-ocultistas (dicen tener contacto con lo sobrenatural) o a los pseudo-científicos (dicen poder demostrar la existencia de la PES como un fenómeno empíricamente válido para la investigación científica). Pero confunden las demostraciones pseudo-científicas de los falsos psíquicos con los controles científicos inapropiados de la parapsicología. (Los científicos verdaderos, en la mayoría de las otras ciencias, tampoco controlan apropiadamente las variables de sus experimentos. Los malos experimentos todavía forman parte de la ciencia real. La parapsicología es una ciencia que intenta estudiar científicamente a psi, exista o no, y es independiente de estudios particulares -buenos o malos).
Por tal razón, la mayoría de los parapsicólogos rechaza al mentalismo cuando presenta como un "psi real," lo que cualquier mago puede hacer. Los consideran falsos psíquicos, como el caso de Uri Geller o incluso "comediantes" como Kreskin, quien -en su extensa carrera- no tuvo suerte para los negocios; su negocio era tratar de escapar del rótulo de "pseudocientífico," como lo calificaron los críticos escépticos, refutadores, e incluso magos cuasi-científicos como James Randi. Esto coloca a los investigadores psíquicos en contra de los magos. Por otro lado, hay magos pseudo-científicos que -aun cuando promueven un interés público hacia la parapsicología- malinterpretan la investigación psíquica y el fenómeno psi. Y, por supuesto, la presencia de magos que simulan psi refuerza la visión de los magos críticos de que todo lo relacionado a psi es un error o producto de una observación inadecuada o de trucos. Cualquier mentalista pseudo-científico puede imitar psi, el mago crítico menos impresionado (por ejemplo, los magos refutadores cuasi-científicos que conocen el detrás de la escena en las presentaciones de los mentalistas) queda convencido de la supuesta evidencia real del fenómeno psi que presentan los parapsicólogos científicos! De este modo se afirma irónicamente que los artistas psíquicos que creen en psi, y que podrían estar interesados en promover la investigación seria del fenómeno psi, a causa de la perfección de sus presentaciones donde se puede simular psi, refuerzan la idea entre los magos críticos de que se puede ridiculizar a los parapsicólogos por no haber encontrado realmente al fenómeno psi.
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1 Con el término "magia" me refiero a aquellos autores británicos que destacan lo "mágico" para distinguirlo de la "magia real" del ocultismo (tal como lo empleaba Aleister Crowley), aunque hoy se conoce como "magik". El término "investigación psíquica" va mas allá de los límites del laboratorio, y se presenta bajo el término "parapsicología."
* Este artículo fue originalmente publicado en inglés en Advances in Parapsychological Research (Vol. 8, pp. 221-276) editado por Stanley Krippner. Agradecemos al editor su generoso permiso para reproducir el presente capítulo. Fue publicado en español en la Revista Argentina de Psicología Paranormal, 15,.1-2, Enero-Abril 2004, y traducido del inglés por Jorge Villanueva.
** Marcello Truzzi (1935-2003) fue profesor de sociología en el Departamente de Sociología de la Eastern Michigan University de Ypsilanti en Michigan, Estados Unidos. También fue miembro fundador y miembro del Consejo del Committee for the Scientific Investigation of Claims of the Paranormal (CSICOP), y el primer editor de su revista The Zetetic (que luego pasó a llamarse The Skeptical Inquirer). Fundó el Center for Scientific Anomalies Research (CSAR) y editó su propia revista, el Zetetic Scholar el cual promovía la interacción entre críticos y proponentes de la existencia del fenómeno paranormal. Entre sus obras, podemos destacar, junto a Arthur Lyons (1991) The Blue Sense: Psychic Detectives and Crime.
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