Boletín Electrónico de Parapsicología Vol.16, No.3, Septiembre 2021
Publicación cuatrimestral del Instituto de Psicología Paranormal - Todos los Derechos Reservados
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Alejandro Parra
Alejandro Parra
rapp_alep@fibertel.com.ar
DOSSIER HOMENAJE A CARLOS S. ALVARADO (1955-2021)

Bienvenidos a este número singular del E-Boletín Psi. El presente ejemplar rinde tributo a nuestro colega y amigo Carlos S. Alvarado, fallecido el pasado 16 de Julio. Fue una pérdida irreparable e inexplicable, que arrebató la vida a un ser humano entrañable y respetado por la comunidad parapsicológica internacional. Decidimos dedicar un completo “dossier” reproduciendo artículos poco accesibles (o incluso actualizados) en español en memoria a su gran trayectoria profesional. Es un homenaje a quien probablemente sea reconocido como el más productivo parapsicólogo latinoamericano, aunque menos citado en nuestra lengua debido a la ausencia de libros en español.

Seleccionamos cuatro artículos que mejor testimonian una parte de su gran producción. El primero sintetiza bien sus estudios sobre experiencias fuera del cuerpo (EFC). Alvarado examina aquí modelos teóricos de estas experiencias (por ejemplo, como una experiencia alucinatoria hasta una experiencia disociativa con fuerte carga patológica), estudios de casos que enfatizan la posible adquisición de información verídica y experimentos para determinar la naturaleza objetiva –en contraste con una teoría interoceptiva– de la experiencia de “salir” del cuerpo, caracterizada por una evidencia de “traslado” a otro lugar para tratar de obtener información. Alvarado es optimista respecto a la posibilidad de que una EFC pueda proporcionar información “paranormal” aunque el estudio de estos aspectos verídicos todavía continúa incompleto, esperando que futuros estudios presenten esta desafiante posibilidad para comprender esta experiencia humana.

El segundo artículo -en cooperacion con Nancy Zingrone- está relacionado con el primero, ya que focaliza específicamente la psicología de la EFC, en particular la capacidad de concentración (o absorción) psicológica en comparación con quienes no han tenido la experiencia. Según Alvarado, la capacidad del experiente de mantener sus recursos perceptuales “focalizados” y abstraerse del entorno para experimentar la sensación de proyectarse por fuera del cuerpo constituye la característica más relevante de la experiencia. Sus resultados, que dependen de tres estudios, dos exitosos excepto el tercero, que provienen de muestras pequeñas de individuos jóvenes en los Estados Unidos y Puerto Rico. Alvarado demuestra claramente una fuerte relación entre la EFC con la capacidad de alterar la conciencia en aquellos que tuvieron la experiencia, cuyas conclusiones confirman hallazgos previos.

Carlos S. Alvarado El tercer artículo (nunca publicado) es una nota técnica basada en discusiones sobre el uso de estadísticas en psicología y su importancia para el uso de medidas de magnitud (MM, en inglés, effect size). Las MM son índices utilizados para medir la magnitud de efectos estadísticos producidos por pruebas estadísticas tales como el X2, las pruebas de t, entre otras. Alvarado discute diferentes formas en las cuales las MM son útiles para analizar datos basados en el valor de la probabilidad, una nueva forma de definir la replicación e identificar variables importantes, facilitar contrastes entre estudios y permitir la evaluación de la utilidad práctica de los resultados de la investigación.

El cuarto artículo –en cooperación con Alfonso Martínez Taboas– es la actualización de un análisis, tanto para el público en general como la profesión psicológica en particular, acerca de falacias y conceptos erróneos comunes contra la parapsicología. Los autores discuten cinco falacias: (1) No hay estudios científicos o rigurosos en parapsicología; (2) los parapsicólogos son individuos con habilidades psíquicas; (3) el ocultismo y el espíritu son una parte integral de la parapsicología; (4) existen técnicas válidas y confiables para el desarrollo de habilidades psíquicas; (5) la parapsicología tiene poca o ninguna relevancia para los psicólogos. Aunque reconocen los problemas de la parapsicología, argumentan que este campo puede ser útil para abrir las mentes de los psicólogos a las complejidades del esfuerzo científico y de la experiencia humana.

El quinto es un corto ensayo acerca de las razones por cuales la parapsicología se ha usado con propósitos más ideológicos que objetivamente científicos. Aun cuando la objetividad en ciencias sociales es un territorio cuestionado, existen factores ideológicos que distorcionan e incluso –aun peor– censuran resultados y conclusiones a causa de que éstos no favorecen una determinada creencia o postura que favorece a un orden superior, por ejemplo, la religión, o bien pone en peligro el status quo de determinadas posiciones científicas. Este ensayo demuestra que algunos parapsicólogos tampoco estuvieron por fuera de tales sesgos.

Finalmente, Alejandro Parra escribe una semblanza de la vida y obra de Carlos Alvarado, su pertenecencia a varios centros de investigación, el reconcomiento entre investigadores en muchos países y su influencia de su obra entre los parapsicólogos iberoamericanos, incluyendo una lista de artículo de parapsicología publicados en español. A causa del gran volumen de este número, hemos omitido la sección de “Comentarios de Libros” a cargo de Jorge Villanueva en esta ocasión y otros artículos que serán oportunamente publicados a lo largo del próximo año. Hasta el próximo número!


–El Editor



      Experiencias

Carlos S. Alvarado
Carlos S. Alvarado


ASPECTOS VERÍDICOS DE LAS EXPERIENCIAS FUERA DEL CUERPO*

Carlos S. Alvarado


INTRODUCCIÓN

Durante una experiencia fuera del cuerpo (EFC), un fenómeno que he investigado por muchos años, la persona siente que su parte consciente o pensante está localizada fuera de su cuerpo físico de forma que sus percepciones son consistentes con esta posición (para revisiones ver Alvarado, 2000; Blackmore, 2005). Un caso típico me fue narrado años atrás por una mujer escocesa de 33 años (tenía 25 años cuando ocurrió la experiencia). Escribió que, mientras estaba trabajando en el jardín:

No pensaba en nada más. Solo en trabajar en el jardín… Estaba tan feliz después de hora y media… que sentí que me subía a mi cabeza y que no estaba conectada al cuerpo. Floté por allí un rato… Entonces de repente estaba fuera de mi cuerpo, mirándolo desde arriba… Esto es lo que me confundió. Un pensamiento me vino a la cabeza: ¿Como es posible que esté aquí arriba? Entonces me encontré de vuelta en el cuerpo en un instante.

Esta experiencia tiene muchos aspectos fascinantes (Alvarado, 1997) que incluyen sensaciones de flotar, viajes a lugares distantes, y observaciones del cuerpo físico. Muchas personas ven su entorno desde una posición elevada, y algunas dicen que sienten vibraciones inexplicables, que ven luces, y que no pueden mover su cuerpo físico, a veces al comienzo y al final de la experiencia (Alvarado, 1984; Gabbard & Twemlow, 1984). Ejemplos de estas experiencias aparecen en las obras de Crookall (1961), Green (1968), y Muldoon y Carrington (1951), entre otras. También existe una literatura de personas que han escrito libros relatando sus experiencias más de una vez (por ejemplo, Monroe, 1971).

En las últimas décadas han habido varias investigaciones sobre aspectos de la EFC, tales como las percepciones, sensaciones y otros aspectos del fenómeno (Alvarado, 1984; Gabbard & Twemlow, 1984), sus relaciones con otras experiencias y con variables psicológicas (Alvarado, Zingrone & Dalton, 1998-1999; Parra, 2010) y neurofisiológicas (Blanke, 2004; Braithwaite, Samson, Apperly, Broglia, & Hulleman, 2011). Discutiré las percepciones verídicas, uno de los aspectos más interesantes y teóricamente importantes de las EFC, que son las percepciones que algunas personas tienen durante la EFC a través de las cuales obtienen información que no sabían con anterioridad.


TEORÍAS SOBRE LA EFC

Una experiencia fuera del cuerpo se caracteriza porque la persona siente que su parte consciente o pensante está localizada fuera de su cuerpo físico de forma que sus percepciones son consistentes con esta posición, que incluyen sensaciones de flotar, viajes a lugares distantes, y observaciones del cuerpo físico.
Una experiencia fuera del cuerpo se caracteriza porque la persona siente que su parte consciente o pensante está localizada fuera de su cuerpo físico de forma que sus percepciones son consistentes con esta posición, que incluyen sensaciones de flotar, viajes a lugares distantes, y observaciones del cuerpo físico.

Hay una larga historia de explicaciones psicológicas de la EFC en las cuales la experiencia es considerada una alucinación (Alvarado, 2009a). Actualmente parece ser la explicacion más común de la experiencia, varias formas de patología (Blanke, 2004; Braithwaite, Samson, Apperly, Broglia, & Hulleman, 2011). En contraste, también existe una literatura en la cual sus autores han sugerido que “algo”—el espíritu, la mente, o cuerpos sutiles asociados a la parte consciente de la persona— salen realmente del cuerpo (Alvarado, 2009b, 2009c). Estas ideas de lo que algunos denominan “proyección” son defendidas frecuentemente usando como evidencia las percepciones verídicas de la experiencia2. La idea básica es que la EFC no puede ser explicada solo como una alucinación si ésta contiene aspectos que han sido verificados. Cook, Greyson y Stevenson (1998) nos recuerdan que la existencia de estas experiencias verídicas indica que éstas “no son solo alucinaciones o imágenes subjetivas” (p. 402), por lo cual la explicación alucinatoria no es adecuada para explicar toda la experiencia. A continuación, resumiré estudios de casos y experimentos de percepciones verídicas de la EFC, y al final regresaré a las interpretaciones teóricas.


ESTUDIOS DE CASOS

En los comienzos de la investigación psíquica era común enfatizar la adquisición de información verídica obtenida en algunos casos de apariciones, intuiciones, y sueños (Gurney, Myers, & Podmore, 1886). En estas investigaciones se recogía y se analizaba el testimonio de las personas con estas experiencias para constatar si había evidencia de adquisición de información, usualmente sobre eventos que habían ocurrido a distancia. Este interés en verificar experiencias ha sido aplicado a la EFC.


Un ejemplo de un caso de percepción verídica durante una EFC es el siguiente:
Floté hacia… una amiga… y la encontré durmiendo—en un sofá en un cuarto parcialmente amueblado… Me encontré con ella para almorzar tres días después—le pregunté en broma donde ella estaba el Domingo por la noche, describí el cuarto y el sofá, ella se mostró asombrada, dijo que si, que
estaba allí… ella me llevó allí una semana después… [La habitación] era absolutamente como yo lo había descrito—incluyendo una blusa blanca inacabada sobre una máquina de coser (Green, 1968, p. 126).

A través de los años ha habido muchas discusiones y observaciones de estos casos, muchos de los cuales aparecen en colecciones de EFC como las de Bozzano (1934/1937), Hart (1954), y Muldoon y Carrington (1951), incluyendo las EFC durante experiencias cercanas a la muerte (Ring & Lawrence, 1993; para una revisión ver Holden, 2009). Pero prácticamente no hay trabajo sistemático sobre estos con la excepción de documentar su existencia, y de presentar porcentajes de ocurrencia basados en encuestas usando cuestionarios (Palmer, 1979a).

Podemos encontrar información sobre percepciones verídicas durante la EFC en algunas encuestas. En Inglaterra, Green (1967) obtuvo dos experiencias verídicas de 19 casos de EFC, Green (1968) no especificó la incidencia de experiencias en otra investigación pero comentó que estas eran comúnes en accidentes y en enfermedades en hospitales. Poynton (1975) analizó 122 casos de EFC recopilados en Sudáfrica usando cuestionarios publicados en periódicos. Una de las preguntas fue: “Durante la experiencia, ocurrió algún evento en el cual hubo observaciones que presentaron confirmación externa de la realidad de la experiencia (por ejemplo, ¿observó usted algún evento que encontró después había ocurrido, o vió usted algo en el mundo físico que no sabía con anterioridad)?” El 72% de las personas que respondieron dijeron haber tenido percepciones verídicas sobre un lugar distante.

En una encuesta con dos muestras aleatorias, Palmer (1979a) obtuvo respuestas de residentes y estudiantes de Charlottesville, Virginia. Una de las preguntas era sobre si, durante una EFC, la persona había obtenido “información sobre lugares o eventos desconocidos con anterioridad que después mostró ser acertada.” Respuestas positivas se obtuvieron del 50% de los residentes (N = 341) y del 12% de los estudiantes (N = 267).

Susan Blackmore administró cuestionarios a dos grupos de estudiantes de la Universidad de Amsterdam en Holanda donde se le preguntó a los que tuvieron una EFC (un 18%) si habían tenido percepciones verídicas y siete personas respondieron afirmativamente. Cuatro personas no investigaron si la información obtenida era correcta y tres dijeron que era correcta después de investigar.
Susan Blackmore administró cuestionarios a dos grupos de estudiantes de la Universidad de Amsterdam en Holanda donde se le preguntó a los que tuvieron una EFC (un 18%) si habían tenido percepciones verídicas y siete personas respondieron afirmativamente. Cuatro personas no investigaron si la información obtenida era correcta y tres dijeron que era correcta después de investigar.

Blackmore (1982b) administró cuestionarios a dos grupos de estudiantes (96 en cada grupo) de la Universidad de Amsterdam en Holanda. Se le preguntó a los que tuvieron una EFC (18%) si habían tenido percepciones verídicas y siete personas respondieron afirmativamente. De estas, cuatro personas no investigaron si la información obtenida era correcta y tres dijeron que era correcta después de investigar.

En otro estudio Giovetti (1983) obtuvo 10% de percepciones verídicas de un grupo de 110 casos de EFC. Myers at al. (1983) encontraron con estudiantes universitarios que de 45 informes de EFC el 40% dijo haber tenido experiencias verídicas. Por otra parte Blackmore (1984) encontró que, de 39 casos de EFC de una muestra de la población general, el 28% dijo tener percepciones verídicas.

Uno de mis estudios presenta información que sugiere que los resultados anteriores no son confiables (Alvarado, 1986). Para el propósito del estudio, llevado a cabo con estudiantes en una universidad privada en California, las percepciones verídicas fueron definidas como aquellas en las cuales se verificó después que la información era verídica, y las cuales ocurrieron lejos del cuerpo físico de la persona. Otro criterio fue una descripción escrita de la experiencia consistente con lo que se había descrito como verídico y con la condición de haber ocurrido lejos del cuerpo. De 61 cuestionarios solo el 5% cumplieron con nuestra definición. Sin embargo, el 33% dijeron haber obtenido información de lugares distantes aún cuando la descripción escrita mostró que habían contestado usando acontecimientos que ocurrieron cerca del cuerpo físico y considerando información que no presentaba la posibilidad de ser verificada empíricamente. Debido a que los resultados de estudios anteriores se obtuvieron solo a través de respuestas a cuestionarios (si y no) y sin el uso de descripciones, es posible que estos estudios no presentan información confiable.

Aún si se acepta como hipótesis que la EFC es una alucinación, estos serían indicadores de que la experiencia tiene aspectos que no son alucinatorios, interpretados por muchos como evidencia de la capacidad para interactuar fuera de los canales sensoriales aceptados por la ciencia.
Aún si se acepta como hipótesis que la EFC es una alucinación, estos serían indicadores de que la experiencia tiene aspectos que no son alucinatorios, interpretados por muchos como evidencia de la capacidad para interactuar fuera de los canales sensoriales aceptados por la ciencia.


Varios casos con percepciones verídicas durante EFC en condiciones cercanas a la muerte han aparecido en la literatura. Esto incluye los informes de Clark (1984), de Ring y Lawrence, 1993, y de otros (por ejemplo, Cook, Greyson & Stevenson, 1998; Sabom, 1982; Sartori, Badham & Fenwick, 2006; Smit, 2008). Muchos de estos casos se refieren a información verídica obtenida sobre objetos y acontecimientos ocurridos alrededor de la persona.

Experimentos

Unos pocos investigadores han llevado a cabo estudios experimentales de percepciones verídicas durante la EFC (para una revisión vea a Alvarado 1982). En estas pruebas se le pide a los participantes que, de lograr tener una EFC, se trasladen a un lugar cercano para tratar de obtener información sobre algo, tal como un objeto, preparado con anterioridad.

Charles Tart estudió en 1968 a una mujer llamada “Srta. Z” en laboratorio, quien dijo haber “leído” durante su EFC un número de cinco dígitos seleccionado al azar colocado en una tablilla en una cama conectada a electrodos electroencefalográficos.
Charles Tart estudió en 1968 a una mujer llamada “Srta. Z” en laboratorio, quien dijo haber “leído” durante su EFC un número de cinco dígitos seleccionado al azar colocado en una tablilla en una cama conectada a electrodos electroencefalográficos.

