Boletín Electrónico de Parapsicología Vol.15, No.3, Septiembre 2020
Publicación cuatrimestral del Instituto de Psicología Paranormal - Todos los Derechos Reservados
    Índice

      Desde el escritorio del editor


Alejandro Parra
Alejandro Parra
rapp_alep@fibertel.com.ar
Bienvenidos al tercer y último ejemplar del E-boletín Psi del 2020. A pesar de las enormes dificultades que continua presentando el aislamiento social y la situación de cuarentena, presentamos este número con la esperanza de que será de gran interés para todos sus lectores.

Parra examina la historia de la Editorial Kier, fundada por Nicolás B. Kier en 1907, y responde a porqué la literatura ocultista/esotérica y sus editores no han recibido suficiente atención por parte del mainstream cultural. Además, un tercer propósito es evaluar la evolución de diferentes “modas ocultistas” que atravesó la editorial, describiendo el surgimiento de las primeras editoriales esotéricas en el contexto del mercado editorial argentino, la emergencia del editor moderno, y la “Era de Oro” de la editorial, la consolidación y su expansión editorial, el advenimiento del movimiento de la “Nueva Era”, y el período después del año 2000 hasta hoy.

Natalia Ribilla examina cómo la inteligencia espiritual podría ser más adaptativa para aquellos que buscan un significado a experiencias paranormales. La autora evalúa la frecuencia de experiencias perceptuales inusuales y su relación con el grado de inteligencia espiritual y el nivel de satisfacción existencial. Sus resultados indican haber tenido al menos un tipo de estas experiencias, y que la inteligencia espiritual es un fuerte predictor de la experiencia paranormal. Estas experiencias producen bienestar y un sentimiento de satisfacción espiritual sugiriendo que pueden inducir efectos positivos y –lejos de resultar perturbadoras– contribuyen a la capacidad del individuo para resolver cuestiones de significado y de valor existencial.

Madelaine Lawrence describe casos de experiencias cercanas a la muerte y otras experiencias transpersonales que ocurren durante eventos catastróficos, como inundaciones, guerras, bombardeos y campos de exterminio. Los socorristas y los profesionales de la salud en emergencia no conocen acerca de estas experiencias transpersonales y qué decirles a las personas que las tienen, por ejemplo, una experiencia cercana a la muerte durante la guerra de Vietnam, una experiencia extracorpórea después de la explosión de una bomba durante la guerra de Irak, una visita espiritual a una mujer cautiva en Auschwitz y entrevistas a dos policías de la ciudad de Nueva York que actuaron el 11 de septiembre del 2001. Se espera que la información proporcione conocimiento de estas experiencias a quienes asisten a quienes están cerca de la muerte, o están muriendo, o en duelo a causa de eventos catastróficos, y anime a investigar más estas experiencias durante los desastres.

Finalmente, Carlos Alvarado revisa la vida y obra de William James (1842-1910) un filósofo y psicólogo americano que mostró vivo interés por la investigación psíquica y su trabajo con la médium Leonora E. Piper. James usó su autoridad académica para popularizar y defender públicamente a la investigación psíquica, y sus escritos psicológicos y filosóficos son una defernsa en la existencia de los fenómenos psíquicos, especialmente la telepatía y las comunicaciones mediúmnicas. Este número del E-Boletín concluye con la revisión de libros a cargo de Jorge Villanueva que cierra el presente número.

Disfruten de esta entrega y hasta el próximo número.


–El Editor



      HISTORIA

xxx
Alejandro Parra
rapp_ale@fibertel.com.ar


ESOTERISMO Y OCULTISMO EN LA TRADICIÓN BIBLIOGRÁFICA ARGENTINA: EL LEGADO DE NICOLÁS B. KIER (1865-1947)

Alejandro Parra*


INTRODUCCIÓN

El principal propósito de este artículo es demostrar que la Editorial Kier (inicialmente “Librería Teosófica”) fundada por Nicolás B. Kier en 1907, no sólo es una de las editoriales especializadas en esoterismo más antiguas de Argentina y América Latina, sino también una de las más antiguas del mundo, con antecedentes que se remontan incluso desde 1887. Además, otro propósito es determinar por qué la literatura ocultista/esotérica y sus editores no han recibido suficiente atención por parte del mainstream cultural. Este artículo planea hacer justicia con su principal editor y fundador, y relevar su producción a través de cuatro generaciones de editores en los últimos noventa años de producción ininterrumpida y 113 años de librería, a pesar de situaciones de inestabilidad económica en Argentina.

Su evolución editorial será analizada definiendo el concepto de esoterismo, el surgimiento de las primeras editoriales esotéricas en el contexto del mercado editorial argentino y los comienzos de Nicolás Kier, la emergencia del editor moderno (1920-1937), y la “Era de Oro” de la editorial, la consolidación y su expansión editorial (1955-1980), el advenimiento del movimiento de la “Nueva Era”, y el período después del año 2000 hasta hoy. Además, un tercer propósito es evaluar la evolución de diferentes “modas ocultistas” que atraviesa la editorial así como el modo en que la comunidad editorial argentina influyó entre 1880 hasta la actualidad.


Esoterismo: Definición y Alcances

El esoterismo y la popularización de su literatura han impregnado la cultura occidental en las últimas décadas aunque una fuente de controversias ha sido la validación o no de los saberes del “ocultismo”. El esoterismo occidental se define como “un conjunto de corrientes espirituales en la historia occidental moderna y contemporánea que comparten un aire de familiaridad, así como su forma de pensamiento, que es su denominador común” (Faivre, 1998, p. 12) compuesto por tres elementos intrínsecos: (1) un principio de correspondencias, en la que se cree que existen vínculos invisibles en el cosmos a través de cuyos vínculos todo afecta al resto, y de hecho, es posible influir en el mundo físico mediante mecanismos aparentemente no causales; (2) un principio de naturaleza viva, en la cual una fuerza divina es inmanente e interactúa a través de determinados agentes de forma vertical; y (3) un principio de transmutación donde el esoterista progresa o evoluciona en un esfuerzo por alcanzar etapas cada vez más superadoras de desarrollo espiritual.

Según Faivre (1998) el esoterismo occidental consiste en corrientes de pensamiento que se corresponden con movimientos, escuelas y tradiciones —por ejemplo, la orden rosacruz y la masonería— y nociones correspondientes a actitudes y prácticas espirituales —por ejemplo, la meditación o el gnosticismo. Un problema desde el punto de vista sociológico es el así llamado movimiento de la Nueva Era; hay una coincidencia general entre los estudiosos de la espiritualidad alternativa de que nadie ha podido hasta ahora definirla de manera satisfactoria (ver Sutcliffe, 2003; Granholm, 2005, 2008). El principio de la transmutación (por ejemplo, la superación personal), así como la visión esotérica del mundo de las correspondencias y la unión entre el cuerpo y el espíritu han generado numerosos manuales de autoayuda, terapias alternativas y formas de medicina holística, a menudo vistas como superando (o trascendiendo) el limitado conocimiento de la ciencia y la medicina tradicional.

El término “esoterismo occidental” abarca un amplio espectro de corrientes en la historia de la cultura occidental, desde la antigüedad hasta nuestros días, incluyendo fenómenos tan variados como el gnosticismo, el hermetismo y la teúrgia neoplatónica, la astrología, la alquimia y la magia natural, la Cabalá, el rosacrucismo, la teosofía y el iluminismo, el espiritismo, el movimiento de la Nueva Era, el neopaganismo y una serie de espiritualidades alternativas contemporáneas y formas de “ocultismo” popular. El esoterismo traspasa los límites establecidos por la religión, la ciencia, el arte y la filosofía y como campo de estudio académico, el esoterismo occidental es, por tanto, una empresa altamente interdisciplinaria.

El pensamiento esotérico ha sido percibido como socialmente minoritario, encriptado en un lenguaje de señales, códigos, vocabulario y rituales accesibles sólo para “iniciados” o receptores fieles a la transmisión eficaz de las enseñanzas esotéricas. Además, esta imagen del esoterista está estrechamente relacionada con una visión contracultural y rebelde en contra el saber convencional. Algunas formas de esoterismo nuclean grupos etarios y género con intereses particulares; por ejemplo, el satanismo y la magia negra se ha considerado un fenómeno típicamente adolescente (Lewis, 2001), y la pertenencia a órdenes y fraternidades parece ser más atractivo para los hombres que para las mujeres (Granholm, 2009), por ejemplo, la masonería tradicional admite sólo a hombres (Haywood, 1980), mientras que en ciertos grupos de adoración Wicca y practicantes del tarot predominan las mujeres (Chryssides, 1999; Hammer, 2004).


Primeras Editoriales Esotéricas

Aunque hay un gran número de libros y artículos sobre la historia del esoterismo en general (Asprem, 2014; Faivre, 1994; Goodrick-Clarke, 2008; Hanegraaff, 1996, 2012, 2013) y el origen de varias órdenes y círculos esotéricos ampliamente reconocidos, como la masonería (Callaey, 2001, 2010), la orden rosacruz (Hanegraaff, 1996; Heindel, 2006), la teosofía (Hammer, 2001; Hanegraaff, 1996), y el espiritismo (Leonard, 2005; Owen, 2004), sin embargo, sus editores –uno de sus principales promotores– es una historia rara vez contada (c.f. Treitel, 2014). A causa del atributo hermético en la transmisión de sus enseñanzas, el esoterismo occidental ha tenido que sobrevivir por fuera de los sistemas educativos convencionales, y en consecuencia ha estado limitado a la tradición oral o a la conservación de manuscritos literalmente “ocultos".1 Una consecuencia esperable, es que tales enseñanzas, las cuales eran consideradas inviolables para sus agentes y prohibidas para neófitos por fuera de estos círculos, sean perpetuadas a través de representantes quienes, antes de su muerte, debían confiarlas a un sucesor competente. Con el surgimiento de la imprenta, y sobre todo la alfabetización social, los impresores fueron el mejor instrumento para tal comunicación.

La publicación de literatura esotérica se remonta a los tiempos de Cornélius Agrippa de Nettesheim (1486-1533). Una de sus obras más célebres, que nucleó el conocimiento esotérico occidental, fue De Occulta Philosophia (impresa completa en 1533 en Colonia, Alemania), la cual recogió todo el conocimiento medieval sobre magia, astrología, alquimia, medicina y filosofía natural. Otros autores que acompañaron este interés fueron Paracelso (pseudónimo de Théophrast Bombast von Hohenheim, 1493-1541), Michel de Nostradamus (1503-1566), Emmanuel Swedenborg (1688-1772), Conde Alessandro di Cagliostro (1743-1795), Éliphas Levi (1810-1875), Stanislas de Guaita (1861-1897), Papus (pseudónimo de Gérard Anaclet Vincent Encausse, 1865-1916), entre otros. Sin embargo, hasta mediados del siglo XVIII no existía ninguna editorial que explícitamente se ocupase de la publicación de tales obras.

Por ejemplo, la mayoría de las primeras publicaciones en la Sociedad Teosófica eran in-home, es decir, los autores esotéricos publicaban sus propios libros o pagaban a las imprentas por publicar (Melzer, 2014). Hoy día, la característica más significativa del mundo esotérico contemporáneo es la enorme riqueza de la información disponible de modo que el surgimiento de la sociedad de la información– y la adaptación del ocultismo a una sociedad de información emergente– comenzó con el así llamado período de “ocultismo capitalista” (Partridge, 2015). Por un lado, la sociedad mostró más interés por las enseñanzas esotéricas que dejaron de ser censuradas por el dominio hegemónico de los intelectuales religiosos (sobre todo entre católicos y protestantes), y por otro, porque el apetito por estos nuevos saberes comenzó a ser cada vez más evidente para la población general a mediados del siglo XIX.

Por un lado, la prosperidad de la industria editorial en Europa y en los Estados Unidos y por otro, la creciente especialización en las ciencias condujo a muchos editores a clasificar su producción editorial en temas tales como medicina, leyes, ciencias, tecnología, arte y literatura. El ocultismo, por supuesto, no fue la excepción. En Europa, las editoriales tuvieron interrupciones a causa de los períodos de guerras. Por ejemplo, en Francia, Pierre-Gaétan Leymarie (1827-1901) fundó Leymarie Editions en 1871 cuando conoció a Allan Kardec, el codificador de la doctrina espírita de quien fue su discípulo. A pesar de las dificultades que se le presentaron por su defensa del espiritismo, incluyendo la cárcel, su hijo Paul Leymarie y su viuda continuaron publicando numerosas obras, entre ellas Recueil de documents relatifs a la lévitation du corps humain de Albert de Rochas en 1897, Animisme et spiritisme de Alexandre Aksakof en 1906, y Les Apparitions Matérialisées Gabriel Delanne en 1909 entre otras. La librería sobrevive, aunque ya no publica (Sharp, 2006).

Oswald Muzte, un reconocido editor en Leipzig y uno de los más importantes en materia de espiritismo, fundó en 1872 y publicó activamente hasta 1920 cientos de títulos, entre ellos a Allan Kardec, Alexander Aksakoff, Carl du Prel, y William Crookes. También editó la revista Psychische Studien, una de las primeras revistas esotéricas alemanas desde 1870. Mutze no publicaba solamente libros de ocultismo, sino que era un editor de reconocimiento que abrió una “rama” de literatura ocultista que resultó muy rentable y exitosa (Treitel, 2014). En Londres, John M. Watkins (1875-1947), amigo de Madame Blavatsky, creó la primera editorial ocultista en 1897, que actualmente continúa como editorial y librería. Watkins comenzó como librero especializado antes que editor, sin embargo, su hijo, Geoffrey Watkins (1896–1981) heredó y administró la librería y la convirtió en una compañía con la publicación de cientos de títulos, entre los cuales se destacaron Septem Sermones ad Mortuos [Siete sermones a los muertos] en 1925 de Carl Gustav Jung (original de 1916).

En América, en cambio, Llewellyn George (1876-1954), además de editor fue autor de una veintena de libros sobre astrología, por ejemplo The Planetary Hour Book en 1907. Aunque Llewellyn Publications surgió en 1901 como un centro de libros de astrología, pronto comenzó a publicar otros títulos. En 1960, la compañía fue adquirida por el empresario y astrólogo Carl L. Weschcke (1930-2015). Finalmente, el más popular y famoso editor ocultista en New York, Samuel Weiser, en 1926, se convirtió en un anticuario de libros esotéricos hasta que en 1956, fundó The Samuel Weiser Publishing, la cual subsiste hasta hoy (ver http://redwheelweiser.com/p.php?id=108).


EL SURGIMIENTO DEL MERCADO EDITORIAL ARGENTINO

Lecciones Espirituales escrito en 1858 por el español Justo de Espada, quien practicó las populares sesiones de “mesas parlantes”, fue publicado por Imprenta Americana en Buenos Aires.
Lecciones Espirituales escrito en 1858 por el español Justo de Espada, quien practicó las populares sesiones de “mesas parlantes”, fue publicado por Imprenta Americana en Buenos Aires.

Para comprender mejor el contexto en que la literatura comenzó a expandirse, es importante tener presente que durante los años 1879 a 1887, la producción no sólo estaba limitada a la ciudad de Buenos Aires sino que quedó en manos de tres figuras principales: los impresores, los libreros y un tercer grupo menor, los editores, es decir, sin imprenta ni librería. Las imprentas ocupaban casi el 75% de la actividad librera, y la ciudad apenas tenía siete u ocho librerías y/o editoras, casi el 15% del total (Pastormerlo, 2014). Además, los editores podían funcionar como correctores de un manuscrito (una actividad que exigía poseer gran cultura del español y su gramática), traductores o prologuistas, o simplemente, simpatizantes o amigos del autor (Buonocuore, 1974).

Los primeros títulos de esoterismo en Argentina se remontan a mediados del siglo XIX con el advenimiento de las primeras logias masónicas. El político y abogado Miguel Valencia (1799-1870) iniciado en la logia Independencia, fundó en 1857 la primera Obediencia Masónica llamada “Gran Oriente de la Confederación Argentina”. Valencia, que adhería al Partido Unitario no logró dominar la masonería local que en su mayoría apoyaba a Juan Manuel de Rosas. Si bien no fue el único de los primeros títulos, una de las primeras editoras, la Imprenta Americana, publicó el Manual de los Masones Libres del Rio de la Plata en 1856 de noventa páginas, que explicaba los principios éticos y la Sabiduría espiritual contenida en la logia.

Respecto a los primeros títulos espiritualistas, Lecciones Espirituales fue escrito en 1858 por el español Justo de Espada publicado por Imprenta Americana en Buenos Aires, poco antes de la codificación espiritista kardeciana. Cuando regresa a Argentina, después de su último viaje a Málaga, practicó las populares sesiones de “mesas parlantes” (tables tournantes) siguiendo el furor desatado y adopta el espiritismo kardeciano.2 Sin embargo, la Iglesia Católica, alarmada por el crecimiento de estas prácticas, publicó varios títulos condenándolas, entre ellos, un pequeño folleto titulado Discursos filosóficos sobre el magnetismo y espiritismo en 1872 del abad Miguel Angel Mossi (Vallejo [M.], 2015). En 1878, el diputado provincial y uno de los fundadores de la Universidad de La Plata, Rafael Hernández (1840-1903) hermano de José Hernández, autor del Martin Fierro, incursionó en la masonería y adhirió luego al espiritismo (Quereilhac, 2012). Siendo diputado, Hernández fue autor de La masonería y el Espiritismo publicado por Imprenta El Mercurio. La imprenta Félix Lajouane publicó Espiritismo y Locura: Sus relaciones recíprocas del médico Wilfrido Rodríguez de la Torre en 1886, prologado por José María Ramos Mejía, quien consideraba a las prácticas espiritistas como conducentes a la locura (Vallejo [M.], 2016b) y ese mismo año, la imprenta Stille & Laas publica Maravillas del Hipnotismo de George Borda, el primer manual médico de hipnosis rioplatense (Vallejo [M.], 2015, 2016a; Vallejo & Correa, 2019). Estos títulos son un ejemplo del incipiente interés y las controversias generadas en el corazón de la élite culta que dominó la así llamada generación del ochenta en el siglo XIX.

Emilio de Mársico (1857-1917), un inmigrante italiano en el oficio de libreros en Milán, traído a Buenos Aires desde muy pequeño por su familia, inició tempranamente su interés por la impresión de libros hacia fines de 1870. Es poco lo que se conoce de su pasado y su contribución, sin embargo, atravesó las etapas de aquel nuevo movimiento. Fue miembro de varias logias, entre ellas, la masonería (al menos como su firma delata) con firmes convicciones espiritualistas, que resultó en la pertenencia al espiritismo kardeciano y luego a la teosofía, hasta su muerte. De Mársico comenzó trabajando para las primeras imprentas porteñas, como la Imprenta de la Tribuna, luego la Imprenta Americana, y en 1872 fue miembro de la Comisión Protectora de las Bibliotecas Populares de Buenos Aires, de la cual fue uno de sus artesanales encuadernadores. Su habilidad le permitió montar un pequeño taller donde aplicaba un método de cartonnage en medio cuero y grababa sus títulos con oro. En 1880, colocó un local en la esquina de la calle Perú 195-197 (esq. Venezuela) para encuadernar y luego para imprimir. Por entonces, era habitual que las imprentas encarguen las encuadernaciones a talleres especializados. El taller de Emilio de Mársico llegó a encuadernar durante varios años las sesiones del Congreso Argentino entre 1875 a 1880, y los discursos de Presidentes como D.F. Sarmiento y N. Avellaneda (Buonocuore, 1974).3

Emilio de Mársico (1857-1917) inició tempranamente su interés por la impresión de libros. Fue miembro de la masonería, el espiritismo kardeciano y luego a la teosofía hasta su muerte. Su Libreria se convirtió en lo más “ecléctico,” con una variedad de títulos y temas, tales como religiones, misticismo, masonería, y rosacrucismo (portada de su catálogo de 1905 en La Plata).
Emilio de Mársico (1857-1917) inició tempranamente su interés por la impresión de libros. Fue miembro de la masonería, el espiritismo kardeciano y luego a la teosofía hasta su muerte. Su Libreria se convirtió en lo más “ecléctico,” con una variedad de títulos y temas, tales como religiones, misticismo, masonería, y rosacrucismo (portada de su catálogo de 1905 en La Plata).

Entre 1885 y 1887, las imprentas Félix Lajouane, Martin Biedma, Pablo E. Coni, Stiller & Laas (creada por Curt Stiller y Federico Laas, en 1882) eran las más conocidas y sus libros podían cubrir una diversidad de intereses, sobre todo gracias al aumento del público lector como consecuencia directa de las campañas de alfabetización, el crecimiento poblacional favorecido por las políticas inmigratorias, y el proceso de urbanización (Pastormerlo, 2014; Rivera, 1980). Cuadernillos y folletines integraban las producciones literarias más accesibles, muchas de las cuales podían ser entregadas gratuitamente o bien eran incluidas en el interior de los diarios (Buonocore, 1974).

Entre 1880 y 1890, de Mársico adhirió explícitamente al movimiento espiritista y desde entonces entabló fuertes lazos con varios de sus líderes, como el hacendado Felipe Senillosa (1838-1906) y principalmente con Cosme Mariño (1847-1927), uno de los miembros más representativos del movimiento kardeciano en Argentina (Gimeno, Corbetta & Savall, 2014), de cuya estrecha relación resulta la publicación de varias obras espiritistas.

También reimprimió en Buenos Aires las obras de Allan Kardec y del naturalista Alfred Russell Wallace Defensa del Espiritualismo Moderno y del físico William Crookes Nuevos Experimentos sobre Fuerza Psíquica, Cosmogonía de los Fluidos de Antoinette Bourdin, Catecismo de Moral y Religión de A. Bonnefont, un compilado de enseñanzas y doctrinas espiritistas para niños traducido del francés por Mariño, y el folleto Controversia Espiritista de Manuel Sáenz Cortés, en respuesta a una crítica católica al espiritismo. En 1887, imprimió Dictados de Ultratumba: Instrucciones y Enseñanzas de los Espíritus, un conjunto de discursos dictados por un médium anónimo basado en “comunicaciones espontáneas y evocaciones” con mensajes de espíritus de políticos, revelaciones sobre la historia de los pueblos originarios y otros escritos recibidos entre 1877 a 1886,4 siete obras de Allan Kardec El Evangelio Según el Espiritismo, Espiritismo Experimental (título dado para El Libro de los Médiums), El Cielo y el Infierno, ¿Qué es el Espiritismo?, y El Espiritismo en su más simple expresión, todas de Allan Kardec. La prolífica producción de Emilio de Mársico estuvo claramente acompañada por un éxito inicial de ventas y pedidos de títulos, por ejemplo, Catecismo de Moral y Religión en 1888 tuvo un tiraje de cinco mil ejemplares, un verdadero récord para la época.

Entre 1890 a 1901, Emilio de Mársico estableció su Librería de “Los Estudiantes”, en la esquina de la calle Perú y Venezuela en Buenos Aires para encuadernar y luego para imprimir, donde exhibió docenas de títulos de varias sociedades espiritistas españolas.
Entre 1890 a 1901, Emilio de Mársico estableció su Librería de “Los Estudiantes”, en la esquina de la calle Perú y Venezuela en Buenos Aires para encuadernar y luego para imprimir, donde exhibió docenas de títulos de varias sociedades espiritistas españolas.


De Mársico imprimió Catecismo de Moral y Religión de A. Bonnefont, un compilado de enseñanzas y doctrinas espiritistas para niños, traducido del francés por Cosme Mariño, y en 1887 Dictados de Ultratumba, los discursos de un médium anónimo con mensajes de espíritus de políticos, revelaciones sobre la historia de los pueblos originarios, y otros escritos recibidos entre 1877 a 1886.
De Mársico imprimió Catecismo de Moral y Religión de A. Bonnefont, un compilado de enseñanzas y doctrinas espiritistas para niños, traducido del francés por Cosme Mariño, y en 1887 Dictados de Ultratumba, los discursos de un médium anónimo con mensajes de espíritus de políticos, revelaciones sobre la historia de los pueblos originarios, y otros escritos recibidos entre 1877 a 1886.

En su Librería de “Los Estudiantes”, entre 1890 a 1901, exhibió docenas de títulos de varias sociedades espiritistas españolas y publicó folletos pequeños con un propósito más evangelizador que comercial, por ejemplo, las conferencias dadas en el “Ateneo Español” por el químico y profesor catalán Miguel Puiggiari y Cosme Mariño y las conferencias de Rafael Hernández bajo el título El Espiritismo Ante la Ciencia en 1882 por Imprenta del Porvenir. En un pie de página de su Catálogo escribió: “Advierto a los hermanos en creencia, que tengan algún trabajo inédito sobre Espiritismo, que consideran de interés general, y que quieran publicarlo, me lo remitan, pues siendo así me encargo de imprimirlo por mi cuenta y riesgo.” (p. xix). En 1894, publicó la Guía para la Formación y Sostenimiento de Grupos y Sociedades Espiritistas de Cosme Mariño, en cooperación con Ovidio Rebaudi, con el propósito de distribuirla a las sociedades o pequeños grupos no organizados y establecer pautas de conducta y ética en las prácticas de los médiums.

En 1899, Emilio de Mársico creó la colección “Biblioteca Espiritista” para reproducir, no sólo los títulos de Kardec y otros autores pos-kardecianos, sino también “proporcionar lecturas gratis a los hermanos menesterosos que desean estudiar tan consoladora doctrina, y cobrará cincuenta centavos solo mensualmente a quien quiera pagarlos, para la adquisición de obras modernas.” De Mársico era representante exclusivo de tres editoriales españolas: Biblioteca Orientalista de R. Maynadé y Casa-Editorial Carbonell y Esteva ambas en Barcelona y Biblioteca “La Irradiación” de Madrid, porque estaba claramente convencido de la doctrina espiritista por sobre cualquier otra práctica espiritualista. En forma simultánea, también instala una pequeña imprenta en la ciudad de La Plata, donde ya funcionaba como impresor y editor (de Mársico, 1905).

En 1897, Emilio de Mársico adhirió a la Liga Liberal, un grupo masónico de gran preponderancia en La Plata que ponía énfasis en la separación de la Iglesia del Estado, donde también actuaban el escritor español Luis Fors y Rafael Hernández. De Mársico encontró en la Liga Liberal una buena plataforma de divulgación y participó activamente de sus encuentros y actividades culturales (Vallejo [G.], 2007). En una correspondencia con el naturalista Pedro Serié, miembro de la Sociedad Espiritista Constancia, Emilio de Mársico anunció la organización de “sesiones espiritistas en su casa de La Plata siguiendo los lineamientos de la Sociedad Constancia,” pero en 1895 reclama a la Sociedad la compra de libros, folletos y otros materiales porque la revista Constancia “omite todo comentario que por entonces podía divulgar su producción editorial.”(!) Por ello, de Mársico se queja de las desinteligencias de sus correligionarios.5 Cuando de Mársico finalmente cierra la Librería de “Los Estudiantes” en 1905, comienza a publicar varios títulos de magnetología desde su nueva dirección en la calle 49 (No. 115) y más tarde en calle 50 (No. 638) de la ciudad de La Plata, tales como Apuntes de Espiritismo experimental y Elementos de Magnetismo Experimental y Curativo del químico Ovidio Rebaudi entre 1896 y 1900 (Conforte, 2016; Vallejo [M.], 2016, 2017). Rebaudi y de Mársico mantuvieron no solo una relación comercial, sino también una gran amistad; de hecho de Mársico había sido miembro de la Sociedad Magnetológica y donaba una parte de sus ganancias al Asilo de Niñas Inválidas que apadrinaba la Sociedad Constancia.6 Las prácticas filantrópicas eran moneda corriente entre los intelectuales progresistas y los librepensadores de principios de siglo.

Poco a poco, de Mársico abandonó su emprendimiento como impresor y editor, y desde 1905 adoptó la importación de libros desde España, lo cual obligó a nutrir su pequeña librería platense de muchos más títulos, más baratos y de mejor calidad en su Librería Orientalista. En efecto, el clima de estos intelectuales y de la ciudad de La Plata resultó un espacio más apto en contraste con la cultura conservadora que había puesto mayor tensión contra los espiritistas,7 sobre todo por parte de la Iglesia Católica de Buenos Aires. Desde allí, importó los principales autores de teosofía, autores de religiones orientales (orientalismo), magia y ocultismo (o esoterismo occidental), e hipnosis y magnetología, por entonces casi indisolublemente indiferenciadas por la fuerte influencia de los hermanos franceses Héctor y Henri Durville, entre otros.

De Mársico era representante exclusivo de tres editoriales españolas: Biblioteca Orientalista de R. Maynadé y Casa-Editorial Carbonell y Esteva ambas en Barcelona y Biblioteca “La Irradiación” de Madrid. La Biblioteca Orientalista creada por Ramón Maynadé Sallent (1878-1968) en 1901 estaba compuesta por setenta y siete obras de 33 autores, y en 1905 había aumentado hasta 108 publicaciones.
De Mársico era representante exclusivo de tres editoriales españolas: Biblioteca Orientalista de R. Maynadé y Casa-Editorial Carbonell y Esteva ambas en Barcelona y Biblioteca “La Irradiación” de Madrid. La Biblioteca Orientalista creada por Ramón Maynadé Sallent (1878-1968) en 1901 estaba compuesta por setenta y siete obras de 33 autores, y en 1905 había aumentado hasta 108 publicaciones.


Nicolás Berhard Kier (1865-1947), miembro de la Sociedad Teosófica de Barcelona, instaló su “librería teosófica” para alentar las enseñanzas esotéricas de todas las corrientes de su época. Su principal centro de atención fue el orientalismo y el naturismo.
Nicolás Berhard Kier (1865-1947), miembro de la Sociedad Teosófica de Barcelona, instaló su “librería teosófica” para alentar las enseñanzas esotéricas de todas las corrientes de su época. Su principal centro de atención fue el orientalismo y el naturismo.

Aunque otros autores se han ocupado de la historia de los grupos esotéricos (Bubello, 2010) y religiosos (Bianchi, 2004) argentinos, el movimiento teosófico porteño fue el punto de encuentro de docenas de intelectuales vanguardistas, entre quienes Emilio de Mársico era uno de sus más firmes adherentes. La Sociedad Teosófica en Buenos Aires surgió en 1875 (Olivares, 1945). Su primera “rama” o grupo se organizó bajo el nombre de “Luz”. Allí se encontraban escritores, políticos e intelectuales como Leopoldo Lugones, Alejandro Sorondo, Joaquín V. González y Alfredo L. Palacios (Quereilhac, 2012, 2013), y varios espiritistas y masones como Manuel Frascara y Rafael Hernández, respectivamente. Todos ellos participaron de esta “coherencia esotérica occidental” que dominó el pensamiento positivista del período de entresiglos (Quereilhac, 2016), y sobretodo las representaciones intelectuales del orientalismo (Bergel, 2010) que moldearon el pensamiento occidental de la época. El fundador de la Rama Luz fue Federico Wenceslao Fernández (1845-1923) y su primera presidente Antonia Martínez Royo, quienes fundaron en 1898 y dirigieron durante cinco años la revista Philadelphia, bajo los pseudónimos de “Lob Nor” y “Lanú.” En 1901, después de la visita del Coronel Olcott (1832-1907) a Buenos Aires, uno de los pioneros del movimiento teosófico británico, se fueron creando o renombrando otras ramas (por ejemplo, “Vi-Dharmah”, más tarde “Dharma”) con el propósito de alcanzar su independencia de su sede central en India (Olivares, 1945; De Mársico, n/d). Un gran número de revistas teosóficas fueron aparecieron a lo largo de ese período, entre 1893 hasta 1905, entre ellas Luz: Revista de Estudios Orientales en 1893 y Luz Astral en 1895, y Philadelphia entre 1898 y 1905.

Emilio de Mársico representaba a la rama Vi-Dharmah en La Plata, y comenzó a importar más de cien títulos nuevos a su amplio catálogo, como las obras de H.P. Blavatsky, Henry Olcott, Charles Leadbeater, Annie Besant, Alfred Sinnett, entre otros. Aunque en 1897, ya había publicado una colección de escritos bajo el título El por qué de la vida: Solución racional del problema de la existencia de Manuel Corchado, que originalmente había impreso Juan Torrents i Coral en Barcelona, ahora Emilio de Mársico integraba en su catálogo una larga nómina de sus obras principales a través de la Biblioteca Orientalista creada por Ramón Maynadé en 1901, con la cooperación del filántropo José Xifré (Penalva Mora, 2013). Este catálogo estaba compuesto por setenta y siete obras de 33 autores, y en 1905 había aumentado hasta 108 publicaciones. Rápidamente, el catálogo de Emilio de Mársico se convirtió en lo más “ecléctico,” con una variedad de títulos y temas, tales como religiones, misticismo, masonería, y rosacrucismo. Sin embargo, en Febrero de 1907, Emilio de Mársico sufrió un severo problema de salud que lo distanció de su actividad comercial. Comunicó sus problemas de salud a José Melián, por entonces Presidente de la rama Vi-Dharma de Buenos Aires, y a consecuencia de ello, Melián encontró a un joven teósofo recién desembarcado que solía visitar a la rama, a quien le encomendó ocuparse de recuperar el patrimonio librero de Emilio de Mársico.