El más conocido de estos estudios es el de Tart (1968), quien estudió a una mujer llamada “Srta. Z.” por cuatro noches en el laboratorio. Fue solo en la cuarta y última noche en la cual ella informó tener una EFC. Según Tart ella dijo haber “leído” durante su EFC un número de cinco dígitos seleccionado al azar y colocado en una tablilla fuera de su alcance pero en la misma habitación en donde ella yacía en una cama conectada a electrodos para medir su patrón electroencefalográfico. Esta percepción fue correcta. La Srta. Z. mostró durante la experiencia un patron electroencefalográfico alfoide (7-8 hertzs), pero es posible que esto este relacionado a la EFC, no a la percepción verídica. De acuerdo a Tart había una posibilidad remota de que la participante percibió el número de forma subliminal debido a un reflejo del número en la cubierta de un reloj cercano, lo cual no pasa de ser una especulación.

Harary y Solfvin (1977) informaron sobre un estudio con seis personas que no habían tenido EFC y dos personas que podían inducir la experiencia a voluntad. Se le solicitó a los participantes que identificaran sonidos grabados emitidos a distancia, pero solo uno de los que tenían EFC fue exitoso en la prueba. En una serie de cuatro estudios Palmer (Palmer, 1979b; Palmer & Lieberman, 1975, 1976; Palmer & Vassar, 1974) estudió percepciones verídicas tratando de inducir EFC en voluntarios sin abilidades de tener la experiencia usando técnicas de relajación y de deprivación sensorial. Palmer (1978a) concluyó que los que reportaron una EFC durante la inducción no obtuvieron mejores puntuaciones de percepción extrasensorial que los que no tuvieron la experiencia. Sin embargo, hubo indicaciones de una interacción entre las puntuaciones, el estado hipnagógico, y el uso de procedimiendos de deprivación sensorial.

Otros investigadores no encontraron resultados significativos en sus estudios (Morris et al., 1978; Tart, 1967, 1969), o los resultados aparecieron en el contexto de análisis múltiples en los cuales el azar podría ser una explicación (Osis, 1975). En un estudio de sueños se encontró que el sueño de una persona tuvo contenido verídico, y que en esa misma noche esa persona tuvo una EFC. Esto, sin embargo, no muestra que el elemento verídico fue un efecto de la EFC (Krippner, 1996). Del Prete y Tressoldi (2005) reportaron una prueba de percepción extrasensorial (PES) en dos condiciones. Una fue una inducción de un estado hipnagógico la cual consistió en un ejercicio de relajación guiada por instrucciones y sugestiones para tener una EFC y querer que esta experiencia ocurriera. La otra fue intentos de relajación de los participantes, sin instrucciones algunas. La primera condición tuvo mejores resultados de PES que la segunda y la diferencia fue significativa. Sin embargo el rol de la EFC no estaba claro. Los autores especularon que la sugestión para tener la EFC pudo haber contribuído a producir PES aumentando las expectativas y la confianza de los participantes en si mismos en relación a tener percepciones verídicas. Los resultados iniciales fueron replicados en otro estudio (Tressoldi & Del Prete, 2007).

En un estudio particularmente interesante, Osis y McCormick (1980) postularon que la detección de la presencia de una persona (el psíquico Alex Tanous) durante una EFC debía mostrar relación con la adquisición de información presente en la localización en donde se trataba de detectar a la persona. Se le pidió a Tanous que visitara una ventana de un aparato en la cual el psíquico podía ver imágenes preparadas con anterioridad. La ventana tenia a su alrededor detectores para medir vibraciones, algo que no se le comunicó a Tanous. Como se esperaba, durante las pruebas en las cuales Tanous adquirió información verídica de la ventana, los sensores mostraron más actividad que en las pruebas en las cuales no se obtuvo información correcta.


Muchos autores han sugerido que “algo”—el espíritu, la mente, o cuerpos sutiles asociados a la parte consciente de la persona— salen realmente del cuerpo (ver imagen del “Ka” egipcio). Estas ideas de lo que algunos denominan “proyección” son defendidas frecuentemente usando como evidencia las percepciones verídicas de la experiencia. Ejemplos de estas experiencias aparecen en las obras de Muldoon y Carrington (1951).
Muchos autores han sugerido que “algo”—el espíritu, la mente, o cuerpos sutiles asociados a la parte consciente de la persona— salen realmente del cuerpo (ver imagen del “Ka” egipcio). Estas ideas de lo que algunos denominan “proyección” son defendidas frecuentemente usando como evidencia las percepciones verídicas de la experiencia. Ejemplos de estas experiencias aparecen en las obras de Muldoon y Carrington (1951).

DISCUSIÓN

La Evidencia sobre Aspectos Verídicos de las EFC

¿Qué podemos decir de la evidencia a favor de aspectos verídicos en la EFC? En mi opinión tenemos que mejorar la cantidad y calidad de la evidencia. Hay muy pocos informes de casos o estudios de grupos de casos como los realizados por Ian Stevenson (1970, 1995) con experiencias de PES y de apariciones. Muchos de los casos no han sido investigados en detalle, como hicieron Ring y Lawrence (1993) y Sabom (1982) con experiencias cercanas a la muerte. Esto quiere decir que no hay corroboración en muchos de estos como para que los casos sean buena evidencia de un procesos de adquisición de informacion verídica. Pero algunos casos escapan esta crítica.

Sabom (1982) discutió el tema en base a posibles explicaciones convencionales aplicadas a los casos que el investigó. En su opinión los aspectos verídicos de las experiencias cercanas a la muerte no pueden ser explicados por información que la persona tenía con anterioridad, información comunicada por otra persona, o por percepciones convencionales durante un estado de semi-conciencia.

Durante una EFC, se le pidió al psíquico Alex Tanous que visitara una ventana de un aparato en la cual el psíquico podía ver imágenes preparadas con anterioridad. La ventana tenia a su alrededor detectores para medir vibraciones. Durante las pruebas Tanous adquirió información verídica de la ventana y los sensores mostraron más actividad que en las pruebas en las cuales no se obtuvo información correcta.
Durante una EFC, se le pidió al psíquico Alex Tanous que visitara una ventana de un aparato en la cual el psíquico podía ver imágenes preparadas con anterioridad. La ventana tenia a su alrededor detectores para medir vibraciones. Durante las pruebas Tanous adquirió información verídica de la ventana y los sensores mostraron más actividad que en las pruebas en las cuales no se obtuvo información correcta.

Otras personas han mostrado escepticismo sobre la calidad de la evidencia en relación a experiencias verídicas en cercanía a la muerte (Augustine, 2007; Worlee, 2011). Mobbs (2012) ha dicho que la evidencia a favor de percepciones verídicas no es aceptable porque algunos relatos usados son anecdotas y no se han usado metodologías rigurosas. Pero me parece que esta posición es bastante exagerada.

Es cierto que la evidencia podría ser mejor. Parte del problema es que estos casos no parecen ser muy comunes y que hay pocas personas cualificadas interesadas en su investigación. Sin embargo, esto no quiere decir que la evidencia presentada no tenga valor alguno. Todo lo contrario. Estos relatos no pueden ser descartados. Aun si no los encontramos completamente convincentes estos nos ayudan a mantener la mente abierta hacia la existencia de fenómenos que no han sido admitidos en la ciencia oficial. En mi opinión muchos de los casos verídicos son difíciles de explicar en formas convencionales. Por eso es de esperarse que no se abandonen las investigaciones sobre el tema.

Lo mismo puede decirse de los pocos estudios experimentales que han producido percepciones y efectos físicos inexplicables, los cuales necesitan ser replicados. De hecho considero que el estudio de Osis y McCormick (1980) es muy importante y nunca ha recibido una explicación convencional adecuada. Pero en general la evidencia de percepciones verídicas durante la EFC en el laboratorio no es tan impresionante como la de estudios de PES en general.

Es lamentable que esta área de investigación experimental haya sido desatendida. Es posible que el problema es la falta de personas capaces de producir la EFC en el laboratorio, y de métodos de inducción de EFC confiables. Aunque a veces escuchamos que existen estudios impresionantes sobre el tema, o muchos casos que prueban la percepción verídica sin lugar a dudas, estos nunca aparecen en revistas científicas con evaluaciones por revisores externos. Estos estudios son importantes porque nos ayudan a evaluar la pregunta clásica sobre las EFC: ¿Son estas experiencias alucinaciones o son la salida de nuestra conciencia del cuerpo? Si hay fenómenos verídicos durante la EFC entonces no podemos reducir el fenómeno solo a una alucinación. ¿Cierto?

En las últimas décadas, han habido varias investigaciones sobre aspectos de la EFC, tales como las percepciones, sensaciones y otros aspectos del fenómeno y sus relaciones con otras experiencias y con variables psicológicas y neurofisiológicas, como los estudios de Olaf Blanke en Suiza con estimulación neuroeléctrica.
En las últimas décadas, han habido varias investigaciones sobre aspectos de la EFC, tales como las percepciones, sensaciones y otros aspectos del fenómeno y sus relaciones con otras experiencias y con variables psicológicas y neurofisiológicas, como los estudios de Olaf Blanke en Suiza con estimulación neuroeléctrica.

Lamentablemente la situación no es tan simple. Desde el siglo 19, y tiempo después, han habido varias ideas que postulan el funcionamiento simultáneo de alucinaciones y de PES. La idea, como puede verse en las explicaciones telepáticas de apariciones de personas vivas de Edmund Gurney (Gurney, Myers & Podmore, 1886), y de otras personas (Tyrrell, 1953), es que la mente humana puede producir alucinaciones que integran información obtenida por procesos extrasensoriales. La alucinación, algo como la visión de una persona, sería algo subjetivo, creado por la mente, pero con información telepática, tal como detalles de algo que le ocurrió a la persona representada por la visión de la cual no se tenía conocimiento (algo como un accidente u otra crisis). De forma similar se ha postulado que la adquisición de información durante una EFC podría ser un caso de alucinación que incorpora información extrasensorial (Irwin, 1985; Palmer, 1978b; Tyrrell, 1953; vea también mi resumen de estas ideas, Alvarado, 2009a). En cuanto a efectos físicos (los cuales no han sido tan bien documentados como las percepciones verídicas) se postularía que hay un efecto psicocinético combinado con la alucinación de estar fuera del cuerpo físico.

Estas explicaciones, debemos decir, aunque son presentadas por algunas personas, no tienen evidencia directa. Esto es, no hay evidencia contundente de que la persona que tiene una alucinación en forma de EFC puede también producir los efectos verídicos que hemos comentado aqui. Se trata de un ejercicio puramente teórico, sin evidencia directa, como es usual en parte de muchos modelos científicos, y como puede verse en psicología en áreas tales como el funcionamiento de la mente subconsciente y de sistemas cognoscitivos. Pero el señalamiento que estas son especulaciones sin evidencia contundente también se aplica a las ideas de aquellas personas que defienden la proyección de la conciencia, o el funcionamiento de la mente en el espacio físico o regiones no-físicas, algo que no es fácil de poner a prueba científicamente.


COMENTARIOS FINALES

Para concluir, aunque creo que hay evidencia para estos aspectos verídicos de la EFC, es necesario mejorar tanto la cantidad como la calidad de ésta. Esto es muy importante porque aún si se acepta como hipótesis de trabajo la especulación de que la EFC es una alucinación que tiene componentes parapsicológicos, estos serían indicadores de que la experiencia tiene aspectos que no son alucinatorios, aspectos que, como otros fenómenos parapsicológicos, han sido interpretados por muchos en el pasado como evidencia de la capacidad de la mente para interactuar con el ambiente fuera de los canales sensoriales aceptados por la ciencia oficial. Más allá de estas especulaciones, estos aspectos de la EFC podrían ser evidencia de que la mente o nuestra conciencia, puede funcionar independientemente del sistema nervioso, lo cual sería simultáneamente más revolucionario e importante en términos científicos que las otras ideas mencionadas.

De cualquier forma, el estudio de estos aspectos verídicos, al igual que de tantos otros fenómenos de la parapsicología, como la PES, presentan la posibilidad de expandir nuestro entendimiento de la experiencia humana y de la EFC en particular. Como bien expresó William James (1890) estos aspectos ignorados por la ciencia convencional, podrían ser de gran importancia para traer cambios a la ciencia. En el caso del tema de este capítulo, estos cambios presentan la posibilidad de incluir los aspectos verídicos que hemos discutido para indicar las deficiencias de los modelos psicológicos y neurofisiológos de la EFC.



NOTAS

* Publicado originalmente en Ojos invisibles: La cruzada por la conquista del espiritu. (Ed. Antigua) en 2015.

1. Quiero expresar mi agradecimiento a la Society for Psychical Research por el financiamiento de mi escrito.

2. Para discusiones del tema ver a Blackmore (1982) y a Irwin (1985), y mis publicaciones anteriores (Alvarado, 1982, 1983, 1986, 2000). En este artículo no discutiré casos en los cuales la persona que tiene la EFC es “vista” como una aparición, y la posible detección de aspectos físicos de la presencia de la persona.



REFERENCIAS

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      Investigación

Carlos S. Alvarado
Carlos S. Alvarado

Nancy L. Zingrone
Nancy L. Zingrone
nancy@theazire.org


RELACIÓN ENTRE LA EXPERIENCIA FUERA DEL CUERPO Y LA ABSORCIÓN: ESTUDIOS CON PARTICIPANTES PUERTORRIQUEÑOS Y NORTEAMERICANOS 1

Carlos S. Alvarado y Nancy L. Zingrone*


INTRODUCCIÓN

En tiempos recientes el estudio de la experiencia fuera del cuerpo (EFC) ha sido Ilevado a cabo principalmente desde el punto de vista psicológico (Alvarado, 1992). Es decir, la mayor parte de la investigación ha tratado de relacionar a la EFC con aspectos tales como variables cognitivas y variables de personalidad (para revisiones ver Alvarado, 1986, 1995; Irwin, 1985).

Una de las variables psicológicas más consistentes como predictoras de la EFC son las experiencias de absorción. La absorción es generalmente medida con una escala desarrollada por Auke Tellegen (Tellegen, 1992; Tellegen & Atkinson, 1974). Inicialmente, la absorción fue definida como “el uso de todos los recursos perceptuales, motores, imaginativos e ideacionales disponibles para una representación unificada del objeto de atención” (Tellegen & Aason, 1974, p. 274, nuestra traducción). En otras palabras, la absorción se refiere a los recursos cognoscitivos utilizados por el sistema de procesamiento de información de los seres humanos para mantener la atención en tareas o perceptos específicos. Más recientemente Tellegen (1992) ha dicho que la absorción “parece representar una disposición para entrar, bajo circunstancias conducivas, a estados psicológicos que se caracterizan por una marcada reestructuración del ser fenomenal y del mundo.” Esto incluye experiencias con aspectos o cualidades disociativas y de alteración de la conciencia. Tal definición es consistente con la idea y los hallazgos empíricos que han encontrado que la absorción esta relacionada con la susceptibilidad hipnótica, aunque la naturaleza y la magnitd de esta relación no está clara todavía y parece depender de variables contextuales (Roche & McConkey, 1990).

Auke Tellegen define la absorción como una disposición para entrar, bajo circunstancias conducivas, a estados psicológicos que se caracterizan por una marcada reestructuración del ser fenomenal y del mundo; experiencias con aspectos o cualidades disociativas y de alteración de la conciencia.
Auke Tellegen define la absorción como una disposición para entrar, bajo circunstancias conducivas, a estados psicológicos que se caracterizan por una marcada reestructuración del ser fenomenal y del mundo; experiencias con aspectos o cualidades disociativas y de alteración de la conciencia.

La segunda conceptualización de la absorción también es consistente con los hallazgos de estudios que han encontrado relaciones positivas (aunque de baja magnitud) entre la absorción y las experiencias disociativas (Frischholz, Braun, Sachs, Schwartz, Lewis, Schaeffer, Westergaard, & Pasquotto, 1991; Norton, Ross, & Novotny, 1990) y la absorción y la “apertura a la experiencia”, conocida en inglés como openness to experience (Wild, Kuiken, & Schopflocher, 1995).

La existencia de una relación entre la absorción y las EFC tiene sentido si consideramos que tanto la EFC como la absorción posiblemente representan algo similar: una capacidad de nuestro sistema cognoscitivo hacia la alteración de conciencia que puede expresarse en diversas formas. De hecho, varios estudios han encontrado relaciones positivas y significativas entre la EFC y la absorción. La mayor parte de estos estudios (cinco investigaciones) han sido Ilevados a cabo por Irwin y son resumidos en su libro Flight of Mind (1985). Otros han Ilevado a cabo estudios similares en donde se ha replicado el hallazgo básico de Irwin acerca del cual las personas con EFC tienen puntuaciones en la escala de absorción más altas que las personas que no han tenido la EFC (Glicksohn, 1990, dos estudios; Myers et al., 1983). Sin embargo, otros tres estudios no han replicado esta relación entre ambas variables (Gabbard & Twemlow, 1984; Glicksohn, 1990, un estudio; Spanos & Moretti, 1988). Aunque es difícil combinar los resultados de estos 11 estudios debido a que algunos de los reportes no presentan toda la información estadística necesaria, nosotros llevamos a cabo análisis meta-analíticos de los datos disponibles2. Usando el método de combinación de probabilidades Stouffer encontrarnos que los 11 estudios presentan resultados significativos (z de Stouffer = 8.40, p = 2x10-17). Para obtener un estimado de la magnitud de la relación entre la EFC y la absorción usamos el metodo de transformación de la z de Fisher después de calcular coeficientes de Pearson para cada estudio. La combinación de los 11 estudios revela una r de .38.