Nicolás B. Kier: Sus comienzos

En 1907, Niklæs [Nicolás] Berhard Kier, llegó a Buenos Aires con la esperanza de encontrar un mejor futuro en una nueva tierra con deseos de crecimiento y desarrollo. Era un ávido lector con buen dominio de español debido a que había pasado algún tiempo en España antes de visitar Buenos Aires. Dotado de un espíritu culto y una rectitud moral intachable, tal como lo recuerdan algunos testimonios, Kier nació en Copenhague el 6 de Marzo de 1865. Era hijo de Niels B. Kier y Anne Marie Knud (MyHeritage.com). A los 42 años, recibió el pedido de Melián para hacerse del fondo editorial dejado por Emilio de Mársico y crear una librería dotada principalmente de títulos de teosofía en la ciudad de Buenos Aires, mucho más cerca que La Plata y también del centro de atención de la comunidad teosófica. El propósito era desarrollar un prometedor negocio hacia los principios de las prácticas esotéricas de todas las corrientes de la época y su principal foco de atención fue la teosofía y el naturismo.

El apoyo y la influencia de Alejandro Sorondo Ramos (1855-1934), geógrafo y secretario de la Cámara de Diputados, junto a un núcleo de teósofos porteños, impulsó a Kier para abrir un pequeño local en la calle Suipacha 832 en la ciudad de Buenos Aires, llamado inicialmente “Librería Teosófica.” Kier comenzó una serie de tertulias (un equivalente funcional a pequeños grupos de estudio) para instruir en las enseñanzas teosóficas (Olivares, 1945). Como Emilio de Mársico, Kier también mostró interés en el catálogo de la Biblioteca Orientalista de Ramón Maynadé Sallent (1878-1968), creada en 1901 (c.f. Maynadé, 1912), de modo que incorporó no sólo a la teosofía, sino también a otras doctrinas de incipiente surgimiento, como el rosacrucismo y la antroposofía. Además, Nicolás Kier fue miembro de la Sociedad Teosófica de Barcelona. Entre otros colaboradores, el teósofo argentino José Melián tradujo para Maynadé Ciencia Oculta en la Medicina de Franz Hartmann y El Poder del Pensamiento de Annie Besant (Peñalva Mora, 2013).

En 1912, Kier inició la publicación de la revista La Estrella de Occidente, que sustituyó al periódico teosófico mensual La Verdad que editaba Vi-Dharmah entre 1901 a 1911. Esta revista resultó exitosa por dos razones: primero, alcanzó una amplia distribución al resto de países de América hispanoparlante y segundo, el “Extracto de Catálogo”8 en sus primeras páginas ofrecía los libros bajo tres tipos de encuadernación (rústica, tela y pasta) siendo los de rústica más baratos (en promedio, un peso con cincuenta centavos) y pasta los más caros (en promedio, dos pesos con cincuenta). Estas diferencias en precio y calidad permitieron que fueran accesibles a las clases populares. Entre 1912 a 1920, Kier se ocupó a pleno en tareas de importación de los títulos que provenían del Catálogo de la Librería de España. Además, la revista-catálogo La Estrella de Occidente llegó a alcanzar los dos mil ejemplares de tiraje mensual en sus primeros años, y se publicó mensualmente en forma ininterrumpida, pero con un tiraje algo menor, hasta 1944. Hizo traer por correo postal –el único método disponible por entonces– más de 100 cajas que incluían títulos de teosofía y ocultismo, magnetismo e hipnosis, y espiritismo. Los primeros libros más conocidos fueron Concepto Rosacruz del Cosmos de Max Heindel, Más Allá de la Muerte de Charles Leadbeater, Dogma y Ritual de la Alta Magia de Eliphas Levy, Magia Práctica de Papus, El Budhismo Esotérico de A. P. Sinnet, las primeras ediciones de Annie Besant, Mme. Blavatsky, Mabel Collins, y varios títulos en español del magnetizador francés Henri Durville, y espiritismo por los franceses Allan Kardec, Gabriel Delanne y Leon Denis, y de la española Amalia Domingo Soler.

Emilio de Mársico vendió su fondo librero a Nicolás Kier, y gracias a la gestión de José Melián (izq.). La influencia de Alejandro Sorondo Ramos (der.) junto a un núcleo de teósofos porteños, impulsó a Kier para abrir un pequeño local en la calle Suipacha 832 de la ciudad de Buenos Aires.
Emilio de Mársico vendió su fondo librero a Nicolás Kier, y gracias a la gestión de José Melián (izq.). La influencia de Alejandro Sorondo Ramos (der.) junto a un núcleo de teósofos porteños, impulsó a Kier para abrir un pequeño local en la calle Suipacha 832 de la ciudad de Buenos Aires.

Además, Kier comenzó una amplia política de expansión en América Latina y los Estados Unidos. Mantuvo un intercambio entre La Estrella de Occidente con revistas espiritistas (Constancia, La Fraternidad, El Médium, La Unión, etc.), y teosóficas (Boletín Teosófico, Boletín del Gran Oriente, entre otras). También estrechó lazos con órdenes, hermandades, ramas teosóficas, fraternidades y grupos espiritualistas y espiritistas muy divergentes entre sí –incluso algunos de ellos en conflictos recíprocos. Pero para casi todos ellos, su “catálogo de títulos por importación” fue el único núcleo de interés en grupos de estudios, cursos y conferencias en Buenos Aires, Montevideo, Santiago y otras capitales. Nicolás Kier tuvo una cintura admirable para confraternizar con todos los grupos de la época lejos de toda mezquindad y arrogancia. Anunciaba su catálogo a través de las revistas Fraternidad, Constancia, y La Verdad de las sociedades espiritistas publicadas por las sociedades espiritistas de orientación kardeciana, y Ondas Buddhicas de la Sociedad Teosófica.

En 1915, Nicolás Kier incorporó un rubro hasta entonces poco convencional: el naturismo. Las prácticas naturistas comenzaron como una forma de protesta contra la industrialización de los alimentos (Spencer, 1993) en los Estados Unidos. Kier era un firme practicante del naturismo, y según sus clientes y otros editores colegas, acostumbraba “desayunar todas las mañanas un caldo de varios tipos de verduras” lo cual mostraba su fidelidad a la militancia por la alimentación saludable en aquella época.9 Además, su librería representaba a varias de las principales revistas, como Natura, una revista mensual de la Asociación Vegetarista (creada en 1894) e Higiene y Salud, ambas de Montevideo, entre otras entidades. No estaba casado ni tenía hijos. A pesar de llevar una vida reservada, algunos testimonios confiables lo describen como un hombre usualmente introvertido pero muy solidario, que vivía en la misma librería. Obsequiaba cuadernos y lápices, e incluso enseñaba a leer y escribir a los hijos de las domésticas de las aristocráticas casas del vecindario (Pibernus [H.], 2019).

En Diciembre de 1918 se fundó la Biblioteca Teosófica Argentina (BTA), una entidad inicialmente dependiente de la Sociedad Teosófica, que exigía a sus miembros lecturas obligatorias de su literatura antes de formar parte de la Sociedad. La BTA comenzó su labor meses antes de su constitución definitiva a raíz de una iniciativa de Nicasio Bindayán, Eduardo Melgar y Alfredo N. Escardó en el seno de la rama Teosófica “Vi-Dharmah”, a la que Kier pertenecía y para la cual sus miembros compraban o bien donaban los títulos de su fondo editorial. De este modo, poco a poco, entre 1920 a 1925, Kier adicionaba nuevos rubros a su librería hasta que en 1926, cambia a un nuevo y más amplio local en la calle Talcahuano 1075 de la ciudad de Buenos Aires, y lanza una modesta editorial bajo la denominación “Nicolás B. Kier Editor” y luego “Editorial Kier.”

Salón de actos de la antigua Biblioteca Teosófica Argentina en 1918 (en calle Sarmiento 2835). La Sociedad exigía a sus miembros lecturas obligatorias antes de formar parte. Sus miembros compraban o donaban los títulos del fondo editorial de Kier.
Salón de actos de la antigua Biblioteca Teosófica Argentina en 1918 (en calle Sarmiento 2835). La Sociedad exigía a sus miembros lecturas obligatorias antes de formar parte. Sus miembros compraban o donaban los títulos del fondo editorial de Kier.

En 1920, Kier ya había publicado algunos de sus primeros títulos con sello propio, ¿Qué es la Teosofía? de “Nemo” pseudónimo de Francisco de Montoliu y de Togores (1861-1892), un joven ingeniero agrónomo, abogado, y teósofo español, que Kier reprodujo de su versión original de 1890, entre otros títulos, como Jesús: El filósofo por excelencia en 1929 del anarquista y pacifista venezolano Carlos Brandt (1875-1964), La Vida Impersonal en 1932 del teósofo americano Joseph S. Benner (1872-1938) publicado originalmente en 1914, y varios títulos de medicina natural, como El Diagnóstico por el Iris del “Doctor Vander” (pseudónimo del médico holando-español Adrian Van Der Put Vermuden, 1890-1973) que habían sido publicados en España entre 1914 a 1920 durante el gobierno de Primo de Rivera (1923-1930), y Mis Observaciones Clínicas Sobre el Limón, el Ajo y la Cebolla del médico naturista ítalo-catalán Nicola Capo (1899-1977), que fue durante décadas un éxito editorial para Kier, con al menos 30 ediciones y reimpresiones desde su primera publicación en 1939.

La popularidad de las enseñanzas teosóficas seducen a varios otros editores argentinos, como Juan B. Roldán, dueño de la Editorial y Librería “La Facultad”, quien publicó al menos siete títulos de Yogui Ramacharaka (pseudónimo de William Walker Atkinson, 1862-1932) un influyente escritor americano, miembro de la Sociedad Teosófica y de otros movimientos espirituales entre 1890 y 1900. Con la cooperación de los miembros de la Sociedad Teosófica, M. López Villamil y Ricardo Vivie, tradujeron para su editorial los libros Hatha yoga o Filosofía Yogi del Bienestar Físico en 1914, Ciencia Hindú Yogi de la Respiración en 1928, Catorce Lecciones Sobre Filosofía Yogi y Ocultismo Oriental en 1920, Filosofía Yogi y Ocultismo Oriental en 1923, y Jnana Yoga: Siete conferencias en 1922 de Swami Vivekananda (1863-1902) algunos de los cuales fueron exitosos y tuvieron gran repercusión. Quizá inspirado por este éxito, entre 1929 y 1940, Kier publicó varios títulos con sello propio, por ejemplo, El Símbolo del Loto Blanco: El sello de la Sociedad Teosófica de Arturo Montesano Delchi (1875-1939), en 1929, ilustrado con grabados en color. Montesano Delchi era un médico naturista que también escribió sobre los primeros años de Jiddu Krishnamurti.


LA EMERGENCIA DEL EDITOR MODERNO (1920-1937)

A comienzos del siglo XX la mayoría de los libros en español que se vendían en Buenos Aires eran editados en París, Roma, Leipzig, Madrid y Barcelona. Incluso las ediciones nacionales a menudo se mandaban a imprimir a Europa, cuyos talleres superaban a las imprentas locales en precio y calidad. En este sentido, eran las editoriales francesas y alemanas las que dominaban el mercado hispanoamericano del libro, pues gozaban de enormes ventajas competitivas no sólo en el campo de la producción, sino también en el de la comercialización de los bienes producidos. Estas empresas, de vasta experiencia en la gestión editorial, contaban con una amplia red de promoción, distribución y comercialización del libro en América, frente a la cual la pobre organización de los editores nacionales resultaba insuficiente a la hora de competir en un mercado interno de proporciones reducidas (Buonocuore, 1974; Delgado & Espósito, 2014).

Entre 1920 a 1925, Kier adicionó nuevos rubros a su librería hasta que en 1926 y lanza una modesta editorial bajo la denominación “Nicolás B. Kier Editor” Entre 1929 y 1940, Kier publicó varios títulos con sello propio, por ejemplo, El Símbolo del Loto Blanco del médico naturista Arturo Montesano Delchi en 1929.
Entre 1920 a 1925, Kier adicionó nuevos rubros a su librería hasta que en 1926 y lanza una modesta editorial bajo la denominación “Nicolás B. Kier Editor” Entre 1929 y 1940, Kier publicó varios títulos con sello propio, por ejemplo, El Símbolo del Loto Blanco del médico naturista Arturo Montesano Delchi en 1929.
El estallido de la Primera Guerra Mundial en 1914, provocó una retirada transitoria de las principales casas editoras provenientes de las naciones en conflicto, lo que permitió la ganancia de un espacio vacante de un mercado en expansión que impulsó a los libreros y editores argentinos a una excelente oportunidad para publicar, no sólo en Argentina, sino también distribuir sus obras a otros países de América Latina (Romero, 2007). Durante los años veinte, la industria editorial experimentó un desarrollo sostenido en todas sus ramas: textos literarios y de cultura general, pero también jurídicos, técnicos, universitarios y escolares. A pesar de estos esfuerzos, sin embargo, uno de los factores que retardaron el desarrollo de la industria argentina del libro fueron las tasas aduaneras sobre el papel importado para impresos, las elevadas tarifas postales que gravaban directamente el transporte de libros y restringía la circulación de la propaganda impresa distribuida por correo de circulares y catálogos (Gasió, 2008).

Se publicaron obras populares y de lujo, cuyo florecimiento permitió la organización de la Exposición Nacional del Libro, que tuvo lugar en el Teatro Cervantes de Buenos Aires en 1928 y en la que participaron las editoriales de Jacobo Peuser, Valerio Abeledo y Emilio M. Perrot, Ángel de Estrada, Pedro García (fundador de El Ateneo), Federico Crespillo, Adolfo Kapelusz, Fernando Coni, Félix Lajouane, y sociedades como la Agencia General de Librerías, la Editorial Hebraica, y la Cooperativa Editorial Buenos Aires (un esfuerzo que antecedió a la célebre Feria del Libro de Buenos Aires) (ver Espósito, 2010).

Sin embargo, la emergencia de la industria editorial argentina se alcanzó desde mediados de la década del treinta hasta 1956, la cual estuvo directamente ligada al nacimiento de casas editoriales en Argentina. En efecto, la Guerra Civil Española (1936-1939) generó un éxodo de editores y casas editoriales hacia América Latina, en especial a Argentina y México, lo cual produjo un impacto favorable de nuevos puestos de trabajo en la industria de ambos países (Martínez Martín, 2002). Por ejemplo, en 1925 de la unión de Calpe, fundada en 1918 por Nicolás María de Urgoiti, y Espasa, fundada en 1860 por los hermanos Pablo y José Espasa Anguera, nace “Espasa-Calpe” que publica su reconocida Enciclopedia. Pero cuando la situación política en España se torna insostenible, en 1937, la editorial se trasladó a Buenos Aires (García, 1965). Otros casos que merecen ser mencionados son Gonzalo Losada (1894-1981), quien funda la editorial Losada en 1938 y Julián de Urgoiti, hermano de Nicolás, que funda la editorial Sudamericana (de Diego, 2014). En cualquier caso, fueron probablemente razones políticas las que produjeron el alejamiento de tantos editores que no simpatizaban con el régimen republicano y se exiliaron del franquismo. Hacia fines de la década del cuarenta, los autores que publicaron sus obras son una abrumadora mayoría de extranjeros, especialmente españoles (ver Martínez Martín, 2002; Moret, 2002).

En este contexto, aunque el libro espiritual era un rubro singular,10 la espiritualidad argentina abarcó matices que van desde la “clásica”, constituída por las religiones mayoritarias si nos remotamos a editores como Carlos Lohlé y los hermanos Luchía Puig (ambos editores católicos, ver Miranda, 2017) y otros representados por las editoriales Agape, Bonum, Claretiana o San Pablo hasta las tradiciones místicas o espiritualidades “alternativas” provenientes del judaísmo (Editorial Sigal del rabino Rubén Sigal), u otros grupos minoritarios.11

Por su parte, Kier incrementó su fondo en este período y lo agrupó en seis secciones según su catálogo de 1931:12 Teosofía (con casi 400 títulos), Rosacrucismo de Max Heindel (17 títulos), Gnosticismo (11 títulos), Espiritismo y Metapsíquica (casi 260 títulos), Magnetismo e Hipnosis (casi 100 títulos), y autores como Swami Vivekananda (18 títulos), Yogi Ramacharaka (20 títulos), y Swami Panchadasi (13 títulos), el hindú Rabindranath Tagore (23 títulos) que visitó Argentina en aquellos años, entre otros. Kier incorporó otros rubros, tales como la Astrología, y una línea de títulos que comenzó a ser un éxito en el período de entreguerras, principalmente en los Estados Unidos: la Medicina Natural, la Cultura y Civismo (por ej. educación o “poder” de la voluntad, dominio de si mismo, entrenar la memoria, claves para tener éxito, etc.), las prácticas de higiene mental, y “ser buena esposa o buen hijo”. Kier también importó libros en otros idiomas, principalmente, inglés, francés, alemán, italiano, y portugués. Su librería exhibía retratos y postales para decorar (Jesús, Mme. Blavatsky, Krishnamurti, Pancho Sierra, Amado Nervo, etc.), e incluso tenía un espacio para títulos usados y libros “averiados”. Además, los años treinta y cuarenta eran tiempos de gran cooperación entre librerías: casi todo el rubro editorial y librero por entonces reconocía a Kier como líder en “temas de ocultismo, espiritismo y astrología” y a menudo recomendaban a sus clientes visitar la librería en la calle Talcahuano para conseguir estos temas.

José Antonio Pibernus (izq.) participaba regularmente en las tertulias organizadas por Nicolás Kier en la “Librería Teosófica”. Pibernus tomó la conducción de la editorial, alentado por el interés popular del libro argentino, y en 1941, la transformó en “Editorial Kier” en homenaje a su mentor: Luego incorporó a sus hermanos y a José Grigna (der.), un amigo de la familia.
José Antonio Pibernus (izq.) participaba regularmente en las tertulias organizadas por Nicolás Kier en la “Librería Teosófica”. Pibernus tomó la conducción de la editorial, alentado por el interés popular del libro argentino, y en 1941, la transformó en “Editorial Kier” en homenaje a su mentor: Luego incorporó a sus hermanos y a José Grigna (der.), un amigo de la familia.

A sus sesenta años, Nicolás Kier recibe a un joven culto y prometedor que –a la postre– sería el heredero de su legado y con quien aprenderá el nuevo y singular rubro de la literatura “ocultista”: José Antonio Pibernus (1906-1976). Atraído por la teosofía y el orientalismo, Pibernus participaba regularmente en las tertulias organizadas por Nicolás Kier. Comenzó trabajando como vendedor cuando ingresó a la “Librería Teosófica” de la calle Talcahuano 1045 (Pibernus [H], 2019).

La expansión de la Librería se produjo cuando Pibernus tomó la conducción de la empresa editorial, alentado por el interés popular del libro argentino. La visita que Krishnamurti hizo a Buenos Aires, el 13 de Julio de 1935, como parte de una gira de conferencias y presentaciones en el Teatro Coliseo de Buenos Aires y la ciudad de Córdoba, tuvo amplia repercusión en los medios de prensa y contribuyó a expandir el interés por la literatura teosófica y orientalista.13 En 1938, tuvo lugar el Primer Congreso de Editores e Impresores Argentinos (CEIA) que continuó como Sociedad de Editores Argentinos (SEA), y después la Cámara Argentina del Libro (CAL). Entre las 52 empresas editoriales nucleadas, se agrupaban por primera vez las “casas especializadas” en géneros editoriales, tanto libro educativo (entre ellas Kapelusz) como empresas de libro técnico, como Hobby —que además editaba la revista homónima. Valerio Abeledo especializado en el libro jurídico, Moly y Laserre representante del libro católico, y Kier como la editorial de “libros de filosofía hindú, religiones comparadas, obras de divulgación médica, astronomía, astrología, masonería y psicología” (Giuliani, 2016, p. 95).


La “Era de Oro” de Editorial Kier

Entre 1941 a 1955, Pibernus controló prácticamente todo el fondo editorial y tomó definitivamente su nombre como “Editorial Kier” en 1944, en homenaje a su mentor (Olivares, 1945). En 1946, Kier se retira de la librería, ahora bajo el cuidado de Pibernus, hasta su muerte en Marzo de 1947. Como parte de su nueva política de expansión, Pibernus firmó acuerdos de derechos con un gran número de editores y autores españoles para reimprimir y distribuir títulos antiguos y los más recientes, con énfasis no sólo en teosofía sino también en espiritismo, y dominio de la voluntad (un antecedente a la posterior literatura de autoayuda), que intersectaba temas de psicología popular con técnicas hipnóticas (también conocidas como “magnetismo personal”).14 Además, era notable que muchos títulos se comenzaron a publicar por recomendación de los propios lectores, o por “intuición editorial” (que podía o no ser exitosa), o porque funcionaban bien en otros países. Además, entre 1947 a 1955 contó con la cooperación de Carlos Hirsch, un distribuidor de origen judío alemán que llegó al país después de la guerra para ocuparse de la importación de libros de Europa, y que contribuyó a la distribución de algunos títulos de Kier (Dujovne, 2014).

La revista-catálogo La Estrella de Occidente se publicó mensualmente desde 1912 hasta 1944. También estrechó lazos con órdenes, hermandades, ramas teosóficas, fraternidades y grupos espiritualistas y espiritistas.
La revista-catálogo La Estrella de Occidente se publicó mensualmente desde 1912 hasta 1944. También estrechó lazos con órdenes, hermandades, ramas teosóficas, fraternidades y grupos espiritualistas y espiritistas.


Después de La Estrella de Occidente, publicada por el mismo Kier, Pibernus decidió lanzar once números de una revista de corte similar que funcionó como difusora de las novedades editoriales entre sus lectores y otros editores, la Revista Kier, entre 1947 y 1949.
Después de La Estrella de Occidente, publicada por el mismo Kier, Pibernus decidió lanzar once números de una revista de corte similar que funcionó como difusora de las novedades editoriales entre sus lectores y otros editores, la Revista Kier, entre 1947 y 1949.

Debido a que un gran número de títulos ya habían sido publicados, muchos lectores, clientes y aficionados que visitaban la librería cooperaron en tareas de traducción voluntaria y revisión de traducciones, y así reimprimir las versiones corregidas de clásicos de la literatura hindú, el naturismo (originalmente introducido por el propio Kier), la masonería, el rosacrucismo, la antroposofía, el gnosticismo, y temas de medicina popular. Si bien Editorial Kier era única en ese aspecto, otros editores también crearon fondos más modestos para satisfacer la demanda de estos títulos.15 - 16 Por entonces, debido a que no existían las traducciones profesionales, muchos inmigrantes bien educados pudieron ocuparse de estas tareas como parte de un servicio a su propia pertenencia a la orden. Incluso la mayoría de los títulos de Kier, en el campo del cuidado de la salud, tenían como propósito principal aconsejar y divulgar prácticas higiénicas en línea con las ideas eugenésicas que continuaron hasta avanzada la década del sesenta.17 En sus catálogos y en algunos libros, se podía leer la leyenda: “respetar la consulta médica y evitar la automedicación.” Pibernus expandió esta literatura no sólo a las prácticas saludables de alimentación, sino también la literatura espiritualista (narrativas, cuentos, novelas), títulos sobre higiene bucal, sexualidad para el hombre y la mujer, y manuales prácticos de radio, técnicas de ajedrez y otros juegos.

Algunos de los títulos más frecuentes entre 1941 a 1945 fueron la astrología, que hasta entonces estaba en manos de expertos españoles, particularmente el Tratado de Astrología de Alpherat (pseudónimo del astrólogo español Enrique Puga Sabaté, 1895-1959) en 1939, que estaba exiliado del franquismo, Astrología Racional en 1945 del médico alemán radicado en Argentina Adolfo Weiss (1888-1956), La Astrología como Ciencia Oculta del músico y astrólogo alemán Oskar Adler (1875-1955) en 1946, y las obras de numerología y astrología del español Jesús Iglesias Janeiro (1893-1968), cuyos títulos fueron La Consciencia de los Números y Enciclopedia Utilidad ambas en 1944, y su clásico La Cábala de Predicción en 1947 con más de cincuenta ediciones y reimpresiones. También se publicaron las obras de naturismo Como cura la medicina Natural en 1941 y Curso de Medicina Natural en 1939 del médico español Eduardo Alfonso (1896-1991), las obras de antroposofía de Rudolf Steiner (pseudónimo de Rudolf Joseph Lorenz Steiner, 1861-1925) Los Guías Espirituales del Hombre y de la Humanidad (1939), Las Manifestaciones del Karma en 1939, Teosofía y La Educación Práctica del Pensamiento ambos en 1944, y las de Dion Fortune (pseudónimo de Violet M. Firth, 1891-1946) La preparación y el trabajo del iniciado en 1940 y La Cábala Mística en 1944. Estos fueron títulos de consulta y lectura obligada en varias ramas teosóficas de todo el país y en América Latina. Las obras de Swami Panchadasi (otro pseudónimo de William Walker Atkinson) Telepatía y clarividencia en 1943, Nuestras fuerzas ocultas en 1946, Epopeyas de la Antigua India en 1944, y Bhakti-Yoga en 1946 de Swami Vivekananda (pseudónimo de Narendranatha Datta, 1863-1902) resultaron de interés para muchos intelectuales, sobre todo para las clases aristocráticas en Buenos Aires, algunas de los cuales ya habían leído su original en inglés, como la escritora y ensayista argentina Victoria Ocampo (1890-1979) entre muchos otros (Gasquet, 2008).

A principios de los años cuarenta, Pibernus creó colecciones o bibliotecas que sirvieron al propósito de nuclear y organizar mejor los títulos de su fondo editorial. La primera fue la colección “Orientalista” que inicialmente publicó doce autores pero que en su catálogo de 1954 había crecido a cincuenta, algunos de cuyos títulos más reconocidos incluyen a autores como Romain Rolland, Yogi Kharishnanda, Rabindranath Tagore, Swami Panchadasi, entre otros. Luego se agregaron las colecciones “Miscelánea”, “Biblioteca Científico Espiritual”, “Alpherat” (la primera con una docena de títulos de astrología sólo de este autor), colecciones “Hermes”, “Biblioteca Las Maravillas”, “Medicina Natural” y “Libros Masónicos.” Todas éstas dominaron el catálogo de libros con una producción hasta entonces insuperable en América Latina. A mediados de los años cincuenta, el fondo contó con más de 800 títulos en catálogo cuya distribución alcanzó los países limítrofes, incluyendo México, Perú, Chile y Brasil,18 y pedidos desde España después de la Guerra Civil Española, cuya temática estaba prohibida y a menudo era censurada por el régimen franquista, entre 1939 y 1975 (aunque a mediados de los años sesenta la tensión fue mucho menor, ver Espósito, 2010). Después de La Estrella de Occidente, publicada por el mismo Kier, Pibernus decidió lanzar once números de una revista de corte similar que funcionó como difusora de las novedades editoriales entre sus lectores y otros editores, la Revista Kier, entre 1947 y 1949.

También al inicio de los años cuarenta, los astrólogos Jose Elías Bucheli (1895-1950) y su esposa Elizabeth [Ely] de Bucheli suscribieron un contrato que se perpetuó hasta 1974 para la producción anual de una guía astrológica, conocida como Anuario Americano Kier.19 En 1946, Pibernus publicó Caracteres y Destinos y Astrología Magistral en 1961 del astrólogo español José Pedro Garaña (1887-1966), pionero de la grafología en España, que radicaba en Argentina. Garaña inauguró una disciplina conocida como “caracterología”, una de las ciencias conjeturales abrazadas por Pibernus, que incluía temas de grafología, astrología, y lectura del rostro y las manos. Además, en 1953, Kier publicó La Ciencia de la Religión después del éxito de Autobiografía de un Yogui en 1946 de Paramahansa Yogananda (pseudónimo de Mukunda Lal Ghosh, 1893-1952).

Pibernus creó colecciones que organizaron los títulos del fondo editorial. La primera fue la colección “Orientalista”, algunos títulos incluyen a Yogi Ramacharaka, Rabindranath Tagore, Swami Panchadasi, Nicola Capo, Adolfo Weiss, entre otros.
Pibernus creó colecciones que organizaron los títulos del fondo editorial. La primera fue la colección “Orientalista”, algunos títulos incluyen a Yogi Ramacharaka, Rabindranath Tagore, Swami Panchadasi, Nicola Capo, Adolfo Weiss, entre otros.

En 1948, Kier llevó a cabo uno de los desafíos editoriales más impresionantes de la década: el Diccionario Enciclopédico de la Masonería, una obra en tres tomos de 2700 páginas de la que se imprimieron no más de 200 copias porque se debía comprar en forma anticipada para sucesivas reimpresiones. La obra, encuadernada a mano con tapas en cuero y grabado en oro, contenía el análisis de los ritos masones, y una compilación de estatutos, reglamentos y convenciones de la observancia masónica, la historia de la orden hasta los últimos convenios internacionales, la célebre Carta de Colonia, las Regulaciones Generales de 1772, y las Constituciones de Federico el Grande. Este diccionario enciclopédico resultó una obra de consulta obligada para los masones argentinos y latinoamericanos.20

Portadas de los catálogos de 1957 y 1972.
Portadas de los catálogos de 1957 y 1972.


En 1948, Kier publicó el Diccionario Enciclopédico de la Masonería, una obra en tres tomos de 2700 páginas que contenía el análisis de los ritos masones, y una compilación de estatutos, reglamentos y convenciones de la observancia masónica. Este diccionario resultó una obra de consulta obligada para los masones argentinos y latinoamericanos.
En 1948, Kier publicó el Diccionario Enciclopédico de la Masonería, una obra en tres tomos de 2700 páginas que contenía el análisis de los ritos masones, y una compilación de estatutos, reglamentos y convenciones de la observancia masónica. Este diccionario resultó una obra de consulta obligada para los masones argentinos y latinoamericanos.

Portada de la Gaceta de Libros de Marzo 1946. Editorial Kier fue la protagonistadel número de Marzo.
Portada de la Gaceta de Libros de Marzo 1946. Editorial Kier fue la protagonistadel número de Marzo.


Las obras de numerología y astrología del español Jesús Iglesias Janeiro, la más conocida de las cuales alcanzó más de 50 reimpresiones con cerca de un millón de copias vendidas.
Las obras de numerología y astrología del español Jesús Iglesias Janeiro, la más conocida de las cuales alcanzó más de 50 reimpresiones con cerca de un millón de copias vendidas.

En la Revista Kier, Pibernus introdujo el concepto de “ciencias conjeturales” y publicó artículos sobre telepatía, proyección del cuerpo astral, y espiritismo y metapsíquica, así como cosmobiología (astrología y biología), grafología, quirología. También varios títulos del “Emersonismo” del escritor, filósofo y poeta americano Ralph Waldo Emerson (1803–1882), líder del movimiento trascendentalista, cuyas enseñanzas contribuyeron al desarrollo del movimiento del “Nuevo Pensamiento” inspirado en la literatura hindú y que inspiró las técnicas de autosuperación personal, vencer la timidez, fortalecimiento de la voluntad y autoestima. También produjo otras obras, como la Enciclopedia Utilidad de J. Iglesias Janeiro en 1943 de mil páginas y trescientos grabados, y luego Autosuperación Integral en 1946. Este autor “estrella” de Editorial Kier por entonces, proporcionaba consejos de economía doméstica, higiene, magnetismo personal, reglas sociales y urbanidad, construcción de dispositivos mecánicos (“inventos”), consejos de botánica y agricultura popular, y ciencia recreativa para escuelas y docentes.

El rosacrucismo ingresó a la editorial Kier en un período similar, reproduciendo algunos de los títulos de Max Heindel de 1930 publicados en España por Librería Sintes (Librería Sintes, 1925). Por ejemplo, entre 1947 a 1955, Pibernus reimprimió con permisos once títulos del astrólogo danés-americano Max Heindel (pseudónimo de Carl Louis Fredrik Grasshoff, 1865-1919), el fundador del movimiento rosacruz, entre ellos, Los espíritus y las fuerzas de la naturaleza en 1940, Concepto Rosacruz del Cosmos y Principios Ocultos de la Salud y Curación, ambos en 1941, Misterios Rosacruces y El Velo del Destino ambos en 1942, Enseñanzas de un iniciado, Iniciación antigua y moderna, y Recolección de un místico entre 1943 y 1944; las obras del médico Reuben Swinburne Clymer (1878-1966) El Misterio del Sexo y la Regeneración de la Raza en 1941 y La Filosofía del fuego en 1944; y Rosa-Cruz, Biorritmo, El Tatwametro o las Vibraciones del Eter en 1945 de Dr. Krum-Heller (pseudónimo de Henrich Arnold Krumm-Heller, 1876-1949), médico militar y fundador de la Fraternidad Rosacruz, que actuó como agente de la inteligencia naval alemana durante la revolución mexicana y la Primera Guerra Mundial. A fines de los años cuarenta, Kier también publicó los libros del masón y teósofo Arturo Powell (pseudónimo de Arthur Edward Powell, 1882-1969), El Cuerpo Mental en 1949, El Doble Etérico en 1950, y El Cuerpo Astral y otros Fenómenos Astrales en 1951. Estos títulos llevaron al público general respuestas hacia cuestiones hasta entonces poco conocidas tales como las experiencias fuera del cuerpo, la visión del aura, y algunas experiencias místicas en las prácticas de meditación, que era infrecuente encontrar en la literatura espiritista kardeciana.21

Este modelo de expansión y el atractivo popular del “ocultismo” transformó radicalmente a la editorial al punto que la producción aumentó exponencialmente entre 1945 a 1955, sobretodo en línea con el crecimiento sostenido de la impresión argentina de libros y la capacidad de distribución y exportación. José Antonio Pibernus incorporó a sus hermanos Segundo (1904-1974), Alberto (1909-1996), y Alfonso (1916-1990, que era relojero de oficio), y a un amigo de la familia, José Grigna (conocido como “Don Pedro”, 1915-1994).22 Sin embargo, en aquellos tiempos de expansión, ninguno de los hermanos desempeñó un sólo rol específico. Todos se alternaban ocupando roles como vendedores, tareas administrativas, y despachantes de libros (excepto tareas de traducción, edición, diseño e imprenta, que estaban a cargo de externos). De los hermanos, sólo Alfonso Pibernus tuvo tres hijos, Sergio, Héctor y Osvaldo, que se fueron incorporando a partir de 1957.