La absorción y la experiencia de salir del cuerpo representan algo similar: una capacidad de nuestro sistema cognitivo para alterar la conciencia que puede expresarse en diversas formas. La mayor parte de estos estudios han sido llevados a cabo por Irwin y son resumidos en su libro Flight of Mind (1985).
La absorción y la experiencia de salir del cuerpo representan algo similar: una capacidad de nuestro sistema cognitivo para alterar la conciencia que puede expresarse en diversas formas. La mayor parte de estos estudios han sido llevados a cabo por Irwin y son resumidos en su libro Flight of Mind (1985).

A pesar de que en general la relación entre la EFC y la absorción es positiva y significativa, es necesario Ilevar a cabo más replicaciones porque una gran parte de los estudios provienen de un solo investigador (Irwin). Por esta razón presentamos en este artículo tres intentos de replicar esta relación entre ambas variables. Este artículo debe considerarse como un reporte preliminar en el cual enfatizamos solo la relación entre la EFC y la absorción, sin considerar otras variables de interés. Futuras publicaciones analizarán los datos considerando otras variables.

Este es el primer intento que conocemos para relacionar a la EFC y la absorción en América Latina, en este caso con puertortiqueños (Estudios 2 y 3). Los que nos interesamos en desarrollar una parapsicología latinoamericana tenemos interés no solo en hacer investigaciones originales, sino en investigar empíricamente si las relaciones entre diferentes variables encontradas con muestras de norteamericanos (estudios de Gabbard y Twemlow, de Myers et al., y de Spanos y Moretti), de australianos (estudios de Irwin), y de israelís (estudios de Glicksohn) también pueden encontrarse en nuestros países.



ESTUDIO I (Estudio Piloto)3

Participantes

Los participantes en este estudio eran estudiantes de una clase de parapsicología en la Universidad de Virginia, en Charlottesville, Virginia. Este curso era electivo, por lo cual podemos suponer que los que lo tomaron tenían un interés específico en parapsicología. Solo 15 estudiantes completaron y devolvieron los cuestionarios. Sesenta porciento de éstos eran del sexo femenino. Sus edades fluctuaban entre los 18 y los 22 años (Mediana = 21).


Cuestionarios

Uno de los cuestionarios utilizados ha sido publicado en otro artículo (Alvarado & Zingrone, 1994). Este era un cuestionario mayormente sobre auras, pero tenía preguntas sobre otros fenómenos parapsicológicos, incluyendo a la EFC. La pregunta sobre este fenómeno fue la misma utilizada por John Palmer (1979) en un estudio anterior. El otro cuestionario que usamos fue la Escala de Absorción de Tellegen (Tellegen, 1992; Tellegen & Atkinson, 1974). Esta escala tiene 34 preguntas sobre diferentes experiencias de alteración de conciencia y de percibir los alrededores. Siguiendo la recomendación de Tellegen combinamos las 34 preguntas con otras para que el propósito del cuestionario no fuera obvio.


Procedimiento

Uno de nosotros (CSA) fue a la clase de parapsicología y dió una breve charla sobre fenómenos espontáneos y sobre el trabajo Ilevado a cabo en la entonces División de Parapsicología de la Universidad de Virginia, en donde CSA trabajaba por entonces. Después de la charla le pidió a los estudiantes que participaran en su estudio y dejó los dos cuestionarios con el profesor. Varios días despues el profesor trajo los cuestionarios completados4. Ambos cuestionarios fueron impresos por separado, y se le dieron a los estudiantes al mismo tiempo.


Análisis

Los datos fueron ingresados en el programa estadístico StatPac Gold 4.5. La relación entre las EFC y la absorción se analizó usando pruebas de t para grupos independientes. Para medir la magnitud de los efectos usamos la “d” de Cohen y el coeficiente de correlación de Pearson.


RESULTADOS

Incidencia de la EFC

De los 15 estudiantes que contestaron los cuestionarios, el 27% respondió de forma positiva a la pregunta sobre la EFC.

Relación entre la EFC y la Absorción

El promedio de absorción para todos los participantes fue de 22.26. Los estudiantes que tuvieron la EFC presentaron un promedio en la escala de absorción de 29.75, comparado con un promedio de 19.55 para los que no tuvieron la EFC. Como muestra la Tabla 1 la diferencia es estadísticamente significativa.


TABLA 1: RELACION ENTRE LAS EFC Y LA ABSORCION (ESTUDIO I)
N Absorción
Media
t p d r
Con EFC 4 20,75 3,36 .003 2,11 .68
Sin EFC 11 19,55


DISCUSIÓN

A pesar del bajo núnero de participantes, y de los pocos estudiantes con EFC, la escala de absorbci6n pudo discriminar entre los que tuvieron y los que no tuvieron la EFC. Por supuesto esta muestra no puede considerarse representativa debido a que los estudiantes en cuestión estaban swnainente interesados en el tema de los fen6menos psiquicos (raz6n por la cual presumimos tomaron la clase de parapsicologia). Afm asi es interesante notar que la frecuencia de la EFC en este estudio (27/o) es similar a la frecuencia obtenida por Palmer (1979) afios atrds con estudiantes diferentes en la misma institución, pero con una muestra seleccionada al azar.


ESTUDIO II

Participantes
Nuestros participantes fueron seleccionados por los estudiantes de uno de nosotros (CSA) como parte de un proyecto de investigación de un curso presentado por CSA en el Centro Caribeño de Estudios Postgraduados, un instituto de estudios de psicología a nivel graduado (maestría y doctorado). Esta es la única institución en Puerto Rico que cuenta con la acreditación de la American Psychological Association. De 130 cuestionarios entregados a los estudiantes, se recopilaron 120 contestados. La mayor parte de los participantes eran del sexo femenino (71%), solteras (52%), y tenían una edad promedio de 31 (con un rango de 18 a 40). Muchos se describieron como Católicos (60%) y con educación universitaria 8 (70%). La mayoría nacieron y se criaron en Puerto Rico (87% y 93%, respectivamente). Después de que se finalizó la recopilación de los datos se le entregó a los estudiantes que administraron los cuestionarios una hoja preguntando a quien estos le entregaron los cuestionarios del estudio. De acuerdo a las indicaciones de nueve de 13 de los estudiantes las personas que recibieron cuestionarios eran, en orden descendente: amigos y compañeros de trabajo, estudiantes, miembros de su familiar extraños, y otros.


Cuestionario
Desarrollamos un cuestionario en español con una variedad de preguntas. Estas eran sobre variables demográficas (8 preguntas), la Escala de Absorción de Tellegen (34), experiencias parapsicológicas, incluyendo la EFC (5 preguntas), y muchas otras preguntas sobre variables que no usamos en este trabajo. Después de las preguntas demográficas iniciales, organizamos el resto de las preguntas en órden aleatorio. Todas las preguntas (con excepción de las demográficas) eran de cierto y falso. El cuestionario tenía un título que lo identificaba como: Cuestionario de Experienclas Mentales de la Vida Diaria. La pregunta de EFC era la siguiente: “Yo he tenido la experiencia de sentirme fuera o lejos de mi cuerpo físico, esto es, la sensación de que mi mente o parte pensante estaba en un lugar diferente al del cuerpo físico.”


Procedimiento
Se le pidió a cada uno de 13 estudiantes de una clase a nivel graduado de introducción a la parapsicología que entregaran 10 cuestionarios cada uno entre personas a las que tuvieran acceso. Las instrucciones dadas a los estudiantes especificaban que no identificaran el estudio como algo sobre fenómenos parapsicológicos o de absorción, y que no se limitaran a entregar cuestionarios a personas que ellos sabían que habían tenido experiencias parapsicológicas. También se les dijo que no utilizaran pacientes clínicos (varios de ellos hacían práctica psicológica). Se le explicó a los estudiantes que la selección de una muestra en estas condiciones no puede ser representativa. Finalmente, le pedimos a los estudiantes que recopilaran descripcio nes de dos fenómenos, la EFC y experiencias de auras. Lamentablemente ellos no recopilaron las descripciones sistemáticamente por diversas razones.


Análisis
Los análisis se Ilevaron a cabo de la misma forma que en el estudio anterior.


RESULTADOS

Incidencia de la EFC

Treinta y cinco porciento de las personas que respondieron a los cuestionarios (N= 119) respondieron afirmativamente a la pregunta sobre la EFC.

Relación entre las EFC y la Absorción

El promedio en la escala de absorción para todos los participantes fue 16.93. Las personas con EFC obtuvieron un promedio en la escala de absorción de 21.71 (N = 41), mientras que los que dijeron no tener la experiencia obtuvieron un promedio de 14.64 (N = 78). Como puede verse en la Tabla 2 la diferencia fue significativa.


TABLA 2: RELACION ENTRE LAS EFC Y LA ABSORCION (ESTUDIO II)
N Absorción
Media
t p d r
Con EFC 41 21,71 5,01 .000001 .97 .42
Sin EFC 78 14,64


DISCUSIÓN

El análisis de la diferencia entre ambos grupos fue significativo, lo cual confirma nuestra hipótesis, que es consistente con los hallazgos de estudios anteriores. Sin embargo, la forma en la cual se recopilaron los cuestionarios pudo haber influído en los resultados. Siempre hay la posibilidad de que los estudiantes que recopilaron los datos hayan escogido a personas que tuvieran una alta proporción en la incidencia de fenómenos parapsicológicos y de experiencias de absorción.


ESTUDIO III

Participantes

Los participantes en este estudio eran estudiantes graduados en el Centro Caribeño de Estudios Postgraduados. Cincuenta y tres estudiantes contestaron los cuestionarios. La mayor parte de éstos eran del sexo femenino (79%) con un promedio de edad de 26 años (con un rango de 21 a 49). El 79% eran solteros, Católicos (69%), y nacidos y criados en Puerto Rico (83% y 90%, respectivamente).


Cuestionario

Utilizamos el mismo cuestionario mencionado en el estudio anterior.


Procedimiento

Los participantes eran estudiantes de tres cursos de psicología clínica dictados por un colega que enseña en la institución en cuestión.5 El profesor entregó los cuestionarios a sus estudiantes sin mencionar el propósito del estudio o la identidad de los investigadores. El profesor recopiló los cuestionarios sin que nosotros tuvieramos contacto con los estudiantes.


Análisis

Los análisis se Ilevaron a cabo de la misma forma que en el estudio anterior.


RESULTADOS

Incidencia de la EFC

El 20% de los encuestados (N = 51) contestaron afirmativamente la pregunta de la EFC.

Relación entre las EFC y la Absorción

El promedio de absorción para el grupo en general fue de 14.81, con un rango de 1 a 31. Como puede verse en la Tabla 3 la diferencia entre los que dijeron tener la EFC y los que no la tuvieron no fue significafiva.


TABLA 3: RELACION ENTRE LAS EFC Y LA ABSORCION (ESTUDIO III)
N Absorción
Media
t (gl) p d r
Con EFC 41 17,70 1,19 (49) .12 (n.s.) .43 .17
Sin EFC 78 14,39


DISCUSIÓN

A pesar de que los promedios de absorción indican una diferencia favoreciendo a los estudiantes con EFC, la diferencia no fue significafiva. En la discusión general contrastaremos los resultados en más detalle y evaluaremos nuestros estudios en relación a estudio anteriores.


DISCUSIÓN GENERAL

Como puede verse en las Tablas 1, 2, y 3 los dos primeros estudios obtuvieron resultados significafivos, confirmando nuestra hipótesis de que las personas que contestaran afirmativamente a la pregunta de EFC tendrían promedios en la escala de absorción más altos que los que contestaran la pregunta en forma negativa. El tercer estudio, aunque no fue significativo, mostró resultados en la misma dirección de los estudios anteriores, aunque con una magnitud menor. Esto es claro cuando se inspecciona la Tabla 3 y se nota la diferencia entre los promedios de la escala de absorción. Cuando combinamos los resultados de los tres estudios encontramos que éstos son significativos (z de Stouffer = 5.02, p = .00000025, r = .45). En adición, si agregamos nuestros tres estudios al análisis de los 11 estudios anteriores que presentamos en la introducción de este artículo, encontramos resultados significativos. Obtuvimos una z de Stouffer de 9.76 (p = 8 x 10-21) y una r de .40.

La magnitud de los resultados de nuestros tres estudios combinados (r = .45) no es idéntica a la magnitud de los 11 estudios anteriores Ilevados a cabo por otros investigadores (r = .38), pero es lo suficientemente similar como para sugerir que nuestro efecto es proporcionalmente similar a lo que la literatura anterior ha reportado.

Es obvio que la absorción esta relacionada a la EFC. Sin embargo, nuestros tres estudios variaron mucho en relación a los niveles de probabilidad y al efecto de magnitud utilizado. No es sorprendente que la probabilidad de cada uno variara tanto cuando nos percatamos de la diferencia en el tamaño de las muestras, algo que afecta directamente al valor de probabilidad. El hecho de que obtuvieramos significación en el primer estudio con sólo 15 individuos sugiere que el efecto fue marcadamente fuerte en ese grupo, quizás por ser personas que se habían reunido en un curso de parapsicología porque tenían muchas experiencias parapsicológicas y de absorción. Pero es claro que los coeficientes de Pearson de los tres estudios muestran que la magnitud de los efectos varía, a pesar de que la prueba recomendada por Rosenthal (1991) para ver si los coeficientes eran diferentes no fue significativa (X2(2) = 4,32, p = .12).

El hecho de que la probabilidad estuvo cerca de ser significativa, y de que hay diferencias obvias entre los coeficientes de cada estudio, sugiere que hay más variabilidad en los resultados de lo que puede explicarse por la absorción solamente. Si elevamos al cuadrado los coeficientes de Pearson de cada estudio para obtener una medida global del porciento de significación estadística explicado por la relación entre la absorción y las EFC, encontramos proporciones de 3% (Estudio 3), 18% (Estudio 2), y 46% (Estudio 1). Obviamente hay otras variables que interactúan con la absorción para predecir la EFC. Para estudiar estas variables es necesario ufilizar estadísticas tales como la regresión mútltiple, la cual nos permite evaluar la contribución simultánea e individual de una serie de variables independientes (tales como absorción, disociación, edad, frecuencia de fenómenos parapsicológicos, y experiencias traumáticas) sobre una variable dependiente (la EFC). Lamentablemente estos análisis requieren un mayor número de participantes de los que tenemos en nuestros estudios.

Sin embargo, aún admitiendo la importancia de variables múltiples, los resultados son lo suficientemente consistentes como para llevarnos a pensar que la absorción es importante en la producción de la EFC, como Irwin (1985) ha especulado en su modelo teórico. Según la absorción es importante en la producción de la EFC cuando ésta se combina con otros factores motivacionales y circunstanciales.

El trabajo de Irwin nos recuerda que tenemos también que considerar que la absorción tiene diferentes aspectos o dimensiones de importancia para el entendimiento de la EFC. Tellegen (1992) ha presentado resultados de análisis factoriales que sugieren que la escala de las 34 preguntas de absorción puede dividirse en seis factores con énfasis cognoscitivos diferentes (por ejemplo, sinestesia, recuerdos, expansión de conciencia). En futuros análisis de nuestros datos nosotros pensamos expandir nuestro trabajo considerando esos factores (al menos el segundo y el tercer estudio, los cuales fienen un número mayor de participantes). Mientras tanto la interrogante es si algunos de estos factores muestran mayores magnitudes en su relación con la EFC que otros. Esto es precisamente lo que Irwin (1985) postula y lo que ha encontrado empíricarnente. Irwin propone en su libro que aspectos fenomenológicos de la EFC se deben en parte a la sinestesia, o a la transformación de una modalidad perceptual a otra (por ejemplo, un sonido evoca una percepción visual de un color específico). El encontró que el factor de sinestesia mostró una correlación con la EFC de mayor magnitud que la de los otros factores. Más recientemente se ha reportado evidencia independiente de que las preguntas de sinestesia de la escala muestran correlaciones positivas con la EFC (Alvarado, 1994; McCreery & Claridge, 1995), pero es necesario llevar a cabo más estudios en donde se evalúen todos los factores de la escala para estar seguros que el factor de sinestesia es el mejor predictor de la experiencia.

En general, la relación de la EFC con la absorción indica que la EFC tiene relación con otros estados alterados, y, en forma general, está relacionada con la psicología del ser humano. Roche y McConkey (1990) han resumido evidencia que relaciona a la absorción con diferentes aspectos del funcionamiento cognoscitivo humano. Por ende, esto sugiere que la EFC está estrechamente relacionada con una variedad de mecanismos cognoscitivos. A pesar de que muchos prefieren enfocar el estudio de esta experiencia desde el punto de vista transcendental y espiritual, algo que nosotros no negamos completamente, nos parece que es necesario continuar los estudios que relacionan a la EFC con otros fenómenos del mundo natural tales como variables psicológicas (sobre esta perspectiva véase a Alvarado, 1995). La EFC es una experiencia humana y como tal tiene que estar relacionada a nuestra psicología, fisiología y a otras facetas del mundo natural. El estudio de su relación con la absorción es solo un primer paso. Es de esperarse que futuros estudios amplien este enfoque psicológico hacia la consideración de otros factores además de la absorción, y a la interacción de la absorción con otras variables. De esta forma nuestro entendimiento de la psicología de la EFC aumentará y esto traerá repercusiones positivas en la evaluación de los modelos que se han propuesto para explicar este fascinante fenómeno.


NOTAS

* Originalmente publicado en Revista Argentina de Psicología Paranormal. 1997, Vol. 4, No. 3, 249-262.

1. Los estudios llevados a cabo en Puerto Rico y la preparación de este artículo fueron posibles gracias al apoyo económico de la Society for Psychical Research.

2. En ocasiones, cuando no hay información necesaria, hemos asumido estimados conservadores. Por ejemplo, en los estudlos sin información estadística (Gabbard & Twemlow, 1984; Spanos & Moretti, 1988) hemos asumido valores de z y de r de 0 (cero). En otras ocasiones los valores de z son menores de lo que debían ser por dificultades prácticas en calcular los valores precisos. Ninguno de estos problemas aumenta nuestros resultados de forma indebida. En estos y en otros análisis seguimos las recomendaciones de Rosenthal (1991).

3. Este fue un estudio piloto con pocos participantes llevado a cabo por CSA años atrás (alrededor de 1985) para obtener experiencia en el uso de cuestionarios.

4. Agradecemos la cooperación de Richard Coughlin, quien nos permitió entregar cuestionarios a sus estudiantes y quien recogió los cuestionarios después de que éstos fueran contestados.

5. Agradecemos a Alfonso Martínez Taboas el tiempo dedicado a distribuir y recopilar cuestionarios en sus cursos de psicología.

** Nancy L. Zingrone es psicóloga graduada por la Mundelein College, tiene una maestría en ciencias de la educación con énfasis en educación superior y psicología con especialización docente por la Northern Illinois University y obtuvo un doctorado en Psicología por la Universidad de Edimburgo. Es conocida por sus actividades educativas on line a través de sus proyectos The Alvarado Zingrone Institute of Research Education (The AZIRE) y a través del curso gratuito Parapsychology Research and Education (también conocido como ParaMOOC) desde 2015 hasta 2020.


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Carlos S. Alvarado
Carlos S. Alvarado


LAS MEDIDAS DE MAGNITUD Y SU IMPORTANCIA PARA LA CUANTIFICACIÓN EN PSICOLOGÍA 1

Carlos S. Alvarado


INTRODUCCIÓN

Cuando tratamos de comparar algo como la altura de una persona o las dimensiones de un objeto utilizamos unidades de medición, tales como pies o metros. Estas unidades de medida han sido estandarizadas, por lo cual la comunicación es fácil siempre y cuando usemos las mismas medidas. Si queremos comparar la altura de dos personas, basta con saber las medidas apropiadas para entonces poder compararlas. Estas son formas de medir la magnitud de variables específicas para entonces hacer sentido de las similaridades o de las diferencias. La situación es similar en la investigación psicológica cuando hablamos de lo que en inglés se llama “effect size,” o la magnitud del efecto. En este artículo discutiremos la importancia de las medidas de magnitud (MM) para la investigación psicológica. Lejos de pretender una discusión técnica con énfasis en fórmulas, nuestro propósito es presentar una discusión general para concientizar a los psicólogos y a las psicólogas del significado, importancia y uso práctico de estas mediciones.


El Concepto de la Medición de Magnitud

Las MM son índices para medir la magnitud de efectos estadísticos producidos por pruebas tales como el 2, las pruebas de t y varias otras (e.j., F). Según Wood (1995) las MM son “un índice de cuán importante o robusta es la relación entre las variables [de un estudio]” (p. 391). Otra definición es la “intensidad (o magnitud) de la relación en la población, o el grado de desviación de la hipótesis nula” (Rosenthal & Rosnow, 1991, p. 42).

Posiblemente la MM más conocida es el coeficiente de correlación de Pearson (r). Este coeficiente cuantifica la magnitud de la relación entre dos variables. De forma similar, pero con diferentes fórmulas y en relación a diferentes unidades de medición, hay varios otros ejemplos de MM en la estadística.

Aunque la r y otras MM han sido usadas por años, éstas se han popularizado a partir de la década de 1980 gracias al desarrollo del meta-análisis2. El meta-análisis es una revisión de literatura a nivel cuantitativo que resume la interacción de variables en una serie de estudios utilizando medidas numéricas. En tiempos recientes se han reportado muchos de estos estudios en relación a los problemas de diferentes áreas de estudio de la psicología, tales como los efectos de técnicas terapeuticas y de técnicas educativas (para una revisión y bibliografía extensa consúltese a Lipsey y Wilson, 1993). Debido a que las MM son una de las formas más importantes de cuantificar influencias de variables que le interesan a los/las psicólogos/as, el desarrollo del meta-análisis ha popularizado el uso y el concepto de estas formas de medir nuestros resultados investigativos.

Sin embargo, esto no quiere decir que las MM han sido completamente adoptadas en la práctica de investigación psicológica. A pesar de que hay muchos meta-análisis en la literatura que usan las MM, y que el tema es discutido en detalle en libros de texto (e.j., Cohen, 1988; Rosenthal & Rosnow, 1991) y en muchos artículos (e.j., Cohen, 1990; Fleiss, 1994; Gardner & Altman, 1986; Rosenthal, 1994; Shadish & Haddock, 1994), en la práctica todavía muchos de los artículos que informan sobre investigaciones psicológicas no utilizan las MM, con excepción de la r, la cual provee un valor de probabilidad y también es una MM al mismo tiempo. Es común encontrar análisis que presentan valores de significación estadística pero que lamentablemente no contienen ninguna MM.


Información Adicional al Valor de Probabilidad

A pesar de que el valor de p es universalmente usado para interpretar los resultados de nuestras investigaciones en psicología es necesario reconocer, como nos ha recordado Cohen (1988, 1990, 1994) en sus escritos, que el uso del valor de probabilidad para aceptar o rechazar la hipótesis nula nos provee con información limitada. El valor de probabilidad está relacionado con la MM en el sentido que este valor, según es derivado de una prueba estadística, es una función de la magnitud del efecto (la MM) x el tamaño de la muestra. En muchas ocasiones MM altas están asociadas con significación estadística. Sin embargo, la MM ofrece información diferente al valor de p. Según escriben Rosenthal y Rosnow (1991): “Un resultado que es estadísticamente significativo no es necesariamente significativo en la práctica según este es evaluado por la magnitud del efecto. Por ende, valores significativos de p no deben ser interpretados automáticamente como efectos de alta magnitud” (p. 256). En otras palabras, el valor de probabilidad no nos dice nada necesariamente sobre la magnitud del efecto. Cualquiera que haya llevado a cabo investigación usando la r de Pearson, por ejemplo, puede percatarse que efectos bajos entre .2 y .3 pueden ser sumamente significativos si están asociados con un gran número de participantes. Por lo tanto es importante utilizar tanto el valor de p como la MM para interpretar nuestros resultados.

Es precisamente la magnitud de los resultados lo que las MM ofrecen y lo que los valores de probabilidad no nos brindan. Una pregunta usual es, ¿cuán robustos son los resultados de una investigación? Esta es una consideración básica para interpretar nuestros resultados investigativos. En un estudio llevado a cabo con una colega correlacionamos la frecuencia de recuerdo de sueños con experiencias disociativas en una muestra de estudiantes norteamericanos en un colegio comunitario. Encontramos un valor de probabilidad impresionante (p < .000001, 1 cola) asociado con una MM mediana (r = .36) (Alvarado & Zingrone, 2010). Las r se consideran bajas cuando son .20 o menos, se consideran medianas en el rango .30-.40s, y altas de alrededor de .50 en adelante (aunque esto es relativo y puede cambiar de acuerdo a las áreas de estudio). En este contexto es interesante notar que un valor de probabilidad impresionante no tiene necesariamente una alta magnitud. Esto es particularmente cierto con muestras grandes, en donde efectos pequeños obtienen alta significación estadística.

Es importante prestar atención a la magnitud de los resultados de la investigación cuando encontramos análisis estadísticos en la literatura psicológica. Por ejemplo, en una investigación en Puerto Rico se encontró que las puntuaciones en la Escala de Depresión de Beck en obreras expuestas a substancias tóxicas (X = 28.18) era mayor que la de obreras que no habían sido expuestas a tales substancias (X = 14.0). La diferencia fue significativa, t(37) = 3.78, p < .001 (Ortíz Colón, Roselló, Muñoz Vázquez, Maldonado Santiago, Suárez, & Donato Jiménez, 1993/1994). Pero debido a que el valor de probabilidad no es claro en términos de magnitud es necesario calcular una MM de los datos proporcionados usando procedimientos discutidos por Rosenthal (1991) y por Rosenthal y Rosnow (1991). Nuestro análisis obtiene una d de Cohen de 1.25. Esta MM se considera de gran magnitud a partir de .80. También es posible transformar el valor de t a una correlación de Pearson (r = .53).

Otro ejemplo de la literatura es uno de los análisis que Mulkens, de Jong y Merckelbach (1996) presentaron en relación a fobia a las arañas. En su estudio estos investigadores expusieron a dos grupos de personas, uno con fobia a las arañas y otro sin esta fobia, a observar una araña que se acercaba y tocaba una galleta. Luego se le pidió a los participantes en el estudio que se comieran la galleta en cuestión. Al comparar la frecuencia de las personas que luego de ver esto se comieron la galleta encontraron que los fóbicos comieron menos galletas tocadas por la araña que los que no tenían fobias a las arañas. La diferencia obtuvo resultados significativos con un 2(1) de 13.5, p < .001 (N = 69). Los datos nos permiten calcular el coeficiente de phi, una MM apropiada para análisis con esta prueba siempre y cuando ésta sea de un (1) grado de libertad. En este caso el coeficiente es .44. En términos de magnitud, la interpretación de este coeficiente es como la del coeficiente de Pearson.


Nueva Definición de Replicación

Algunos, como Cohen (1990, 1994), Gardner y Altman (1986), y Rosenthal y Rosnow (1991), recomiendan que, para poner a prueba nuestras hipótesis, se utilicen las MM en vez de los valores de p. 3 Esta posición todavía es controversial y no se ha aceptado completamente por la comunidad psicológica (Chow, 1988). Sin embargo, nosotros vemos gran valor en usar las MM como criterio de replicación. Usualmente se considera que un efecto se ha replicado si se obtiene significación estadística (p < .05). Sin embargo, el uso de las MM sugiere que la magnitud del efecto podría ser usado como criterio de replicación. Rosenthal (1990b) ha expresado esta perspectiva como sigue: “El punto de vista tradicional de la replicación enfatiza el nivel de significación como la estadística relevante para resumir los resultados de un estudio y evalua el éxito de una replicación de forma dicótoma. El nuevo y más útil punto de vista sobre la replicación enfatiza el tamaño del efecto como la más importante estadística para resumir los resultados de un estudio y evalua el éxito de una replicación, no en una forma dicótoma, sino en una forma contínua” (p. 28). En otras palabras, la decición para determinar si dos o más estudios son similares no depende de si los resultados fueron significativos o no (la dicotomía a la que Rosenthal se refiere), sino de tendencias en las MM las cuales van más allá de un simple si o no. Es como si comparáramos respuestas a la misma pregunta usando una forma de contestar dicótoma (cierto y falso) y otra contínua (con escalas de menor a mayor grado, como las escalas Likert). Formas de respuesta contínua nos permiten obtener perspectivas diferentes a un simple si y no, pues se admite la posibilidad de puntos intermedios.

Tomemos como ejemplo las correlaciones entre la edad y las experiencias disociativas según éstas son medidas por la Dissociative Experiences Scale. Bernstein y Putnam (1986) reportaron un análisis con 183 participantes en el cual la edad y las puntuaciones en la escala disociativa obtuvieron un coeficiente de Spearman de -.19, p < .01. En un estudio que todavía no ha sido publicado (Zingrone & Alvarado, 1994) una colega y yo encontramos los siguientes resultados con la misma escala: rs(52) =- .26, p = n.s. De acuerdo al criterio convencional de replicación, la significación estadística, nuestro estudio no puede considerarse como una replicación exitosa de los hallazgos de Bernstein y Putnam. Sin embargo, los coeficientes muestran similaridad, aún cuando la magnitud de nuestro efecto es mayor que la del estudio original. En forma similar, la correlación (r) entre las mismas variables reportadas en el estudio de Ross, Joshi y Currie (1990) con una muestra representativa de la población general (N = 1042) obtuvo resultados significativos, r = -.23, p < .00001. Aunque el valor de probabilidad de nuestro estudio no es significativo, el coeficiente obtenido por Ross y colaboradores muestra que la magnitud de la relación entre ambas variables en su estudio no es fundamentalmente diferente a la del nuestro. Esto muestra que es posible considerar definiciones diferentes de replicación en base a la magnitud de los resultados y que el valor de p no nos ofrece toda la información necesaria para entender lo que hemos encontrado empíricamente.

Por añadidura, comparaciones de este estilo muestran que el valor de probabilidad depende mucho del número de los participantes en los estudios, mientras menos participantes se utilicen más difícil es obtener significación estadística. La MM es menos sensitiva a este problema (para discusiones del concepto de “poder” estadístico consúltese a Cohen [1988] y a Rosenthal y Rosnow [1991]).

La evaluación de las MM como criterio de replicación se facilita utilizando métodos meta-analíticos que nos permiten combinar las medidas en cuestión de forma similar a los promedios y otras combinaciones de puntuaciones que los/las investigadores/as llevamos a cabo frecuentemente (Rosenthal, 1991; Shadish & Haddock, 1994).

Una vez nos percatamos de la importancia de las MM para evaluar la replicación, es que entonces necesitamos que los/las autores/as de trabajos de investigación presenten sus resultados usando las medidas apropiadas. Por ejemplo, en un artículo sobre el historial de abuso sexual en personas que luego fueron delincuentes de crímenes sexuales el autor reportó: “Como ha sido observado en estudios anteriores, la edad de la víctima y su género estaban correlacionadas significativamente, 2 (1, N = 90) = 14.77, p < .001, indicando que cuando víctimas masculinas eran escogidas, éstos eran casi exclusivamente niños; sin embargo, cuando víctimas femeninas eran escogidas, éstas eran las mismas en término tanto de niños, iguales, o adultos” (Worling, 1995, p. 612). La información obtenida por este autor nos permite calcular una MM para sus resultados (Phi = .41). Lamentablemente el autor de este artículo no compara sus resultados con la magnitud de los hallazgos que él dice se encontraron en otros estudios y que fueron consistentes con el suyo. El problema con esto no es solo que algunos/as investigadores/as son más cualitativos o cuantitativos que otros en la evaluación de sus resultados. Lo que nosotros criticamos es la falta de precisión en comparar los resultados. Debido a que tenemos las MM apropiadas toda persona que investiga debía de tratar de ser lo más precisa posible en sus afirmaciones de forma que todos podamos entender con exactitud que significa tener resultados comparables o similares.


Identificación de Variables Claves o Importantes

Las MM nos ayudan a identificar variables importantes porque nos indican la magnitud de nuestros resultados estadísticos. Un ejemplo es el estudio de Cardeña y Spiegel (1993) de frecuencias de reacciones disociativas en personas después del terremoto de San Francisco ocurrido en el 1989. Estos investigadores usaron pruebas de t comparando las reacciones de los mismos participantes en dos ocasiones diferentes: una semana, y cuatro meses después del terremoto. La MM que ellos usaron fue la d de Cohen. Entre los resultados más interesantes, podrían mencionarse que las alteraciones cognoscitivas (tales como confusión e hipervigilancia) mostraron una mayor magnitud que las alteraciones de memoria y del sentido de percibir el tiempo. La d de cada uno fue de .85, .60, y .55, respectivamente. Esto es de utilidad a los/las psicologos/as clínicos/as para identificar cuales son los problemas más severos de las personas que sufren traumas de desastres.

Otro ejemplo puede encontrarse en el libro de Richardson (1994, p. 162) sobre imágenes mentales. Richardson presenta correlaciones de Pearson de diferentes estudios usadas para medir la relación entre la escala de absorción de Tellegen y varias pruebas de imágenes mentales. Como puede verse en su trabajo las relaciones más robustas son con pruebas de la vividez de las imágenes (.43, .42, .48), seguidas por las relaciones con pruebas de preferencia de imágenes (.10, .08), y por una prueba de control de imágenes (.13). La magnitud de los coeficientes indica que la absorción muestra relaciones más robustas con la vividez que con otras dimensiones de las imágenes mentales.

Por supuesto, análisis como estos no son tan sensitivos como lo son las técnicas estadísticas que consideran variables múltiples en sus cómputos para separar los efectos específicos de esas variables. La regresión múltiple es usada en algunas de estas situaciones. Esta técnica estadística provee varias MM súmamente útiles. Como explican Cohen y Cohen (1983): “Debido a que en el sistema de [regresión múltiple] se puede determinar de rutina varios tipos de proporción de varianzas, esto es, los cuadrados de los coeficientes de correlación simples, múltiples, parciales, y semiparciales, ésta tiene en sí medidas del tamaño del efecto…” (p. 7).