Hasta 1954, el catálogo había logrado exhibir más de 2000 títulos en su librería, y unas 300 ediciones de sello propio, que incluía la colección “Orientalista”, colección “Miscelánea”, “Biblioteca Científico-Espiritual”, la casi totalidad de obras de Jiddu Krishnamurti (1895-1986) algunas de ellas ya habían sido publicadas en España o por otras editoriales argentinas, como Editorial Claridad (Montesano Delchi, 1934), las colecciones “Luces Eternas”, “Libros Rosacruces”, y “Ciencia Espiritual” cuya lista contenía mas de 200 títulos, con obras del escritor ruso Pedro Ouspensky (pseudónimo de Peter Demianovich Ouspensky, 1878-1947) basado en las enseñanzas del “Cuarto Camino” (por ej. La Cuarta Dimensión, original de 1909/1954, Tertium Organum original de 1912/1955) y el más conocido Psicología de la Posible Evolución del Hombre en 1954, en coautoría con George Ivánovich Gurdjieff (1866–1949). En 1957, Pibernus inaugura una colección de títulos en tamaño pocket, que anticipa las así llamadas “ediciones de bolsillo” inspirado en la colección Austral de la editorial Espasa Calpe. En esta colección, incluyó la selección de títulos anteriores, tales como la reimpresión de Meditaciones Metafísicas de Paramahansa Yogananda (1893-1952), La Voz del Silencio de Helena P. Blavatsky, y A los Pies del Maestro de J. Krishnamurti. Las así llamadas “ciencias conjeturales” fueron ocupando un espacio cada vez mayor en el catálogo y la librería, incluyendo temas emergentes bajo la categoría caracterología: grafología, astrología, quirosofía o quirología, interpretación de sueños, radiestesia, medicina natural, puericultura (o crianza del niño –esta denominación aún continúa en algunos países de América Latina), cultura física (defensa personal occidental, gimnasia, y atletismo), homeopatía, y sexualismo o cultura sexual (un anticipo a la sexología actual).

Otros temas que también formaron parte del catálogo de librería (no de la editorial) en aquellos años incluyeron la prestidigitación e ilusionismo, la astronomía, la psicología y el psicoanálisis (cuya lista incluía más de 300 títulos), ensayos de filosofía en línea con el existencialismo, la psiquiatría y la hipnosis (que estaba bajo el dominio médico), mnemotécnica y mentalismo, y orientación personal, por ejemplo, manuales para desempeñar tareas “eficientes” como secretaria, oratoria, taquigrafía, relaciones sociales, oficios varios, y consejos para el éxito en los negocios y las ventas. Estos temas también marcaron la identidad de la librería, incluyendo un gran número de títulos con el propósito de atraer a lectores sensibles a otras orientaciones literarias próximas al esoterismo y la espiritualidad, por ejemplo, Historia y Mitología, Biografías, Novelas clásicas, Diccionarios y Enciclopedias, Juegos (por ej. Ajedrez, Bridge, etc.), Música y Ballet, Poesía, Arte y Dibujo, Teatro, y algunos títulos escolares y literatura infantil. A principios de los años cincuenta, Pibernus dotó a la librería de títulos más cercanos a los intereses de los lectores en general, y de esta forma, evitar que la librería sólo sea reconocida como una “cueva de lectores de ocultismo” que podían ser vistos como raros y extravagantes. En 1954, Pibernus relanzó otra publicación en sustitución a la Revista Kier, que cesó por razones económicas, el Boletín Kier bajo el slogan Editorial Kier –Una organización al servicio de la literatura esotérica. Era la primera vez que la expresión esoterismo sustituía a “ocultismo.”

El Anuario servía como guía de información para la composición de cartas astrológicas desde 1934 al 2000. Los astrólogos chilenos J.E. Bucheli y su esposa iniciaron el Almanaque Astrológico y Kier adoptó el calendario y lo continuó bajo el nombre de Anuario Americano Bucheli hasta 1974. La editorial encargó a Héctor V. Morel la dirección del anuario, que pasó a llamarse Anuario Americano Kier (ex-Bucheli).
El Anuario servía como guía de información para la composición de cartas astrológicas desde 1934 al 2000. Los astrólogos chilenos J.E. Bucheli y su esposa iniciaron el Almanaque Astrológico y Kier adoptó el calendario y lo continuó bajo el nombre de Anuario Americano Bucheli hasta 1974. La editorial encargó a Héctor V. Morel la dirección del anuario, que pasó a llamarse Anuario Americano Kier (ex-Bucheli).


Consolidación y Expansión Editorial (1955-1980)

Entre 1955 y 1976, la cantidad de títulos inscriptos en el Registro Nacional de Derecho de Autor osciló entre 2530 y 5096; solo el último año la cifra superó los 5000 títulos. Por otra parte, su tiraje total alcanzó su valor más bajo en 1958, con casi 15 millones de ejemplares, y el más alto en 1974. En ningún momento se superó la cantidad de ejemplares de 1953: más de 50 millones (Aguado, 2014). Sin embargo, en 1955, en correlato con la así llamada Revolución Libertadora, que derrocó al gobierno de Juan Perón, la producción editorial registró una abrupta caída, equiparable a las cifras cercanas a los años cuarenta. La censura o la autocensura de los materiales de orientación peronista, abundantes en ese período, explican el decrecimiento en la cantidad de títulos publicados, compensado en parte por los títulos importados y las trabas para la exportación a la que debía destinarse parte de la producción para que la actividad fuera más rentable. Además, faltaban políticas oficiales y privadas coherentes y sostenidas en el tiempo (Sarlo & Altamirano, 2001). Kier no fue ajena a esta crisis.

A partir de la década del sesenta, el mundo editorial comienza a experimentar una expansión singular en el área de la especialización o concentración de temas. Después de 1956, Argentina –uno de los tres países más productivos en sellos editoriales y derechos de autor, junto a México y España– contabiliza trece editoriales especializadas en derecho, siete en tecnología, cinco en medicina, siete en textos escolares, cuatro en religión, dos en literatura infantil, y una en esoterismo: Kier (Rivera, 1986). El texto universitario y profesional alcanzó su pico, incluso antes de 1955. Por ejemplo, El Ateneo de Pedro García que comenzó como una editorial especializada en ciencias y medicina, publicó muchos autores científicos locales hasta 1962. Paidós, fundada en 1945 por el pedagogo Jaime Bernstein (1917-1988), que dirigió la primera Carrera de Psicología en la Facultad de Filosofía y Letras y Ciencias de la Educación de la Universidad Nacional del Litoral, puso énfasis en todas las tendencias vigentes por entonces en el campo de la psicología, la psiquiatría, la pedagogía, y la sociología en virtud de autores tanto argentinos como de otros países. Las obras de orientación psicoanalítica aparecían bajo el sello Hormé, subsidiaria de Paidós (Sorá, 2004). En 1967 inicia su actividad Amorrortu, que publicó libros profesionales y universitarios en ciencias sociales y humanas, filosofía, antropología y psicoanálisis, dirigidas al público universitario. Esta producción también se cristalizó con la fundación de la Editorial Universitaria de Buenos Aires (EUDEBA) en 1958, por iniciativa del entonces su rector el antropólogo Risieri Frondizi (1910-1985) quien pone más énfasis en priorizar al autor científico argentino (Aguado, 2014).

El 21 de Septiembre de 1964, la Librería se trasladó a su actual local en Av. Santa Fe 1260, y desde allí logró un monitoreo de la “fiebre ocultista” que se elevaría en las próximas décadas.
El 21 de Septiembre de 1964, la Librería se trasladó a su actual local en Av. Santa Fe 1260, y desde allí logró un monitoreo de la “fiebre ocultista” que se elevaría en las próximas décadas.
Por su parte, Pibernus también adscribe a esta especialización editorial creciente e incluye en su catálogo a varios autores con fuerte impronta humanista y espiritualista. Algunos títulos de este período son El enfermo, la Enfermedad y la Medicina en 1957 del médico naturista Carlos Obedman; el escritor húngaro Alejandro Hegedüs, que era miembro de la orden rosacruz AMORC y escribió varios títulos para Kier, tales como La Religión y el Ocultismo en la Historia en 1960 y Los Fenómenos Extranormales en 1962, y El Hombre y sus Misterios (reimpreso por Kier en 1965, aunque su producción editorial, en coautoría con su esposa Ella Hegedüs, asciende a más de una docena desde 1941). También se destacan las narraciones autobiográficas, como Netsa'ir: Relatos sobre la Vida de un Clarividente en 1963 de la médium Rosita de la Torre (1896-1972), miembro de la Sociedad Espiritista Constancia, y varios títulos del escritor espiritista polaco-venezolano David Grossvater (1911-1974) Gnoseología Espiritista y En Torno a la Mediumnidad ambos de 1961, e Investigaciones sobre Psicología del Espíritu en 1954. También por gestión de Grossvater, en 1968 se traduce del portugués La teoría corpuscular del espíritu del ingeniero Hernani Guimaraes Andrade (1913-2003), y el controvertido psicólogo (o psicoanalista) chileno Luis Rodríguez Manby, también aficionado a la astrología, junto a su esposa argentina Regina Orrego, publican Más Allá de los Sentidos en 1964, sobre temas relacionados con la percepción extrasensorial y otros fenómenos psíquicos.

A mediados de los años sesenta, la necesidad de un local más amplio en virtud del número de títulos en exhibición, la contratación de más personal, y el continuo interés por el esoterismo impulsó a la familia Pibernus a mudar su pequeño local en la calle Talcahuano 1075 a un local más visible, transitado para el público local y para muchos visitantes extranjeros que recorrían la ciudad en busca de atractivos literarios. Este segundo período de expansión también va a servir, no sólo como un recurso que otras editoriales habían adoptado al ofrecer su literatura especializada directamente al público en general (como estrategia de mercado y para disminuir riesgos económicos), sino también porque los títulos de interés general exhibidos en la librería también podrían ser el “portal” para despertar la curiosidad e interés de la literatura esotérica del sello. El 21 de Septiembre de 1964, la Librería se trasladó a su actual local en Av. Santa Fe 1260, y desde allí logró un mejor monitoreo de la “fiebre ocultista” que se elevaría en las próximas décadas. Este cambio no sólo transformó radicalmente la dinámica de ambas empresas, la Librería y la Editorial, sino que acompañó el advenimiento que generó la nueva ola del asi llamado “ocultismo pop” que no tardaría en desembarcar en hispanoamérica.

Las revistas esotéricas/ocultistas argentinas cumplieron un rol bastante inestable en comparación con los libros, ya que su distribución y alcance estaba apenas limitado a un grupo inicial de miembros de las órdenes o logias. Los espiritistas primero y los teósofos más tarde, fueron los primeros editores de publicaciones regulares, pero los espiritistas resultaron más exitosos y rigurosos a través de sus principales publicaciones, como las revistas Constancia y Fraternidad, entre otras, en comparación con La Verdad o Philadelphia de los grupos teosóficos, que tuvieron vidas cortas. Sin embargo, una revista que contribuyó a “horizontalizar” a las diversas agrupaciones fue la revista Sophia, fundada por Francisco Brualla (1879-1951) en 1937, un español radicado en Argentina que durante su visita a New York, fue discípulo de la teósofa Alice Bailey (1880-1949) en la Arkana School. Brualla tradujo al español una de las obras de Bailey, Cartas sobre Meditación Ocultista publicada por Kier en 1947. En 1964, la revista pasó a llamarse Conocimiento de la Nueva Era publicada mensualmente entre 1964 a 1984 a cargo de Clara A. Carteri, que contó con el apoyo de Editorial Kier para anunciar sus novedades editoriales. Carteri publicó tres números dedicados a las psicografías proféticas de Benjamín Solari Parravicini pero a su muerte continuó Adolfo Bruziks hasta 1988, con un total de 600 números a lo largo de 43 años.

Dos autores que resultaron de gran cooperación en la “catalización” de la dispersa comunidad esotérica hispanoparlante fueron José Dali Moral (1919-1991) y Héctor Vicente Morel, quienes escribieron varios diccionarios y biografías.23 Además, en cooperación con su hermano E.R. Dalmor (pseudónimo de Eduardo Roberto Dali Moral), recopilaron un referencial de autores y figuras líderes en la historia del esoterismo internacional bajo el título Quién fue y quién es en Ocultismo en 1970 (reimpreso tres veces hasta 1989), inspirado en el International Who's Who [Quien es Quien] de Europa Publications. Esta obra de 973 páginas, corregida y aumentada en sucesivas ediciones, sirvió como una actualización de las instituciones dedicadas a las enseñanzas o prácticas del esoterismo local e internacional, incluyendo entradas cortas o extensas de la mayoría de estos representantes. Los diccionarios continuaron en forma conjunta o individual con otros títulos de ambos autores. En efecto, H.V. Morel y J. Dali Moral publicaron juntos el Diccionario de Parapsicología en 1977, y cuando Morel se hizo cargo como asesor literario de Kier en 1974, se publicaron otros diccionarios, como el Diccionario Mitológico Americano en 1978, el Diccionario de Mitología Egipcia y de Medio Oriente en 1987, y el Diccionario Budista, en 1989. Decididamente, Kier batió récord con la publicación de estos “tesauros” que contribuyeron al vocabulario esotérico, si incluimos el Léxico de Filosofía hindú: Sánscrito, Pâli, y Tamil de Francisco Kastberger en 1954, el Glosario Teosófico de H.P. Blavatsky en 1973 (original de 1923), la Enciclopedia Astrológica de Nicholas Devore en 1972, el Diccionario Rosacruz de Max Heindel en 1971, el Diccionario de Filosofía Oriental de Samuel Wolpin en 1993, el Léxico Esotérico de la Obra de Trigueirinho en 1994 y el Diccionario de Símbolos compilado por Nerio Tello en 2016, como unos pocos ejemplos.

Portada de El Libro de los Seres Imaginarios [antes Manual de Zoología Fantástica] de Jorge Luis Borges en 1967. Borges aceptó la reimpresión de su obra con modificaciones, gracias a la gestión de su co-autora, Margarita Guerrero.
Portada de El Libro de los Seres Imaginarios [antes Manual de Zoología Fantástica] de Jorge Luis Borges en 1967. Borges aceptó la reimpresión de su obra con modificaciones, gracias a la gestión de su co-autora, Margarita Guerrero.

Aunque muchos autores argentinos encontraron un espacio para expresar sus convicciones espiritualistas o teosóficas, sin duda, el autor argentino Jorge Luis Borges (1899-1986), uno de los escritores más influyentes en la literatura latinoamericana, fue una gran excepción. Borges aceptó la reimpresión de su obra Manual de Zoología Fantástica con modificaciones, publicado originalmente por el Fondo de Cultura Económica de México en 1957, gracias a la gestión de su co-autora, Margarita Guerrero, una amiga personal de Pibernus. Se publicó bajo el título El Libro de los Seres Imaginarios en 1967, una compilación de más de cien seres extraños “producto de ideas recurrentes en sueños, deseos y miedos en varias culturas” (p. 12). Bellamente ilustrado por el dibujante Silvio Baldessari (1916-1987), la obra llegó a ganar el premio “Libro Mejor Editado” por la Fundación Gutenberg ese mismo año gracias a lo cual Kier logró vender sus derechos al inglés, japonés y portugués (Delbecque, 1997). Por otra parte, Borges era un lector que simpatizaba por la literatura budista y el taoísmo, como lo revela una de sus obras (c.f. Borges & Jurado, 1976).

En los años sesenta, asesorado en buena medida por los líderes del espiritismo argentino, y en virtud de su éxito editorial en Brasil, Pibernus tradujo varios títulos del médium brasilero “Chico” Xavier (pseudónimo de Francisco Cándido Xavier, 1910-2002), tales como La vida en el mundo espiritual: El caso de la colonia Nuestro Hogar en 1966, Cómo se reencarna en 1967, Misioneros de la luz en 1969, Acción y reacción: Ley del karma, causas y efectos en 1971 y otros que seguirán a lo largo de la década, asi como numerosas reimpresiones. Pibernus encontró además un mérito poco usual entre los autores esotéricos: el destino solidario de los derechos de autor hacia obras de caridad, tal como fuera la misión de Chico Xavier y otros médiums, como el abogado brasilero Hercílio Maes (1913-1993), quien decía canalizar al espíritu de Ramatis. Maes publicó los libros Mensajes del astral en 1964, La vida más allá de la sepultura en 1966, Mediumnismo en 1968, Esclarecimientos del más allá en 1969, entre otros, los cuales llegaron a ser tan exitosos que Pibernus decidió publicar todos los títulos escritos por Ramatís/Maes bajo la colección “Ramatís” y sus reimpresiones sucesivas. Además, algunos de los títulos durante aquel período también incluyeron la reimpresión completa de las obras de la codificación espiritista kardeciana, entre 1969 a 1979, todas de la década del cuarenta.

A partir de los años setenta, José Antonio Pibernus y sus socios van delegando espacio a sus sobrinos Sergio, Héctor y Osvaldo, quienes junto a Cristina Grigna, poco a poco comienzaron a tener mayor control sobre la dirección de la editorial y los próximos temas por venir. Sin embargo, la progresiva devaluación del peso, y los problemas recesivos de la economía argentina impidieron en parte la negociación de los derechos de autor, asi como también la contratación de nuevos títulos. De modo que la política editorial consistió en el relanzamiento de los clásicos de la teosofía, la antroposofía, el rosacrucismo, el gnosticismo, y los autores más célebres. Durante ese período se publicaron las obras del arabista cordobés José Elias Guráieb (1899-1980) de ascendencia siria, Sabiduría árabe y Los Dioses de la Tierra ambos de 1970, El Mensaje de los Sueños en 1978, El Sufismo en el Cristianismo y el Islam en 1976, Joyas Esmeraldinas en 1978, que llegaron a ser reimpresas en varias ocasiones en años posteriores. Guráieb se convirtió en un pionero en la difusión del sufismo y las tradiciones místicas árabes en occidente (De Ágreda Burillo, 1997). También salen a la luz las obras de Sri Aurobindo (pseudónimo de Aurobindo Ghose, 1872-1950), maestro de yoga, poeta y filósofo indio que defendió la independencia de la India, Isha Upanishad y Luces del yoga (ambas de 1971), Síntesis del Yoga y La Vida Divina, el Conocimiento y la Evolución Espiritual (ambas en 1972).

Durante la década del setenta, el catálogo de Editorial Kier había logrado colocar en prensa más de 200 autores, con 3000 títulos y reimpresiones, sobretodo las nuevas colecciones: “Horus”, “De Nada, Nada”, “Hécate”, “Pronóstico”, “Sadhana”, “Del Mas Allá”, “Biblioteca Científico-Espiritual”, y las series clásicas que continuaron, como las colecciones “Orientalista”, “Obras de la “Fraternidad Rosacruz”, “Miscelánea”, y “Joyas Espirituales” (esta última resultó exitosa por su formato de bolsillo), y un gran número de títulos por fuera de estas colecciones, por ejemplo, una versión de El libro de las Mutaciones (I Ching), adaptada por H.V. Morel en 1972, Tablas biorrítmicas en 1970 del astrólogo e ingeniero Juan Antonio Vélez Rojas (un tema científicamente controvertido que llegó a alcanzar buena fama en los años sesenta y setenta), Mago Jefa (pseudónimo de Jorge Elías Francisco Adoum, 1897-1958), de origen libanés, autor de varios títulos sobre esoterismo y masonería Yo soy en 1972, La Magia del Verbo o el Poder de las Letras en 1976, y Cosmogénesis en 1979. También del físico y matemático José Alvarez López (1914-2007) se publicaron varias obras, la principal de ellas fue El Enigma de las Pirámides, con más de veinte reediciones, y una autobiografía de la actriz argentina Tita Merello (pseudónimo de Laura Ana Merello, 1904–2002), La Calle y yo, de 1972.

A finales de los años setenta e inicios de los ochenta, la actividad editorial argentina se encontró jaqueada por la censura y persecución de autores, sobre todo durante los años 1974 a 1976, y luego específicamente durante la dictadura militar entre el 24 de Marzo de 1976 al 10 de Diciembre de 1983 con la desaparición –o incineración explícita– de autores y sus libros. Aunque a partir de los años ochenta, la tensión contra toda forma de literatura “subversiva” estaba algo más relajada (de Diego, 2014), uno podría preguntarse: ¿El gobierno militar consideró a la literatura esotérica ideológicamente subversiva? En respuesta a ello, no hay ninguna evidencia de que una censura hubiera afectado de forma directa a los editores de Kier.24

Otro actor prominente a mediados de los años setenta fue Héctor V. Morel, su principal asesor literario. Introducido en la editorial por el ilustrador Baldessari, se desempeñaba como docente en varias academias de policía (Dalmor, 1980, p. 691), pero trabajó hasta su retiro como escritor y traductor, dotado de una vasta erudición autodidáctica en materia de orientalismo (hinduismo y budismo) y esoterismo occidental. Con su experiencia previa como corrector y traductor, había escrito algunos títulos para editorial Caymi y Dronte, y se especializó en áreas tan dispares como la radiestesia y el adiestramiento de caninos policiales y otras novelas policiales. Morel llegó a ser influyente en la decisión de los libros del catálogo durante las décadas del ochenta y noventa, y sobre todo en la producción de diccionarios, traducciones y revisiones literarias de varios títulos antiguos del sello, particularmente el Anuario Americano Kier, a cuyo cargo estuvo entre 1973 a 1999.


El advenimiento de la “Nueva Era”

Durante los años ochenta, un movimiento emergente en la costa oeste de los Estados Unidos, también conocida como la “era astrológica de Acuario”, resultó en un sincretismo de numerosas disciplinas orientales y occidentales –o al menos miradas más empáticas al exotismo de diversas prácticas religiosas. Además, las terapias naturales –o una reacción contra la medicalización y la producción sintética de alimentos, y el cultivo del bienestar físico y emocional –o al menos una actitud más contestataria hacia las psicoterapias farmacológicas y al psicoanálisis, comenzaron a formar parte de una contracultura de manera menos discreta, sobre todo entre los jóvenes de la década de los setenta, desmoralizados por los efectos negativos de la globalización y el avance de las tecnologías. También a causa de la desdogmatización de las religiones tradicionales y fuertemente alimentado por el flujo de la literatura norteamericana, casi todas las editoriales especializadas en esoterismo y orientalismo en los Estados Unidos y en Europa, “relanzaron” antiguos títulos que estaban prácticamente ignorados o marginados en los anaqueles de las librerías bajo la etiqueta Occult Books para transformarse en otra –más positiva y redentora– la “New Age”.

Este nuevo fenómeno cultural fue considerado típicamente un movimiento que adoptó el relativismo cultural de los años sesenta, no sólo por el interés que despertó en un segmento culto y educado de la población general que veía a estos títulos como periféricos al conocimiento científico, sino porque docenas de editoriales generales también aceptaron el desafío de incluirlos menos tímidamente en sus catálogos, cuyo éxito de ventas en buena medida moldeó esta producción editorial. Aunque ciertamente esto ha ocurrido por décadas, la explosión de la new age en el mercado editorial se hizo cada vez más evidente a partir de los años ochenta (Granholm, 2005, Hanegraaff, 2005).25

Lejos de menospreciar el valor de estas colecciones, la editorial Kier declinó progresivamente de publicar títulos nuevos de los clásicos del esoterismo oriental, la medicina naturista, la autosuperación, la caracterología y el magnetismo para poner más énfasis en los modernos autores argentinos y latinoamericanos. El consenso entre los editores era que, naturalmente, algunos clásicos espiritualistas podrían reimprimirse de vez en cuando, sobretodo en la medida que los lectores y las librerías se transformen en los portavoces de una demanda imposible –o al menos difícil– de medir por las reglas del mercado convencional, porque la competencia de otras editoriales con mayor envergadura (y también un alarmante número de ediciones clandestinas) comenzaban a inundar el mercado de títulos que otrora eran casi patrimonio exclusivo de Kier.

La nueva dirección del sello quedó a la cabeza de Héctor Pibernus, quien como su tío, también abrazó convicciones espiritualistas en su adolescencia, que también impactó en la sucesión de una segunda generación de editores. Desde mediados de los ochenta fueron tomando el manejo de la editorial los hermanos Héctor, Sergio y Osvaldo Pibernus y Cristina Grigna. En consecuencia, bajo un nuevo slogan que rezaba Un sello positivo para un mundo que merece serlo, se puso énfasis en nuevos autores. Por ejemplo, John Baines (pseudónimo de Darío Salas Sommer, 1935-2018) un esoterista chileno fundador del Instituto Filosófico Hermético, y autor de Los brujos hablan en 1971, Los brujos hablan: Segunda parte en 1979, y La ciencia del amor en 1984, el teólogo español Darío Lostado (1933-2013) autor de La alegría de ser tú mismo en 1986, título que estuvo primero en la lista de best sellers durante semanas, y Vivir como persona en 1987; y Trigueirinho (pseudónimo de José Trigueirinho Netto, 1931-2018) un espiritualista brasilero autor de más de setenta libros, originalmente en portugués, fueron traducidos por Kier al español, entre fines de los ochenta y principios de los noventa.26 Otros autores locales también completaron este escenario esotérico, por ejemplo, el judaísmo místico con las obras El Midrash: La sabiduría del judaísmo en 1993 y El libro de Dios: La Torá en 1994 del escritor argentino Jaime Barylko (1936-2002).

Hacia fines de los noventa, y el advenimiento de internet con un pulso a ritmo acelerado, las editoriales comenzaron a encontrar nuevos desafíos. Si bien en la década pasada, los manuscritos mecanografiados pasaron a formatos digitales que facilitó las maquetaciones y mejoró la estética de sus portadas, también disminuyó el costo de impresión (Bourdieu, 1995). La década que abarcó 1991 a 2001 con valores de convertibilidad cambiaria ayudaron poco a la industria editorial argentina. El flujo de la importación de libros, sobretodo de España, generó el desembarco de más de miles de nuevos títulos de autores de habla hispana y traducciones, fuertemente promocionadas a través de las revistas españolas mensuales con amplia distribución en América Latina, como Año/Cero, Más Allá de la Ciencia, Karma-7 y Enigmas. Grupos editoriales que emergieron en la España del posfranquismo, como Obelisco, Urano, Edaf, Martínez Roca, Kairós, Siruela, Obelisco, entre docenas de otras, presentaron un escenario competitivo para una editorial como Kier en América Latina. Sin embargo, la salida de la convertibilidad reposiciona los valores de los libros editados en Argentina, y que los había afectado sensiblemente (Botto, 2014), y revierte la situación editorial contribuyendo a la exportación de los libros argentinos a pesar de la crisis del año 2001.


Después del año 2000

Heredera de su patrimonio cultural, Kier introdujo nuevas colecciones y relanzó temas clásicos. Estas colecciones pusieron énfasis en la astrología, que mantuvo un lector cautivo que sigue el calendario académico de las escuelas de enseñanza astrológica, y que no ha perdido adeptos –incluso ha habido un notable incremento por el interés en la astrología en varios frentes: predicciones, aplicaciones hacia la alimentación, la medicina, la psicología, la astrología comparada, la astrosociología, la política, la astrología china, hindú y de otras culturas, así como tampoco perdió interés la grafología, la radiestesia, la quirología, y la numerología (ver colección “Pronóstico”).

Otras colecciones abordaron la Kabalah y la mística judía (c.f. Ione Szalay, 1966–2014), una colección “inicial” con títulos de introducción a diferentes disciplinas (siguiendo el estilo de la célebre colección francesa Que sais-je? [¿Qué se yo…?]), la colección “Masonería,” que incluyó más de treinta títulos, “El Sendero del Guerrero”, que nucleó las más diversas artes marciales, Kung-Fu, Ninjitsu, Aikido, Sipalki-do, Tai-Chi-Chuan y técnicas de autodefensa militar y policial, entre otras, y la colección “Similimum” destinada a médicos homeópatas.

A inicios del año 2000, bajo el nuevo slogan Un siglo pensando en usted, dos importantes agentes externos catapultaron a la Editorial Kier a los medios de prensa. Después del atentado al World Trade Center de New York, el 11 de Septiembre del 2011, se reveló la existencia de un dibujo profético (psicografía) cuya leyenda reza: La libertad de Norte América perderá su luz. Su antorcha no brillará como ayer y el monumento será atacado dos veces, escrita por el artista plástico argentino Benjamín Solari Parravini (1898-1974).27 Este hallazgo de curiosa coincidencia, provocó un gran interés mediático que motivó la reedición de varios libros –aunque casi olvidados– que habían sido coleccionados por un puñado de expertos, como el astrólogo Norberto Pákula (1924-2005), autor de El Testamento Profético de B. Solari Parravicini en 1988. Estos dibujos habían sido reproducidos en otras revistas (Conocimiento de la Nueva Era de Mayo de 1966, Abril 1967, y Julio de 1969) y tres libros, Dibujos Proféticos de Benjamín Solari Parravicini (Vols. 1 a 3) comentados por Sigurd von Wurmb en 1972 y reimpreso por Kier en 2001 y 2003. Otros que conservaron tales materiales fueron, además de Pákula, Pedro Romaniuk (1923-2009), el actor y escritor Fabio Zerpa (1928-2019), ambos expertos en ufología, y el escritor Alejandro Erú (1916-1969), uno de los editores de la revista 2001 Periodismo de Anticipación.

El segundo agente resultó la alianza entre Editorial Kier con la señal de TV Infinito (entre 1999-2005) propiedad de Claxson Interactive Group (1997-2007) que emitió programación las 24 horas bajo el slogan “Existe otra realidad y solo un canal te la muestra.” La TV sirvió de apoyo para lanzar la colección Infinito de cincuenta y cinco títulos (no superior a 160 páginas) y otra colección más tarde Infinito Mayor (de 260 páginas), que incluyó temas tales como Profecías Mayas, Niños Indigo, Kabalah, Calendario Maya, Fenómenos Paranormales, entre otros. La colección también fue exitosa, y se expandió a toda América Latina y el área hispanoparlante de los Estados Unidos con más de 200.000 ejemplares vendidos.

Kier quedó representada en varias ocasiones en las ferias internacionales y en la Feria del Libro de Buenos Aires que organiza cada año la Fundación “El Libro” desde 1976.
Kier quedó representada en varias ocasiones en las ferias internacionales y en la Feria del Libro de Buenos Aires que organiza cada año la Fundación “El Libro” desde 1976.

La espiritualidad de la Nueva Era ha llevado a un nicho de mercado activo, además de libros, música, artesanías y servicios de medicina alternativa disponibles en tiendas, ferias y festivales como espacios donde sus proveedores exhiben una variedad de bienes y servicios, incluidas las así llamadas medicinas alternativa (complementarias o integrativas) y prácticas como la quiromancia o lectura de las cartas del tarot, curación con cristales, fotografía Kirlian, arte psíquico, ángeles, terapia de vidas pasadas, y el fenómeno OVNI, desde la música de la Nueva Era hasta el vegetarianismo y exhibiciones, ferias y festivales que se llevan a cabo en Europa, Australia y los Estados Unidos (Albanese, 2007; Christopher, 2006; Hanegraaff, 2005; Sutcliffe, 2003). Un ejemplo de ello fueron los libros ¿Y tú qué sabes? [What the bleep do we know!?] de William Arntz, Betsy Chasse y Mark Vicente en 2006, que combinó entrevistas con estilo documental y nociones de física cuántica y ficción para sugerir que la conciencia puede modificar la realidad o el libro Desarrolle su cerebro de Joe Dispenza en 2008, los cuales inauguraron el interés popular por las neurociencias, y fueron un éxito de ventas durante la década del 2000.

En línea con ello, en el año 2000, Kier creó la Megatienda Natural Ki, un espacio para venta de productos relacionadas con las medicinas alternativas, Feng Shui, péndulos para radiestesia, fuentes de agua, cuadros y postales, cuencos, música, y otros productos. En 2004, la Editorial Kier también generó un programa de conferencias, cursos y presentaciones de libros bajo el título Centro Cultural Kier que funciona en la misma librería.

La librería Kier fue declarada de valor patrimonial” por la Secretaría de Cultura en 2003. En 2010 el Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires otorgó a Kier la Medalla del Bicentenario en la Feria del Libro de Buenos Aires. De izq. a der. Héctor Pibernus, Cristina Grigna y Sergio Pibernus.
La librería Kier fue declarada de valor patrimonial” por la Secretaría de Cultura en 2003. En 2010 el Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires otorgó a Kier la Medalla del Bicentenario en la Feria del Libro de Buenos Aires. De izq. a der. Héctor Pibernus, Cristina Grigna y Sergio Pibernus.