Comparación de Efectos Entre Estudios

Como mencionamos anteriormente las MM nos ayudan a comparar estudios en términos de replicación. Pero algunas veces la comparación no es por razón de replicación sino para saber si los resultados son similares o comparables. Este es el caso cuando queremos saber si los resultados de una colección de casos, por ejemplo, son comparables con los casos recopilados en otro lugar para establecer uniformidad de unas variables específicas. Por ejemplo, Martínez Taboas (1993/1994) comparó los síntomas de casos puertorriqueños de ataques de pánico con los de un estudio similar llevado a cabo en los Estados Unidos. En este caso debemos esperar que mientras más similares la frecuencia de síntomas en las dos muestras, más bajas serán las MM. Nosotros analizamos los datos presentados en ese artículo. Solo encontramos dos comparaciones significativas usando la Prueba de Probabilidad Exacta de Fisher y el Phi Estimado como MM. Como es de esperarse, las MM más bajas correspondieron a los porcientos de síntomas más similares entre sí. Por supuesto, la interpretación de estas diferencias y MM deben verse en el contexto de los datos, considerando las diferencias en formas de selección de participantes y la identidad de los/las participantes, entre otras variables.

Otras veces es útil saber si dos o más análisis llevados a cabo en el mismo estudio son diferentes en términos de magnitud. En una evaluación de las propiedades psicométricas del STQ, un cuestionario usado mayormente en Inglaterra para el estudio de la esquizotípia, se compararon las correlaciones (r) entre la edad y dos partes de la escala que miden la personalidad esquizotípica y la personalidad fronteriza (Jackson & Claridge, 1991). La primera obtuvo un coeficiente de -.58 y la segunda de -.53, lo cual muestra aproximadamente la misma magnitud en dirección negativa. Esto es, las puntuaciones en ambas sub escalas disminuyen con la edad. Por añadidura, muchas investigaciones usan MM para evaluar los instrumentos utilizados en términos de intercorrelaciones, consistencias internas, y confiabilidad (Hammond, 1995). Sin embargo, MM de esta clase tales como la conocida medida de consistencia interna, el alfa de Cronbach, se limitan solo al desarrollo y validación de un cuestionario específico. No se usan en la misma forma que las otras MM mencionadas en este artículo.

La comparación de MM entre estudios nos lleva a técnicas meta-analíticas para ver si los resultados de un estudio o de un grupo de estudios, son comparables o no (Rosenthal, 1991; Shadish, & Haddock, 1994). Estas técnicas son de combinación y de contraste. Las de combinación nos ayudan a obtener el promedio, u otra medida de tendencia central, de una MM en particular para un grupo de estudios. Cuando las MM se contrastan se trata de determinar si un grupo de coeficientes de Pearson, por ejemplo, son homogéneos (similares) o heterogéneos (diferentes entre sí). Un ejemplo de combinación de MM es el siguiente. En el artículo de Jamieson y Schimpf (1980) se puso a prueba la hipótesis que la memorización de pares de palabras sería facilitada por la estrategia de imagenes mentales utilizadas. Más específicamente, se esperaba que cuando los/las participantes usaban sus propias imágenes como asociaciones entre los pares de palabras para memorizar estos/as mostrarían más recuerdos que los/las participantes que fueron instruídos/as a utilizar asociaciones de imágenes provistas por los investigadores. Los resultados de cada uno de los tres experimentos fueron significativos. Nosotros calculamos la magnitud de la diferencia usando la d. Cuando se calcula el promedio de las d de los tres estudios obtenemos un valor de 1.27. Debido a que la d se considera un efecto de alta magnitud de .80 en adelante, nuestro resultado muestra un efecto fuerte.

Finalmente, es necesario mencionar que en el meta-análisis las MM se combinan con muchas otras variables. Por ejemplo, una d o r podría analizarse en relación a la calidad de los estudios, las características de los participantes en los estudios (sexo, edad, educación, diagnóstico clínico, experiencias tales como tipo de trauma o de ambiente familiar), los investigadores que llevaron a cabo los estudios, y los grupos experimentales y controles, entre otras variables4.


Utilidad e Interpretación Práctica de las Medidas de Magnitud

Aquellos/as lectores/as de orientación cualitativa que hayan llegado hasta esta parte de nuestro artículo quizás se pregunten si las MM nos ayudan de alguna forma práctica o si estamos prestando demasiada atención a efectos débiles y triviales. Tal opinión se expresa a veces diciendo que hay valor o significación a nivel estadístico, pero no a nivel clínico. Ciertamente hay efectos que posiblemente no tengan implicaciones clínicas u otras implicaciones prácticas, pero la situación debe ser analizada en términos de casos específicos. Veamos algunas perspectivas de esta problema.

Debemos percatarnos del peligro de confundir significación estadística con magnitud estadística. Aparentemente muchas personas se dejan impresionar por valores de probabilidad que tienen varios ceros después del punto decimal. En una presentación ante un grupo de investigación yo noté cuán impresionada quedó mi audiencia ante mis valores de probabilidad en una investigación correlacional, valores de p < .00001. Al notar la sorpresa de estas personas yo les recordé que debían de fijarse que los efectos en cuestión mostraban una magnitud poco impresionante, en el rango de .3. Lamentablemente casi todas las personas que hacemos investigación hemos sido entrenados/as a buscar valores de p significativos y no a prestar atención a la magnitud de los resultados. Particularmente problemáticas son las investigaciones que usan miles de participantes, pues el tamaño de la muestra afecta el valor de probabilidad llevándonos a obtener significaciones estadísticas impresionantes sin necesariamente tener resultados de alta magnitud. Scarr (1997) nota que este es el caso de algunas investigaciones epidemiológicas que tienen implicaciones sobre nuestra vida (por ejemplo, sobre nuestros hábitos alimenticios). En las palabras de esta investigadora: “Asociaciones estadísticas entre X y Y (por ejemplo, la avena y el cancer cerebral) se reportan como importantes si p < .05, independientemente de la magnitud de la asociación (por ej., N = 25,000, r = .05, p < .05). Basados en esta asociación puede que se nos diga que evitemos la avena” (p. 17). Cuando se hacen estudios con miles de personas se pueden encontrar impresionantes resultados estadísticos que estan basados en minúsculas diferencias. Por otra parte, debemos considerar la posible importancia de efectos de baja magnitud.

Cuando se hacen estudios con miles de personas se pueden encontrar impresionantes resultados estadísticos que estan basados en minúsculas diferencias. Por otra parte, debemos considerar la posible importancia de efectos de baja magnitud. Comencemos con los comentarios de Durlak (1995) en relación al significado práctico de las MM: “La respuesta es complicada y depende de muchos factores. La magnitud estadística de una [MM] no está relacionada a su importancia práctica de forma clara. Efectos relativamente pequeños podrían tener considerable significado práctico, y lo opuesto también es cierto para efectos grandes… En resúmen, efectos de cualquier magnitud pueden tener valor práctico o significado dependiendo de las circumstancias…” (pp. 329-330).

Veamos un ejemplo práctico que sugiere que efectos considerados por muchos como débiles pueden tener gran importancia práctica. En su meta-análisis de cerca de 400 estudios sobre los efectos de la psicoterapia Smith y Glass (1977) reportaron una r de .32 como la MM del efecto de la psicoterapia. Tal coeficiente indica que “solo” un 10% de la varianza o de la relación entre la psicoterapia y evaluaciones de resultados es explicado por las variables en cuestión. De acuerdo a Rimland (1979) este resultado significa el “golpe de muerte” a la psicoterapia debido al bajo efecto de su eficacia. Pero hay otras formas de ver el problema. Rosenthal y Rubin (1982) han presentado una forma de analizar estas MM para determinar su utilidad practica5. De acuerdo al procedimiento de Rosenthal (el cual no discutiremos aquí en detalle) es posible tabular los resultados en base a una MM y medir el cambio en terminos de tasa de éxito, sobrevivencia, cura, mejoramiento, y otras perspectivas. Tablas desarrolladas por Rosenthal (1991, p. 134; Rosenthal & Rosnow, 1991, p. 282) muestran que una r de .30 (un poco más baja que la r de Smith y Glass) muestra un aumento en la tasa de tratamiento de 30%. Esto es, los resultados de Smith y Glass indican que la combinación de sus estudios muestra que la diferencia entre no recibir tratamiento y recibir tratamiento va de un 35% a un 65%. Esto claramente no es un efecto trivial.

Rosenthal (1990a) ha mencionado que hay muchos ejemplos de investigaciones médicas con MM de baja magnitud que, sin embargo, tienen grandes implicaciones prácticas. Uno de estos fue un estudio con la droga propranolol usada para ayudar a los pacientes con ataques al corazón. Según Rosenthal (1991): “El 29 de octubre de 1981 el National Heart, Lung, and Blood Institute detuvo su estudio controlado de placebos de propopranolol porque los resultados fueron tan favorables al tratamiento que hubiese sido una falta de ética el evitar que los pacientes del placebo control no recibieran el tratamiento ¿Acaso el uso del propranolol explicó el 90% de la varianza en las tasas de muerte? ¿Sería de 50% o de 10%? [La r del estudio fue .04]. Como investigadores del comportamiento no estamos acostumbrados a pensar que rs de .04 reflejen tamaños de efectos de importancia práctica. Pero si nosotros estuviésemos entre los 4 por 100 que se movieron de un resultado a otro, ¡quizás cambiaríamos nuestra opinión sobre la importancia práctica de efectos pequeños!” (pp. 135-135).

Todas estas consideraciones son importantes pero tenemos que entender que la evaluación de la importancia de efectos pequeños (o grandes) depende de lo que impliquen los resultados para nosotros. Obviamente salvar 4% de los pacientes mencionados por Rosenthal es importante. Si proyectamos este porciento a las miles de personas que tienen ataques al corazón al año, es obvio que una diferencia de 4% es importante. Sin embargo, un cambio de 4% no es necesariamente considerado importante cuando lo que estamos evaluando no implica vidas o el mejoramiento de la condición humana. Si el problema es algo teórico que todavía no tiene aplicación médica, clínica, social, industrial o de otra índole, es posible que no sea considerado relevante o importante.

El propósito de este artículo ha sido introducir el concepto de las MM y sus ventajas para la cuantificación en psicología. Como todo en la estadística es importante mantener la perspectiva de las dificultades en cuantificar algunos conceptos. No todo lo que es importante puede tener una MM y ciertamente parte de la labor clínica y aplicada de los/las psicólogos/as no necesita a las MM ni a las estadísticas en general. Pero una psicología que quiera mantenerse científica tiene que estar al día con las técnicas más útiles de nuestros tiempos y tiene que mantenerse informada del significado de las investigaciones que se llevan a cabo alrededor del mundo. En este sentido aún los/las practicantes de psicología que no llevan a cabo investigaciones pueden obtener provecho de saber algo de estadísticas como las MM.

Es nuestra esperanza que las personas que sometan trabajos de investigación a esta revista utilicen con más frecuencia las MM en sus informes empíricos. Como un mínimo, los artículos en cuestión siempre deben presentar la información necesaria para que un lector pueda calcular las MM correspondientes a las pruebas específicas (esto usualmente requiere el número de personas en cada análisis y el valor de la prueba utilizada). De esta forma los informes de investigación en nuestra comunidad serán más precisos y proveerán más información de lo que usualmente obtenemos de los valores de probabilidad.

NOTAS

1. Este artículo fue escrito cuando el autor disfrutaba de una beca de investigación del Institut für Grenzgebiete der Psychologie und Psychohygiene (Freiburg, Alemania).

2. Para resúmenes de esta técnica consúltese los artículos de Durlak (1995) y de Wood (1995). Otras fuentes de información importantes son los libros de Cook et al., (1992), Hunter y Schmidt (1990), Rosenthal (1991), y Wolf (1986).

3. Esta posición debe ser vista como parte de un problema más abarcador, el de las recientes críticas sobre el uso de la significación estadística para poner a prueba la hipótesis nula. El número de enero de 1997 de la revista Psychological Science presenta varios artículos que representan diferentes posturas sobre el tema (Abelson, 1997; Estes, 1997; Harris, 1997; Hunter, 1997; Scarr, 1997). Para referencias adicionales sobre este tema consúltese el artículo de Shrout (1997).

4. Para detalles adicionales de estos procedimientos recomendamos las discusiones de técnicas meta-analíticas de Cook et al. (1992), Hunter y Schmidt (1990), Rosenthal (1991), y Wolf (1986).

5. Véase también a Rosenthal (1991, pp. 132-134) y a Rosenthal y Rosnow (1991, pp. 281-283).



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      Ensayo 1

Carlos S. Alvarado
Carlos S. Alvarado

Alfonso Martínez-Taboas
Alfonso Martínez-Taboas
amtaboas@coqui.net


PARAPSICOLOGÍA: FALACIAS Y ERRORES QUE TODO PSICÓLOGO DEBE RECONOCER*

Carlos S. Alvarado & Alfonso Martínez-Taboas


La parapsicología es un tema de gran interés para el público en general. La venta de libros y la atención prestada a programas detelevisión sobre temas como telepatía, premoniciones y fantasmas esevidencia de esto. Sin embargo, la parapsicología es malentendida pormuchos. La mayoría de las personas no parecen saber qué es este campo, qué fenómenos se estudian, y cuáles metodologías son las apropiadaspara estudiar los fenómenos parapsicológicos. Asimismo, hay muchas ideas equívocas sobre lo que hacen los profesionales que trabajan eneste campo o lo que se ha aprendido a través de los años.

Esta confusión no se limita al público en general. Muchos deestos malentendidos o errores sobre la parapsicología son compartidospor profesionales de la psicología en Puerto Rico (y de otros países). Los autores de este artículo, ambos con doctorados en psicología, no culpamos a nuestra profesión por esta falta de conocimientos sobre el tema. La verdad es que los libros de texto de psicología rara vez incluyen material sobre la parapsicología. Por añadidura, los currículos de psicología en Puerto Rico rara vez incluyen una discusión crítica y abarcadora sobre ésta. Por estas razones no nos sorprende que muchos colegas tengan pocos conocimientos sobre el tema.

Recientemente el primer autor (CSA) ha tratado de diseminar información sobre la parapsicología en Puerto Rico a través de: (1) un curso de introducción a la parapsicología a estudiantes graduados en la Universidad Carlos Albizu dictado entre 1996-2000; (2) un seminario con crédito de educación continuada auspiciado por la misma institución titulado El Estudio Psicológico de los Fenómenos Parapsicológicos (en 2000); y (3) publicaciones sobre el tema o aspectos de éste en revistas psicológicas puertorriqueñas (Alvarado, 1988, 1999; Alvarado & Zingrone, 1998). Por su parte, el segundoautor (AMT) ofreció unos cursos privados introductorios de parapsicología durante los años 1982-1989 en la Fundación Cívico Educativa y en el 1995 ofreció un seminario de educación continuada en la Asociación de Psicólogos de Puerto Rico sobre la psicología anomalística y su relación con los fenómenos parapsicológicos. Para propósitos de este artículo debemos aclarar que aunque cada autor está de acuerdo con los puntos discutidos en cada sección, cada uno de nosotros escribimos partes diferentes del mismo. El primer autorescribió la introducción y las secciones 1 y 4, mientras que el segundo autor escribió la conclusión y las secciones 2,3 y 4. El propósito de este artículo es discutir algunas falacias o malentendidos que, en nuestra experiencia, son endosados por los profesionales de la psicología en Puerto Rico y en otros países.

Antes de proseguir es necesario discutir brevemente qué se entiende por parapsicología. En pocas palabras, la parapsicología es el estudio científico de los llamados fenómenos psíquicos. Como hemos discutido en otras publicaciones (Alvarado, 1999; Alvarado & Zingrone, 1998), y como puede verse en libros de introducción sobre el tema (Broughton, 1991; Irwin, 1999), uno de los principales fenómenos estudiados es la percepción extrasensorial (PES). Esto se refiere a la adquisición de conocimientos sin el uso de canales sensoriales reconocidos. Nos referimos a sueños, intuiciones y alucinaciones verídicas que corresponden con los pensamientos o emociones que tiene otra persona (telepatía), la adquisición de información sobre eventos físicos, tales como accidentes (clarividencia), y la percepción de acontecimientos futuros (precognición). La psicoquinesia, llamada popularmente “el poder de la mente sobre la materia”, incluye acciones sobre el mundo físico sin el uso del sistema neuromuscular. Esto incluye movimientos de objetos y acciones sobre sistemas orgánicos y sistemas mecánicos y electrónicos.

Estos fenómenos, en la opinión de parapsicólogos como J.B. Rhine (1947), sugieren una similitud con los sistemas perceptuales y neuromusculares del ser humano. Esto es, Rhine postuló que, al igual que nuestros sentidos y sistema motor nos permiten interactuar con nuestro ambiente, la PES y la psicoquinesia hacen algo similar de forma aún desconocida.

Dentro del campo también se estudian otros fenómenos, tales como la experiencia fuera del cuerpo, apariciones verídicas, movimientos de objetos alrededor de alguna persona en particular (poltergeists), comunicaciones de aparentes personas fallecidas a través de médiums, y curaciones, entre otros. Como discutiremos más adelante, estos fenómenos son estudiados de manera muy similar a como se estudian fenómenos tradicionales en la psicología. Esto es, se usan diversas técnicas y métodos de investigación empírica, tales como el método experimental o encuestas y estudios de caso, entre otros.

También es importante resaltar que la parapsicología moderna se caracteriza por diversos acercamientos conceptuales. Algunos estudios le dan énfasis a las características fenomenológicas de la materia bajo estudio sin hacer hincapié en su realidad objetiva. Los estudios clásicos de Louisa E. Rhine (1981) sobre los diferentes aspectos de los casos de PES son clásicos en la literatura moderna. En éstos se intenta estudiar la experiencia de las personas sin asumir la naturaleza del fenómeno. Esto es característico de muchas de las encuestas modernas. Lo que hace a la parapsicología diferente de la psicología es que algunas personas han argumentado que los fenómenos estudiados requieren explicaciones diferentes a las que la ciencia convencional acepta. O sea, en el caso de la PES, muchos parapsicólogos creen que el fraude u otras explicaciones convencionales (tales como fallas metodológicas) no pueden explicar los resultados de los estudios. Estas personas creen que hay una forma de comunicación humana que implica la existencia de principios o mecanismos diferentes a los conocidos por la psicología perceptual. Hay muchos críticos que no están de acuerdo con la perspectiva parapsicológica, como puede verse en los escritos de Alcock (1990), Hyman (1987) y Kurtz (1985). En el caso de otros fenómenos, tales como fenómenos religiosos y casos poltergeists se asume que el fraude y errores de observación lo explican todo (Nickell & Fischer, 1988). En casos como las experiencias fuera del cuerpo, se ha argumentado que éstas pueden ser explicadas como alucinaciones creadas por la mente humana (Irwin, 1985)1. Como puede apreciarse, la parapsicología es un campo complejo, con muchos acercamientos y perspectivas que complican su entendimiento. Los comentarios que siguen a continuación representan una discusión básica de varios aspectos que necesitan ser aclarados para un mejor entendimiento de esta disciplina.

ERROR 1: La parapsicología no cuenta con estudios científicos ni rigurosos. Esta aseveración muestra que la persona no está familiarizada con la literatura parapsicológica. Al igual que la psicología, la parapsicología utiliza métodos y técnicas científicas. Los estudios de laboratorio son los más frecuentes. La mayor parte de estos estudios se caracterizan por diseños experimentales complejos de la American Psychological Association, muestra experimentos de PES en relación con variables como el funcionamiento de los hemisferios cerebrales (Alexander & Broughton, 2001), sueños (Dalton, Steinkamp & Sherwood, 1999), geomagnetismo (Persinger & Krippner, 1989), actividad eléctrica del cerebro (Rao & Feola, 1979), creatividad (Roe, McKenzie & Ali, 2001), y defensas perceptuales (Watt & Morris, 1995). A pesar de que la PES es un tema que algunos encuentran extraño, los métodos y técnicas de investigación usados en los estudios citados (y en muchos otros) son los mismos que se utilizan en otras ciencias.

Otros investigadores hacen encuestas y otros realizan estudios con cuestionarios en los cuales se estudian variables psicológicas ysu relación con informes de experiencias tales como PES, apariciones y experiencias fuera del cuerpo. De esta manera, algunos investigadores han explorado la relación de los fenómenos parapsicológicos con capacidades disociativas (Richards, 1991), propensidad a la fantasía (Rao, 1992), susceptibilidad hipnótica (Pekala, Kumar & Cummings, 1992) y rasgos de personalidad (Zingrone, Alvarado & Dalton, 1998-99). El primer autor se ha especializado en el estudio de las experiencias espontáneas fuera del cuerpo. En estudios recientes el primer autor ha investigado el perfil psicológico de las personas con estas experiencias (Alvarado, Zingrone & Dalton, 1998-1999) y las características de la experiencia en relación a si la persona cree que está cerca de la muerte (Alvarado, 2001). Estos estudios usan escalas psicológicas y análisis estadísticos que no difieren de lo que se hace en muchas áreas de la psiquiatría y de la psicología. De forma similar, todas estas publicaciones son examinadas por revisores de la misma forma que se hace con informesde estudios en otras disciplinas.

Los estudios mencionados, y tantos otros, se llevan a cabo para poner a prueba hipótesis específicas, algo básico en el proceder científico. Es posible falsear estas hipótesis. Por ejemplo, en el estudio de Alexander y Broughton (2001) se puso a prueba la hipótesis deque puntuaciones significativas de PES en el laboratorio serían mejores en la condición que favorecía el funcionamiento del hemisferio cerebral derecho. Los resultados llevaron a los investigadores a rechazar la hipótesis. Como puede verse en la revisión clásica de Palmer (1978) sobre estudios experimentales de PES, las conclusiones en parapsicología son apoyadas de manera empírica. Se considera que hay una relación si la literatura muestra que los resultados son consistentes en confirmar la hipótesis. Pero si la literatura no es consistente, claramente se admite que este es el caso y se abandonan las hipótesis. Sin entrar en detalle al controversial tópico de la replicación en algunas áreas de la parapsicología, hay que admitir dos cosas.

Existen diferencias de opinión entre lo que es replicación y si ésta se ha alcanzado en los experimentos de PES y de psicoquinesia. Por otra parte, hay otras áreas menos controversiales en las cuales la replicación es más consistente (Alvarado, 2000b). Para los propósitos de nuestra discusión lo que queremos enfatizar es que la replicación es algo sumamente importante en la parapsicología, independientemente de evaluaciones específicas del éxito en replicar algunos resultados (Shapin & Coly, 1985). Siempre hay personas que no siguen el método científico. La literatura popular está repleta de ideas exageradas (y hasta extravagantes) en las cuales hay innumerables violaciones de un buen proceder científico. Algunos de estos libros, sobre temas tales como regresiones a otras vidas pasadas (Weiss, 1988) o experiencias cercanas a la muerte (Morse con Perry, 1990), presentan conclusiones que no están justificadas por la metodología utilizada o por los resultados encontrados. Pero sería un error garrafal evaluar el campo de la parapsicología en su totalidad por la presencia de estos ejemplos problemáticos. Estos problemas también ocurren en la psicología.

¿Cuántos libros han sido escritos por profesionales de la psicología sobre psicoterapias sin ningún apoyo empírico? De hecho, muchos expertos calculan que la gran mayoría de las psicoterapias no poseen un buen bagaje empírico ni teórico (Singer & Lalich, 1996). Asimismo, la literatura psicológica popular está repleta de aseveraciones sobre el funcionamiento del cerebro, la hipnosis, y la auto-estima que no tienen buena metodología y que muchas veces sólo enmascaran opiniones personales de los autores (Dawes, 1994). Pero esto no quiere decir que no existan buenos estudios sobre estost emas y que la psicología no sea una disciplina científica. Sin embargo, un problema serio y real que tiene el campo de la parapsicología es que, comparada con la psicología, cuenta con pocos investigadores y con pocos recursos institucionales y económicos.

Ciertamente, hay que reconocer que hay problemas metodológicos en muchas de las investigaciones parapsicológicas. Pero hasta cierto punto esto es inevitable. No existe un área de investigación científica que esté exenta de problemas de este tipo. Las investigaciones no pueden ser perfectas porque los métodos y las técnicas a veces son problemáticos, imperfectos, incompletos o hay errores humanos. Pero lo que debemos notar es que no hay evidencia de que los estudios en parapsicología sean peores que los estudios en otras áreas de la ciencia, o en específico, de la psicología.

De hecho, Sheldrake (1998) ha encontrado que los parapsicólogos usan la técnica de control de doble ciego más frecuentemente que los investigadores en otras áreas científicas. Lo que deseamos resaltar es que un nutrido número de investigadores que trabajan en esta área dedican esfuerzos encomiables para que lo que se publique en las revistas o libros sobre este tema esté a la par con lo que usualmente se publica en otras áreas tradicionales de la psicología. Como un mero ejemplo, podemos ofrecer el uso del meta-análisis, el cual consiste en revisiones de la literatura de forma cuantitativa para resumir los resultados de muchas investigaciones y para combinar y contrastar diferentes variables en los estudios examinados. Esto incluye mediciones tales como valores de probabilidad y medidas de magnitud de los efectos de los estudios.

Sabemos que el meta-análisis es una herramienta cuantitativa muy utilizada en la revisión de variables psicológicas. De esta misma manera, los investigadores que trabajan en el campo de la parapsicología se han ido moviendo en esta misma línea, aportando resultados meta-analíticos, algunos de los cuales se han publicado en el Psychological Bulletin, la cual es una revista de intachable reputación publicada por la APA (Bem & Honorton, 1994; Milton & Wiseman, 1999; Storm & Ertel, 2001; véase también a Hyman, 1994; Martínez-Taboas, 2000).

La cinematografía contribuyó a popularizar pero también distorsionar los fenómenos paranormales. La parapsicología es un campo complejo, con muchos acercamientos y perspectivas que complican su entendimiento. (Arriba "The Entity" 1982, abajo "Red Lights" 2012).
La cinematografía contribuyó a popularizar pero también distorsionar los fenómenos paranormales. La parapsicología es un campo complejo, con muchos acercamientos y perspectivas que complican su entendimiento. (Arriba "The Entity" 1982, abajo "Red Lights" 2012).

ERROR 2: El parapsicólogo es una persona con poderes psíquicos. Este error es algo muy generalizado y tiende a crear una ofuscación innecesaria entre personas interesadas por la parapsicología. El mismo implicaría que el parapsicólogo es una persona con facultades psíquicas, el cual se ha dedicado o destacado en la producción de una diversidad de fenómenos psíquicos. Este error se fortalece de ciertas personas que se presentan en radio, televisión y en la prensa como practicantes y productores de fenómenos tales como telepatía, precognición, clarividencia, psicoquinesia y otros a su haber. Un anuncio típico sería: “Doña María, parapsicóloga; lee el tarot y predice su futuro”. Otra variante es cuando un individuo, muchas veces una persona que viene del extranjero, ofrece presentaciones en TV o en grandes auditorios para realizar diversos espectáculos psíquicos, desde “sanación psíquica”, “lecturas del aura”, “descifrar vidas anteriores”, y hasta actos pueriles como predecir la vida amorosa del espectador. Estos personajes usualmente venden o realzan su credibilidad alegando que son “parapsicólogos”.

El lector de este artículo debe tener bien claro que todo esto es una falsedad y una tergiversación mayúscula de lo que es un parapsicólogo. Comencemos por unas definiciones y algunos datos básicos. Un parapsicólogo es una persona (usualmente un individuo con un título académico), que se interesa en indagar, auscultar e investigar la pretendida existencia de unos fenómenos anómalos que en principio parecen entrever la realidad de unas potencialidades o capacidades en los seres humanos no reconocidas aún por la ciencia oficial. En la inmensa mayoría de los casos, los parapsicólogos no son psíquicos ni videntes: son individuos con diversos títulos académicos (biólogos, antropólogos, filósofos, físicos, psicólogos, psiquiatras, etc.) que se han dedicado a escudriñar y estudiar de manera sistemática y científica la pretendida existencia de diversas capacidades psíquicas. Más aún, en las últimas dos décadas diversas universidades han permitido realizar disertaciones doctorales en temas parapsicológicos, entre ellas las de Amsterdam, Edimburgo y Friburgo. Estas disertaciones doctorales no se basan en leer el aura, aprender a predecir el futuro o en desarrollar telepatía. En vez se basan en tratar de entender a nivel científico la naturaleza de estos supuestos fenómenos, cómo utilizar diversas metodologías científicas para detectar la posibilidad de algún efecto psíquico y en desarrollar el sentido crítico al momento de estudiar o enfrentarse a un pretendido fenómeno paranormal. En otras palabras el parapsicólogo trata de una tarea similar a la de un psicólogo académico-investigativo: ser diestro en diversas metodologías para estudiar algún fenómeno o constructo psicológico, tal como lo sería la inteligencia, la excitación sexual o alguna psicopatología.

Para que apreciemos con un poco de más detalle este argumento, tomemos como un punto ilustrativo algunas de las personas que han servido como presidentes de la Society for Psychical Research (SPR) la cual es una de las organizaciones más reconocidas y prestigiosas que agrupa el interés de los parapsicólogos. Como veremos, los Presidentes de la SPR no son astrólogos ni quirománticos ni ocultistas. Han sido científicos o académicos de primer orden. Entre ellos se destacan: William James (el padre de la psicología en Norte América), Sir William Crookes (descubridor del talio), Sir Oliver Lodge (físico eminente), Charles Richet (Premio Nobel en Medicina), Henri Bergson (famoso filósofo y Premio Nobel en literatura); Lord John Williams Strutt Rayleigh (Premio nobel en física y descubridor del argón); William McDougall (eminente psicólogo de Harvard); Camille Flammarion (eminente astrónomo francés), C.D. Broad (eminente filósofo británico), D.C. West (eminente criminalista y psiquiatra británico, y así por el estilo. Como bien lo resumió Koestler (1972) hace unos años atrás: Este es un buen momento para decir algunas palabras sobre la Society for Psychical Research… Su carácter, como su reputación académica y social, puede ser quizás transmitida de la manera más simple siguiendo la lista de sus pasados presidentes, todos los cuales mantuvieron una parte activa en la investigación de la percepción extrasensorial; estos incluyen tres miembros Nobel, diez Fellows de la Sociedad Real de Ciencias, un primer ministro, y una galaxia de profesores… Si uno incluye los vice-presidentes y oficiales, la lista se tornaría aún más formidable (por ejemplo, Sir J. J. Thomson, descubridor del electrón) (pp. 31-32 y 34).

En Puerto Rico hemos visto cómo esta falacia se ha generalizado y enraizado entre profesionales y el público en general. Sin embargo, la misma no pasa de ser una burda y desafortunada tergiversación de lo que es un parapsicólogo. Creemos que esta falacia tomó mucha fuerza en Puerto Rico cuando una persona llamada Carlos Busquets, pretendiendo tener un “doctorado”en parapsicología, se lanzó de lleno al mundo del espectáculo, y acaparó la TV, radio y farándula. Recordamos sus hazañas psíquicas “leyendo” con la mente el seguro social de la gente y haciendo predicciones por doquier sobre política y hasta deportes. En nuestro pueblo se enraizó la idea de que el parapsicólogo es un psíquico. Lamentablemente, tenemos serias dudas sobre el pretendido “doctorado”en parapsicología de Carlos Busquets y al final de sus días, en una entrevista en la revista Enigma, confesó sus trucos y su capacidad de crear un sensacionalismo engañoso (Rimax, 1986)2.

Podemos entonces enjuiciar y tildar la idea de que elparapsicólogo es un psíquico como una tergiversación mayúscula delasunto. Al igual que el psicólogo clínico no tiene que presentar undelirio persecutorio para estudiar la esquizofrenia, tampoco elparapsicólogo tiene que alegar que posee telepatía. En principio podíahaber algún psicólogo con esquizofrenia paranoide y podría haberalgún parapsicólogo que también alegue poseer algún fenómeno psíquico. Pero estos son casos raros, atípicos y aislados. El parapsicólogo no es un psíquico; por el contrario, es el que estudia de manera sistemática los alegatos de esas personas que alegan ser psíquicos.

Los psíquicos Uri Geller (der.) y Ingo Swann (izq). Al igual que la psicología, la parapsicología utiliza métodos y técnicas científicas. Los estudios de laboratorio son los más frecuentes, que se caracterizan por diseños experimentales complejos. Sin embargo, un problema serio y real es que, comparada con la psicología, cuenta con pocos investigadores y con pocos recursos institucionales y económicos.
Los psíquicos Uri Geller (der.) y Ingo Swann (izq). Al igual que la psicología, la parapsicología utiliza métodos y técnicas científicas. Los estudios de laboratorio son los más frecuentes, que se caracterizan por diseños experimentales complejos. Sin embargo, un problema serio y real es que, comparada con la psicología, cuenta con pocos investigadores y con pocos recursos institucionales y económicos.

ERROR 3: El esoterismo, ocultismo y el espiritismo son parte integral de la parapsicología. Este argumento es muy escuchado y hasta pregonado aún entre personas que tienen un interés somero por la parapsicología. Sin embargo, es totalmente falso. Veamos varias razones fundamentales que hacen inválido este argumento. En primer lugar, está el dato histórico. Mientras que el ocultismo y el esoterismo poseen una larga y milenaria tradición (Seligman, 1948), la parapsicología, como entidad académica e ideológica, comienza a finales del siglo 19, con la fundación de las primeras sociedades científicas (Beloff, 1993). El ocultismo y el esoterismo se remontan casi a los primeros estadíos de lo que conocemos como las primeras sociedades humanas (Wilson, 1971). De ahí se desprenden diversas e innumerables escuelas, que incluyena los masones, los templarios, los gnósticos, los rosacruces, ad infinitum. Por lo tanto, entre la parapsicología y el ocultismo existen grandes divergencias sobre su procedencia histórica y social.