A poco de cumplir sus cien años, la librería fue declarada de “valor patrimonial” por la Secretaría de Cultura del Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires en 2003: “En Kier hallaremos material diverso acerca de aquellas corrientes filosóficas denominadas esótericas, cuyas visiones del universo en el pasado solo podían ser comunicadas a los iniciados (sic)” (Dirección General de Patrimonio, 2003, pp. 128-129). La Secretaría también reconoció a las librerías Fray Mocho, L’amateur o la de Avila (continuadora de la Librería del Colegio), El Ateneo, y la anticuaria El Túnel. Este reconocimiento fue el primero de otros que siguieron, como la Medalla del Bicentenario que el Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires otorgó en Abril de 2010 a quienes contribuyeron con la cultura en la Feria del Libro de Buenos Aires.

Finalmente, el 8 de Noviembre de 2007, la Editorial Kier celebró su centenario en un acto de homenaje a sus autores, asesores y agentes literarios, y vendedores en su propia librería. Este acto estuvo acompañado por la publicación de un libro que resumió la historia de la editorial y de su fundador (Kreimer, 2007). Editorial Kier nunca tuvo “sucursales” y evitaron a distribuidores abusivos, procurando “la política de mantenerse en contacto en línea directa con el Librero o agentes internacionales responsables para llegar a sus lectores” (Pibernus [H.], 2019).

Muchos de sus títulos fueron traducidos a otros idiomas para editoriales del mismo rubro (por ej. Ed. Pensamento). En la última década, la alternativa del libro digital (ebooks) no afectó su estabilidad, sin embargo, las ediciones clandestinas y la preferencia por la lectura en internet, naturalmente la afectó como a tantas otras editoriales (actualmente muchos de sus títulos están disponibles como ebooks). Aunque sus catálogos ya no se publican impresos, sin embargo, pueden ser consultados en un formato on-line (https://www.kier.com.ar/) con buscadores para títulos específicos. La editorial llegó a tener una sucursal en México entre 1946 y 1947, en Rosario (Megatienda Ki) en 2010, y desde 2018 reimprime algunos de sus títulos en España con ISBN propio en las principales librerías españolas mediante un sistema de impresión remoto.

Durante la celebración de los cien años de la Editorial Kier en 2007. De izq. a der. Cristina Grigna, Héctor V. Morel (recibiendo una distinción), Héctor Pibernus y Eduardo Callaey.
Durante la celebración de los cien años de la Editorial Kier en 2007. De izq. a der. Cristina Grigna, Héctor V. Morel (recibiendo una distinción), Héctor Pibernus y Eduardo Callaey.

En los últimos años hasta el presente, la literatura de autoayuda y, sobre todo, el concepto de wellness ha dominado el discurso esotérico contemporáneo. Desde los magnetizadores y el “dominio de la voluntad” en los años veinte hasta hoy, la tendencia actual es el interés por libros testimoniales escritos por personalidades célebres para superar situaciones dolorosas, neochamanismo, profecías y predicciones, alimentación sana y veganismo (una variante del vegetarianismo), radiestesia, ecología, canalización de mensajeros espirituales/cósmicos, intraterrenos o extraterrestres, terapias energéticas (principalmente Reiki y biomagnetismo), prácticas neoespirituales, inteligencia emocional, psicología positiva, e “desarrollo de la intuición.” También otras transterapias, esto es, procedimientos o prácticas validadas sólo por la intuición del tratante en lugar de la terapia basada en la evidencia, por ejemplo, las constelaciones familiares del teólogo alemán Bert Hellinger (1925-2019), la biodescodificación biológica, o la bioneuroemoción creada por el ingeniero catalán Enric Corbera, quien produjo numerosos títulos para Kier desde 2013.

Finalmente, Kier ejerció su derecho a socializar con el mundo editorial general. Quedó representada en varias ocasiones en las ferias internacionales de Guadalajara (México), en Madrid y Barcelona, en Santiago de Chile, en todos los países hispanoparlantes, en Frankfurt (Alemania), y en la Feria del Libro de Buenos Aires que organiza cada año la Fundación “El Libro” desde 1976. Desde 2007 hasta el presente tiene un espacio en el pabellón central, con una agenda de presentaciones editoriales cada año. En 2012, la Fundación el Libro otorgó una distinción por su trayectoria. Además, Kier ha sido miembro de la Cámara del Libro desde sus orígenes, y de otras asociaciones culturales relacionadas con la literatura en Argentina y otros países de América. Otras editoriales han homenajeado a Kier por su trayectoria que ha sido distinguida por sus colegas editores. Pibernus (2019) confesó que una importante multinacional ofreció comprar el sello para convertirlo en un “área de esoterismo” para su fondo. Él y su grupo se rehusaron a aceptar la tentadora oferta a cambio de mantener la impronta que Nicolás Kier y su tío dejaron a su pequeño local a inicios del siglo pasado. De hecho, la cuarta generación que trabaja en Kier, integrada por Ezequiel Pibernus –hijo de Héctor– y Alejandra y Jesica –hijos de Sergio Pibernus– y Eduardo Callaey, su actual asesor literario (un experto internacionalmente reconocido en el estudio de la historia de la masonería), aspiran a continuar esta dirección en el futuro, aún bajo la tutela de Sergio y Héctor Pibernus.


Señores Segundo Pibernus, Alberto Pibernus y Alfonso Pibernus, fundadores de Editorial Kier.

La literatura esotérica publicada por Kier y su amplia ramificación de especialidades ha escapado de los rígidos modelos que impone la cultura académica. Esta literatura ha experimentado además una libertad de acción que ha sido vista a menudo como subversiva al orden vertical del saber convencional. Esta acción, por supuesto, nunca estuvo exenta de manuscritos rechazados, o acusaciones por la divulgación de creencias irracionales, o promover prácticas pseudocientíficas y el “pensamiento mágico.” Sin embargo, no se encuentra antecedente alguno de ejemplos de censura por parte del poder político o religioso, escándalos en los medios masivos de prensa, o cuestionamientos científicos o jurídicos a lo largo de su historia centenaria –como reza su último slogan Libros desde 1907. Por ejemplo, Pibernus [H.] (2019) recordó “el caso de un sacerdote católico que venía de la Iglesia de San Nicolás de Bari y que ocasionalmente nos visitaba y leía con avidez algunos libros […] y personalidades reconocidas que eran sus clientes regulares”. Por ejemplo, se puede mencionar al mismo Jorge Luis Borges, al tenista Guillermo Vilas, al pediatra Florencio Escardó (1904-1992), al artista plástico Xul Solar, (pseudónimo de Oscar Schulz Solari, 1887-1963), el diplomático chileno Miguel Serrano (1917-2009), el ministro Francisco Manrique, entre muchos otros profesionales, periodistas y políticos: “Durante su historia, Kier tuvo una política literaria exigente sobre manuscritos inéditos, sobre todo para evitar divulgar teorías o creencias descabelladas –reconoce Pibernus [H.] (2019)– aunque siempre lamentaremos haber rechazado algunos que llegaron aquí, por ejemplo, las obras de Lobsang Rampa [pseudónimo de Cyril Henry Hoskin, 1910–1981).” Finalmente, Pibernus [H.] (2019) sostiene que:
Siempre tuvimos una práctica solidaria con aquellos lectores con dificultades para pagar un libro, continuando así el ánimo de Nicolás Kier y mi tío José Antonio, quienes valoraron una espiritualidad práctica, en lugar de defender el valor pecuniario del negocio […] Nunca hemos tenido problemas con los autores, más bien han sido considerados como amigos, y hemos sido reconocidos en el medio editor como muy leales al autor más que a las reglas del mercado.

CONCLUSIONES

El esoterismo occidental, adaptado a la cultura de occidente, con epistemologías y saberes que provienen de culturas tan antiguas como diversas, atravesadas ahora por la internet y expulsadas de sus “capullos” donde han sido gestadas, producen un fenómeno único desde el punto de vista social y cultural. Tales transformaciones continuarán con nuevas formas y necesidades. A lo largo de los últimos ciento cincuenta años, uno puede apreciar una continua rebautización del envase que sólo enmascara teorías con razonamientos comunes: Por ejemplo, el caso del magnetismo animal, que luego se denominó “dominio de la voluntad”, luego hipnosis, luego superación personal, luego autoayuda, y finalmente wellness [bienestar]. Todas éstas están a su vez influidas por epistemologías dominantes de cada época, transcriptas a través de libros (otrora leídos por una logia o pequeña comunidad), pero actualmente reproducidas masivamente a través de editoriales especializadas.

Desde una perspectiva crítica, es necesario reconocer que la relación entre la materialidad de la cultura (en este caso las editoriales) y la construcción del lector es una tarea difícil de reconocer en este corpus intelectual. Las editoriales –como los medios de prensa– son factores constituyentes del saber profano, y las elecciones a menudo arbitrarias de los autores que forman parte de un catálogo o una colección específica parecen atravesar este corpus en términos de aquello que es legítimo o ilegítimo en el saber. Específicamente en el saber esotérico, editorial Kier ha “expuesto” estos saberes otrora reservados a iniciados, moldeando en cierto modo sabidurías y tradiciones diversas que convierten a sus lectores en actores representativos.

La validez del pensamiento esotérico no goza de la defensa del discurso de la ciencia occidental, sino más bien de la relatividad cultural en defensa de un núcleo de lectores que se ha mantenido cohesionado a lo largo de su historia a causa de estos saberes –ahora incorporados en el lenguaje y el discurso social. Posiblemente, sea ésta una causa por la cual, editoriales como Kier y los lectores de su literatura, han logrado sobrevivir en las márgenes de saberes, enseñanzas y doctrinas que aún se resisten a sucumbir. En el entretiempo, el lenguaje esotérico continuará fascinando y creando el desafío de vislumbrar nuevos modelos y paradigmas.


AGRADECIMIENTOS

A los integrantes de Editorial Kier, principalmente a Héctor y Sergio Pibernus, y a Víctor Jara, por su amabilidad al facilitarme docenas de catálogos antiguos, documentos históricos y fotografías. A Cristina Grigna por su cooperación por fotografías y testimonios personales. A María Eugenia Costa y José Luis de Diego por su generoso asesoramiento respecto a la historia del libro argentino, y Andreas Sommer por sus útiles consejos metodológicos. También, a Alba Díaz y a los miembros de la Biblioteca Teosófica Argentina por su paciencia y amabilidad. Una mención especial a Héctor Pibernus por su búsqueda de materiales y nuestros encuentros e intercambios epistolares.


NOTAS

1. Una posible etimología para ocultismo es que estas enseñanzas se transmitían “a escondidas” para evitar la persecución inquisitorial entre los siglos XV al XVIII. Otra posible etimología es la forma peyorativa por parte de las religiones tradicionales, sobre todo la Iglesia Católica, para referirse a saberes falsos o –aun peor– diabólicos, que se enseñaban a la sombra de los saberes establecidos (Partridge, 2015).

2. A partir de 1847, el médium Justo de Espada mediante el uso de una mesita trípode logró escribir un libro entero Lecciones Espirituales en Buenos Aires. En Marzo de 1858, se fundó la primera sociedad de espiritismo porteño llamada "Fe, Esperanza y Caridad", en plena Guerra de la Confederacion, 19 años antes de la Sociedad Constancia (1877), la más antigua en América Latina.

3. A partir de 1880, de Mársico imprimió docenas de libros de derecho y algunas obras literarias, como Fray Mocho [pseud. José Sixto Álvarez Escalada] en 1882, e incluso la distribución de sus libros con sello editorial propio. En 1883, imprimió Apuntes de Derecho Internacional Público de Amancio Alcorta, y alcanzó gran éxito con cuentos como Amar al Vuelo de Enrique Rivarola (una novela de costumbres estudiantiles), Los Subterráneos de Buenos Aires: Crónicas Dramáticas de Antaño de Pedro V. de San Martín en 1888, Arturo Sierra en 1888 de Julio Llanos, e incluso la primera edición de la Constitución Argentina de 1884 (Buonocuore, 1974). Comenzó a imprimir prolíficamente títulos médicos (por ej. La Viruela de A. Méndez Casariego, en 1887) y algunas tesis de medicina, compitiendo con la imprenta de Félix Lajouane (Navarro Viola, 1886). Hacia 1887, Emilio de Mársico se había ubicado entre las veinte principales empresas (entre sesenta) en la impresión y encuadernación de libros, de hecho ese año publicó 19 títulos, y lanzó un diario en italiano Il Vesuvio: Giornale della Sera (Navarro Viola, 1987) y L’Arte de Evocare gli Spiriti de Cornelio Agrippa en su versión original en italiano (Navarro Viola, 1888).

4. Esta obra recibió una dura crítica diciendo: “El libro que nos ocupa es la ratificación de estas líneas; no contiene sino palabras y sandeces imputadas a espíritus de personas cuya memoria debería ser culto para todo ciudadano argentino” (Anuario Bibliográfico Argentino 1888, p. 239).

5. Correspondencia “Carpeta 6/1895-1896” archivado en la Sociedad Espiritista Constancia.

6. Correspondencia “Carpeta 6/1895-1896” archivado en la Sociedad Espiritista Constancia.

7. La fundación de la ciudad de La Plata estuvo acompañada por el despliegue de un gran número de arquitecturas masónicas y fue un foro del librepensamiento a fines del siglo XIX (c.f. Colombo, 2015; Pelmas, 2014).

8. Ver La Estrella de Occidente: Revista Cosmosófica, Vol.3, No.32, Marzo 1915.

9. En 1847 nace la primera sociedad vegetariana en el Reino Unido, y en 1906 surge la Unión Vegetariana Internacional como unión de todas las sociedades. Algunos testimonios indican que Nicolás Kier era naturista y practicaba el nudismo.

10. Según la clasificación de la Cámara del Libro https://www.camaradellibro.com.ar/

11. Ver Premat, S. (2007). Verdadero boom de los libros de espiritualidad. Diario La Nación, Recuperado de https://www.lanacion.com.ar/cultura/verdadero-boom-de-los-libros-de-espiritualidad-nid973697 y Gigena, D. (2017). Leer en paz: el lugar de la religión y la espiritualidad en el mercado editorial. Diario La Nación. Recuperado de https://www.lanacion.com.ar/lifestyle/leer-en-paz-el-lugar-de-la-religion-y-la-espiritualidad-en-el-mercado-editorial-nid2089526

12. Ver La Estrella de Occidente: Revista Cosmosófica, Vol. 9, No.103, Diciembre 1931.

13. La revista El Hogar publicó fotos y una caricatura del célebre dibujante Toño Salazar, rodeada de frases elogiosas (ver diario La Razón del 2 de junio de 1935, La Nación del 14 de junio de 1935, y Crítica del 18 y 25 de Junio de 1935).

14. Ver Entrevista a José A. Pibernus. Gaceta del Libro, N°15, mayo 1946, p. 35.

15. En 1934 (quizá antes) el teósofo José Sosín Saborido instaló una pequeña “Librería Ocultista” en la calle Saénz Peña 142 de Buenos Aires. A mediados de los cuarenta, creó el fondo Editorial Via Lucis en otro local de la calle Rivadavia 1649 quien, hasta inicios de cincuenta, publicó varios títulos, como El Buddo de Bikku Nyanatiloka, La Educación Práctica del Pensamiento de Rudolf Steiner, y Historia y Poder de la Mente de Ricardo Ingalese, todos en 1944, y Los Dioses Atómicos de autor anónimo (1951).

16. Caymi, otra editorial fundada en 1945 por los hermanos Celestino y Oscar Cabaleiro, de origen gallego, comenzaron con la distribución de diarios y revistas, y luego editaron libros baratos de gran expansión en kioskos y subterrános. Publicaron varios cientos de títulos económicos de diversas temáticas, especialmente “ciencias ocultas,” consejos médicos, sexualidad, artes marciales, género criollista, y manuales de mecánica del automotor (ver Adamovsky, 2018).

17. El higienismo defendía la teoría de la eugenesia, esto es, medidas para la salud eran consideradas un método profiláctico para la protección de la salud de futuras generaciones de ciudadanos. Su principal argumento abogaba por la práctica de la selección de grupos raciales y políticas relacionadas con la preservación del orden público, restringir la inmigración, la esterilización de ciertos individuos (por ej. violadores, presidiarios e indigentes), la exigencia de un certificado pre-nupcial (en Argentina, a partir de 1936 promulgada por Ley 12.331), el aborto eugenésico y el control de la natalidad (ver Miranda & Vallejo, 2005).

18. En San Pablo, Brasil, el inmigrante portugués Antônio Olívio Rodrigues (1879-1943) fundó la Editora Pensamento en 1907. Olívio Rodrigues fue el primer editor de libros de magnetismo, en línea con Héctor Durville y Prentice Mulford (1834-1891) y en 1912 publicó la primera guía astrológica en Brasil: Almanaque do Pensamento, y agregó a su catálogo a Helena Blavatsky, Eliphas Lévi, Max Heindel, Yogui Ramacharaka, y Max Heindel. Entre 1907 y 1912, inició una serie de proyectos de amplio alcance: fundó el Círculo Esotérico de la Comunión del Pensamiento. La editora Pensamento se convirtió en una referencia en la publicación de esoterismo, espiritualidad, autoayuda, sabiduría oriental y salud con terapias alternativas, reuniendo en su catálogo a autores como Lourenço Prado, Barbara Ann Brennan, Yogananda, Blavatsky, Éliphas Levi, Jorge Adoum, entre otros. En 1943, Diaulas Riedel continuó con su expansión, fundando Editora Cultrix en 1956, centrada en obras de filosofía, literatura, sociología, lingüística, administración y psicología. Pensamento continúa al día de hoy (ver https://www.grupopensamento.com.br/)

19. El Anuario se editaba pocos meses antes de cada año, anunciado con un “digesto anual de información astrológica, esotérica, americanista, orientalista, espiritualista y de otras materias afines, totalmente independiente” cuyo propósito era nuclear desde información útil para la composición de cartas astrológicas con tablas de los registros solares hasta artículos cortos escritos por varios de los autores que publicaban en Kier, entre otros temas. Atravesó varias etapas en su contenido, pero mantuvo su regularidad desde 1934 al 2000, cuando comenzó en Chile bajo el nombre de Almanaque Astrológico publicado por el Círculo Éxito Mental que dirigía Hagal o Hermano Hagal (pseudónimo de J.E. Bucheli y su esposa, con quien escribía). Ambos tenían una red de colaboradores y lectores en logias, fraternidades y hermandades de casi todos los grupos esotéricos latinoamericanos, teósofos, espiritistas, rosacruces, martinistas, masones y sobre todo astrólogos locales en tiempos en que tales cálculos se hacían mediante tablas que podían ser consultadas en su Anuario. En 1940, Kier adoptó el calendario y lo continuó bajo el nombre de Anuario Americano Bucheli hasta 1974. La editorial le encargó a Héctor V. Morel la dirección del anuario, que pasó a llamarse Anuario Americano Kier (ex-Bucheli) hasta el año 2000, cuando cesó su publicación entre otras causas debido a que los procedimientos de cálculo por computadora sustituyeron el uso de tablas. Además, el Anuario resultó un comunicador entre el circuito esotérico argentino; una “carta de presentación” de Kier para anunciar los nuevos títulos.

20. Originalmente fue escrito y ordenado por Lorenzo Frau Abrines, un maestro masón de grado 33 del Rito escocés, aunque parece que en la elaboración de la obra intervinieron varios otros autores bajo la dirección de Rosendo Arús y Arderiu, Gran Maestro de la Gran Logia Regional Catalana Balear. El Diccionario ha tenido varias ediciones en versiones abreviadas en 1960, y publicados por varias editoriales, en México en 1976, aunque la versión original se publicó en La Habana en 1883 por Editorial “La Propaganda Literaria.”

21. Kier también publicó Los Fenómenos de la Proyección Astral en 1959 y La proyección del Cuerpo Astral en 1955 de Sylvan Muldoon y Hereward Carrington en 1971, publicados por primera vez en Buenos Aires por Saros en 1955.

22. En 1946, se estableció una sucursal de la librería Kier en México, dirigida por José Grigna, y luego por Segundo Pibernus.

23. El primer diccionario o léxikon de esoterismo data de 1843 cuando Jacques A. S. Collin de Plancy (1793-1887) publicó su célebre Dictionaire Infernal y Ernest Bosc (1837-1913) su Dictionaire d´Orientalisme, d´Occultisme et de Psychologie en 1896, ambos en francés (Caillet, 1913). En español, el primer compilador de términos de uso frecuente en espiritismo y otras disciplinas fue el espiritista español Quintín López Gómez (1864-1936) con su Diccionario de Metapsíquica y Espiritismo (circa 1910) en España y el Diccionario de Metapsiquismo y Espiritismo en 1927, compilado por los espiritistas argentinos Manio Rinaldini y Alfonso Depascale (Parra, 1990). En virtud de la inexistencia de diccionarios actualizados y a causa del éxito de la Enciclopedia de la Masonería, Pibernus y su principal asesor editorial, Zaniah (pseudónimo de Dali Moral), publicaron la Guía para el Estudio del Conocimiento Esotérico en 1953 y el Diccionario Esotérico en 1962.

24. Por ejemplo, una figura ilustre fue la Reina Sofía de España, quien durante su primera visita a la Argentina, el 28 de Noviembre de 1978, adquirió un par de libros de cocina naturista. Pedro Grigna y sus editores le obsequiaron una obra lujosamente encuadernada de paisajes de Argentina, a lo que la Reina a su regreso agradeció enviando una fotografía con su firma desde el Palacio de la Zarzuela (Grigna, 2020). Incluso, durante años, la Reina Sofía recibió el Catálogo Kier, a través de un distribuidor español (Pibernus [H], 2019).

25. Nicolás Kier, un librero “visionario” pero considerado una figura menor en el mundo editorial, había anticipado la reinvención del ocultismo, y unido al espíritu emprendedor de José Antonio Pibernus, su heredero, animó astutamente la reorganización de sus títulos en “colecciones” y “bibliotecas” hacia una temática hasta entonces vacante en la literatura hispanoparlante.

26. Entre ellos, La energía de los rayos en nuestra vida en 1987, Erks: Mundo interno en 1989, Miz Tli Tlan: Un mundo que despierta en 1989, Aurora: Esencia cósmica curativa y Señales de contacto (ambos en 1990; para una completa reseña biográfica de Trigueirinho, ver De Filippi, 2018).

27. Publicada originalmente por el ex piloto y experto en ufología Pedro Romaniuk (1992, pp. 294-295).

REFERENCIAS

Adamovsky, E. (2018). El criollismo popular en Argentina, ¿Hasta cuándo?: Personajes, autores y editores de un fenómeno de literatura masiva. Cuadernos de Literatura, 22(43), 172-207.

Aguado, A. (2014). 1956-1975. La “época de oro” de la industria editorial. En J.L. de Diego (Ed.). Editores y políticas editoriales en Argentina (1880-2010) (pp. 135-172). Buenos Aires: Fondo de Cultura Económica.

Albanese, C. (2007). A Republic of Mind and Spirit: A cultural history of American metaphysical religion. New Haven: Yale University Press.

Asprem, E. (2014). Beyond the West: Towards a new comparativism in the study of esotericism. Correspondences: Journal for the Academic Study of Western Esotericism, 2(1), 3–33.

Bergel, M. (2010). Un caso de orientalismo invertido: Representaciones intelectuales del oriente en la cultura argentina de la primera posguerra (1918-1930). Tesis de Doctorado. Buenos Aires: Facultad de Filosofía y Letras, Universidad de Buenos Aires. Argentina.

Bianchi, R. (2004). Historia de las Religiones en la Argentina: Las minorías religiosas. Buenos Aires: Sudamericana.

Botto, M. (2014). 1990-2010: Concentración, polarización y después. En J.L. de Diego (Ed). Editores y políticas editoriales en Argentina (1880-2014) (pp. 219-270). Buenos Aires: Fondo de Cultura Económica.

Bourdieu, P. (1995). Las reglas del arte: Género y estructura del campo literario. Barcelona: Anagrama.

Borges, J.L. & Jurado, A. (1976). Que es el budismo. Buenos Aires: Columba.

Bubello, J.P. (2010). Historia del esoterismo en la Argentina: Prácticas, representaciones y persecuciones a curanderos, espiritistas, astrólogos y otros esoteristas. Buenos Aires: Biblos.

Buonocuore, D. (1974). Libreros. Editores e impresores de Buenos Aires: Esbozo para una historia del libro argentino. Buenos Aires: Bowker.

Caillet, A.L. (1913). Manuel Bibliographique des Sciences Psychiques ou Occultes, 3 Vols. Paris: Lucien Dordon.

Callaey, E. (2001). Monjes y Canteros: Una aproximación a los orígenes de la Francmasonería. Buenos Aires: Dunken.

Callaey, E. (2010). Las claves históricas de El Símbolo Perdido. Madrid: Nowtilus.

Christopher, P. (2006). The Re-Enchantment of the West: Alternative spiritualities, sacralization, popular culture and the occulture, Vol. 1. London: T&T Clark/Continuum.

Chryssides, G.D. (1999). Exploring New Religions. London: Cassell.

Colombo, N. (2015). Misterios de la ciudad de La Plata. La Plata: Edición del autor.

Conforte, A. (2016). Hipnosis y magnetismo en la Revista Magnetológica (1897-1903). Octavo Congreso Internacional de Investigación y Práctica Profesional en Psicología. Facultad de Psicología, UBA. Buenos Aires.

De Ágreda Burillo, F. (1997). José Elías Guraieb: Recuerdos de un arabista argentino. Qurtuba, 2, 273-281.

De Diego, L. (2014). Editores y políticas editoriales en Argentina (1880-2014), Segunda Edición. Buenos Aires: Fondo de Cultura Económica.

De Diego, J. L. (2014). Dictadura y democracia: Crisis de la industria editorial: Crisis de la industria editorial. En J.L. de Diego (Ed). Editores y políticas editoriales en Argentina (2006-2014), Segunda Edición (pp. 173-218). Buenos Aires: Fondo de Cultura Económica.

De Filippi, S. (2018). La Ciudad de la Llama Azul: Luces y sombras sobre el cerro Uritorco. Buenos Aires: Biblos.

Delbecque, N. (1997). Introducción a los estudios hispánicos. El Libro de los Seres Imaginarios (1967) de Jorge Luis Borges. Ottignies-Louvain-la-Neuve: Universidad Católica de Lovaina.

Delgado, V. & Espósito, F. (2014). 1920-1937. La emergencia del editor moderno. En J.L. de Diego (Ed.). Editores y políticas editoriales en Argentina (1880-2010) (pp. 63-96). Buenos Aires: Fondo de Cultura Económica.

[de Mársico, E.] Rama “Vi-Dharmah” (n/d). La Sociedad Teosófica Argentina. La Plata: Imprenta y Librería de Publicaciones Teosóficas.

de Mársico, E. (1905). Biblioteca Orientalista de Libros Teosóficas. La Plata: Librería Orientalista.

Dirección General de Patrimonio (2003). Librerías de valor patrimonial de Buenos Aires. Buenos Aires: Secretaría De Cultura. Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires.

Dujovne, A. (2014). Una Historia del Libro Judío: La cultura judía argentina a través de sus editores, libreros, traductores, imprentas y bibliotecas. Buenos Aires: Siglo XXI.

Editorial Kier (1954). Catálogo General: Ediciones y Obras de Fondo. Buenos Aires: Kier.

Editorial Kier (1972). Catálogo Descriptivo. Buenos Aires: Kier.

Espósito, F. (2006). La Emergencia de la novela en la Argentina (1880-1890). Tesis de doctorado. Universidad Nacional de La Plata, Facultad de Humanidades y Ciencias de la Educación, Buenos Aires, Argentina.

Espósito, F. (2010). Los editores españoles en la Argentina: Redes comerciales, políticas y culturales entre España y la Argentina (1892-1948). En C. Altamirano (Ed.). Historia de los Intelectuales en América Latina (pp. 515-536). Buenos Aires: Katz.

Granholm, K. (2009). The sociology of esotericism. En P.B. Clarke (Ed.). The Oxford Handbook of the Sociology of Religion. Oxford Handbooks Online Recuperado de https://www.oxfordhandbooks.com/view/10.1093/oxfordhb/9780199588961.001.0001/oxfordhb-9780199588961-e-044

Faivre, A. (1994). Access to Western Esotericism. New York: SUNY Press.

Ferreira, F. (2000). Una historia de la censura: Violencia y proscripción en la Argentina del siglo XX. Buenos Aires: Norma.

García, E. A. (1965). Desarrollo de la industria editorial argentina. Buenos Aires: Fundación Interamericana de Bibliotecología Franklin.

Gasió, G. (2008). El más caro de los lujos: Primera Exposición Nacional del Libro. Buenos Aires: Teseo.

Gasquet, A. (2008). El Orientalismo Argentino (1900-1940): De la revista Nosotros al Grupo Sur. University of Maryland, College Park, MA: Latin American Studies Center.

Gimeno, J.; Corbetta, J.M. & Savall, F (2014). Cuando Hablan los Espíritus: Historias del movimiento kardeciano en Argentina, Segunda edición. Buenos Aires: Antigua.

Giuliani, A. (2016). El Primer Congreso de Editores e Impresores Argentinos (1938). Anuario del Centro de Estudios Económicos de la Empresa y el Desarrollo, 8, 93-120.

Goodrick-Clarke, Nicholas (2008). The Western Esoteric Traditions: A historical introduction. Oxford: Oxford University Press.

Granholm, K. (2005). Embracing the Dark. The Magic Order of Dragon Rouge—Its practice in dark magic and meaning making. ?bo: ?bo Akademi University Press.

Granholm, K. (2008). New Age or the mass-popularization of esoteric discourse: Some preliminary reflections on the reconceptualization of the New Age. Torino: CESNUR. Recuperado de http://www.cesnur.org/2008/london_granholm.htm

Grigna, C. (2020). Comunicación Personal.

Hammer, O. (2001). Claiming Knowledge: Strategies of epistemology from Theosophy to the New Age. Leiden and Boston: Brill.

Hanegraaff, W. (1996). New Age Religion and Western Culture: Esotericism in the mirror of secular thought. Leiden: Brill.

Hanegraaff, W. (2005). The new age. En L. Jones (Ed.), The encyclopedia of religion (2nd Ed., 15 Vols.) New York: MacMillan Reference Books.

Hanegraaff, W. (2012). Esotericism and the Academy: Rejected knowledge in western culture. Cambridge: Cambridge University Press.

Hanegraaff, W. (2013). Western Esotericism: A guide for the perplexed. London: Bloomsbury Press.

Haywood, H. L. (1980). More About Freemasonry. Richmond: Macoy Publishing & Masonic Supply.

Heindel, M. (2006). El Concepto Rosacruz del Cosmos. Buenos Aires: Kier.

Kreimer, J.C. (ED.) (2007). Lo Bienamado: Un compendio de sabiduria primordial. Buenos Aires: Kier.

Leonard, T.J. (2005). Talking to the Other Side: A history of modern Spiritualism. Lincoln, NE: Iuniverse.

Librería Sintes (1925). Indice Bibliográfico. Barcelona: Librería Sintes.

Martínez Martín, J. A. (2002). Historia de la edición en España, 1836-1936. Madrid. Marcial Pons.

Maynadé, R. (1912). Biblioteca Orientalista. Catálogo de 1912. Barcelona: Librería de R. Maynadé.

Maynadé, R. (1931). Biblioteca Orientalista. Catálogo de 1929-1930. Barcelona: Librería de R. Maynadé.

Melzer, A. (2014). Philosophy Between the Lines: The lost history of esoteric writing Chicago, Ill: University of Chicago Press.

Miranda, L (2017). Historia del catolicismo en la Argentina. Entre el siglo XIX y el XX. Buenos Aires: Siglo Veintiuno.

Miranda, M. & Vallejo G. (2005). Darwinismo social y Eugenesia en el mundo latino. Buenos Aires: Siglo XIX Iberoamericana.

Montesano Delchi, A (1934). Krishnamurti, el Inspirador. Buenos Aires: Claridad.

Moret, X. (2002). Tiempo de editores. Historia de la edición en España, 1939-1975. Barcelona: Destino.

Navarro Viola, A. (1886). Anuario Bibliográfico de la República Argentina 1885, Año 7. Buenos Aires: Imprenta Biedma.

Navarro Viola, A. (1887). Anuario Bibliográfico de la República Argentina 1886, Año 8. Buenos Aires: Imprenta Biedma.

Navarro Viola, A. (1888). Anuario Bibliográfico de la República Argentina 1887, Año 9. Buenos Aires: Imprenta Biedma.

Olivares, J.M. (1945). Homenaje de la Revista Teosófica Argentina en celebración del 25to. Aniversario de la fundación de la Sociedad Teosófica. (1919-1944). Revista Teosófica Argentina, 5(19), 271-272.

Owen, Alex (2004). The Darkened Room: Women, power, and spiritualism in late Victorian England. Chicago, Ill: University of Chicago Press.

Parra, A. (1990). Historia de la Parapsicología en la Argentina. Buenos Aires: Autor.

Partridge, C. (2015). The Occult world. New Yotk, NY: Routledge.

Pastormerlo, S. (2014). 1880-1988: El surgimiento de un mercado editorial. En J.L. de Diego (Ed). Editores y políticas editoriales en Argentina (2006-2014), Segunda Edición (pp. 1-30). Buenos Aires: Fondo de Cultura Económica.

Pelmas, D. (2014). Esoterismo en el Rio de la Plata: Cábala, alquimia y masonería en nuestro patrimonio. Montevideo: Ediciones B.

Penalva Mora, V. (2013). El orientalismo en la cultura española en el primer tercio del siglo XX. La Sociedad Teosófica Española (1888-1940). Tesis doctoral, Facultat de Filosofia i Lletres de la Universitat Autònoma de Barcelona, España.

Pibernus, H. (2019). Comunicación personal.

Quereilhac, S. (2012). Sociedades espiritualistas en el pasaje de siglos. entre el cenáculo y las promesas de una ciencia futura (1880-1910). Prismas: Revista de Historia Intelectual, 16, 183-186.

Quereilhac, S. (2013). Ecos de lo oculto en el Buenos Aires de entre-siglos. intervenciones de escritores e intelectuales en medios de prensa. Literatura y Lingüística, 28, 89-104.

Quereilhac, S (2016). Cuando la ciencia despertaba fantasias: Prensa, literatura y ocultismo en la argentina de entresiglos. Buenos Aires: Siglo XXI.

Rivera, J. B. (1986). Apogeo y crisis de la industria del libro: 1955-1970. En CEAL (Ed.), Historia de la Literatura Argentina, Vol. 3: Los proyectos de la vanguardia. Buenos Aires. Centro Editor de América Latina. Romaniuk, P. (1992). Cono Sur: Faro De Luz En El Mundo. Buenos Aires: Larín.

Romero, L. A. (2007). Una empresa cultural: los libros baratos. En L.H. Gutiérrez & L.A. Romero (Ed.). Sectores Populares, Cultura y Política: Buenos Aires en la entreguerra (pp. 47-70) . Buenos Aires: Sudamericana.

Sarlo, B. & Altamirano, C. (2001). La batalla de las ideas (1943-1973). Ariel: Buenos Aires.

Sharp, L.L. (2006). Secular Spirituality: Reincarnation and Spiritism in Nineteenth-Century France. Lanham, MD: Rowan Publishers.

Sorá, G. (2001). Editores y editoriales de ciencias sociales: Un capital específico. En F. Neiburg & M. Plotkin (Eds.). Intelectuales y expertos: La constitución del conocimiento social en Argentina (pp. 265-292). Buenos Aires: Paidós.

Spencer, Colin (1993). The Heretic's Feast. A history of vegetarianism. Londres. pp. 252-253, 261-262.

Sutcliffe, S. J. (2003). Children of the new age: A history of spiritual practices. London: Routledge.

Treitel,. C. (2004) A Science for the Soul: Occultism and the genesis of the German modern. London: The John Hopkins University Press.

Vallejo, G. (2007). Escenario de la cultura científica argentina: Ciudad y universidad (1882-1955). Madrid: Consejo Superior de Investigaciones Científicas.

Vallejo, M.S. (2015). Buenos Aires mesmérica. Hipnosis y magnetismo en la cultura y la ciencia de la capital argentina (1870-1900). Iberoamericana, 14, No.56, 7-26.

Vallejo, M.S. (2016a). Telépatas porteños. la transmisión del pensamiento en la ciencia y la cultura de Buenos Aires (1880-1900). Revista de Humanidades, 34, 91-116.

Vallejo, M.S. (2016b). Espiritismo y psiquiatría en buenos aires a fines del siglo XIX: Un análisis de la obra de Wilfrido Rodríguez de la Torre (1889). Anuario de Investigaciones, 23, 305-313.

Vallejo, M.S. (2017). El papel de la prensa en la lucha contra la consolidación de la profesión médica en Buenos Aires, 1890-1900. Dynamis, 37(2), 295-316.

Vallejo, M.S. & Correa, M.J. (2019). Cuando la hipnosis cruzó los Andes: Magnetizadores y taumaturgos entre Buenos Aires y Santiago. Santiago: Pólvora.



* Alejandro Parra es psicólogo (UAI), Doctor en psicología (UCES) y psicoterapeuta en la práctica privada. Es profesor graduado en Psicología por la Universidad Abierta Interamericana de Buenos Aires, y docente adjunto e investigador universitario. Actualmente está terminando su disertación doctoral basado en la historia de la parapsicología en Argentina, del cual el presente articulo es parte del presente estudio histórico. Es autor de doce libros, los más recientes son El Ultimo Abrazo de Despedida: Experiencias Paranormales en Enfermeras (Luciérnaga, 2019), y Neurociencias en la frontera de lo paranormal (Kier, 2019).




subir

      Investigación I

Soledad Ribilla
Soledad Ribilla
nribisol@hotmail.com


EXPERIENCIAS PERCEPTUALES INUSUALES, INTELIGENCIA ESPIRITUAL Y LA SATISFACCIÓN EXISTENCIAL: UN ANÁLISIS CORRELACIONAL*

Soledad Ribilla**


INTRODUCCIÓN

Tradicionalmente se ha definido a la inteligencia como una capacidad mental general que puede cuantificarse mediante pruebas verbales, lógico-matemáticas y memorísticas. Enfrentada con esta concepción unidimensional, también se ha propuesto que la inteligencia es más amplia, incluyendo una variedad de factores. En la década del ochenta, la visión multidimensional de la inteligencia cobró nueva fuerza debido a las investigaciones de Gardner, publicando su teoría de las inteligencias múltiples (Gardner, 1993). En investigaciones recientes se ha observado el interés de muchas personas por una visión abierta a aspectos de la vida que van más allá del reino de lo físico y de lo material y que pueden conducir a la salud y al bienestar (Borysenko, 1993; Gardner, Larson, & Allen, 1991; Koenig, 1990; Larson et al., 1992).

Ha habido un progresivo interés por las investigaciones de la relación mente–cuerpo y el vínculo entre la salud y la espiritualidad. Un aspecto destacable de las experiencias espirituales/paranormales es que, aunque son singulares y transitorias, tienen un enorme impacto en las personas que las experimentan. Un individuo puede experimentar un cambio en valores después de una experiencia cercana a la muerte o una experiencia de sanación espiritual (Greyson, 1992, 1996). El significado personal de las experiencias anómalas como “eventos maravillosos” pueden incluso estimular el surgimiento y desarrollo de creencias religiosas. Helminiak (1984) las denominó “experiencias extraordinarias” (p. 33) dependiendo de si, luego de estas experiencias, se daba un “auténtico crecimiento” en el individuo. White (1995) también las definió como “experiencias humanas excepcionales” (p. 18), haciendo énfasis en su potencial transformador en la vida de las personas (c.f. Parra, 2006, 2008).

Las experiencias espirituales contribuyen al desarrollo de la inteligencia espiritual. La evidencia también respalda la existencia de individuos altamente calificados y/o dotados en sus habilidades espirituales.
Las experiencias espirituales contribuyen al desarrollo de la inteligencia espiritual. La evidencia también respalda la existencia de individuos altamente calificados y/o dotados en sus habilidades espirituales.

Un factor que influye en la consideración o no de una experiencia paranormal como evidencia de malestar psicológico significativo tiene que ver con las creencias y expectativas culturales. Las experiencias espirituales asociadas a percepciones auditivas tienden a ser consideradas psicopatológicas en mayor grado que si incluyen percepciones visuales. Por ejemplo, es menos probable que escuchar voces sea considerado un signo de psicopatología en una cultura donde esta experiencia es común (por ej. una comunidad espiritista), que en una cultura donde ésta es considerada un síntoma de enfermedad mental (Cardeña, Krippner, & Lynn, 2014; Gómez Montanelli & Parra, 2005; Helminiak, 1987).

Sin embargo, las experiencias paranormales también pueden promover la salud y existe muy poca investigación en psicología en relación a los efectos de las experiencias paranormales en la vida de las personas. En varios estudios se ha encontrado que las experiencias cercanas a la muerte (ECM) inducen a cambios positivos o a transformaciones psicológicas en varias personas (Greyson, 1996), pero esta investigación no se ha extendido a otro tipo de experiencias paranormales. Milton (1992) condujo una encuesta exploratoria de los efectos de las experiencias paranormales en la vida de las personas. Por otro lado, se ha discutido el hecho de que algunas personas se sientan perturbadas por estas experiencias y que necesiten ayuda (Gómez Montanelli & Parra, 2004).

David King diseñó el Cuestionario de Inteligencia Espiritual para medir la capacidad para resolver cuestiones de significado y valor, es decir, adaptar el comportamiento y la vida en el contexto más amplio del significado.
David King diseñó el Cuestionario de Inteligencia Espiritual para medir la capacidad para resolver cuestiones de significado y valor, es decir, adaptar el comportamiento y la vida en el contexto más amplio del significado.

Aunque las experiencias paranormales han sido tema de interés en la literatura psicológica y psiquiátrica, el hecho de que algunas personas sientan a estas experiencias como perturbadoras y requieran de orientación ha sido un tema de discusión en psicología (ver Bem & Honorton, 1994; Bull, 1991; Parra, 2006; Persinger, 2001). Estas experiencias suelen ser diferentes de las alucinaciones, las ilusiones, los juegos de la memoria, u otros fenómenos psicológicos. En un estudio previo (Gómez Montanelli & Parra, 2004), más de las dos terceras partes reportó experiencias anómalo/paranormales, como telepatía, sueños premonitorios, experiencias fuera del cuerpo, sanación anómala, y contacto espiritual. Se encontró que casi las dos terceras partes de los encuestados indicaron que al menos una de sus experiencias había resultado perturbadora. Aunque un tercio señaló nunca haber consultado, quienes lo hicieron, indicaron que los parientes y amigos eran las personas más consultadas y la mitad manifestó que esta ayuda había resultado efectiva (Gómez Montanelli & Parra, 2005; Parra, 2003, 2006).

Poseer un sistema de creencias puede dar lugar a experiencias paranormales que sean adaptativas, asociadas a una reducción de la depresión, ansiedad, y anhedonia; la falta de este sistema de creencia por un lado podría significar que las experiencias resulten inesperadas y atemorizantes (cf. Steffen, Wilde, & Cooper, 2017). Las experiencias paranormales que se ajustan a un sistema de creencias (o de interpretaciones) se consideran mucho más placenteras en comparación con individuos sin ese contexto, quienes las encuentran intrusivas y perturbadoras (Parra & Corbetta, 2013).

Las personas que están interesadas en temas paranormales y que han tenido experiencias que interpretan como tales indicaron que éstas habían reforzado sus creencias espirituales y su percepción subjetiva de bienestar. El miedo se presenta como una de las reacciones iniciales más comunes frente a un fenómeno paranormal, pero los efectos a largo plazo parecen ser positivos (Kennedy, Kanthamani, & Palmer 1994; Kennedy & Kanthamani, 1995; Milton, 1992, Parra, 2008b). Otras investigaciones han sugerido que la capacidad de construir significado es más adaptativa (ver Mascaro y Rosen, 2005). Cuando se enfrenta a un factor estresante, la producción de significado personal actúa como un modo de afrontamiento al permitir que un individuo construya significado y propósito dentro de la situación estresante, transformándolo y reduciendo así su impacto negativo.

La evidencia sugiere que también las habilidades espirituales pueden surgir en la infancia. Piechowski (2001) señaló muchos temas comunes en las experiencias espirituales de los niños, el estado de unidad y un sentido de sí mismo más allá de la realidad física. Hay y Nye (1998) identificaron niños de seis a diez años que podrían describir sus propias técnicas para entrar en estados superiores de conciencia; la mirada silenciosa, la oración y contemplar los de uno mismo del mundo. Según Gackenbach y Hunt (1992) los niños pueden experimentar todo el rango de estados superiores de conciencia, en algunos casos a nivel adulto, lo que indica la existencia de sabios de la conciencia. Evans y Wellman (2006) también discutieron un potencial infantil para el razonamiento existencial, que depende del desarrollo de la teoría de la mente. La adolescencia y la edad adulta joven parece estar marcada por una expansión de todas las capacidades espirituales, que se debe, en parte, a la formación de identidad y al surgimiento del razonamiento abstracto (Helminiak, 1987).

Existe un potencial infantil para el razonamiento existencial, que depende del desarrollo de la teoría de la mente. La adolescencia parece estar marcada por una expansión de todas las capacidades espirituales, que se debe, en parte, a la formación de identidad y al surgimiento del razonamiento abstracto.
Existe un potencial infantil para el razonamiento existencial, que depende del desarrollo de la teoría de la mente. La adolescencia parece estar marcada por una expansión de todas las capacidades espirituales, que se debe, en parte, a la formación de identidad y al surgimiento del razonamiento abstracto.

Cook y Oltjenbruns (1982) observaron un desarrollo significativo en las habilidades existenciales durante la escuela secundaria, desarrollo continúa durante la edad adulta, a medida que las habilidades se profundizan y contribuyen a la conciencia de un yo trascendente (Hamel, Leclerc, & Lefrançois, 2003; Helminiak, 1987). En la edad adulta, las habilidades alcanzan su punto máximo en muchos individuos a medida que se acerca la muerte. Según Tornstam (2005), las etapas posteriores de la vida se caracterizan por una redefinición de la percepción del tiempo, el espacio, la vida y la muerte; la trascendencia del ego, del cuerpo físico y de los intereses materiales; y el tiempo dedicado a meditar en la vida. Sin embargo, esto no quiere decir que las habilidades no puedan alcanzar su punto máximo en las primeras etapas de desarrollo. Según Noble (2000) y Vaughan (2002), las experiencias espirituales contribuyen al desarrollo individual de la inteligencia espiritual. La evidencia, aunque limitada, también respalda la existencia de individuos altamente calificados y/o dotados en sus habilidades espirituales (por ejemplo, Emmons, 2000a; Holmes et al., 1993; Lehmann et al., 2001; Piechowski, 1998), lo que sugiere que la inteligencia espiritual aumenta con la edad y experiencia.

Hasta ahora, la inteligencia espiritual satisface los tres criterios principales: un conjunto de habilidades mentales características que son distintas de los comportamientos, la facilitación de la adaptación y la resolución de problemas, y el desarrollo a lo largo de la vida (Gardner, 1983; Mayer et al. al., 2000; Sternberg, 1997). Como señaló Emmons (2000a), también hay evidencia de la plausibilidad evolutiva de la inteligencia espiritual, con la doctrina religiosa y el dogma que se desarrolla por la necesidad de conceptualizar, articular e interpretar experiencias espirituales relacionadas. Este modelo no es simplemente una reformulación o redefinición de la espiritualidad, más bien, su propósito es la identificación de aquellas capacidades mentales y habilidades relacionadas con la espiritualidad.

El objetivo general de este estudio es evaluar la frecuencia de experiencias paranormales y su relación con el grado de inteligencia espiritual y el nivel de satisfacción existencial, más específicamente relacionar la frecuencia de experiencias paranormales con la inteligencia espiritual y la satisfacción existencial. Se hipotetiza que (H1) se encontrará una correlación positiva y significativa entre la frecuencia de experiencias paranormales y la Inteligencia Espiritual, (H2) una correlación positiva y significativa entre la frecuencia de experiencias paranormales y la Satisfacción Existencial, y (H3) una correlación positiva y significativa entre Inteligencia Espiritual y Satisfacción Existencial.


Una Experiencia Cercana a la Muerte no sólo puede resignificar positivamente el sentido de la vida, sino también reforzar la certeza de una vida posmortem (inteligencia espiritual) y esto a su vez resignificar sus valores intra- e inter-personales y espirituales, o disminuir el miedo a la muerte.
Una Experiencia Cercana a la Muerte no sólo puede resignificar positivamente el sentido de la vida, sino también reforzar la certeza de una vida posmortem (inteligencia espiritual) y esto a su vez resignificar sus valores intra- e inter-personales y espirituales, o disminuir el miedo a la muerte.

MÉTODO

Participantes

Una muestra no probabilística integrada por 200 casos provenientes de la población general, 48 (24%) varones y 152 (76%) mujeres, cuyo rango etario era de 18 a 75 años (Media = 40,04, DT = 12,94). Respecto a las características demográficas, casi la mitad era profesional (45%), y se encontró una distribución de empleados (11%), desempleados (16%), y comerciantes (10%) con ingresos aceptables para vivir (75%), casi la mitad de religión Católica (45%), y convivientes en pareja (44%).


Instrumentos
Cuestionario de Experiencias Paranormales (CEP; Parra & Argibay, 2013a, 2013b). Es un cuestionario autoadministrable de 18 ítems, ocho de los cuales fueron seleccionados para este estudio. Está diseñado para recoger información sobre tipo y frecuencia de experiencias paranormales espontáneas, que incluyen Sueños Premonitorios (imágenes oníricas que anticipan el futuro), Percepción Extrasensorial (telepatía, clarividencia y precognición), Ver el aura (percepción visual del campo energético), Experiencia fuera del cuerpo (autopercepción del Yo localizado en otra parte fuera del cuerpo físico), Experiencia Mística (vivencia mental extraordinaria bajo un estado no ordinario de consciencia), Sanación anómala (experiencia de sanar a otra persona a distancia), y Oír voces / Ver apariciones (percepción auditiva o visual de una entidad no física). Cada ítem tiene una escala Likert, siendo 0= Nunca, 1= Una vez, 2= Múltiples veces. La fiabilidad interna de este inventario es bueno, con un coeficiente de confiabilidad alfa de Cronbach de 0,93, y fiabilidad test-retest también aceptable. Se empleó un Índice de experiencias (Index Psi) para cada caso en función de las respuestas a cada experiencia reportada, con un rango de respuesta de 0 a 24 (siendo 24 la puntuación más alta).

Cuestionario de Inteligencia Espiritual (SISRI-24, King & DeCicco, 2009; King, Mara, & DeCicco, 2012). Mide la capacidad para tratar y resolver cuestiones de significado y valor, es decir, adaptar el comportamiento y la vida en el contexto más amplio del significado. Está compuesto por 24 ítems divididos en cuatro componentes:

  1. Pensamiento Crítico Existencial: Consideración del propósito o existencia de una persona y la relación con el universo así como temas de la vida, la muerte, la realidad, la verdad, o justicia (Por ej.: “He meditado bastante acerca del propósito o la razón de mi existencia”; “A veces pienso profundamente acerca de lo que sucede más allá de la muerte”).

  2. Producción de Significado Personal: La capacidad de crear significado y propósito en la propia vida y el propósito de distinguir tanto de la experiencia mental y física, incluso en fracaso (Por ej.: “Tener la habilidad para encontrar el significado y el propósito en la vida me ayuda a adaptarme a situaciones estresantes”; “Soy capaz de definir un propósito, o una razón, para mi vida”).

  3. Consciencia Trascendental. La capacidad de ver una imagen más grande que lo meramente físico y más allá de lo experiencia habitual. Conciencia de la existencia de una dimensión espiritual que puede verse en otros y observarse personalmente (Por ej.; “Estoy consciente de la existencia de una profunda conexión con el otro”;“Me defino como un ser trascendente y no-físico”).

  4. Expansión de Estado Consciente: El poder de controlar y pasar a un nivel superior espacio espiritual a través de la meditación profunda, oración, o consideración. (Por ej. “Tengo la habilidad de ingresar a otros estados no ordinarios de conciencia”; “Puedo controlarme cuando ingreso a estados superiores de conciencia”).

La escala cuenta con varias versiones en diferentes idiomas y fue validada por expertos y sometida a un análisis de confiabilidad mediante el uso del alfa de Cronbach, con buenos resultados de consistencia interna (alfa = 0,85).

Escala de Satisfacción Existencial (Boado-Landaboure, 2001; Längle, Orgler, & Kundi, 2002). Evalúa las competencias personales y existenciales para poder tratar consigo mismo/a y con el mundo. Consta de 46 ítems con una puntuación que va desde 1 (Absolutamente en desacuerdo) a 6 (Absolutamente de acuerdo). El índice de confiabilidad medido con el Alfa de Cronbach es de .83 para esta muestra (N = 9 ítems). Contiene cuatro subescalas, las primeras dos miden la Función Personal y las dos últimas miden, la Función Existencial:

  1. Auto-distanciamiento. Capacidad para organizar el espacio libre interior. Se pone de manifiesto en la posibilidad de conquistar la distancia de sí mismo, deseos, representaciones, temores, motivos permitiendo la libre captación del mundo aún en momentos difíciles de la vida.

  2. Autotrascendencia: capacidad del hombre para percibir y aceptar al otro de acuerdo a sus valores, y esto permite el compromiso con el mundo. Esta subescala evalúa la capacidad de percibir (sensibilizarse frente a) los valores, lo que se pone de manifiesto en la claridad de los sentimientos.

  3. Libertad: capacidad de tomar decisiones y elegir libremente. Evalúa la capacidad de decisión que tiene la persona al encontrarse ante una posibilidad real de acción, acorde con una jerarquía valorativa. Cuando en repetidas ocasiones ha logrado elegir sin mayores problemas, surge el sentimiento de ser libre y permite ver tanto la capacidad o incapacidad de decisión como también si la persona es capaz de tomar “decisiones seguras”.

  4. Responsabilidad: implica hacerse responsable de las consecuencias de los propios actos. Es objetivo de esta sub-escala evaluar la responsabilidad como disposición para comprometerse a partir de una decisión libre y siendo consciente de la obligación, como así también de las tareas y valores que dicha decisión implica.

Procedimiento
Se distribuyeron los instrumentos en un sobre cerrado, entregado en mano y se dieron instrucciones para completarlos. Los datos fueron tratados con confidencialidad y anonimato de sus respuestas. Los datos fueron tratados con confidencialidad y anonimato de sus respuestas. Fueron excluidos los participantes que presenten los siguientes indicadores: (1) trastorno neurológico o traumatismo que resulte en déficit cognitivo; (2) uso recreativo de drogas o alcohol con criterio de consumo de riesgo; (3) cuestionarios respondidos en forma incorrecta, con tachaduras o enmiendas o incompletos. Los participantes firmaron un formulario de consentimiento y se les informó que podían negarse a participar. La participación fue voluntaria y sin pago.


RESULTADOS

Se llevó a cabo un contraste de hipótesis sobre la normalidad de las variables mediante un análisis de Kolmogorov-Smirnov. A partir de los valores obtenidos, se asumió una distribución asimétrica de las puntuaciones de los tres instrumentos. En consecuencia, se decidió emplear para los análisis estadísticos, el test de H de Kruskall Walis o U de Mann-Whittney para comparar grupos y Rho de Spearman para correlacionar las puntuaciones de las escalas.

La experiencia paranormal más comúnmente indicada fue Sensación de Presencia (75,5%), seguido de Experiencia Mística (64%), Sueños Premonitorios (63%), y Percepción Extrasensorial (60%) (Ver Tabla 1).

TABLA 1:
FRECUENCIA DE EXPERIENCIAS PARANORMALES*
N %
Sensación de Presencia
Experiencia Mística
Sueños Premonitorios
Percepción Extrasensorial
Oír voces / Ver apariciones
Experiencia Fuera del Cuerpo
Sanar a distancia
Ver el Aura
151
128
126
121
102
92
89
70
75,5
64,0
63,0
60,5
51,0
46,0
44,5
35,0
* Ordenada de mayor a menor.

La H1 predice que se encontrará una correlación positiva y significativa entre la frecuencia de experiencias paranormales y la Inteligencia Espiritual, lo cual se confirmó (rs= .62; Sig.= .001), y se replicó para todas las experiencias paranormales (Media rs= 47; < .001) y los cuatro factores de inteligencia espiritual (Media rs= 68; < .001) (Ver Tabla 2).


TABLA 2:
CORRELACION ENTRE FRECUENCIA DE EXPERIENCIAS PARANORMALES CON INTELIGENCIA ESPIRITUAL
Experiencias Paranormales 1.Pensamiento
Crítico Existencial
2.Produccion de
Significado Personal
3.Consciencia
Trascendental
4.Expansión de
Estado Consciente
Inteligencia
Espiritual
1. Sueños Premonitorios
2. Percepción Extrasensoria
3. Ver el Aura
4. EFC(1)
5. Experiencia Mística
6. Sensación de Presencia
7. Sanar a distancia
9. Oir voces / Ver apariciones
,16**
,35***
,34***
,31***
,44***
,39***
,435***
,25***
,21***
,37***
,35***
,23***
,37***
,20**
,34***
,16*
,32***
,43***
,42***
,40***
,53***
,40***
,53***
,33***
,37***
,50***
,53***
,47***
,50***
,35***
,53***
,40***
,31***
,47***
,47***
,41***
,54***
,41***
,53***
,34***
Index Psi ,48*** ,39*** ,60*** ,63*** ,62***
* p < .05;**p < .005; ***p < .001
(1) Experiencia Fuera del Cuerpo.

La H2 predice que se encontrará una correlación positiva y significativa entre la frecuencia de experiencias paranormales y la Satisfacción Existencial, lo cual se confirmó (rs= .14; Sig.= .02), Esta significación se replicó para Sueños Premonitorios (rs= .22; Sig.= .001), Percepción Extrasensorial (rs= .14; Sig.= .01), Sanar a distancia (rs= .27; Sig. < .001) y para uno de los factores de Satisfacción Existencial (Autotrascendencia rs= .15; Sig. = .01) (ver Tabla 3).


TABLA 3:
CORRELACION ENTRE FRECUENCIA DE EXPERIENCIAS PARANORMALES CON SATISFACCIÓN EXISTENCIAL
1. Auto-distanciamiento 2. Auto-trascendencia 3. Libertad 4. Responsabilidad Satisfacción Existencial
1. Sueños Premonitorios
2. Percepción Extrasensorial
3. Ver el Aura
4. EFC(1)
5. Experiencia Mística
6. Sensación de Presencia
7. Sanar a distancia
9. Oir voces / Ver apariciones
,06
,07
,04
,10
,05
,03
,19**
-,01
,19**
,16**
,14*
,12*
,04
,02
,23***
,08
,22***
,12
,06
,07
,02
-,01
,21***
,04
,20**
,10
,11
,05
,04
-,02
,24***
,02
,22***
,14**
,12
,11
,05
,01
,27***
,05
Index Psi ,08 ,15** ,09 ,09 ,14**
* p < .05; **p < .005; ***p < .001
(1) Experiencia Fuera del Cuerpo.

La H3 predice que se encontrará una correlación positiva y significativa entre Inteligencia Espiritual y Satisfacción Existencial, la cual se confirmó (rs= .20; Sig.= .002), la cual se replicó para todas las escalas de ambos instrumentos (ver Tabla 4).


TABLA 4:
CORRELACION ENTRE INTELIGENCIA ESPIRITUAL CON SATISFACCIÓN EXISTENCIAL
1. Auto-distanciamiento 2. Auto-trascendencia 3. Libertad 4. Responsabilidad Satisfacción Existencial
1.Pensamiento Crítico Existencial
2.Producción de Significado Personal
3.Consciencia Trascendental
4.Expansión de Estado Consciente
,04
,19***
,15*
,14*
,05
,37***
,20**
,18**
,04
,32***
,16**
,16**
-,01
,26***
,12
,13*
,04
,34***
,19***
,19**
Inteligencia Espiritual ,13* ,21*** ,18*** ,13* ,20**
* p < .05; **p < .005; ***p < .001

Se llevó a cabo un análisis de las principales características demográficas de la muestra, como Género, Ingresos Económicos, Espiritualidad y Edad, Religión y Estado Marital. Aunque no se encontraron diferencias de Género, sin embargo, se encontraron correlaciones positivas y significativas entre Index Psi con Espiritualidad (rs= .46; Sig. < .001), Satisfacción Existencial con Ingresos (rs= .14; Sig. = .02), Espiritualidad (rs= .20; Sig. = .002), y Edad (rs= .21; Sig. = .002), e Inteligencia Espiritual con Espiritualidad (rs= .57; Sig. < .001), y Edad (rs= .15; Sig. = .01) (ver Tabla 5).


TABLA 5:
CORRELACION DE INGRESOS ECONOMICOS, ESPIRITUALIDAD Y EDAD CONEXPERIENCIA PARANORMAL,
INTELIGENCIA ESPIRITUAL Y SATISFACCIÓN EXISTENCIAL
Ingresos(1) Espiritualidad(2) Edad
Index Psi
Satisfacción Existencial
Inteligencia Espiritual
-,13*
,14*
-,10
,46***
,20***
,57***
,08
,21**
,15**
* p < .05; **p < .005; ***p < .001
(1) Muy por debajo de lo aceptable para vivir (1) a Muy por encima de lo aceptable para vivir (4).
(2) No soy espiritual (1) a Soy extremadamente espiritual (5).                                                        


Además, se reagrupó la variable Religión en tres grupos: (1) “Religioso” (Católico + Judío), (2) New Age/Orientalismo", y (3) “Ateo/Agnóstico (no creyente)”, y luego, se comparó las variables Index Psi, Inteligencia Espiritual y Satisfacción Existencial. Se encontró que aquellos que participan en New Age/Orientalismo puntúan más alto en Index Psi (p < .001) e Inteligencia Espiritual (p < .001) en comparación con los Religiosos y Ateos (ver Tabla 6).


TABLA 6.
COMPARACION ENRELIGION CONEXPERIENCIA PARANORMAL, INTELIGENCIA ESPIRITUAL Y SATISFACCIÓN EXISTENCIAL
Religioso
(n= 94)
New Age / Orientalismo
(n= 85)
Ateo / Agnóstico
(no creyente)
(n= 21)
Variables Media DT Media DT Media DT X2 (1) Sig.
Index Psi
Inteligencia Espiritual
Satisfacción Existencial
9,17
46,70
88,57
5,455
18,692
17,817
12,46
58,07
87,75
5,74
18,52
20,77
6,62
35,38
84,95
4,59
14,39
13,82
25,22
29,42
1,36
< .001
< .001
n.s.
(1) H de Kruskal Wallis.



CONCLUSIONES

El objetivo general de este estudio fue evaluar la frecuencia de experiencias paranormales y su relación con la inteligencia espiritual y el nivel de satisfacción existencial, más específicamente, relacionar la frecuencia de experiencias paranormales con la inteligencia espiritual, relacionar la frecuencia de experiencias paranormales con la satisfacción existencial, relacionar la inteligencia espiritual con la satisfacción existencial, y analizar diferencias de género, ingresos económicos, espiritualidad y edad, religión y estado marital en relación con la experiencia paranormal, la inteligencia espiritual y la satisfacción existencial. Los resultados indican que un amplio porcentaje de los encuestados reportó al menos una experiencia (95%), siendo la Sensación de Presencia (75%), la experiencia más común, seguido de experiencias místicas, sueños premonitorios, y percepción extrasensorial. Los resultados indican que la inteligencia espiritual es un fuerte predictor de la experiencia paranormal, y aunque la relación con la satisfacción existencial también quedo confirmada, esta significación sólo fue positiva para experiencias específicas, tales como sueños premonitorios, experiencias extrasensoriales, sanar a distancia, y la capacidad de percibir y sensibilizarse por los valores, la claridad de sentimientos, la aceptación del prójimo y el otro y el compromiso (sentir y compartir) como parte de la satisfacción existencial.

Las experiencias anómalas generan sentimiento espiritual y bienestar sugiriendo que diferentes tipos de experiencias pueden inducir efectos positivos, lejos de resultar perturbadoras. El hecho de que las experiencias paranormales produzcan reacciones positivas es importante para el campo de la psicología positiva, ya que demuestra que una experiencia paranormal puede contribuir a la capacidad del individuo para resolver cuestiones de significado y valor existencial y sobretodo espiritual. Aquellas personas que han pasado por experiencias paranormales, sean o no perturbadoras en naturaleza, podrían estar dotadas de estrategias más adaptativas frente a eventos anómalos, o inexplicables en principio. La inteligencia espiritual podría ser adaptativa para aquellos que buscan un significado a su vida espiritual. En efecto, aquellas personas que practican Yoga, meditación, recuerdan sueños, o tienen un vida mental más rica en fantasía comparten un contexto más amplio de significado frente a experiencias que acompañan su estilo de vida espiritual; es decir, una forma de “evidencia” que confirma el sentido y el valor de sus prácticas religiosas y/o espirituales. Estas experiencias pueden ser vistas como una señal que reafirma la congruencia entre sus creencias y sus prácticas espirituales.