La parapsicología3 viene a tomar forma constitutiva a finales del siglo 19 cuando una serie de científicos y filósofos deciden aunar esfuerzos y comenzar a sistematizar observaciones, hipótesis y teorías sobre la pretendida realidad de los fenómenos psíquicos (Gauld, 1968). Las raíces socioculturales del establecimiento de la parapsicología durante dicho siglo han sido discutidas por historiadores y sociólogos. Muchos de éstos han señalado que en el siglo 19 estaba en pleno apogeo una visión cientificista y hasta materialista de la naturaleza humana. El cuestionamiento exegético rigoroso de la Biblia (Dungan, 1999) y el surgimiento de una visión evolucionaria de la raza humana (Numbers, 1992) gestaron todo un cambio paradigmático de lo que es constitutivo del ser humano. En ese momento crítico, en donde la curiosidad científica invadía todo lugar recóndito del saber, es que surge la parapsicología. Esto nos lleva al segundo punto.

En segundo lugar, está el argumento epistemológico. Mientras que el ocultismo y el esoterismo se basan primordialmente en dogmas y principios que trascienden el saber científico (Thomas, 1971), la parapsicología, desde sus propios comienzos, se ha caracterizado por un enfoque epistemológico mucho más cercano al quehacer científico. Para el parapsicólogo es crucial que los constructos o fenómenos bajo estudio tengan posibilidad de corroborarse con metodologías o con instrumentación científica (cuantitativa o cualitativa). Esto lo vemos, por ejemplo, claramente esbozado en las metas y propósitos de la SPR: “El propósito de la Sociedad es examinar sin prejuicio o presuposición [a los fenómenos en cuestión]... con el mismo espíritu de investigación exacta y desapasionada que le ha permitido a la Ciencia resolver tantos problemas…” (Objects of the Society, 1882, p.4).

Tomando este argumento al presente, si uno consulta los artículos, textos y revistas principales parapsicológicas, lo que encontrará son revisiones meta-analíticas (Bem & Honorton, 1994; Millon & Wiseman, 1999), estudios rigurosos cuantitativos y cualitativos (Gissurarson, 1997; Schmeidler, 1994; Stokes, 1997), el uso de instrumentación científica (Broughton, 1993; Stevens, 2000) e intentos sistemáticos por esbozar teorías o hipótesis enraizadas en constructos que puedan ser corroborados científicamente (Stanford,1990).

Este énfasis y quehacer científico fue lo que impulsó a queciertos científicos, como la antropóloga Margaret Mead, en el 1969 fueran exitosos en plantear la necesidad de que la American Associalion for the Advancement of Science (AAAS) acogiera a la Parapsychological Association (PA) en su seno (McClenon, 1984). Por lo tanto, no debe caber dudas de que los parapsicólogos han realizado esfuerzos encomiables para indagar y escudriñar una serie de fenómenos parapsicológicos, utilizando como base epistémica a la ciencia y su pluralidad de metodologías.A nivel ideológico, mientras que el ocultista y el esotéricoes bozan sus ideas y creencias dentro de un manto casi inescrutable y metafísico, los parapsicólogos han intentado operacionalizar y explicitar de manera científica los fenómenos o procesos bajo estudio. Por lo tanto, para bien o para mal (a nuestro juicio para bien), muchos parapsicólogos tratan de seguir una línea ideológica en donde los fenómenos bajo estudio no traspasen o trasciendan de manera radical los conocimientos o paradigmas actuales en las ciencias naturales o sociales.

En otras palabras, muchos parapsicólogos intentan esbozar sus ideas e investigaciones utilizando la parsimonia, la cual se define como la preferencia de tratar de plantear las hipótesis de una manera sencilla y económica. El quehacer típico del parapsicólogo no es crear dogmas, ni leyes, ni conocimientos universales. En vez, consiste de intentar escudriñar científicamente unos supuestos fenómenos que, de ser ciertos, parecen apuntar a que el ser humano posee unas potencialidades que aún no han sido reconocidas e incorporadas por la ciencia oficial. El conocimiento que se ha desprendido de la parapsicología dista mucho de poder ser descrito en términos de leyes; por momentos, un conocimiento fragmentado, incompleto y tentativo. Aunque no es lo ideal, esta situación pone sobre el tapete el hecho de que el quehacer parapsicológico allana a la falibilidad del conocimiento científico, máxime cuando la materia bajo estudio es una tan notoriamente difícil de poner bajo el escrutinio científico.

Sobre el espiritismo también hay que hacer unos comentarios. Aunque hay una variedad de diversas ideologías espiritistas, muchasde éstas esbozan una serie de ideas que pueden ser caracterizadas como dogmáticas. Así, por ejemplo, el espiritista puede argumentar con certeza que los espíritus de los muertos se comunican con los vivos a través de mediumnidades, que tenemos cuerpos astrales, puede elaborar sobre la materia que está compuesta el periespíritu y nos puede asegurar e ilustrar que tenemos vidas anteriores. Todo este “saber” es precisamente la antítesis de la labor del parapsicólogo. El parapsicólogo típico estudia, escudriña y hasta puede teorizar sobre la naturaleza de los fenómenos psíquicos. Pero la parapsicología, como un cuerpo de conocimientos, no ha aportado básicamente nada en términos de describir la naturaleza del alma, del espíritu, o del más allá. De hecho, muchos parapsicólogos han esbozado enfoques o creencias que apuntan al materialismo, al ateísmo o al agnosticismo. Definitivamente es falsa la creencia de que la parapsicología le ha dado un espaldarazo al espiritismo o de que ambas disciplinas son paralelas. A niveles metodológicos, epistémicos e ideológicos son disciplinas encontradas o hasta opuestas en muchos niveles.

Claro está, ha habido y aún hay parapsicólogos que han esbozado la opinión de que algunos fenómenos psíquicos muestran la existencia de un componente espiritual en el ser humano. Myers (1903), Hyslop (1901), Lodge (1920) y Rhine (1947), entre otros, han defendido dicha postura. Un ejemplo fehaciente es el del Dr. lan Stevenson (1997) quien ha planteado que la reencarnación es una explicación plausible en algunos casos investigados por él y su equipo de trabajo. Sin embargo, aún en la labor de Stevenson, vemos claramente una mentalidad científica. Los hallazgos son presentados de manera meticulosa y las extrapolaciones teóricas se realizan de manera tentativa y siempre bajo la consideración de otras hipótesis alternas. Esta actitud cuidadosa y restrictiva, es casi la antítesis de lo que uno encuentra en la literatura espiritista. Aquí es típico encontrar autores que entran en una actitud desenfrenada en donde comienzan a convertir datos sugestivos en datos indubitables y en donde conjeturas e ideas tentativas, son transformadas en leyes cuya certeza pocas veces se cuestiona (Bamanell, 1959; McKenzie, 1916). Sin embargo, si queremos ser justos con la historia, sí tenemos que reconocer que ha habido espiritistas que reconocieron la importancia de la investigación empírica y que aportaron ciertas ideas interesantes que fueron retomadas por los parapsicólogos e investigadores psíquicos (Flammarion, 1900; Thomas, 1922). Sin embargo, debe hacerse énfasis en que esas son las excepciones y no la regla.

Por lo tanto, el espiritista y el parapsicólogo, aunque pueden coincidir en tener la misma curiosidad sobre los fenómenos psíquicos, han creado dos vertientes muy diferentes sobre cómo estudiar los mismos y las conclusiones que se desprenden de dichos estudios. Mientras que el primero ha hecho todo un montaje dogmático y cuasi religioso de unos supuestos fenómenos anómalos, el segundo aún está en pleno proceso de conocer la naturaleza de los fenómenos psíquicos y reconoce que pocas cosas (si alguna) han podido establecerse conseguridad en este campo.

ERROR 4: Existen técnicas válidas y confiables para desarrollar capacidades psíquicas. Existe una literatura que discute la posibilidad de desarrollar facultades parapsicológicas. Este es el caso de libros de interés histórico como los de Carrington (1920) y Leaf (1926) y de publicaciones más recientes (Swann, 1991; Rhea con O'Leary, 1979). Aunque se cree popularmente que hay técnicas válidas y confiables para el desarrollo de habilidades psíquicas, la verdad es que esto no es cierto. Esta perspectiva es clara en las revisiones de literatura de Fernández Briones (1983) y Mishlove (1983).

Tenemos que comenzar admitiendo que la parapsicología ha prestado poca atención al estudio científico y sistemático de la posibilidad de desarrollo parapsicológico y de las variables específicas afectadas o involucradas en esas técnicas. Esto es muy diferente a los numerosos esfuerzos en psicología en los cuales se estudian qué psicoterapias son efectivas y porqué son efectivas (Nathan & Gorman, 2002). La parapsicología cuenta con muchas investigaciones sobre diferentes variables relacionadas al desempeño psíquico en el laboratorio. Pero estos esfuerzos son estudios correlacionales en los cuales no se estudian relaciones de causa y efecto y no se trata de desarrollar los fenómenos psíquicos.

Eventualmente estas investigaciones nos ayudarán a identificar los factores que propician la producción de éstos, pero estos no son estudios para adiestrar a los participantes a usar sus facultades psíquicas. El desarrollo de habilidades psíquicas tales como PES o fenómenos físicos como la levitación del cuerpo humano, han sido asociados con la práctica de yoga y de estados de ascetismo. Esto sugiere que esas prácticas están relacionadas de alguna forma con la producción de estas experiencias. En el espiritismo también se habla de la posibilidad de adiestrar médiums para producir efectos mentales o físicos (Aizpúrua, 2000; Leaf, 1926). Lamentablemente estas aseveraciones no son acompañadas por detalles sobre los procedimientos ni por los detalles metodológicos necesarios para evaluar su supuesta efectividad. Más aún, dichas aseveraciones presentan pocos resultados confiables y casi ninguna metodología confiable para apoyar o hacer creíbles a las mismas.

Otros investigadores han usado otros procedimientos. El método de Control Mental Silva se volvió muy popular durante la década de los setenta como una técnica de desarrollo de diferentes habilidades cognoscitivas, incluyendo diagnósticos médicos a distancia. Lamentablemente, estudios sistemáticos llevados a cabo para poner a prueba este sistema no encontraron evidencia de la existencia del fenómeno (Brier, Schmeidler & Savits, 1975).

Por su parte, Mishlove (1983) analizó las pretensiones de la Meditación Trascendental para el desarrollo de la habilidad de levitación del cuerpo humano. Su evaluación crítica hace claro que nunca hubo buena evidencia de este fenómeno. Encontró que algunas personas desarrollaron la habilidad de dar saltos sentadas con suspiernas cruzadas, pero nada de levitación. Nuevamente tenemos otro ejemplo en el cual las aseveraciones entusiastas de ciertos grupos no son apoyadas cuando se realizan observaciones críticas y rigurosas. Para Mishlove (1983) parte del andamiaje de dichas creencias se basa en estados fenomenológicos muy subjetivos. Según Mishlove: “Los programas populares que alegan que entrenan la PES... a veces usan medidas... que no pueden verificarse y que no son suficientes para determinar si la PES... está siendo cultivada” (p. 39). Estas medidas a veces son cosas como ver espíritus. Estos fenómenos, a pesar de ser interesantes y de merecer investigación, no son de por sí buenas medidas de PES. Es posible, por ejemplo, que una persona diga que “ve” un espíritu y que esto no pase de ser una alucinación sin elementos parapsicológicos. En resumen, la evaluación de la efectividad de estos adiestramientos necesita medidas de evaluación válidas y confiables. No adelantamos nada usando medidas subjetivas cuya interpretación es ambigua.

En un intento de adiestrar la PES, Ryzl (1966) usó la hipnosis. Ryzl preparó a los participantes psicológicamente antes de usar la hipnosis tratando de potenciar la PES. Su propósito fue traer a la PES al control consciente del participante no hipnotizado. Sus resultados fueron positivos pero se centran en una sola persona: el famoso Pavel Stepanek. La técnica, como ha resumido Mishlove (1983), no ha sido exitosa con otras personas. Aun asumiendo que Stepanek desarrolló su PES por el adiestramiento hipnótico, la técnica de Ryzl no puede considerarse confiable si solo funcionó con una sola persona.

Otro intento importante fue el que Tart (1976) llevó a cabo basado en ideas de teorías de aprendizaje. Tart asumió que cuando una persona tiene aciertos en una prueba de PES en el laboratorio, y a cierto significa adivinar un símbolo correctamente, ésta puede aprender a desarrollar la habilidad si se le informa que adivinó correctamente (“feedback”) justo después de emitir la respuesta. Su modelo asume que hay que tener alguna capacidad de PES antes de comenzar el adiestramiento. Los resultados, aunque significativos, no fueron lo suficientemente consistentes como para asegurar que esta es una técnica confiable.

Sin embargo, esta es una técnica que merece más estudio. Hay varias consideraciones metodológicas esenciales para la evaluación de métodos de adiestramiento que rara vez se discuten en la literatura popular. Para comenzar, tenemos que tener una idea del potencial parapsicológico de la persona antes de que comience el adiestramiento. Si esto no se hace no sabremos con certeza si la persona ya tenía estas habilidades y sólo las mostró después del adiestramiento, o si el adiestramiento tuvo un efecto genuino. También tenemos que prestar atención al control de otras variables que pueden afectar el desarrollo independientemente de la técnica de adiestramiento utilizada. Estas variables incluyen el efecto de la sugestión y la interacción con el entrenador, entre otras variables. Nuestros conocimientos sobre estas materias son muy rudimentarios debido al bajo número de personas que se han dedicado a la investigación científica de estos temas. Por el momento, recomendamos a nuestros lectores que mantengan una mentalidad crítica y escéptica ante la gran variedad de creencias y aseveraciones sobre el desarrollo de facultades parapsicológicas.

ERROR 5: La parapsicología es de poca o ninguna relevancia para el psicólogo. Este argumento establece que lo que estudia el parapsicólogo es de tangencial importancia para el psicólogo, ya sea en el ámbito clínico, social, epistémico o psicofisiológico. Esta postura es una equívoca e inaceptable por varias razones. En primer lugar, si asumimos que al menos algunos fenómenos psíquicos poseen realidad ontológica, esto indudablemente tendría repercusiones en varias áreas de la psicología. Tomemos un ejemplo, el cual lo podemos relacionar con la facultad de transmisión del pensamiento durante sesiones de psicoterapia. Este tema fue desarrollado por Freud, Jung, Ferenczi, Stekel y muchos de los pioneros en el campo de la psicoterapia y del psicoanálisis (Devereux,1953; Fodor, 1971; Freud, 1922; Jung, 1977; Seitz, 1976).

Tomemos un ejemplo de la práctica privada del segundo autor: Naomi, una mujer de 42 años, va a psicoterapia debido a que hace 3 meses perdió a su compañero consensual en un trágico accidente de automóvil. Desde ese entonces, Naomi ha perdido másde 20 libras de peso, dejó su trabajo y se la pasa continuamente llorando. Tiene un gran sentido de culpa ya que en la noche en que él muere, ambos habían tenido una acalorada discusión. En la quinta sesión de psicoterapia, a Naomi se le asignó que le escribiera una carta a su ex-compañero (Octavio), despidiéndose de él. Esta es una técnica efectiva para trabajar con reacciones de trauma y luto no resuelto (Pennebaker, Zech & Rimé, 2001). La noche en que Naomi decide realizar su carta fue una muy angustiosa, pero logró hacerla de manera exitosa. Lo significativo de este caso es que bien temprano por la mañana la llama a su casa por teléfono su hija mayor de 20 años, quien reside en otro pueblo con su esposo. La hija le dice a su mamá que esa noche soñó con Octavio. Cuando Naomi le pregunta a su hija por el contenido del sueño, ésta le dice que en el sueño, Octavio le pide a ésta que le lleve un mensaje a su madre: “dile que gracias por lo que hizo y por soltarme. Al soltarme voy a poder ir al lugar que me corresponde sabiendo que ya no sufre por mí. Dile que siempre la querré”. Lo extraordinario de este suceso es que la hija de Naomi no sabía nada sobre la asignación y sobre la carta que esa noche Naomi le había escrito a Octavio. Sin embargo, el sueño de la hija correspondía a una respuesta clara al contenido de la carta. ¿Telepatía? ¿Comunicación post-mortem con el espíritu de Octavio? ¿Casualidad? Sea lo que sea, este tipo de suceso no es del todo raro en la literatura psiquiátrica y psicoanalítica (Seitz, 1976). A nuestro parecer, adentrarnos al campo parapsicológico nos pone a la delantera para ser más tolerantes con estas experiencias, para no necesariamente patologizar las mismas y para, incluso, discutir abiertamente diversos puntos de vista con nuestro cliente. Sin embargo, creemos que el valor de la parapsicología para el psicólogo va más allá de si existen los fenómenos psíquicos o no. Su valor también radica en la dinámica de esta búsqueda.