En otras palabras, las experiencias paranormales podrían ser vistas como una prueba de existencia de una realidad trascendente; una confirmación de aquello intangible, o rara vez accesible u ominoso. La frecuencia con que estas experiencias se presentan flexibilizaría el sentido o propósito del mundo compartido con su creencia espiritual y sentido de la vida. Por ejemplo, una Experiencia Cercana a la Muerte no sólo puede resignificar positivamente el sentido de la vida (satisfacción existencial), sino también reforzar las teorías de una vida posmortem (inteligencia espiritual), y esto a su vez resignificar sus valores intra- e inter-personales y espirituales, o disminuir el miedo a la muerte (Greyson, 1992, 1993, 1996). Las experiencias de comunicación después de la muerte (por ejemplo, apariciones, oir voces, y “sensación de presencia”) pueden ser útiles para reforzar los lazos con las personas fallecidas en viudo/as que han perdido sus cónyuges o padres que han perdido hijos (Cooper, 2016; Steffen, Wilde, & Cooper, 2017; Yoffe, 2012a, 2012b), las experiencias de sanación a distancia pueden revelar la capacidad del individuo por promover el bienestar y la salud emocional y espiritual de los otros (posiblemente mediatizado por la empatía, nver Parra 2018). Además, aquellos que descubren la habilidad de “salir de sus cuerpos” (EFC), tienen mayor control sobre futuras experiencias y mejores recursos cognitivos para preguntarse si las fronteras del yo van más allá de los límites establecidos (ver Alvarado, 2013; Craffert, 2015), y aquellas personas con experiencias psi espontaneas (por ej. telepatía o premoniciones, ver Dossey, 2014) podrían resignificar los vínculos con sus seres queridos y la no-linealidad del tiempo (Parra, 2015). Aquellos que dicen tener bajo control tales habilidades, por ejemplo, psíquicos, médiums y otros sensitivos también podrían resignificar un estilo de vida solidario con personas que buscan respuestas a sus aflicciones (Parra, 2011). Finalmente, las experiencias místicas también podrían ser útiles para aquellos involucrados en grupos religiosos o para sentirse acompañados positivamente por sus deidades, seres o guías espirituales (Cooper, 2016).

Aquellos que son más “inteligentes” espiritualmente podrían sencillamente ser más hábiles para afrontar experiencias anómalas, resignificarlas y evitar que éstas resulten atemorizantes o carentes de control; pueden ser un recurso útil para tomar decisiones en términos del significado de tales experiencias o en el contexto de prácticas espirituales (como meditar u orar), hacer juicios sobre problemas existenciales o resolver problemas cotidianos. Por ejemplo, los estudios de Parra (2008) también sugieren que estas experiencias pueden estar asociadas a efectos secundarios mucho más positivos o saludables que perturbadores. Posiblemente, tener un sistema de creencias/experiencias paranormales pueda actuar como mecanismo protector, permitiendo aceptar y explicar tales experiencias, mientras que aquellos sin este recurso o con déficit cognitivo (por ej. esquizoides) serían más vulnerables a la perturbación emocional que puede desencadenar un evento anómalo o inexplicable.

Otro resultados de este estudio es que –aun que no se encontraron diferencia de género– se observó que aquellos con más experiencias tendían a mostrar mayor espiritualidad, y que la satisfacción existencial estaba relacionada con una situación económica mejorada. Tanto la satisfacción existencial como la inteligencia espiritual aumentaban también en relación con la edad, esto es, los adultos tendían a mostrar mayor satisfacción existencial e inteligencia emocional que los jóvenes. Además, aquellos que compartían creencias no convencionales (New Age / Orientalismo) tendían a mostrar más inteligencia espiritual que los ateos, e incluso más que los practicantes de las religiones convencionales. Es posible que aquellos que siguen una vía de prácticas espirituales menos sujeta a dogmas y valores tradicionales tengan más adaptabilidad y capacidad para afrontar y resolver conflictos religiosos que aquellos sujetos a dogmas religiosos. Finalmente, la inteligencia espiritual parece menos comprometida con la vida marital que aquellos que conviven con sus cónyuges u otros familiares, para quienes el afrontamiento espiritual adhiere a un estilo de vida menos mundano que lo que exige la vida de compromisos sociales.


DISCUSIÓN

Los datos que este estudio revelan que hay situaciones particulares en donde la inteligencia espiritual demuestra ser altamente adaptativa. Por ejemplo, la neurosis existencial se "caracteriza por la creencia en que la vida no tiene sentido" (Maddi, 1967, p. 313). Del mismo modo, un vacío existencial puede resultar en una pérdida de significado de la vida o una "frustración de la voluntad de significado" (Frankl, 1969, p. 45). Tales crisis existenciales pueden ser el resultado del aislamiento, la inevitabilidad de la muerte (Yalom, 1980), el trauma y el dolor (Goddard, 2004), un cambio cultural y la pérdida del empleo (Hilpert, 1987). Niveles altamente desarrollados de pensamiento crítico existencial y producción de significado personal resultan particularmente valiosos, ya que facilitan tanto la llegada de la crisis como la creación de significado dentro de su contexto, evitando que muchas crisis potencialmente emerjan. Maddi (1967) sugirió que una posible fuente de neurosis existencial es una identidad premórbida, en la cual "la persona [se considera] a sí misma como nada más que una encarnación de necesidades biológicas" (p. 315), una convicción que queda inhibida –si no totalmente prevenida– por la percepción de un yo trascendente.


REFERENCIAS

Alvarado, Carlos S. (2013). Psychic phenomena and the mind-body problem. Historical notes on a neglected conceptual tradition. Revista de Psiquiatría Clínica, 40(4), 157-161.

Bem, D.J. &Honorton, C. (1994). Does psi exist? Replicable evidence for an anomalous process of information transfer. Psychological Bulletin, 115, 4-18.

Boado de Landaboure, N. B. (2001). Escala Existencial: Manual introductorio. Buenos Aires: Dunken.

Borysenko, J. (1993). Fire in the Soul: A new psychology of spiritual optimism. New York: Warner Books.

Cardeña, E.; Krippner, S. & Lynn, S.J. (Eds.) (2014). Varieties of Anomalous Experience: Examining the scientific evidence, Second edition. Washington, DC: American Psychological Association.

Cook, A. S., & Oltjenbruns, K. A. (1982). A cognitive developmental approach to death education for adolescents. Family Perspective, 16, 9-14.

Cooper, C. (2016). The therapeutic nature of anomalous events. A union of positive psychology and parapsychology. En M.D. Smith, & P. Worth (Eds.) 2nd Applied Positive Psychology Symposium. Proceedings of Presented Papers.

Craffert, P. (2015). Do out-of-body and near-death experiences point towards the reality of nonlocal consciousness? A critical evaluation. Journal for Transdisciplinary Research in Southern Africa, 11(1), 1-20.

Dossey, L. (2014). El poder de las premoniciones: Conocer el futuro puede cambiar nuestra vida. Lleida: Milenio.

Emmons, R. A. (2000a). Is spirituality an intelligence? Motivation, cognition, and the psychology of ultimateconcern. International Journal for the Psychology of Religion , 10, 3-26.

Emmons, R. A. (2000b). Spirituality and intelligence: Problems and prospects. The International Journal for the Psychology of Religion, 10, 57-64.

Evans, E. M., & Wellman, H. M. (2006). A case of stunted development? Existential reasoning is contingent on a developing theory of mind. Behavioral and Brain Sciences, 29, 471-472.

Gackenbach, J., & Hunt, H. T. (1992). Lucid dreaming as a transpersonal (meditational) state: A potential distinction from dream-work methods. Journal of Mental Imagery, 16(1-2), 97–102.

Gardner, H. (1993). Multiple intelligences: The theory in practice. New York, NY: Basic Book.

Gardner, J., Larson, D. B., & Allen, G. D. (1991). Religious commitment and mental health: A review of the empirical literature. Journal of Psychology and Theology, 19, 6-25.

Goddard, N. C. (2004). Metamorphosis: Spiritual transformation as response to suffering and trauma. Dissertation Abstracts International: Section B: The Sciences and Engineering, 65, 156.

Gómez Montanelli, D. & Parra, A. (2004). A clinical approach to the emotional processing of anomalous/paranormal experiences in group therapy. Journal of the Society for Psychical Research, 68.3, 876, 129-142.

Gómez Montanelli, D. & Parra, A. (2005). ¿Las Experiencias Paranormales son psicológicamente perturbadoras? Una encuesta comparando estudiantes universitarios y aficionados a temas paranormales. Revista Interamericana de Psicología, 39 (2), 285-294.

Greyson, B. (1992). Reduced death threat in near-death experiencers. Death Studies, 16, 523-536.

Greyson, B. (1993). Near-death experiences and anstisuicidal attitudes. Omega, 26(2), 81-89.

Greyson, B. (1996). The near death experience as a transpersonal crisis. En B. W. Scotton, J.R. Battista, & A. Chinen (Eds.) Textbook of Transpersonal Psychiatry and Psychology (pp. 302-315). New York. Basic Books.

Hamel, S., Leclerc, G., & Lefrançois, R. (2003). A psychological outlook on the concept of transcendent actualization. International Journal for the Psychology of Religion, 13, 3-15.

Hay, D., & Nye, R. (1998). The spirit of the child. London, UK: Fount/HarperCollins.

Helminiak, D. A. (1984). Neurology, psychology, and extraordinary religious experiences. Journal of Religion and Health, 23, 33-46.

Helminiak, D. A. (1987). Spiritual development: An interdisciplinary study. Chicago, IL: Loyola University Press.

Holmes, D. S., Solomon, S., Cappo, B. M., & Greenberg, J. L. (1983). Effects of transcendental meditation versus resting on physiological and subjective arousal. Journal of Personality and Social Psychology, 44, 1245-1252.

Kennedy, J. E., Kanthamani, H. & Palmer, J. (1994). Psychic and spiritual experiences, health, well-being, and meaning in life. Journal of Parapsychology, 58, 353-383.

Kennedy, J.E. & H. Kanthamani, H. (1995). An exploratory study of the effects of paranormal and spiritual experiences on peoples' lives and well-being. Journal of the American Society for Psychical Research, 89, 249-265.

King, D.B., DeCicco, D.B. (2009). A viable model and self-report measure of spiritual intelligence. International Journal of Transpersonal Studies, 28(1), 68–85.

King, D. B. Mara, C, & DeCicco, T. L. (2012). Connecting the spiritual and emotional intelligences: Confirming an intelligence criterion and assessing the role of empathy. International Journal of Transpersonal Studies, 31, 11-20.

Koenig, H. G. (1990). Research on religion and mental health in later life: A review and commentary. Journal of Geriatric Psychiatry, 23, 23 53.

Längle, A. (2004). Psicoterapia analítico-existencial de los trastornos depresivos. Revista Chilena de Neuro-Psiquiatria, 42(3), 195-206.

Larson, D. B., Sherrill, K. A., Lyons, J. S., Craige, F. C., Thielman, S. B., Greenwold, M. A., & Larson, S. S. (1992). Associations between dimensions of religious commitment and mental health reported in the American Journal of Psychiatry and Archives of General Psychiatry: 1978 1989. American Journal of Psychiatry, 14, 557 559.

Lehmann, D., Faber, P. L., Achermann, P., Jeanmonod, D., Gianotti, L. R. R., & mLove, P. G. (2002). Comparing spiritual development and cognitive development. Journal of College Student Development, 43, 357.

Maddi, S. R. (1967). The existential neurosis. Journal of Abnormal Psychology, 72, 311-325.

Mascaro, N., & Rosen, D. H. (2005). Existential meaning’s role in the enhancement of hope and prevention of depressive symptoms. Journal of Personality, 73, 985-1014.

Mayer, J. D. (2000). Spiritual intelligence or spiritual consciousness? The International Journal for the Psychology of Religion, 10, 47-56.

Milton, J. (1992). Effects of "paranormal" experiences on people's lives: An unusual survey of spontaneous cases. Journal of the Society for Psychical Research, 58, 314 323.

Noble, K. D. (2000). Spiritual intelligence: A new frame of mind. Spirituality and Giftedness, 9, 1-29.

Parra, A. (2003). Fenómenos paranormales: Una introducción a los eventos sorprendentes. Buenos Aires: Kier.

Parra, A. (2006). Psicología de las Experiencias Paranormales: Introducción a la teoría, investigación y aplicaciones terapéuticas. Buenos Aires: Akadia.

Parra, A. (2008). Efectos de las experiencias espirituales/paranormales en la vida de las personas y su bienestar psicológico. Revista Argentina de Clínica Psicológica, 17 (3), 233-244.

Parra, A. (2011). ¿Qué es… Sensibilidad Psíquica? Buenos Aires: Longseller.

Parra, A. (2015). Personality traits associated with premonition experience: Neuroticism, extraversion, empathy, and schizotypy. Journal of the Society for Psychical Research, 79.1, (918), 1-10.

Parra, A. (2018). Empatía cognitiva y emocional en relación con cinco experiencias paranormales. Revista de Ciencias Sociales, 4 (1), 95-106.

Parra, A. & Argibay, J.C. (2013). Anomalous remote diagnosis: Mental and motor psi impressions under iconic representation of the person-target.Journal of Parapsychology, 77, 123-130.

Parra, A. & Argibay, J.C. (2013). A free-response ESP test in two hypnotic susceptibility groups: A pilot study. Australian Journal of Parapsychology, 13 (1), 27-35.

Parra, A. & Corbetta, J. (2013). Experiencias paranormales y su relación con el sentido de la vida. Liberabit, 19 (2), 251-258.

Piechowski, M. M. (2001). Childhood spirituality. Journal of Transpersonal Psychology, 33, 1-15.

Steffen, E., Wilde, D. & Cooper, C. E. (2017). Affirming the positive in anomalous experiences: a challenge to dominant accounts of reality, life and death. En N.J. Brown, T. Lomas, y F.J. Eiroa-Orosa, (eds.). The Routledge International Handbook of Critical Positive Psychology (pp. 227-244). London: Routledge.

Sternberg, R. J. (1997). The concept of intelligence and its role in lifelong learning and success. American Psychologist, 52, 1030-1037.

Tornstam, L. (2005). Gerotranscendence: A developmental theory of positive aging. New York, NY: Springer.

Vaughan, F. (2002). What is spiritual intelligence? Journal of Humanistic Psychology, 42 (2), 16-33.

White, R. A. (1995). Exceptional human experiences and the experiential paradigm. ReVision, 18, 18-25.

Yalom, I. (1980). Existential psychotherapy. NewYork, NY: Basic Books.

Yoffe, L. (2012a). La religión y la espiritualidad en los duelos desde la visión de la psicología positiva. En M.M. Casullo (Ed). Simposio de Psicologia Positiva, 4, 83-116.

Yoffe, L (2012b). Beneficios de las practicas religiosas/espirituales en el duelo. Avances en Psicología Latinoamericana, 20(1), 9-29.


*Natalia Ribilla es psicóloga graduada por la Universidad Abierta Interamericana. Se desempeñó como Agente de Propaganda Medica (APM) para el Instituto EPPA de Quilmes. Sus areas de interés son la psicología clínica del niño y el adolescente. El presente artículo es una versión abreviada de sus tesis de pre-grado en psicología.




subir

      Investigación II

Madelaine Lawrence
Madelaine Lawrence
madlawren@yahoo.com


EXPERIENCIAS CERCANAS A LA MUERTE Y OTRAS EXPERIENCIAS TRANSPERSONALES QUE OCURREN DURANTE EVENTOS CATASTRÓFICOS*

Madelaine Lawrence**


INTRODUCCIÓN

Hasta ahora, la mayoría de las narraciones acerca de experiencias cercanas a la muerte y otras experiencias transpersonales que rodean a la muerte provienen de personas después de una enfermedad aguda, una enfermedad terminal o durante un período de duelo después de la muerte de un ser querido. Sorprendentemente, han habido pocas descripciones de eventos transpersonales que ocurren a las personas durante sucesos catastróficos, por ejemplo, inundaciones, bombardeos, huracanes, campos de exterminio, etc. Según otras investigaciones, sabemos que millones de personas mentalmente sanas que tienen una experiencia de proximidad a la muerte tienen experiencias cercanas a la muerte (ECM; c.f. Moody, 1975; Greyson,1998), visitantes en el lecho de muerte (VLM) (Lawrence, 1997), experiencias fuera del cuerpo (OBE) asociadas a una ECM (Olson, 1988; Lawrence, 1997), comunicaciones en el lecho de muerte (CLM), (Barrett, 1926; Osis & Haraldsson, 1997), y comunicaciones después de la muerte (CDM; Guggenheim & Guggenheim, 1995; LaGrand, 1998; Haraldsson, 1988), por enumerar los sucesos más comunes. Dado que las personas involucradas en catastrófes están próximos a la muerte, es probable que experimenten eventos del estilo ECM. La pérdida de la consciencia, una ocurrencia común en eventos catastróficos, puede resultar en que sólo el 25% de los afectados tenga algún tipo de experiencia transpersonal.

Estos eventos son importantes porque permiten comprender más profundamente lo que le sucede a las personas durante estos eventos catastróficos. Raymond Moody, en su libro de 1975, que inició el estudio actual de las ECM y otros eventos transpersonales, dijo lo siguiente: Tengo la firme convicción de que este fenómeno tiene gran significado, no sólo para muchos académicos de áreas aplicadas, especialmente la psicología, la psiquiatría, la medicina, la filosofía, la teología y el ministerio pastoral, sino también para el modo en que nos movemos en nuestra vida cotidiana. (Moody, 1975, p. xxvii)

Es importante que los socorristas sepan qué decir a los heridos y a los dolientes cuando ocurren estas experiencias transpersonales. Estos eventos deben diferenciarse de indicadores de psicopatología, ya que son sucesos normales que rodean a la muerte. También es probable que no sólo la familia, sino también los encuestados experimenten reacciones de duelo y comunicaciones después de la muerte. Durante estos eventos catastróficos, muchos profesionales de la salud, policías, bomberos y voluntarios acuden en ayuda de las personas en riesgo y heridos. Las víctimas que han sobrevivido a los eventos cercanos a la muerte, sus seres queridos, los socorristas y los profesionales de la salud deben estar al tanto de estas experiencias en beneficio de sus seres queridos y de si mismos.

Este artículo contiene ejemplos de experiencias transpersonales que ocurrieron en eventos catastróficos, como la Segunda Guerra Mundial, el Holocausto, la Guerra de Vietnam y la Guerra de Irak. También descripciones del impacto en los socorristas que asistieron en el 11 de septiembre de 2001, y cómo el reconocimiento de las experiencias transpersonales que rodean la muerte puede ser de gran ayuda para ellos.


Revisión de la Literatura sobre Experiencias Cercanas a la Muerte

Desde la publicación del libro de Raymond Moody, Life after Life en 1975, se han realizado muchas investigaciones sobre las ECM. Sabemos que alrededor del 15% de las personas que se aproximan a la muerte dicen haber tenido una ECM, aunque no todas las ECM ocurren próximos a morir (Greyson, 1998).

Actualmente, Diane Corcoran, coronel retirada del ejército norteamericano y presidente de la Asociación Internacional de Estudios Cercanos a la Muerte (IANDS), está investigando las experiencias cercanas a la muerte en veteranos de guerra, ya que muchos soldados hablaron de sus ECM con ella. Debido al trauma experimentado por los soldados, Corcoran estima que más del 15% pudo haber tenido ECM.

También supo del temor que estos hombres tenían por ser acusados de locos, lo que los llevó a procesar por sí mismos estas experiencias (Cocoran, 2015). La siguiente es una lista de experiencias que pueden ocurrir durante una ECM, dependiendo del grado de profundidad de la experiencia: sentimientos de amor, calidez; ver el entorno que rodea a la persona desde una posición por encima o fuera del cuerpo; ser arrastrado hacia un túnel o algún otro lugar; ver a un ser o una luz brillante; ver un campo sembrado de hermosas flores o escuchar una música extraordinaria; experimentar una revisión de la vida; ver a sus seres queridos fallecidos; tener un conocimiento completo; experimentar una barrera (un río o un muro); y que le digan o tomar la decisión de retornar (Greyson, 1982). La investigación sobre las ECM y otras experiencias transpersonales nos demuestra que las personas a veces son reacias a hablar de estos eventos por temor a ser acusados de no estar en su sano juicio, o en el caso de los veteranos, no tener fortaleza (Sartori, 2014; Lawrence, 2015).


Percepciones verídicas

Las personas que pasaron por experiencias cercanas a la muerte (ECM) a veces pueden describir eventos, personas y objetos que no deberían conocer a causa de que su conciencia y ubicación física limitada. Ring y Lawrence (Ring, 1993) relataron que una mujer, durante un paro cardíaco, afirmó haber visto un zapato rojo en el techo del hospital. Un médico residente, curioso, subió al techo del hospital y bajó con un zapato rojo.


Visitantes en el Lecho de Muerte (VLM)

Durante una experiencia de VLM, la persona está o ha estado enferma, pero en el momento de la experiencia no estaba agonizando ni estaba gravemente enferma. Los individuos no sienten paz o amor u otras experiencias como en la EFC o el típico “túnel” en las ECM. Las VLM ocurren sólo en este plano terrenal, y consiste en ver a una persona fallecida cuyo propósito es brindar consuelo o alentar/ayudar en la transición a la otra vida. Pueden ocurrir eventos verídicos al ver a las personas fallecidas que ellos no sabían que había fallecido. Lawrence describe un VLM cuando un hombre vio a su hermana con su madre fallecida en la habitación del hospital. La hermana había estado enferma y murió, pero su muerte se mantuvo en secreto para este hombre debido a su enfermedad.


Experiencias Fuera del Cuerpo

Se estima que las experiencias extracorporales, no asociadas con una ECM, ocurren entre el 10% al 20% de la población general. Estas experiencias pueden ocurrir durante el descanso, el sueño, la enfermedad y en momentos de dolor intenso. Durante una OBE, la persona puede experimentar la vista y el sonido, pero por lo general no el tacto. En comparación con una ECM, durante una EFC, la persona no experimenta sentimientos de paz y amor, ni siente dolor. Durante la EFC, algunos también ven objetos, personas o eventos que ocurren a cierta distancia de su cuerpo físico (Alvarado, 1997; Blackmore, 1982).

Las experiencias fuera del cuerpo son consideradas como una habilidad que puede aumentar en algunos grupos, o como un síntoma de disociación para otros, particularmente los psicólogos y psiquiatras (Greyson, 2000). Lawrence y Repede (2013) en su estudio de experiencias de pacientes previamente inconscientes, que excluyó a personas con diagnóstico psiquiátrico, describe la EFC de una mujer durante su trabajo de parto. El parto había durado 12 horas y era extremadamente doloroso. De repente, la mujer estaba fuera de su cuerpo, mirando a su médico, otro médico asistente y la enfermera que le tomaba la presión arterial. Ella no sentía dolor alguno; se sentía relajada y cómoda. Nunca había visto al médico antes o después de la experiencia. Se dio cuenta que era más alto y más delgado que su médico, con una ligera calvicie en la parte superior de la cabeza.
Esa descripción fue verificada por otro médico.


Comunicaciones (y Visiones) en el Lecho de Muerte

El término CLM, a diferencia de visiones en el lecho de muerte, se usa para aquellas experiencias en quienes tienen una muerte inminente que puede implicar, no solo ver a un ser querido fallecido, sino también escuchar y sentir la presencia de alguien. Las comunicaciones en el lecho de muerte pueden ocurrir hasta un mes antes que muera una persona con una enfermedad terminal, pero lo más común es que ocurra poco antes de la muerte. Se ha demostrado que este contacto es reconfortante, a veces reduce la ansiedad a la muerte y la necesidad de medicación. La incidencia de la CLM llega al 88% en las personas con experiencias cercanas a la muerte. Las enfermeras de hospicio tuvieron un promedio de cinco pacientes al mes con estas experiencias, con una reducción concomitante de dolor y la ansiedad por la muerte (Lawrence & Repede, 2013; Mazzarino-Willett, 2010).

Muchos profesionales de la salud, policías, bomberos y voluntarios acuden en ayuda de las personas en riesgo y heridos. Las víctimas que han sobrevivido a los eventos próximos a la muerte y sus seres queridos, los socorristas, y los profesionales de la salud deben estar al tanto de estas experiencias.
Muchos profesionales de la salud, policías, bomberos y voluntarios acuden en ayuda de las personas en riesgo y heridos. Las víctimas que han sobrevivido a los eventos próximos a la muerte y sus seres queridos, los socorristas, y los profesionales de la salud deben estar al tanto de estas experiencias.

Clasificando las Reacciones Relacionadas a Desastres

Los eventos de desastres a gran escala, como el colapso de las Torres Gemelas en la ciudad de Nueva York y el huracán Katrina, revelaron la necesidad de brindar asistencia en salud mental, además de asistencia médica y servicios sociales a los sobrevivientes (Miller, 2002; Hoffpauir & Woodriff, 2008).

El estudio del impacto psicológico de la guerra y otros eventos similares, en las víctimas, supervivientes y socorristas, ahora tiene mas importancia. La angustia de los soldados durante el combate inicialmente se la conocía como nostalgia durante la Guerra Civil; luego conmoción de caparazón en la Primera Guerra Mundial, y un cambio más como fatiga de combate en la Segunda Guerra Mundial y la Guerra de Corea. Ahora, al estrés traumático por eventos catastróficos, como el combate (pero también para los desastres naturales), se lo conoce como Trastorno por Estrés Postraumático (TEPT) (Figley, 1995; Bourne, 1970).


Clasificación de las Reacciones Relacionadas con Desastres

Una de las clasificaciones recomendadas para las reacciones psicosociales a causa de los desastres son las siguientes categorías: problemas psicológicos específicos, angustia inespecífica, problemas e inquietudes de salud, problemas crónicos de vida, pérdida de recursos psicosociales y problemas específicos de la juventud. En un análisis de estudios empíricos, se encontró que el 39% de los sobrevivientes de desastres experimentaron angustia psicológica severa (Norris, Friedman, & Watson, 2002). El area de la psicología del desastre se desarrolló en dos ramas, que ofrecen apoyo emocional, orientación individual e intervenciones psicosociales comunitarias. En el modelo basado en las intervenciones en la comunidad, los trabajadores en salud mental ayudan a los líderes comunitarios y a los profesionales de la salud en lugar de brindar asistencia directa. Un concepto importante en esta área de investigación es la creencia de que una reacción de estrés a corto plazo es normal ante un evento desastroso (Horowitz & Stinson, 1991). Al brindar asesoramiento individual, se han desarrollado dos abordajes para ayudar a los sobrevivientes de desastres. Uno se centra en prevenir el desarrollo de trastornos por estrés traumático (TEPT). El otro se centra en brindar asesoramiento sobre duelo.

Según Reyes y Elhai (2004), lo más importante es que la intervención se adapte a las necesidades psicológicas de las personas en crisis, como afirman los autores:

Entre la variedad de intervenciones tempranas más comúnmente empleadas, se encuentran la intervención en crisis, la psicoeducación, el debriefing psicológico y la desactivación. Otro término popular, “primeros auxilios psicológicos,” describe el uso de técnicas de intervención en crisis por parte de no profesionales, mínimamente capacitados, dentro de la comunidad afectada. Los objetivos comunes de estas técnicas son aliviar la angustia inmediata y prevenir o minimizar el desarrollo de secuelas patológicas (p. 403)

Impacto en los encuestados

Según Scott, la primera experiencia traumática que tiene una persona es el evento de sensibilización inicial. Ese evento puede venir acompañado por eventos de refuerzo o eventos productores de síntomas. Las emociones que fueron reprimidas o no reconocidas de los eventos negativos previos, experimentados por los socorristas, se conectan a nuevas emociones creadas al cuidar a las víctimas de estos eventos catastróficos. Los profesionales y otros socorristas pueden experimentar estrés traumático porque atienden a víctimas, potenciales y reales, de estos eventos (Scott, 2011). Los términos estrés traumático secundario, estrés o fatiga por compasión y traumatización indirecta se utilizan para describir las reacciones de estrés que pueden ocurrir a aquellos que trabajan con sobrevivientes del trauma (Figley, 1995).

En un estudio que comparó a 207 trabajadores de desastres que respondieron a un accidente de avión, sus respuestas al estrés se compararon con 421 personas similares, pero no expuestas al accidente. El doble de los trabajadores expuestos a desastres (40,5%) experimentaron trastorno de estrés agudo y depresión en el intervalo de trece meses (Fullerton, Ursano & Wang, 2004).

En un estudio con 1382 socorristas, policía, bomberos, servicios médicos de emergencia y trabajadores de la ciudad, más del 25% tuvo una experiencia traumática, como ver una herida o la muerte, una herida de un amigo y una pérdida o trauma anterior, agravando la experiencia. Según los investigadores, el 10% de los encuestados tenía significativos niveles de síntomas de estrés postraumático. Las respuestas posteriores incluyeron depresión y consumo de alcohol. En este estudio longitudinal, los síntomas no habían disminuido 18 meses después (Osofsky et al., 2011). De acuerdo con las teorías sobre el manejo del terror, los investigadores encontraron que las reacciones psicológicas subyacentes a las amenazas en respuesta a un desastre provienen del miedo a la muerte (Boscarino & Adams, 2008; Pyszczynski, Greenberg & Solomon, 1999).

Kelly (2001) estudió la incidencia de la comunicación de los trabajadores de los servicios de emergencia con las víctimas fallecidas en el momento de la muerte de los heridos. De un estudio con noventa trabajadores de servicios de emergencia veteranos, el 28% indicó haber sentido una presencia o comunicación en el momento de la muerte de sus pacientes. Dado que fueron los trabajadores quienes vieron a los fallecidos, y no los moribundos, estas experiencias se consideraron After-Death Communication.


Entrevistas con Dos Agentes de la Policía de Nueva York el 11 de Septiembre del 2001

Yo llevé a cabo entrevistas con dos policías de la Ciudad de Nueva York asignados para ayudar en los ataques al World Trade Center el 11 de septiembre de 2001. Las ideas preconcebidas están entre paréntesis y a ambos individuos se les hicieron las siguientes preguntas abiertas: Describa su experiencia cuando respondió a los ataques al World Trade Center; ¿Cuál fue el impacto de esta experiencia?

Un oficial fue asignado desde el puesto de mando de Battery Park a dirigir a los civiles del área del World Trade Center poco después que impactara el avión en la primera Torre. Mientras la gente huía de los edificios, los condujo a un lugar seguro en la parte alta de la ciudad, o los heridos a centros de atención. El aire se llenó de humo. No sabía si vendrían más ataques después del impacto en la segunda torre. El policía estaba preocupado por la seguridad de sus propios hijos que estaban de excursión en la ciudad. No pudo comunicarse con ellos desde su teléfono celular. Mientras guiaba a las personas hacia un sitio seguro o para recibir asistencia médica, observó cómo se quemaban las torres y vio a una pareja tomada de sus manos, saltando desde un edificio.

Como policía de Nueva York, había presenciado muchos eventos horribles. Éste, con sus bajas masivas, incluyendo a sus compañeros oficiales, fue abrumador. Los recuerdos de ese día todavía son intensos y el daño físico del aire contaminado provocó cicatrices en su esófago y susceptibilidad a las alergias. El segundo policía de Nueva York era un veterano de Vietnam. Se ofreció como voluntario para ayudar el sábado, cuatro días después del colapso de las Torres. Su primera reacción fue el olor, que le recordó al olor a muerte que había experimentado en Vietnam. Ayudó a proteger el área alrededor de las Torres, mientras las unidades de rescate buscaban sobrevivientes y retiraban los cuerpos que pudieran encontrar. Comentó que los policías esperan ver eventos horribles, pero no los que le sucedan a miles de personas en una sola catástrofe.

Se había convertido en diácono de una iglesia y creía que las personas de fe afrontan mejor estos desastres porque tienen esperanza y tienen un propósito en sus vidas. Había perdido el miedo a morir y creía firmemente que la vida no terminaba con la muerte; que hay vida después de la muerte. Ambos policías dijeron que el alcohol es una válvula de escape común para ellos, que ven tragedias humanas horribles continuamente o en un desastre a gran escala. Algunos oficiales que conocía sufrieron TEPT después del ataque del 11 de septiembre. Ambos lloraron durante la entrevista, recordando los hechos incluso catorce años después.


Miedo a la Muerte y Experiencias Transpersonales

Está demostrado que las experiencias cercanas a la muerte y las experiencias transpersonales reducen el miedo a la muerte en quienes las tienen y, en cierta medida, en quienes investigan y están informados de estos sucesos. La creencia en una vida después de la muerte aumenta después de la exposición en aquellos que tienen estas experiencias. Tales experiencias están vinculadas al cuidado espiritual, distinto del cuidado psicológico o psicosocial. Los investigadores encontraron, a través de un análisis de múltiples estudios, que estas experiencias transpersonales brindan consuelo a quienes están a punto de morir y también a los dolientes, incluidos los trabajadores de atención de emergencia (Broadhurst & Harrington, 2018).


MÉTODO

Se realizó una búsqueda de casos de estas experiencias transpersonales en MEDLINE, a través de PubMed, Cochrane Library Central, CINAHL, fuentes de libros y el sitio web de IANDS. También se realizaron tres entrevistas fenomenológicas, una con una enfermera que tenía una ADC con su tío fallecido que murió en Auschwitz.


Definición de Evento Catastrófico

A los efectos de este artículo, un evento catastrófico se define como un incidente, natural o provocado por el hombre, que da lugar a bajas masivas.


EXPERIENCIAS TRANSPERSONALES DURANTE EVENTOS CATASTRÓFICOS

En 1969, el cabo William Vandenbush estaba en Vietnam cuando una bomba le destrozó la cara. Tuvo la experiencia de “salir de su cuerpo”, donde no sentía ningún dolor […] encontró una luz blanca llena de paz y energía.”
En 1969, el cabo William Vandenbush estaba en Vietnam cuando una bomba le destrozó la cara. Tuvo la experiencia de “salir de su cuerpo”, donde no sentía ningún dolor […] encontró una luz blanca llena de paz y energía.”



Vera Bein estaba embarazada cuando fue deportada a Auschwitz. Una noche su madre fallecida se le apareció en un sueño e impidió que Vera practicara un aborto. Ella se estuvo oculta hasta que el Ejército Rojo liberó el campamento en 1945, y ambas –madre e hija– sobrevivieron.
Vera Bein estaba embarazada cuando fue deportada a Auschwitz. Una noche su madre fallecida se le apareció en un sueño e impidió que Vera practicara un aborto. Ella se estuvo oculta hasta que el Ejército Rojo liberó el campamento en 1945, y ambas –madre e hija– sobrevivieron.



El periodista de la cadena ABC Bob Woodruff, estaba en Irak cuando estalló una bomba. Woodruff tuvo una experiencia fuera del cuerpo: “Estaba de alguna manera flotando, podía ver mi cuerpo mientras flotaba: lenta y pacíficamente, completamente sin dolor.”
El periodista de la cadena ABC Bob Woodruff, estaba en Irak cuando estalló una bomba. Woodruff tuvo una experiencia fuera del cuerpo: “Estaba de alguna manera flotando, podía ver mi cuerpo mientras flotaba: lenta y pacíficamente, completamente sin dolor.”

Experiencia Cercana a la Muerte Durante una Guerra

El cabo William Vandenbush estaba de patrulla en Vietnam en 1969 cuando cayó una bomba que le destrozó la cara y le desgarró el costado derecho. Pensando que iba a morir, se quitó la mochila y se tumbó en el suelo para estar lo más cómodo posible. Le sobrevino una sensación de paz y tranquilidad. Sintiéndose fuera de su cuerpo, entró en un pasillo oscuro. Era consciente de que estaba herido, pero ya no sentía ningún dolor ni preocupación. Después de atravesar el pasillo, se encontró con una luz blanca llena de paz y energía. Esta es su descripción de lo que sintió y vio.

Este lugar estaba lleno de la luz más blanca, pura, brillante y nítida que jamás había visto. Era absolutamente clara y limpia. Fue increíblemente cálida y amigable. Quedé asombrado. La luz era abrumadora y eclipsaba todo lo que me rodeaba. Esta hermosa Luz estaba llena de amor y bondad.

Dentro de esa increíble luz blanca brillante, todo era hermoso, todo dentro de esa luz era totalmente satisfactorio. Ese lugar estaba lleno de un amor maravilloso, amor hermoso e incondicional. (Vandenbush, 2003, p. 104)
Luego vio dos seres de luz, uno de ellos era su abuelo que estaba dispuesto a ser su escolta en ese nuevo lugar. Apareció otro ser de luz, que le dijo que tenía que regresar hasta que cumpliera su propósito y aprendiera las lecciones de su vida. Más tarde, Vandenbush trató de explicar este hecho a otros, pero al principio, nadie lo escuchaba ni se tomaba la experiencia en serio (Vandenbush, 2003).


Visitante en el Lecho de Muerte en Auschwitz

Vera Bein, una mujer judía de Hungría, y su esposo, fueron deportados a Auschwitz-Birkenau, al sur de Polonia, el 25 de mayo de 1944. Vera tenía 25 años y estaba embarazada de dos meses. En la plataforma ferroviaria, en lugar de ser enviada para las cámaras de gas, la asignaron a una obra. Trabajó en el almacén clasificando las pertenencias confiscadas de las víctimas y luego le asignaron tareas de cocina, comiendo cáscaras de papa, sopa hecha con hierba y una rebanada de pan al día.

Durante ese tiempo, la mayoría de los prisioneros padecieron de desnutrición y abusos. Las mujeres embarazadas y los bebés a veces eran golpeados, destrozados por perros e incluso quemados vivos. A ninguno se le permitió sobrevivir, excepto aquellos que participaron en experimentos médicos. Los médicos judíos practicaban abortos en secreto para salvar la vida de las mujeres embarazadas (Ritvo & Plotkin, 1998). Vera se acercó para que le hiciera un aborto. Aquí está la descripción de la visión de su madre, que se le apareció en un sueño y le dijo:

Veruska, tienes ocho meses de embarazo pero no hagas esto, porque (el bebe) está vivo y listo para parir. Cree en Dios y HaShem [El Nombre] estará contigo. Quizá ocurra un milagro. Pero no lo hagas.
Entonces Vera no aceptó que el médico le practicara un aborto y el 21 de diciembre de 1944 nació su hija Ángela. La bebé era demasiado pequeña y estaba muy débil para llorar, pero podía mamar. Ella se mantuvo oculta hasta que las tropas del Ejército Rojo liberaron el campamento el 27 de enero de 1945. Tanto la madre como su hija sobrevivieron por muchos años (Heinrich, 2015).


Las Experiencias Fuera del Cuerpo en la Guerra de Irak

El presentador de noticias de la cadena ABC, Bob Woodruff, estaba en Irak cuando una bomba en la carretera explotó cerca de él y le hirió el cráneo. Perdió el conocimiento por poco tiempo:

Recuerdo inmediatamente que en ese momento vi mi cuerpo flotando por encima de mí y una especie de nube blanca, suave, que no brillaba, me daba paz y me envolvía. Estaba de alguna manera flotando, podía ver mi cuerpo mientras flotaba: lenta y pacíficamente, completamente sin dolor.
Comunicación Después de la Muerte Durante la Primera Guerra Mundial

Will Bird fue un escritor canadiense que se alistó en el ejército después de la muerte de su hermano menor, Steve, también soldado, asesinado en Francia. En dos de sus libros, And We Go On [Y nosotros seguimos] (1938) y Ghosts Have Warm Hands [Los fantasmas tienen manos cálidas] (1968), describe múltiples experiencias de encuentro con su hermano Steve, durante la Primera Guerra Mundial. Cierta vez, Steve despertó a Will y le hizo la seña de que saliera del refugio subterráneo donde estaba descansando. Will se movió hacia una casa en ruinas cerca buscando otro lugar seguro. Por la mañana, se enteró que el refugio en el que había estado durmiendo había sido alcanzado por un proyectil (Bird, 2014; Bird, 1968).


Comunicacione Posterior a la Muerte en una Víctima del Holocausto

En 1971, a sus 14 años, una enfermera visitó Auschwitz con sus padres. Su madre y su hermano nacieron en Polonia. Miembros de las SS capturaron a su hermano quien había sido prisionero por sus actividades en el movimiento de la resistencia. Murió en Auschwitz a la edad de 21 años, en 1943.

Cuando esta enfermera y sus padres estaban en Auschwitz, el hermano de su madre se apareció dos noches consecutivas. Parecía tener la misma edad que cuando fue enviado a Auschwitz. Dijo que era muy guapo y tenía una hermosa sonrisa y una bonita cabellera. En ambos “encuentros”, su tío estaba vestido con camisa blanca y tirantes. Le puso la mano en el hombro, sonrió, y con voz suave le dijo que estaba feliz y que nadie debería seguir preocupándose ni preguntando por él. Le pidió que le dijera a su familia que estaba bien. Su madre confirmó que sí tocaba el acordeón, pero que no recordaba que usara tirantes.


Comunicaciones en el Lecho de Muerte

No se encontraron experiencias de este tipo durante los eventos catastróficos después de una búsqueda exhaustiva. Es muy probable que ocurran debido a la alta incidencia de estos eventos, pero no se reportan.


Durante la Primera Guerra Mundial, Will Bird, un escritor canadiense y autor de <I>Ghosts Have Warm Hands</I>, describió múltiples “experiencias de encuentro” con Steve, su hermano fallecido. Una noche, su hermano apareció y le hizo huir de su refugio. Por la mañana, se enteró que aquel refugio donde había estado durmiendo, había sido alcanzado por un proyectil.
Durante la Primera Guerra Mundial, Will Bird, un escritor canadiense y autor de Ghosts Have Warm Hands, describió múltiples “experiencias de encuentro” con Steve, su hermano fallecido. Una noche, su hermano apareció y le hizo huir de su refugio. Por la mañana, se enteró que aquel refugio donde había estado durmiendo, había sido alcanzado por un proyectil.

CONCLUSIONES

Las experiencias cercanas a la muerte y las experiencias transpersonales relacionadas con la muerte han sido bien investigadas, particularmente en los últimos cuarenta años. No hay duda de que estas experiencias les ocurren a millones de personas, mentalmente sanas. En la literatura sobre cuidados paliativos y en los hospicios existe también bastante evidencia de que estas experiencias a veces reducen la ansiedad de los murientes y disminuyen el proceso de duelo en sus familiares. También hay evidencia de que estos sucesos no representan psicopatología, sino más bien una típica experiencia espiritual, normal, de proximidad a la muerte. Es fundamental que estas experiencias en los eventos catastróficos, se investiguen a fondo para ayudarnos a comprender mejor lo que les ocurre a las víctimas, los sobrevivientes y los trabajadores de desastres a nivel personal y espiritual.

Cuando vemos las imágenes de médicos, enfermeras, soldados, bomberos y policías, se nos presenta como hombres y mujeres fuertes, capaces y, muchas veces, intrépidos. Todos ven sucesos horribles durante su actividad laboral pero no siempre es fácil de procesar emocionalmente. Cuando esos eventos ocurren a un gran número de personas, incluso a sus compañeros, el nivel estrés puede ser abrumador.

Hasta ahora, las investigaciones sobre las experiencias transpersonales en torno a la muerte no están incluídas en los programas de capacitación para los trabajadores de primeros auxilios en casos de desastre, aunque sabemos que estas experiencias transpersonales pueden servir como consuelo no sólo a los murientes sino también a los socorristas (Guggenheim, 1995; Mazzarino-Willett, 2010; Lawrence & Repede, 2013). Es importante que los socorristas reconozcan estas experiencias y eviten clasificarlas como signos de enfermedad mental.

Los profesionales de cuidados paliativos y hospicios se encuentran en una posición privilegiada para dar asistencia directa e indirecta a las víctimas de desastres, sus familias y a los socorristas. Los profesionales de la salud en cuidados paliativos y los hospicios ven a estas experiencias transpersonales cuando atienden a sus pacientes. Estas experiencias pueden ser educativas para los empleados de la EMS y para la policía que suelen responder a estos desastres. Las familias de las víctimas en duelo retornan a sus comunidades sin saber dónde encontrar apoyo. Muchos hospicios ofrecen grupos de apoyo abiertos para superar el duelo y las víctimas de desastres deben estar al tanto sobre estos grupos.

Los eventos catastróficos traen consigo miedo, ansiedad, dolor, daño psicológico y pérdida. La investigación sobre las experiencias transpersonales que ocurren durante estas catastrófes y el apoyo y la educación sobre todos estos sucesos para los sobrevivientes y para quienes brindan asistencia y atención de emergencia van a agregar esperanza, consuelo y comprensión en torno a estas experiencias humanas excepcionales (Moody, 1975; Ring, 1980; Lawrence, 2015).


REFERENCIAS

Alvarado, C.S. (1997). Mapping the characteristics of out-of-body experiences. Journal of the American Society for Psychical Research, 91, 15-32.

Barrett, W. (1926/2011). Deathbed Visions: How the dead talk to the dying. Guildford, UK: White Crow Books.

Bird W. (2014). And we go on: A memoir of the great war. Montreal, Canada: Mcgill-Queens University Press: Reprint edition.

Bird, W. (1968). Ghosts have warm hands: A memoir of the Great War, 1916-1919. Ottawa, ON: CEF Books.

Blackmore, S.J. (1982). Beyond the Body: An investigation of out-of-body experiences. London, UK: Heinemann.

Boscarino, J.A. & Adams, R.E. (2008). Overview of findings from the World Trade Center disaster outcome study: Recommendations for future research after exposure to psychological trauma. International Journal of Emerging Mental Health, 10(4), 275-290.

Bourne, P.G. (1970). Military psychiatry and the Viet Nam experience. American Journal of Psychiatry, 127(4), 481-488.

Broadhurst, K. & Harrington, A.A. (2018). Thematic literature review: The importance of providing spiritual care for end-of-life patients who have experienced transcendence phenomena. American Journal Hospital Palliative Care, 35(3), 478-491.

Cocoran, D. (2015). The near-death experience. Moon Magazine. http://moonmagazine.org/diane-corcoran-the-near-death-experience-2013-11-02/

Fenwick, P, Brayne, S. (2010). End-of-life experiences: reaching out for compassion, communication, and connection-meaning of deathbed visions and coincidences. American Journal of Hospital and Palliative Care, 28(1), 7-15.

Figley, C.R. (1995). Compassion Fatigue: Secondary traumatic stress disorders from treating the traumatized. New York, NY: Brunner/Mazel.

Fullerton, C.S., Ursano, R.J., & Wang, L. (2004). Acute stress disorder, posttraumatic stress disorder, and depression in disaster or rescue workers. American Journal of Psychiatry, 161(8), 1370-1376.

Grant, P., Wright, S., Depner, R., & Luczkiewicz, D. (2014). The significance of end-of-life dreams and visions. Nursing Times, 110(28), 22-24.

Greyson, B. (1982). Near-death studies, 1981-1982: A review. Anabiosis, 2, 150-158.

Greyson, B. (1998). The incidence of near-death experiences. Medical Psychiatry, 1, 92-99.

Greyson, B. (2000). Dissociation in people who have near-death experiences: Out of their bodies or out of their minds? Lancet, 355(9202), 460-463.

Guggenheim, B. & Guggenheim, J. (1995). Hello from heaven. New York, NY: Bantam Books.

Haraldsson, E. (1988). Survey of claimed encounters with the dead. Omega, 19(2), 103-113.

Heinrich, J. (2015). Born in Auschwitz: A woman’s miraculous birth in the heath camp of Auschwitz. Holocaust Studies. Web site. http://www.aish.com/ho/p/48952026.html

Hoffpauir, S.A. & Woodriff, L.A. (2008). Effective mental health response to catastrophic events: lessons learned from Hurricane Katrina. Family, Community and Health, 31(1), 17-22.

Horowitz, M.J., Stinson, C. & Field, N. (1991). Natural disasters and stress response syndromes. Psychiatry Annals, 21(9), 556-562.

Jacobs, G. (1995). The development of a national plan for disaster mental health. Professional Psychology Research Practice, 26(6), 543-549.

Kelly, R.E. (2001). Post mortem contact by fatal injury victims with emergency service workers at the scenes of their death. Journal Near-Death Studies, 21(1), 25-33.

LaGrand, L.E. (1998). After death communication. Woodbury, MN: Llewellyn Publications.

Lawrence, M. (1997). In a world of their own experiencing unconsciousness. Westport, NY: Praeger.

Lawrence M. (2015). The death view revolution: A guide to transpersonal experiences surrounding death. Guilford, UK: White Crow Books.

Lawrence, M. (2015). Two New York city policemen. Phenomenological interview [Publicación privada].

Lawrence, M. & Repede, E. (2013). Incidence of death-bed communications and their impact on the dying experience. American Journal of Hospital and Palliative Care, 30(7), 632-639.

Mazzarino-Willett, A. (2010). Deathbed phenomena: its role in peaceful death and terminal restlessness. American Journal of Hospital and Palliative Care, 27(2), 127-133.

Miller, L. (2002). Psychological interventions for terroristic trauma: symptoms, syndromes and treatment strategies. Psychotherapy: Theory, Research and Practice Train, 39(4), 283-296.

Moody, R. (1975). Life After Life. New York, NY: Mockingbird Books.

Lawrence M, Repede E. (2013). Incidence of deathbed communications and their impact on the dying experience. American Journal of Hospital and Palliative Medicine, 30(7), 632-639.

Norris, F.H., Friedman, M.J., & Watson, P.J. (2002). 60,000 disaster victims speak: Part II. Summary and implications of the disaster mental health research. Psychiatry, 65(3), 240-260.

Olson, M. (1988). Incidence of out-of-body experiences in hospitalized patients. Journal of Near-Death Studies, 6(3), 169-174.

Monroe, R. (1977). Journeys out of the body. Norwell, MA: Anchor Press.

Osis, K. (1961). Deathbed observations by physicians and nurses. New York, NY: Parapsychology Foundations.

Osis, K. (1997). Haraldsson E. At the Hour of Death. Norwalk, CT: Hastings House.

Osofsky, H.J., Osofsky, J.D., Arey, J., Kronenberg, M.E., Hansel, T., & Many, M. (2011). Hurricane Katrina’s first responders: The struggle to protect and serve in the aftermath of the disaster. Disaster Medical & Public Health, 5(2), 214-219.

Pyszczynski, T., Greenberg J, & Solomon, S. (1999). A dual-process model of defense against conscious and unconscious death-related thoughts: An extension of terror management theory. Psychological Review, 106(4), 835-845.

Reyes, G. & Elhai, J. (2004). Psychosocial interventions in the early phases of disaster. Psychotherapy: Theory, Research and Practice Train, 41(4), 399-411.

Ring, K. (1980). Life at Death: A scientific investigation of the near-death experience. New York, NY: Coward, McCann & Geoghegan.

Ring, K. & Lawrence, M. (1993). Veridical perceptions during near-death Experiences. Journal of Near-Death Studies, 7, 107-120.

Ritvo, R.A. & Plotkin, D.M. (1998). Sisters in sorrow. College Station, TX: Texas A&M.

Sartori, P. (2014). Wisdom of near death experiences: How understanding NDEs can help us live more fully. London, UK: Watkins Publishing.

Scott, J.A. (2011). The handbook of brief psychotherapy by hypnoanalysis. Bloomington, IL: Author House.

Vandenbush, B. (2003). If morning never comes. Eagan, MN: The Old Hundred and One Press.

Woodruff, L. (2007). In an Instant: A family’s journey of love and healing. New York, NY: Random House.



*Una versión abreviada del presente artículo fue publicada originalmente por la revista American Journal of Hospice & Palliative Medicine en 2016 [https://journals.sagepub.com/doi/10.1177/1049909116631298] bajo el título Near-death and other transpersonal experiences occurring during catastrophic events. Agradecemos a Sage Publications su permiso para la version en español. Traducida del inglés por Alejandro Parra.

**Madelaine Lawrence es escritora, investigadora médica, educadora, consultora en hipnosis y directora del sitio web https://rnceus.com/. Sus areas de interés son las experiencias de pacientes en estado de coma y sus experiencias transpersonales, el estudio prospectivo de las experiencias cercanas a la muerte, la frecuencia de las comunicaciones en el lecho de muerte y la orientación a personas que pasaron por experiencias transpersonales cercanas a la muerte. Ha sido entrevistada para varias publicaciones, programas de radio y en numerosos programas de televisión, incluido Turning Point de ABC con Diane Sawyer. Además de numerosos artículos en revistas, es autora de dos novelas A hypnotic suggestion [Una sugestión hipnótica] y Why kill a parapsychologist [Por qué matar a un parapsicólogo] y dos libros no ficcionales In a World of their own Experiencing Unconsciousness [En un mundo propio experimentando lo inconsciente] y The Death View Revolution: A guide to transpersonal experiences surrounding death [La revolución de la visión de la muerte: Una guía para las experiencias transpersonales que rodean la muerte].



subir

      Biografía

Carlos S. Alvarado
Carlos S. Alvarado
carlos@theazire.org


WILLIAM JAMES Y LA INVESTIGACIÓN PSÍQUICA*

Carlos S. Alvarado**


INTRODUCCIÓN

El 27 de Agosto de 1910 el diario Norteamericano New York Times publicó un artículo sobre la muerte del famoso filósofo y psicólogo William James (1842-1910). Parte del título se refirió a James como una persona interesada en psicología, pragmatismo, y fantasmas (Anónimo, 1910, p. 7). Esta mención de “fantasmas” fue en referencia al interés de James en los fenómenos psíquicos (como la telepatía), y su trabajo en el campo de la investigación psíquica, lo cual discutiré brevemente en este artículo.1


Comienzos e Investigaciones Iniciales

En una crítica de un libro publicada anónimamente en 1869, James comentó sobre la necesidad de investigar los fenómenos producidos por médiums. En su opinión, la credulidad, rechazo, e indiferencia al tema era inconsistente con “las pretensiones de una época que se enorgullece de su iluminación y la difusión del conocimiento” (James, 1869/1960, p. 21). Años después James participó en la fundación de la American Society for Psychical Research. Una de sus primeras contribuciones en las publicaciones de la sociedad fue un artículo fascinante sobre escritura automática (James, 1889) y los estudios co médiums que mencionaremos más adelante. El interés de James en la investigación psíquica es evidente en una carta que él le escribió al filósofo y psicólogo alemán Carl Stumpf (1848-1936), con fecha de 1 de Enero de 1886, en la cual se refirió al trabajo de la Society for Psychical Research de Londres:
No sé que piensa de ese trabajo; pero yo creo que la opinión actual sobre esto es un escándalo, pues hay mucho testimonio, o testimonio aparente, sobre tales cosas, las cuales los únicos hombres capaces de presentar un juicio crítico —hombres con educación científica— ni siquiera ven... Es un campo en el cual las fuentes de engaño son extremadamente numerosas. Pero creo que no hay otra fuente de engaño en la investigación de la naturaleza que se compare con una creencia inalterable de que cierta clase de fenómenos son imposibles (H. James, 1920, Vol. 1, p. 248).
Sin embargo, James tuvo sus desilusiones. Un ejemplo fue su experiencia con un médium fraudulento sobre quien él escribió a su esposa durante un viaje que hizo en 1888: “En cama a las 11:30, después de la más espantosa noche psíquica... en relación a una muy elogiada médium que tocó la guitarra fraudulentamente” (H. James, 1920, Vol. 1, p. 228).

James fue presidente de la SPR en 1896. Su discurso presidencial fue publicado en la revista Science (James, 1896a), donde admitió que los fenómenos psíquicos eran “fortuitos y ocasionales” (p. 882). Pero estaba convencido que los trabajos de los miembros de la SPR sobre médiums y alucinaciones eran contribuciones valiosas. James también elogió a los investigadores de la SPR por su testimonio de primera mano. Aún más, se refirió a la genialidad de Frederic W.H. Myers (1843-1901), cuyo trabajo hizo mucho por conectar varios fenómenos (como las alucinaciones, la creatividad, la disociación, la mediumnidad, la sugestión, y la telepatía) a su concepto de la mente subliminal.2 Pero James también fue cuidadoso, y solicitó conclusiones cuidadosas y más investigación.

Refiriéndose a Myers, James escribió al psicólogo inglés James Sully (1842-1923) en 1901 de que muchos no consideraban el trabajo de Myers parte de la psicología, y añadió: “Yo creo seriamente que el problema general de lo subliminal, como Myers propone, promete ser uno de las grandes problemas, posiblemente incluso el más grande de la psicología” (H. James, 1920, Vol. 2, p. 141). Tanto Myers como James reconocieron la influencia de uno sobre el otro, y James le rindió tributo a su colega y amigo cuando éste murió en 1901 en su artículo Frederic Myers’s Service to Psychology (James, 1901). James reconoció la gran creatividad de Myers, pero también comentó las debilidades de su sistema y de la necesidad de ser paciente hasta esperar ver si conocimientos acumulados en el futuro apoyarían sus ideas.

James examinó a la médium Leonora E. Piper, quien dijo que “tomando en consideración todo lo que sé sobre la Sra. P., el resultado es que me siento absolutamente seguro... que ella sabe cosas en sus trances las cuales no pudo haber escuchado en estado de vigilia [fuera del trance]…”
James examinó a la médium Leonora E. Piper, quien dijo que “tomando en consideración todo lo que sé sobre la Sra. P., el resultado es que me siento absolutamente seguro... que ella sabe cosas en sus trances las cuales no pudo haber escuchado en estado de vigilia [fuera del trance]…”


James aceptó que las comunicaciones del fallecido investigador psíquico Richard Hodgson contenían elementos verídicos, pero esto no fue suficiente para convencerlo de que Hodgson realmente se estaba comunicando. Sin embargo, James creía que las comunicaciones mostraban una inteligencia, o voluntad, en su manifestación que no se explicaba por la idea de una telepatía entre la médium y otras personas vivas.
James aceptó que las comunicaciones del fallecido investigador psíquico Richard Hodgson contenían elementos verídicos, pero esto no fue suficiente para convencerlo de que Hodgson realmente se estaba comunicando. Sin embargo, James creía que las comunicaciones mostraban una inteligencia, o voluntad, en su manifestación que no se explicaba por la idea de una telepatía entre la médium y otras personas vivas.

El caso de la médium Leonora E. Piper

Posiblemente la investigación más importante de James fue su trabajo con la médium Leonora E. Piper (1857-1950).3 Su primer estudio fue publicado por la revista de la ASPR (James, 1886), el cual reproducimos y comentamos en otro artículo (Alvarado, 2016a), que fue históricamente importante. Su publicación comenzó una era de estudios científicos modernos de la mediumnidad mental, por ejemplo, el uso de apuntes taquigráficos para tener un registro escrito de lo dicho por la médium, y observaciones de las características del trance mediúmnico. Aquí también mencionó la necesidad de integrar estos fenómenos a otros hechos: “Lo que la ciencia quiere es un contexto para hacer a los fenómenos de trance contínuos con otros hechos fisiológicos y psicológicos.” (p. 104)

James fue claro en su opinión sobre los fenómenos de la Sra. Piper cuando le comentó lo siguiente a Myers en una carta que luego publicó. James escribió que “tomando en consideración todo lo que sé sobre la Sra. P., el resultado es que me siento absolutamente seguro... que ella sabe cosas en sus trances las cuales no pudo haber escuchado en estado de vigilia [fuera del trance]…” (James, 1890b, pp. 658-659).

El informe más detallado de James sobre Piper fue su análisis de las comunicaciones espíritas supuestamente originadas por el investigador psíquico Richard Hodgson (1855-1905).4 James (1909b) aceptó que las comunicaciones contenían elementos verídicos, pero esto no fue suficiente para convencerlo de que Hodgson se estaba comunicando. Sin embargo, el creía que las comunicaciones mostraban una inteligencia, o voluntad, en su manifestación que no se explicaba por la idea de una telepatía entre la médium y otras personas vivas. “Pero si me preguntan si la intención de comunicar –escribió James– era la de Hodgson, o la de una mera falsificación del espíritu de Hodgson, estoy inseguro y espero más hechos; hechos que quizás no indiquen una conclusión por cincuenta o cien años” (p. 121).


James como Patrocinador de la Investigación Psíquica

James, líder en psicología en los Estados Unidos, usó su reputación y prestigio académico a favor del estudio científico de los fenómenos psíquicos. Aunque él no trabajó en el campo tan frecuentemente como Myers y otros, al igual que otras figuras prestigiosas como Charles Richet (1850-1935) en Francia,5 James usó su prominencia académica para popularizar y defender públicamente a la investigación psíquica.

Un ejemplo de esto fue su discusión del trabajo de la SPR sobre apariciones verídicas y experiencias telepáticas en general en las páginas de Science (James, 1887), el libro clásico Phantasms of the Living (Gurney, Myers & Podmore, 1886). James escribió sobre el libro: “Mi impresión de su éxito es esta: los autores han establecido el tema, lo cual antes que ellos se había manejado muy difusamrnyr, como para no atraer la atención de mentes científicas, en una posición que hace imposible la falta de atención...” (p. 20). James expresó su esperanza de que otros estudios confirmarán la existencia de fenómenos telepáticos, y expresó su opinión personal de que las ideas de los autores saldrían triunfantes.

En un artículo publicado en la revista Forum dedicado al trabajo de la SPR, James escribió que la labor de la Sociedad “es decididamente importante en la organización de la ciencia” (James, 1892, p. 727). En su opinión las Actas de la Sociedad eran la revista más alerta a fuentes de errores que él conocía.

Otros escritos importantes fueron los que James publicó en el Psychological Review, un foro importante de la psicología norteamericana. En un artículo en esta revista James se refirió a sí mismo como el padre adoptivo de la investigación psíquica, un campo que “tiene... muchos enemigos... que eludir antes de que su posición científica sea reconocida” (James, 1896b, p. 649). En otro artículo, en el cual James respondió a las críticas de James McKeen Cattell (1896) a su discurso presidencial ante la SPR (James, 1896a), James afirmó que “la evidencia concreta para la mayor parte de los fenómenos ‘psíquicos’ bajo discusión es suficiente para colgar a un hombre veinte veces. Por otra parte, las oposiciones de los científicos, son superficiales… o de lo contrario han sido demostradas como superficiales por otras investigaciones, en las cuales se les atribuye a la casualidad.” (p. 650)

En estos, y en otros escritos, tales como su articulo Telepathy, publicado en Johnson’s Universal Cyclopaedia (James, 1895), vemos a James como un patrocinador intelectual de la investigación psíquica. Esto fue de gran importancia para el campo en su momento.


James y la Experiencia Humana

Junior, Araujo y Moreira-Almeida (2013) han afirmado que los fenómenos psíquicos tuvieron un papel importante en la expansión de la psicología a través del empirismo radical de James. Estos autores escribieron: “En oposición al empirismo clásico, él propuso una serie de postulados metafísicos con consecuencias epistemológicas que colocaron a la experiencia en su sentido amplio como el pilar de la realidad. Consecuentemente, él logró incluir toda clase de experiencias a través de razonamiento filosófico, objetivo o subjetivo, ordinario o extraordinario, como el propósito de análisis científico” (p. 73).

En su obra Human Immortality (1898), James considera conciencia como “algo independiente que el cerebro usa para comunicarse, y como producto de funciones cerebrales.” También se refirió a casos de comunicaciones mediúmnicas y apariciones verídicas.
En su obra Human Immortality (1898), James considera conciencia como “algo independiente que el cerebro usa para comunicarse, y como producto de funciones cerebrales.” También se refirió a casos de comunicaciones mediúmnicas y apariciones verídicas.


En su obra The Principles of Psychology (1890), James presenta ideas interesantes sobre la psicología de la mediumnidad y menciona a la telepatía en relación a la insularidad de la conciencia, en la mente de cada persona.
En su obra The Principles of Psychology (1890), James presenta ideas interesantes sobre la psicología de la mediumnidad y menciona a la telepatía en relación a la insularidad de la conciencia, en la mente de cada persona.


James mencionó el concepto de la mente subliminal de Myers en su obra The Varieties of Religious Experience (1902): “Creo que todavía faltan hechos para demostrar el ‘retorno de los espíritus’, aunque tengo el mayor respeto por el paciente trabajo de los Sres. Myers, Hodgson y Hyslop, estoy algo impresionado por sus conclusiones favorables.”
James mencionó el concepto de la mente subliminal de Myers en su obra The Varieties of Religious Experience (1902): “Creo que todavía faltan hechos para demostrar el ‘retorno de los espíritus’, aunque tengo el mayor respeto por el paciente trabajo de los Sres. Myers, Hodgson y Hyslop, estoy algo impresionado por sus conclusiones favorables.”

La importancia de los fenómenos psíquicos es evidente en el análisis de Eugene Taylor (1996) sobre las opiniones de James sobre la conciencia. En su opinión James “reconoció la realidad de la conciencia como una pluralidad última de estados... que iluminó significativamente los estudios científicos actuales sobre la desintegración de la personalidad; admitió la iconografía de lo trascendente como un determinante crucial de la transformación de la personalidad; y […] proporcionó a James una herramienta analítica lo suficientemente poderosa como para criticar los supuestos no examinados del materialismo radical en la ciencia experimental” (p. 5).


Los Fenómenos Psíquicos en Escritos Psicológicos y Filosóficos de James

Aunque James fue influenciado en su análisis de la conciencia y de la experiencia humana por los fenómenos psíquicos, sus escritos psicológicos y filosóficos tienen poco sobre investigación psíquica, especialmente sobre los aspectos verídicos de la telepatía y de mensajes recibidos a través de médiums. Este es el caso del gran libro clásico de James, The Principles of Psychology (1890a), el cual presenta ideas interesantes sobre la psicología de la mediumnidad (por ej., Vol. 1, pp. 393-396). James menciona a la telepatía brevemente en relación a la insularidad de la conciencia en la mente de cada persona: “Respecto al aislamiento, sería imprudente, debido a los fenómenos de transmisión de pensamiento, influencia mesmérica, y control por espíritus, los cuales se alegan hoy en día con mejor autoridad que nunca, estar demasiado seguro de ese punto” (James, 1890a, Vol. 1, p. 350; para otra referencia a la telepatía ver Vol. 2, p. 130). Pero el libro no tiene resúmenes de los experimentos de transmisión de pensamiento publicados por la SPR (sobre este tema ver James, 1895, y el resumen de Podmore, 1894).

También hay poco sobre fenómenos psíquicos en el libro Human Immortality de James (1898). Pero hay una breve mención en la sección sobre los modelos de transmisión y producción de la conciencia, los cuales conceptualizan a la conciencia como algo independiente que el cerebro usa para comunicarse, y como producto de funciones cerebrales. James se refirió a casos de comunicaciones mediúmnicas y apariciones verídicas, donde escribió:
Bajo la teoría de la producción no se puede ver de que sensaciones producen esas pizcas raras de conocimiento. Bajo la teoría de transmisión, estas no tienen que ser ‘producidas’; ya existen en el mundo transcendental, y todo lo que hace falta es una disminución anormal del umbral del cerebro para dejarlas pasar. (p. 26)
De forma similar, hay poco de fenómenos psíquicos en The Varieties of Religious Experience (James, 1902). Aunque James mencionó a Myers y su concepto de la mente subliminal a través del libro, el casi no discutió el tema, excepto en su afirmación: “Creo que todavía faltan hechos para demostrar el ‘retorno de los espíritus’, aunque tengo el mayor respeto por el paciente trabajo de los Sres. Myers, Hodgson y Hyslop,6 estoy algo impresionado por sus conclusiones favorables” (p. 514).

Como dije anteriormente, la mayor parte de lo que James publicó sobre los fenómenos psíquicos no se encuentra en sus publicaciones como filósofo y psicólogo. Sus artículos sobre el tema son publicaciones especiales sobre la investigación psíquica (e.g., James, 1886, 1887, 1889, 1890b, 1892, 1895, 1896a, 1909a, 1909b).


Las “Confidencias”

No hay duda que James creía en la existencia de algunos fenómenos psíquicos, especialmente la telepatía y las comunicaciones mediúmnicas verídicas. Sin embargo, al final de su vida no había llegado a conclusiones teóricas, aparte de su importancia para el estudio de la experiencia humana. En su artículo, The Confidences of a Psychical Researcher, dijo: “Teóricamente no estoy ‘más lejos’ de lo que estaba al principio…” (James, 1909a, p. 580). En su opinión los investigadores psíquicos habían sido demasiado optimistas, y sugirió que ellos debían “marcar el progreso no por un cuarto de siglo sino por medio siglo o siglos enteros” (p.580). James confesó que el estaba perplejo en término de la interpretación de los fenómenos. Sin embargo él afirmó: “En cuanto a que existen tipos de fenómenos naturales ignorados por la ciencia, no estoy desconcertado en absoluto, porque estoy completamente convencido de ello”(p. 587). Pero su punto de vista, nos recordó, era personal.


CONCLUSIÓN

No hay duda que James estaba sumamente interesado en la investigación psíquica. Pero debemos reconocer que llevó a cabo poco trabajo empírico sobre el tema. La razón de esto es incierta. Podría especularse que fue consecuencia de su ambiguedad teórica, especialmente sobre el origen de las comunicaciones mediúmnicas, o quizás fue simplemente por falta de tiempo debido a su trabajo psicológico y filosófico. También debemos considerar que la contribución de una persona puede tomar varias formas, y seguir diferentes estilos intelectuales, algunos de los cuales no enfatizan la investigación original, pero enfatizan, como James, contribuciones bibliográficas y defensas sobre la importancia del tema.

En relación a este último punto, debemos recordar la gran contribución de James defendiendo públicamente a la investigación psíquica. Sus escritos, y su prestigio académico y social, mantuvieron en alto al estudio de los fenómenos psíquicos, defendiéndole de muchas críticas. Más que cualquier otra persona en su época, James trató de mantener la imagen de la investigación psíquica en alto dentro de la psicología norteamericana.7 Otras contribuciones importantes fueron introducir a la Sra. Piper al campo de estudios psíquicos, y el uso de los fenómenos psíquicos para desarrollar sus influyentes opiniones acerca del alcance de la experiencia humana.

A pesar de estas contribuciones, la investigación psíquica de James nunca estuvo muy integrada a la psicología. Mencionó muchas veces la importancia del tema, pero no discutió bien la razón de esta importancia, como puede verse en su discusión de los modelos de producción y de transmisión de la conciencia. El verdadero pionero en esto fue Myers, cuyos escritos presentaban a los fenómenos psíquicos en relación íntima con fenómenos como la hipnosis, la creatividad, alucinaciones, y sueños (Kelly, 2007).

En sus Confidences, James admitió no tener una teoría para explicar los fenómenos psíquicos, o, en el caso de comunicaciones recibidas a través de médiums, de estar convencido de la acción de espíritus de personas fallecidas. Pero no puede ser culpado por esto. Primero, la época en la que James vivió, muchos investigadores psíquicos no tenían explicaciones específicas sobre los fenómenos, solo ideas generales sobre fuerzas y procesos misteriosos, o la acción de los espíritus, pero sin gran detalle.

Segundo, la convicción sobre explicaciones específicas es un proceso personal que depende de muchos factores, entre ellos nuestra educación, preconceptos, y predilecciones intelectuales, las cuales nos llevan a evaluar la evidencia a favor de cualquier fenómeno o idea de forma diferente a otros. Es posible que alguien piense que James fracasó por no ser más positivo o valiente de lo que fue en términos de explicaciones sobre los fenómenos psíquicos, o por no defender la posición espiritista. Pero me parece que al evaluar personajes históricos es más productivo que enfaticemos quién fue James, lo que logró, y no lo que nos gustaría que hubiese dicho o hecho, pues el estudio del pasado se distorsiona si lo basamos en nuestros deseos y creencias, algo difícil de evitar en revisiones históricas. James nos recuerda al final de su vida: “Uno tiene que seguir su sentido personal, el cual, por supuesto, está sujeto a errar, sobre las dramáticas probabilidades de la naturaleza” (James, 1909a, p. 587).


NOTAS

1 Los trabajos de James sobre el tema aparecen en James (1986), y en Murphy y Ballou (1960). Consulte también a Alvarado (2016a, 2016b), Alvarado y Krippner (2010), Junior, Araujo, y Moreira-Almeida, 2013), y a Knapp (2017).

2 Myers (1903) resumió su obra en Human personality and its survival of bodily death, un libro clásico que he examinado en otro artículo (Alvarado, 2004). Sobre Myers consulte a Hamilton (2009) y a Kelly (2007).

3 Piper fue una médium muy importante para el desarrollo de estudios empíricos sobre el tema (ver Piper, 1929, y Tymn, 2013).

4 Hodgson fue un investigator importante que publicó investigaciones fundamentales sobre Piper (Hodgson, 1892, 1898). Su obra es analizada por Berger (1988).

5 Richet fue un fisiólogo prominente que ganó un Premio Nobel. Publicó más sobre el tema que James (Alvarado, 2019).

6 James H. Hyslop (1920) fue un filósofo norteamericano que se dedicó a la investigación psíquica. Berger (1988) discute aspectos de su obra.

7 Ver mi artículo sobre la investigación psíquica en el Psychological Review (Alvarado, 2009).



REFERENCIAS

Alvarado, C.S. (2004). On the centenary of Frederic W.H. Myers’s Human Personality and Its Survival of Bodily Death. Journal of Parapsychology, 68, 3-43.

Alvarado, C.S. (2009). Psychical research in the Psychological Review, 1894-1900: A bibliographical note. Journal of Scientific Exploration, 23, 211-220.

Alvarado, C.S. (2016a). Classic Text No. 105: ‘Report of the Committee on Mediumistic Phenomena,’ by William James (1886). History of Psychiatry, 27, 85-100.

Alvarado, C.S. (2016b). William James. En R. McLuhan (Ed.), Psi Encyclopedia. London: Society for Psychical Research. Recuperado de http://psi-encyclopedia.spr.ac.uk/articles/william-james-0

Alvarado, C.S. (2019). Charles Richet: A Nobel Prize Winning Scientist’s Explorations of Psychic Phenomena. S.l.: White Crow Books.

Alvarado, C.S., & Krippner, S. (2010). Nineteenth century pioneers in the study of dissociation: William James and psychical research. Journal of Consciousness Studies, 17, 19-43.

Anónimo. (1910, Agosto 27). William James dies; great psychologist. New York Times, p. 7.

Berger, A.S. (1988). Lives and Letters in American Parapsychology: A Biographical History, 1850-1987. Jefferson, NC: McFarland.

Cattell, J. M. (1896). Reseña de Presidential Address to the SPR, by W. James. Psychological Review, 3, 582-583.

Gurney, E., Myers, F.W.H., & Podmore, F. (1886). Phantasms of the living (2 vols.). London: Trübner.

Hamilton, T. (2009). Immortal Longings: F.W.H. Myers and the Victorian search for life after death. Exeter: Imprint Academic.

Hodgson, R. (1892). A record of observations of certain phenomena of trance. Proceedings of the Society for Psychical Research, 8, 1-167.

Hodgson, R. (1898). A further record of observations of certain phenomena of trance. Proceedings of the Society for Psychical Research, 13, 284-582.

James, H. (Ed.). (1920). The letters of William James (2 vols.). Boston: Atlantic Monthly Press.

James, W. (1886). Report of the Committee on Mediumistic Phenomena. Proceedings of the American Society for Psychical Research, 1, 102-106.

James, W. (1887). Phantasms of the Living. Science, 9, 18-20.

James, W. (1889). Notes on automatic writing. Proceeedings of the American Society for Psychical Research, 1, 548-564.

James, W. (1890a). The principles of psychology (2 vols.). New York: Henry Holt.

James, W. (1890b). A record of observations of certain phenomena of trance (5) Part III. Proceedings of the Society for Psychical Research, 6, 651-659.

James, W. (1892). What psychical research has accomplished. Forum, 13, 727-742.

James, W. (1895). Telepathy. En C.K. Adams (Ed.), Johnson’s universal cyclopaedia (pp. 45–47, Vol. 8). New York: D. Appleton.

James, W. (1896a). Address of the president before the Society for Psychical Research. Science, 3, 881-888.

James, W. (1896b). Psychical research. Psychological Review, 3, 649-651.

James, W. (1898). Human Immortality. Boston: Houghton Mifflin.

James, W. (1901). Frederic Myers’s service to psychology. Proceedings of the Society for Psychical Research, 17, 13-23.

James, W. (1902). The varieties of religious experience. New York: Longmans, Green.

James, W. (1909a). The confidences of a “psychical researcher.” American Magazine, 68, 580-589.

James, W. (1909b). Report on Mrs. Piper’s Hodgson-control. Proceedings of the Society for Psychical Research, 23, 2-121.

James, W. (1960). Review of “Planchette.” En G. Murphy & R.O. Ballow (Eds.), William James on Psychical Research (pp. 19-23). New York: Viking Press. (Publicado originalmente en 1869)

James, W. (1986). Essays in Psychical Research (The Works of William James, Vol. 16, F.H. Burkhardt, ed.). Cambridge, MA: Harvard University Press.

Junior, A.S., de Araujo, S., & Moreira-Almeida, A. (2013). William James and psychical Research: Towards a radical science of mind. History of Psychiatry, 24, 62-78.

Kelly, E.W. (2007). F.W.H. Myers and the empirical study of the mind-body problem. En E. Kelly et al. (Eds), Irreducible Mind (pp. 47-115). Lanham, MD: Rowman & Littlefield.

Knapp, K.D. (2017). William James: Psychical research and the challenge of modernity. Chapel Hill: University of North Carolina Press.

Myers, F.W.H. (1903). Human personality and its survival of bodily death (2 vols.). London: Longmans, Green.

Murphy, G., & Ballou, R.O. (Eds.). (1960). William James and Psychical Research. New York: Viking Press.

Piper, A.L. (1929). The life and work of Mrs. Piper. London: Kegan Paul, Trench, Trubner.

Podmore, F. (1894). Apparitions and Thought-Transference: An examination of the evidence for telepathy. London: Walter Scott.

Taylor, E. (1996). William James on consciousness beyond the margin. Princeton, NJ: Princeton University Press.

Tymn, M. (2013). Resurrecting Leonora Piper: How science discovered the afterlife. Guildford, UK: White Crow Books.

*Traducción abreviada de “Remarks on William James and psychical research.” Mindfield, 2013, 5(2), 52-57. Algunas secciones de este artículo aparecieron en un blog:
http://carlossalvarado.wordpress.com/2013/05/15/william-james-and-psychical-research-revisited/.

**Carlos S. Alvarado, PhD, es Research Fellow de la Parapsychology Foundation, y facultativo adjunto de Sofia University. Él es miembro de la Junta Editorial del Journal of the Society for Psychical Research y el Journal of Near-Death Studies, y Editor Asociado del Journal of Scientific Exploration. La mayor parte de su trabajo ha sido sobre encuestas de experiencias fuera del cuerpo y otros fenómenos y estudios sobre aspectos de la historia de la parapsicología. Junto con Nancy L. Zingrone Alvarado ha organizado los primeros MOOCs sobre parapsicología los cuales consisten en presentaciones online de conferencias de varias personas. Alvarado recibió el Outstanding Contribution Award (2010) y el Outstanding Career Award (2017) de la Parapsychological Association. Es uno de los editores de Research in Parapsychology 1993 (Scarecrow Press, 1998), el autor de Charles Richet: A Nobel Prize Winning Scientist’s Explorations of Psychic Phenomena (White Crow Books, 2019), y ha publicado más de 300 artículos en revistas de historia, psicología, psiquiatría, y parapsicología.



subir

      Revista de libros Por Jorge Villanueva      
Jorge Villanueva
jovillanu@yahoo.com.ar



Ciencia y Espiritismo en España, 1880-1930
Ciencia y Espiritismo en España, 1880-1930


GRAUS, Andrea (2019). Ciencia y Espiritismo en España, 1880-1930. Granada: Comares. Pp. 144. ISBN: 978-84-9045-898-3.

Andrea Graus es doctora en historia de la ciencia por la Universidad Autónoma de Barcelona y actualmente investigadora en el Centre Alexandre Koyré del Centre National de la Recherche Scientifique en París. Ciencia y Espiritismo en España es fruto de su tesis donde examina el desarrollo de las investigaciones psíquicas en España entre 1888 y 1931, en relación a cuatro casos que involucraron a científicos españoles con médiums de aquella época. Aunque en España no se desarrolló una sociedad de investigaciones psíquicas, muchas iniciativas fueron conducidas por individuos (la Sociedad Española de Estudios Metapsíquicos de Madrid y el Instituto de Metapsiquismo de Barcelona estaban compuestas por eruditos españoles) que eran hombres de buena fortuna, y posición social o cultural relevante, particularmente médicos y alienistas interesados por el fenómeno de la doble personalidad, la disociación y las experiencias mediúmnicas. Las iniciativas españolas guardaron correspondencia con sus contrapartes latinoamericanos cuyos desarrollos ocurrieron en países como Argentina, Brasil, Chile, y México –por citar unos pocos ejemplos bien documentados.

De hecho, tanto el espiritismo como la teosofía fueron concebidos a fines del siglo XIX con una naturaleza “tripartita”, es decir, una base religiosa no dogmática con una moral articulada en la filantropía y el altruismo. Además, una base científica amparada en la autoridad de sabios y científicos que llevaron a cabo experimentos basados en el concepto de “fluidos” o “fuerzas” espirituales. Graus plantea que la mediumnidad, o la ciencia del médium requirió un abordaje pluriparadigmático. En otras palabras, las prácticas espiritistas han sido multicausales dependiendo la disciplina a la que adscriba el autor que se ocupa de su contenido. Graus explora aquí aspectos socioculturales de la experiencia mediúmnica, poniendo énfasis en su dimensión histórica, social o socio-histórica, antropológica y sobretodo su dimensión médica y psicológica. La historiografía de la pseudociencia atraviesa el término boundary work (“trabajo de límites”), que proviene del sociólogo americano Thomas F. Gieryn. Este sociólogo plantea el problema de la “demarcación”, esto es, la dificultad de llegar a una frontera clara entre lo qué es “ciencia” y lo qué no lo es (“no ciencia”). Gieryn definió al trabajo de límites como la “atribución de características seleccionadas a [una] institución científica (es decir, a sus profesionales, métodos, conocimientos, valores, y organización del trabajo) con el propósito de construir un límite social que distinga ciertas actividades intelectuales por fuera de ese límite. Por ejemplo, Graus sostiene que las autoridades científicas no gozaron de los mismos “derechos epistémicos” que las autoridades espiritistas.

Sin embargo, la autora presenta varios casos de interés, por ejemplo, Manuel Otero Acevedo, un medico español (nacido en Argentina) que examinó en Nápoles a la famosa médium Eusapia Palladino y legitimó los fenómenos mediúmnicos en un entorno dominado por el positivismo materialista. Otero se preocupó por distinguir la mediumnidad de los fenómenos estudiados por la investigación psíquica. Hasta aquí, Graus concluye que el problema de límites entre el espiritismo y la investigación psíquica (la incipiente parapsicología) contribuyó a definir la mediumnidad como objeto de estudio científico y al médium como agente productor de los fenómenos, tales como identificación espírita, las ectoplasmías, las levitaciones de mesas u otros objetos, y el trance.

Otro caso relevante es el del médico Víctor Melcior i Farre con la médium Teresa Esquius. Para Melcior, la mediumnidad era pensada como un tipo de trastorno mental; este paradigma incluso era dominante, desde las teorías de la degeneración y la eugenesia en Europa y los Estados Unidos hasta mediados de los años cincuenta. La autora hace hincapié en el concepto de “patologización de los médiums” como objeto de estudio por parte de la comunidad médica. El espiritismo fue el trasfondo que los alienistas españoles adoptaron debido al surgimiento del positivismo en detrimento de otras epistemologías y, una crisis de hechos que alentaba a las personas a mirar más allá de los milagros cristianos en busca de evidencia del más allá y lo divino.

De modo que el espiritismo fue el gran “campo de batalla” para una psiquiatría que instó a producir una nueva norma para las creencias religiosas. Para los alienistas, el espiritismo constituyó una forma de religiosidad excesiva que correspondía a un síntoma de degeneración, es decir, los creyentes espiritistas son personas desajustadas que tienen una predisposición hereditaria a los trastornos mentales. De ahí que en base a los conflictos entre autoridades espiritistas y científicas, demuestran los problemas que hallaron los investigadores a la hora de adaptar las sesiones con médiums al contexto del laboratorio. Graus analiza distintos problemas metodológicos: desde la dificultad de basarse en el método de la observación hasta usar al médium como instrumento científico.

Otro caso similiar es el médico Humbert Torres con la médium Marcelle Morel (conocida como Mme. Morel), una médium que practicaba “lecturas” por psicometría. En 1923, recibió al médico en su domicilio de París, enviada por el reconocido investigador francés Eugène Osty del Institut Métapsychique International. El Profesor Asmara (pseud. de Eduardo Anaya Mena) de Barcelona había entregado a Torres un pequeño paquete envuelto y lacrado cuyo contenido no reveló. Tras unos minutos de tenerlo entre sus manos, Morel describió a un hombre con una lesión medular, la cual los médicos no habían sabido curar. El interior del paquete entregado a Mme. Morel contenía un rizo de cabello de un amigo de Anaya, que padecía una herida en la médula. A su regreso a Barcelona, Asmara confirmó la exactitud de tal afirmación. Graus indica que a partir de entonces, la asi llamada metapsíquica penetró en España. De hecho, la metapsíquica era vista como una “ciencia auxiliar” del espiritismo, postura que contrastaba con la perspectiva del médico francés René Sudré, que consideraba a la metapsíquica en oposición al espiritismo, que era percibido como una amenaza contra la legitimación de la psicología experimental.

Graus concluye que los investigadores españoles no tuvieron éxito en transformar a las médiums en sus sujetos de investigación. Además, estos eruditos consideraban como una debilidad intelectual el campo de la investigación psíquica. Los vínculos entre el origen del espiritismo y su transnacionalización ayuda a comprender el modelo del boundary work propuesto por Graus. El espiritismo moderno –una ideología religiosa, individualista y radicalmente reformista– asumió una forma más acorde con públicos que compartían el anhelo de una práctica espiritual que parecía reconciliar la ciencia y la fe, pero cuyas suposiciones, visiones sociales y situaciones políticas se veían muy diferentes. Desarrollar una comprensión más clara de este tipo de diferenciación, tal como se desarrolló no sólo en España sino en otros países, cuando el Espiritismo comenzó su propio viaje transnacional, contribuye mucho a agudizar el sentido del lector acerca de la importancia del proceso de innovación religiosa y el pensamiento científico.



Charles Richet: A Nobel prize winning scientist’s exploration of psychic phenomena
Charles Richet: A Nobel prize winning scientist’s exploration of psychic phenomena


ALVARADO, Carlos S. (2019). Charles Richet: A Nobel prize winning scientist’s exploration of psychic phenomena. Guildford, Surrey: White Crow Books. Pp. 218. ISBN 978-1-78677-111-7.

Este libro es el primero que produce Carlos S. Alvarado después de casi cuatro décadas de trabajo en parapsicología. Por ello, es un motivo para celebrar que el autor se ocupe de la fecunda vida y obra de Charles Richet (1859-1935), médico fisiólogo y “padre” de la investigación psíquica o metapsychique (en francés). El libro contiene seis capítulos que introducen a aspectos biográficos de su vida, el interés por los fenómenos psíquicos (capítulo 1), una “autobiografía metapsíquica” (capítulo 2), ideas tempranas y pruebas de sugestión mental (1884) (capítulo 3), la investigación psíquica a la psicología (1905) (capítulo 4), el Tratado de Metapsíquica (1922) (capítulo 5), y los límites de la ciencia psíquica y metapsíquica (capítulo 6).

El autor tiene como propósito hacer accesibles sus numerosos artículos y ensayos basados en la obra de Richet que ya aparecieron en revistas especializadas en inglés. Richet era un erudito francés que incursionó en múltiples áreas, la medicina como base para ser militante activo del pacifismo, la aviación, la introducción en Francia del idioma esperanto; fue “estampilla” en su propio país y su rostro fue efigie de numerosos premios que llevaron su nombre. Además, fue autor de siete libros (sólo sobre metapsíquica). El más célebre, sin duda, es el Traité de Métapsychique de setecientas páginas publicado por Felix Alcan en 1922, cuyas traducciones y reimpresiones se cuentan por docenas en portugués, español, alemán, italiano, polaco, inglés, ruso entre otros. Pero sin duda, su distinción más célebre y consagratoria fue el Premio Nobel otorgado por la Academia Sueca en 1913 por el descubrimiento de la anafilaxia, que permitió el desarrollo de vacunas y perfeccionar medicamentos.

El libro contiene además seis apéndices que incluyen bibliografías, referencias, notas y un indice. Alvarado demuestra el interés temprano que Richet mantuvo por la hipnosis y su relación con la investigación psíquica. También aporta información sobre el desarrollo intelectual de Richet, por ejemplo, los intentos de explicar los fenómenos mediúmnicos a través de las facultades de la mente inconsciente en base a la teoría de las personalidades mediúmnicas. Aunque J.B. Rhine publicó por primera vez en 1934 su libro sobre el “sexto sentido” (Extrasensory Perception), Richet había escrito en 1884 que el cálculo de probabilidades podía aplicarse con éxito para determinar los aciertos de la telepatía. Alvarado ha traducido una sección de la autobiografía de Richet, en la que recuerda que “… en 1875 mirábamos con desprecio e indignación todo lo que se escribía sobre el sonambulismo” (p. 32). Sin embargo, Richet vio una demostración de sonambulismo en la década de 1870 y quedó inmediatamente fascinado. Con dieciséis años, logró poner a una niña “a dormir… Después de algunos pases cerró los ojos y no pudo abrirlos” (p. 30). Tanto Richet como su hermana pensaron que era mejor no contarles a sus padres sobre este experimento.

Más tarde, Richet continuó experimentando con la hipnosis, por ejemplo, sus estudios en el Hospital Beaujon, y tiempo después como pasante en la clínica Salpêtrière junto a Jean-Martin Charcot, observó diferentes procedimientos para la inducción de cambios en la personalidad de las personas hipnotizadas. La hipnosis influyó más tarde en sus ideas acerca de los médiums en trance, como Leonora Piper cuyas producciones mediúmnicas no eran otra cosa que proyección de sus deseos y producciones intelectuales. Aunque los espiritistas lo defienden por sus convicciones supervivencialistas, Alvarado señala que esto es incorrecto: Richet mostró menos escepticismo y estimuló a examinar la posibilidad; la ciencia era su religión pero la supervivencia después de la muerte corporal era difícil de probar. Richet admite su interés gracias a un encuentro con el investigador psíquico ruso Alexander Aksakoff. Richet pensaba que los fenómenos psíquicos pertenecían a la psicología o la fisiología, y sustituyó la expresión investigación psíquica por la métapsychique (metapsíquica). Ciertamente, el impacto de esta expresión fue muy potente en España e Italia.

Finalmente, la obra cierra con varios apéndices destinados particularmente a aquellos interesados en la obra de Richet, en cooperación con el psicólogo francés Renaud Evrard, especializado en la historia de la parapsicología francesa. Los apéndices contienen sus observaciones de los movimientos por telekinesias, las experiencias con Leonora Piper, el concepto de ectoplasma, y listas con referencias de libros y artículos sobre la historia general de la investigación psíquica con énfasis en estudios previos a 1940.



La Visión Remota: Del espionaje psíquico a las aplicaciones civiles
La Visión Remota: Del espionaje psíquico a las aplicaciones civiles


RAMOS CORBACHO, Enrique (2019). La Visión Remota: Del espionaje psíquico a las aplicaciones civiles. Almería: Guante Blanco. Pp.182. ISBN: 978-84-16808-90-8.

El autor, ingeniero en telecomunicaciones graduado por la Universidad Politécnica de Madrid, coleccionó los documentos de los programas de visión remota del gobierno de los Estados Unidos y otros países. Ramos define la visión remota como “la habilidad humana para obtener información de un objetivo concreto sin la participación de los cinco sentidos físicos, mientras el sujeto que lo practica se mantiene aislado y/o alejado de dicho objetivo y mientras se ajusta a un protocolo específico previamente establecido.” (p. 19) Según el autor, la visión remota es equivalente a la clarividencia (en rigor, es un neologismo). Sin embargo, el autor advierte que un “visionador remoto” –a diferencia de un vidente– se somete al control y análisis externo por parte de un equipo de personas especializadas, normalmente psicólogos, médicos, ingenieros, matemáticos entre otros.

A fines de los años noventa, hubo un acalorado debate en torno a la cuestión de si el gobierno americano había empleado a psíquicos profesionales como parte de su programa de estrategia contra posiciones enemigas. Este debate ya había comenzado en el década del cincuenta, cuando el gobierno americano comenzó a sospechar que el gobierno de las ex-repúblicas socialistas soviéticas tenía interés en contar con psíquicos profesionales como espías. La pregunta básicamente era: ¿invirtió el Centro de Inteligencia Americano (CIA) la suma de U$ 20 millones de dólares para trabajar con psíquicos profesionales dispuestos a descubrir la ubicación de bases enemigas ocultas?

En la primera parte del libro, Ramos revela que el servicio de inteligencia del gobierno de los Estados Unidos financió experimentos de visión remota durante casi veinte años. Este trabajo comenzó en el Stanford Research Institute (SRI) bajo la dirección de Russell Targ y Harold Putthoff, aunque el dinero provino de la Defense Intelligence Agency (DIA) –no de la CIA. El programa fue dividido en dos partes. La investigación básica fue llevada a cabo primeramente en el SRI; otra parte del programa fue secreto y se empleó visión remota para operaciones rutinarias de inteligencia, incluyendo la crisis en Irán y la búsqueda de rehenes y personas desaparecidas. Se estima que se llevaron a cabo entre 250 y 500 operaciones de “visión remota” con la cooperación del oficial de del ejército Joseph “Joe” McMoneagle, que participó en el programa. Joe “vió” un submarino ruso y anunció la fecha en que zarparía de un sitio estratégico secreto entre otras informaciones psíquicas. En 1984, lo premiaron con la “Legión al Mérito” por aportar datos sobre 150 objetivos, difíciles de conocer por medios normales.

El autor discute dos tipos de experimentos de visión remota: un tipo usa a un “agente” emisor que viaja a un lugar dentro de un radio de 100 millas fuera del laboratorio. El visionador remoto dibuja, por ejemplo, molinos de viento en el preciso momento en que un agente está en la granja de molinos de Altamont Pass y un puente cruza un pantano, en tanto que el agente fue a un refugio en el área de la bahía de San Francisco. Otro tipo de experimento generalmente no tiene agente, sino que una computadora selecciona al azar fotografías de la revista National Geographic clasificadas por un puntaje por un evaluador ajeno a la experiencia; un puntaje superior al azar indica que algún tipo de percepción “extrasensorial” estuvo en funcionamiento. Aunque la CIA pronto abandonó la investigación calificándola como imprecisa para el espionaje, las agencias de inteligencia afiliadas al Departamento de Inteligencia continuaron financiando el proyecto.

Ramos rescata el trabajo de Ingo Swann, que actuó como psíquico para el gobierno. Swann fue invitado oficialmente para ofrecer una conferencia en el Pentágono y en la DIA para entrenar operativos de inteligencia en la práctica de visión remota. A principios de 1995, la CIA fue consultada por miembros del Congreso de los Estados Unidos para evaluar este programa. Los puntos esenciales del informe de la CIA, fueron que la visión remota nunca fue usada exitosamente en un contexto operacional, que solo los laboratorios deberían hacer replicaciones cuidadosas, y no el gobierno; y por último, toda la información a la fecha (incluyendo las operaciones de inteligencia) debería ser desclasificada. El programa de investigación del gobierno americano había producido resultados estadísticamente significativos, aunque existen coincidencias y desacuerdos acerca de la calidad de estos resultados. El American Institute for Research en Washington D.C. fue contratado por la CIA para evaluar el programa bajo el ficticio “Stargate” y supervisado por los legisladores Daniel Inouye y Robert Byrd, el Diputado Charlie Roser y el Senador Claiborne Pell.

La segunda parte de la obra describe prácticas de visión remota, protocolos, métodos de acceso a la información, entrenamiento y el reclutamiento de visión remota y proporciona herramientas y ejercicios para practicar técnicas que los lectores –así como el autor– pueden practicar en sus propias casas usando internet y Google Earth® como recurso “remoto”. Críticamente, las referencias al final de la obra de Ramos son escasas y están desactualizadas. Uno esperaría títulos de Joseph Mc.Moneagle, tales como Mind Trek (1997), Remote Viewing Secrets (2000), Memoirs of a Psychic Spy: The Remarkable Life of U.S. Government Remote Viewer 001 (2006), un análisis de las controversias de los programas de visión remota, por ejemplo, entre la estadística y defensora de la parapsicología Jessica Utts y Ray Hyman, crítico escéptico a lo paranormal, o la formidable colección en cuatro volúmenes escrita por Edwin May y Sonali Bhatt Marwaha The Star Gate Archives: Reports of the United States Government Sponsored Psi Program, 1972-1995. Quizá una próxima edición de la obra incluya esta valiosa información.


* Jorge Villanueva fue Redactor en Jefe de la Revista Argentina de Psicología Paranormal (1990-2004), Secretario del Instituto de Psicología Paranormal, Asoc. Civil, y becario de la Fundación BIAL. Es autor y traductor de artículos sobre historia de la parapsicología, investigación ganzfeld, y psicomanteum publicados en la Revista Argentina de Psicología Paranormal y Journal of the Society for Psychical Research. Ha sido expositor en varias conferencias de parapsicología en Buenos Aires. Es miembro de la Asociación Iberoamericana de Parapsicología. Tiene particular interés en el estudio de los psíquicos y sus estrategias para estimular psi bajo condiciones de laboratorio, y la biografía de psíquicos e investigadores. Actualmente colabora en el proyecto SIPSI para crear la más completa base de datos en parapsicología en español.

subir

      Revistas recibidas
Mindfield: The Bulletin of the Parapsychological Association. Vol. 12, No. 2, 2020.
Journal of Scientific Exploration, Vol, 34, No. 2, 2020.
Journal of Parapsychology. Vol. 83, No. 2, 2019.
Edge Science. No. 42, Junio 2020.



subir

E-BOLETÍN PSI. Vol.15, No.3, Septiembre 2020
Publicación Oficial del INSTITUTO DE PSICOLOGIA PARANORMAL (IPP), Asoc. Civil.
Reconocido con Personería Jurídica Resolución No. 1167/04 de fecha 17 de Septiembre de 2004.

E-Boletín Psi ® es un producto del Departamento de Publicaciones del IPP diseñado por Sergio Matteucci y editado por Alejandro Parra. Todos los derechos reservados. Los artículos de esta publicación están protegidos bajo la Ley Nacional (Argentina) de Propiedad Intelectual No. 11.723. El E-Boletin Psi ® es una publicación inscripta en la Dirección Nacional de Derecho de Autor bajo el Nº 713462. La reproducción total o parcial, venta, distorsión dolosa o falsificación del contenido intelectual del presente boletín está penado por ley (art. 172 del Código Penal).

E-Boletín Psi ® aparece tres veces por año (Enero, Mayo y Septiembre) y su distribución es gratuita. Las fechas límite para presentar artículos breves, libros para revisar, eventos de próxima organización, y noticias serán el 2 de Diciembre (Enero), 2 de Abril (Mayo) y 2 de Agosto (Septiembre) correspondiente a cada número.

Toda correspondencia debe ser dirigida directamente a su Editor Alejandro Parra. (rapp_ale@fibertel.com.ar)

STAFF

Editor
Alejandro Parra

Compaginación & Diseño
Sergio Matteucci

Legal y Contable
Estudio Landini & Asociados

Comentario de Libros
Jorge Villanueva

Colaboran en este número
Carlos S. Alvarado, Madelaine Lawrence, Alejandro Parra, Soledad Ribilla y Jorge Villanueva.


Reenvíe este Boletín a un amigo/colega interesado.
Si desea suscribirse a esta publicación en el futuro, envíe un mail a rapp_ale@fibertel.com.ar
Para no recibir más el Boletín, envíar un mail a esa dirección y en el "asunto" escriba "Remover".

INSTITUTO DE PSICOLOGIA PARANORMAL
Salta 2015 (C1137ACQ) - Bs. As. Argentina - Telfax: (+5411) 4305-6724 - (15) 6161-1376 - rapp_ale@fibertel.com.ar

subir