Entrar y conocer sobre parapsicología implica abrir nuestra mente para adentrarnos en una arena movediza intelectual, en donde, para sobrevivir a ella, tenemos que desarrollar una actitud cautelosa, sensata, crítica y científica... en fin, herramientas esenciales para tener una buena salud epistémica. La mar de las veces la parapsicología nos instruye, no tanto del más allá, sino del más acá (Alcock, 1981; Friedlander, 1998; Wiseman, 1997) haciéndonos testigos de la fabilidad del juicio humano, destacando la presencia de fenómenos perceptuales y conductuales que sólo vienen a desvelarse como extraordinarios (pero no paranormales) bajo la lupa de una actitud crítica, y sobre todo nos adiestra de manera rigurosa a desarrollar una actitud de incertidumbre y de tolerancia a tener que postergar indefinidamente conclusiones certeras y definitivas. Para un popperiano como Watkins (1984), por ejemplo, la parapsicología vendría a ser como un campo de adiestramiento epistémico en donde se pone a prueba nuestra capacidad de desarrollar un escepticismo balanceado, en donde podemos navegar con confianza entre escollos e incertidumbres, sin caer en los excesos de una incredulidad burda irracional o de una credulidad que en última instancia sólo viene a revelar nuestra debilidad intelectual.

Más allá de la dinámica de la búsqueda, el estudio de los fenómenos parapsicológicos nos coloca en una posición privilegiada de escudriñar e intentar conocer áreas fronterizas de la psicología que a su vez apuntan a la posibilidad de capacidades psicobiológicas humanas insospechadas. Desde este ángulo, la naturaleza y la experiencia humana resultan ser mucho más ricas y complejas, no importa cuál eventualmente sea la explicación final de estos fenómenos.

Innumerables encuestas de opinión pública y estudios decomunidad indican que muchas personas alegan haber sido partícipes de una experiencia psíquica (Gallup & Proctor, 1982; Gaynard, 1992; Palmer, 1979). Eventos telepáticos, sueños precognitivos, apariciones o visiones verídicas, psicokinesis espontánea recurrente, experiencias fuera del cuerpo y curaciones religiosas son sólo algunos de los fenómenos que mucha gente alega haber presenciado en su vida cotidiana (Cardeña, Lynn & Krippner, 2000). Haraldsson y Houtkooper (1991) reportaron un estudio multinacional en donde recopilaron datos sobre experiencias psíquicas en 16 países, utilizando un procedimiento sofisticado de muestreo poblacional. Los datos indican que entre una tercera parte a la mitad de la población general alega haber presenciado o tenido al menos una experiencia psíquica.

Stokes (1997) llega a una conclusión similar. El punto cardinal es que muchas de estas personas en algún momentole harán un acercamiento a algún profesional con el propósito de que éste arroje alguna luz sobre dichas experiencias anómalas. Creemos que la gente asocia a los psicólogos y a los psiquiatras con ese profesional que puede arrojar alguna luz sobre la naturaleza de su experiencia. Que mal quedamos cuando no sabemos nada del tema o sólo repetimos los clichés usuales de “la mente es poderosa” o “eso no puede ser verdad”. Por lo tanto, conocer sobre parapsicología nos pone en la vanguardia no sólo de estudiar experiencias humanas extraordinarias, sino de educar a nuestro público y de ayudar amantener una actitud cuidadosa y sensata en un tema que típicamente atrae a gurús y charlatanes los cuales se aprovechan de la ignorancia del público general.

Sanadores y médiums (como Matthew Manning, izq.) no deben ser confundidos con parapsicólogos, que investigan a los psíquicos (Hans Bender junto al psíquico holandés G. Croiset). Este error es muy generalizado y tiende a crear una ofuscación innecesaria entre personas interesadas por la parapsicología. Este error se fortalece de ciertas personas que se presentan en radio, TV y en la prensa como practicantes y productores de fenómenos tales como telepatía, precognición, clarividencia, y la psicoquinesia.
Sanadores y médiums (como Matthew Manning, izq.) no deben ser confundidos con parapsicólogos, que investigan a los psíquicos (Hans Bender junto al psíquico holandés G. Croiset). Este error es muy generalizado y tiende a crear una ofuscación innecesaria entre personas interesadas por la parapsicología. Este error se fortalece de ciertas personas que se presentan en radio, TV y en la prensa como practicantes y productores de fenómenos tales como telepatía, precognición, clarividencia, y la psicoquinesia.

CONCLUSIÓN

Los autores de este artículo han mantenido un interés consistente en la parapsicología por más de 25 años. Ambos hemos publicado en las principales revistas parapsicológicas y el primer autor ha sido presidente de la Parapsychogical Association (la asociación internacional de parapsicólogos profesionales) en dos ocasiones. Es por esta razón que nos sentimos a veces apenados y extrañados de comentarios desinformados que de vez en cuando oímos de parte de colegas. Por ejemplo, no hace mucho una estudiante graduada le comentó al primer autor que una profesora le había desanimado sudeseo de realizar su disertación doctoral sobre ciertos aspectos de la parapsicología, basándose en que “no hay literatura científica sobre el tema”. Asimismo, hace un tiempo atrás el segundo autor tuvo una discusión amistosa con un colega cuando el último aseguraba que nadie con una mentalidad sensata y crítica se podría interesar en la “chabacanería” de la parapsicología. Comentarios como estos son tan nocivos y desatinados como los de su contraparte, en donde ocultistas y espiritistas utilizan de manera acomodaticia a la parapsicología para sugerir que los fenómenos psíquicos han sido “probados” por “la ciencia” y entonces poder anclar todo un andamiaje cuasi-religioso para su propio provecho.

A pesar que la aplicación práctica de la parapsicología es incierta y problemática, esta disciplina nos pone muchas veces en la vanguardia de lo que realmente es la actividad y la curiosidad científica. Karl Popper (1972) decía que “el propósito de la ciencia es buscar explicaciones satisfactorias” (p. 191) a cualquier fenómeno digno de atención. Precisamente, al uno imbuirse en la actividad para psicológica, es casi irremediable ponerse en contacto con todo un rico devenir intelectual, que incluye auscultar las implicaciones epistémicas de estos fenómenos (filosofía de la ciencia), diversos ángulos de estudio (pluralidad de metodologías científicas), evaluación de los resultados (cuantitativos y cualitativos), y asuntos de relevancia teológica, histórica y psiquiátrica (entre otros).

No menos importante es que debido a que la materia de estudio de la parapsicología es tan notoriamente difícil de evaluar y de documentar, es imprescindible que la persona que se adentre en esta materia desarrolle y cultive una buena dosis de sentido crítico y a veces hasta de escepticismo. Estudios en lógica formal y epistemología deben ser acompañantes perennes del parapsicólogo. Algunos van más allá y plantean la necesidad de tener conocimientos básicos en prestidigitación e ilusionismo, para poder desenmascarar el fraude abundante entre personas que se dedican a practicar como “psíquicos”.

Otro punto que debe enfatizarse es el que se relaciona con la posible existencia ontológica de los fenómenos parapsicológicos. Por esto nos referimos a que al menos algunos fenómenos que estudia la parapsicología vendrían a revelar aspectos psicobiológicos de comunicación y de interacción con el ambiente que la psicología y otras disciplinas científicas aún no han reconocido. Aunque más de un siglo de investigación no ha producido un consenso claro sobre siestos fenómenos existen o no, queda abierta la posibilidad de su existencia.

Dicha posibilidad abre puertas insospechadas para quizás ampliar nuestro conocimiento y entendimiento de fenómenos “anómalos” que muchas veces la psicología convencional se queda en mutis. Ejemplos serían: experiencias cercanas a la muerte, estados de posesión en donde se informan fenómenos de transmisión del pensamiento, experiencias de reencarnación, fenómenos de apariciones con contenido verídico, precogniciones de desastres, y por el estilo. Nuestro adiestramiento tradicional en psicología no nos prepara de manera adecuada para entender, o al menos tener tolerancia intelectual a la presencia de estos fenómenos. De hecho, a los autores del presente artículo nos ha impactado de manera positiva alguna de la evidencia a favor de la existencia de ciertos fenómenos parapsicológicos. Sin embargo, esas son nuestras impresiones personales, las cuales distan de ser concluyentes o finales.

Nuestra meta medular en este trabajo ha sido desenmascarar ciertas creencias totalmente falsas que demasiadas veces están ligadasa la parapsicología. El lector que desee adentrarse a esta temática haría bien si se compenetra con la literatura seria y científica que genera este campo. Por nuestra parte, nos sentiríamos satisfechos y halagados si la lectura de este artículo hace que el lector se sienta más ubicado sobre lo que es y no es la parapsicología.

NOTAS

* Originalmente publicado en Revista Puertorriqueña de Psicología, 13(1), 2002. Agradecemos a su editor la reproducción de este artículo revisado y actualizado por AMT para el presente E-Boletin Psi.

1. Una buena discusión sobre los fenómenos y los métodos de investigación de la parapsicología es el libro de texto de Irwin (1999). Uno de nosotros (CSA) ha preparado bibliografías sobre el tema que incluyen referencias a críticas de la parapsicología. Estas están disponibles en un ensayo bibliográfico (Alvarado, 2000a).

2. En la entrevista, Busquets hace varias admisiones reveladoras. Por ejemplo, de fraude: “Habían otros recursos que se utilizaban dentro de estos experimentos que no necesariamente eran recursos legítimos... Experiencias como el estar vendado y oler un shalimar en una persona, por ejemplo, yo tengo mi olfato bien agudizado, olía el shalimar en una persona, sabía cómo estaba vestida antes y me le acercaba y le decía tú estás vestida de rojo y blanco y azul porque más adelante olía el shalimar nuevamente. Eran simplemente recursos” (p. 8).

3. Debe tomarse en cuenta que, en algunos países, antes de la década de 1930, los intentos investigativos de los fenómenos parapsicológicos se llamaba investigación psíquica.


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Wilson, C. (1971). The Occult: A history. RandomHouse.

Wiseman, R. (1997). Deception and self-deception: Investigating psychics. Prometheus Books.

Zingrone. N. L., Alvarado, C. S., & Dallon, K. (1998-99). Psi experiencesand the “Big-Five”: Relating the NEO-P-R to the experience claims of experimental subjects. European Journal of Parapsychology, 14, 3-51.


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      Ensayo II

Carlos S. Alvarado
Carlos S. Alvarado


ASPECTOS IDEOLOGICOS DE LA PARAPSICOLOGIA*

Carlos S. Alvarado


La ciencia, como otra rama de interés humano, esta íntimamente relacionada con factores ideológicos que nos ayudan a explicar su desarrollo. La parapsicología no es una excepción. En este artículo se discuten brevemente varios ejemplos en donde ideologías específicas influyen, moldean o son reflejadas en el pensamiento teórico de diferentes parapsicólogos. Ejemplos discutidos son las conceptualizaciones fisiológicas de Charles Richet y las ideas materialistas y espiritualistas de René Sudré y Ernesto Bozzano, respectivamente. Estos estudiosos proyectaron su filosofía personal sobre la naturaleza del ser humano en sus ideas para psicológicas. De forma similar, se Sugiere que tanto J.B. Rhine como Oscar González-Quevedo utilizaron a la parapsicología con claros propósitos filosóficos y religiosos. El estudio de estos factores muestra la subjetividad de la ciencia (y de la parapsicología) considerada por muchos como una empresa puramente objetiva y libre de prejuicios.

Recientes estudios sobre la sociología de historia de la ciencia nos, alertan sobre la importancia de factores ideológicos en el desarrollo de la, ciencia. Como apunta Longino (1990), la ciencia es en gran medida un proceso social en donde los conceptos tales como valores personales son importantes para decidir lo que se considera como conocimiento científico.

Existen muchos ejemplos de la influencia de doctrinas, ideologías, o conceptos filosóficos sobre la ciencia. Por ejemplo, la tradición hermética ha sido considerada como una de las influencias más importantes para promover el desarrollo de la ciencia durante los siglos XVI y XVII en Europa (Debus, 1978, 1983). De acuerdo a Turner (1974), el naturalismo científico, un sistema conceptual que enfatizaba el estudio racional de la naturaleza y de problemas metafísicos, fue de gran importancia para la ciencia inglesa del siglo XIX. Otros estudios han discutido el rol de ideologías de superioridad sexual y racial, en relación a investigaciones sobre las diferencias biológicas y psicológicas entre sexos (Russett, 1989), y en relación a la medición de la inteligencia (Samelson, 1979).

En otras palabras, la ciencia se lleva a cabo dentro de perspectivas conceptuales particulares que no se encuentran en la materia de estudio Son perspectivas que el ser humano impone para darle sentido al mundo que nos rodea1. Como ha dicho La Vergata (1985), la ideología sirve muchas funciones en la ciencia, “racionaliza las experiencias, provee orden y... reestablece la unidad de la ciencia frente al hecho de sus divisiones y contradicciones” (p. 960). Esto también puede observarse en parapsicología.

El estudio de aspectos ideológicos del pensamiento de algunos parapsicólogos puede ayudarnos a comprender el marco de referencia en el que estos operan. Un ejemplo es el caso del famoso investigador psíquico francés Charles Richet, quien formado como médico y fisiólogo, presentó en algunos de sus escritos una visión de la parapsicología como una rama de la fisiología. Esto le parecía obvio porque “las Ciencias Psíquicas se ocupan del funcionamiento del sistema nervioso central y del cerebro...” (Richet, 1905, p.70)2. En otro artículo Richet (1926, p. 26) se refirió a la percepción extrasensorial (PES) como “un problema de la biología general”. Esto, como comentó Sudré (1927, p.259), era el producto de las doctrinas materialistas” en las cuales Richet fue educado. El pensamiento de Richet fue moldeado hasta cierto punto por sus estudios fisiológicos, lo cual explica opiniones como las antes mencionadas3.

Factores ideológicos se encuentran detrás las interpretaciones teóricas y en el uso de la parapsicología con propósitos filosóficos y religiosos. El Padre González-Quevedo (1930-2019) pretendía utilizar argumentos científicos para establecer que la comunicación entre los vivos y los muertos no es posible. Por su parte, J.B. Rhine (1895-1980) describió al comunismo como un “reto moral”. Los hallazgos parapsicológicos podían ser usados para mostrar el error del comunismo en su filosofía materialista.
Factores ideológicos se encuentran detrás las interpretaciones teóricas y en el uso de la parapsicología con propósitos filosóficos y religiosos. El Padre González-Quevedo (1930-2019) pretendía utilizar argumentos científicos para establecer que la comunicación entre los vivos y los muertos no es posible. Por su parte, J.B. Rhine (1895-1980) describió al comunismo como un “reto moral”. Los hallazgos parapsicológicos podían ser usados para mostrar el error del comunismo en su filosofía materialista.

De forma similar, la ideología detrás del pensamiento de muchos investigadores explica las razones de diferencias de opiniones y debates. Tradicionalmente los investigadores psíquicos han operado dentro de dos sistemas conceptuales para explicar los fenómenos relacionados con la idea de la supervivencia a la muerte. Ernesto Bozzano (1926, 1980) y René Sudré (1926) examinaron los mismos fenómenos llegando a conclusiones opuestas. Sudré defendía explicaciones “naturalistas” en base a capacidades del subconciente tales como personificación y la percepción extrasensorial. En su marco conceptual las ideas espiritistas no tenían cabida. Bozzano consideró esto como una ideología materialista que llevó a Sudré a distorsionar la evidencia y conclusiones. Sin embargo, Bozzano también defendía su propio marco conceptual. Bozzano, representaba una ideología espiritualista (y espiritista) en la cual el positivismo era visto como una herramienta para verificar la realidad del espíritu humano y su supervivencia a la muerte, Pero debe tenerse en cuenta que ninguno de estos dos hombres defendía “verdades” obvias, sino modelos conceptuales aceptados o rechazados por comunidades específicas (ver Iannuzzo, 1982).

Con J.B. Rhine tenemos un ejemplo del uso de la parapsicología con propósitos específicos, combatir ideologías opuestas a la propia. En su libro New World of the Mind (1953) Rhine defendió el uso de su interpretación de la naturaleza de los fenómenos psi como indicios de espiritualidad para combatir el materialismo del marxismo y de otras filosofías. Según Rhine:

Al parecer el principal enemigo de la religión, al menos en el mundo occidental, ha sido la filosofía del materialismo... Ahora, con la aplicación del método científico estricto... el antiguo problema de si el hombre es completamente un autómata ha sido estudiado… la conclusión es inescapable de que hay algo que opera en él hombre que trasciende las leyes de la materia... Por consiguiente, el universo no se rige por el concepto materialista dominante (pp. 184-185).
En ese mismo libro, Rhine describió al comunismo como un “reto moral”. En su opinión los hallazgos parapsicológicos podían ser usados para mostrar el error del comunismo en su filosofía materialista:

La evidencia es que la parapsicología lo contradice contundentemente. Es más, ésta es la única ciencia que hace esto, en forma rigurosa y clara. Esto, entonces, es al menos el comienzo de la conquista intelectual del comunismo. Un programa amplio de investigación cabal sobre sus aspectos no físicos del hombre podría convertirse en una nueva influencia de unificación en la vida occidental, un factor central de entendimiento alrededor del cual podrían tejerse mejores relaciones humanas (p. 91).
El problema con estos análisis es que no es obvio que los resultados de los experimentos de Rhine combaten al materialismo. Esto no pasa de ser una interpretación, una ideología que, aunque quizás sea válida, es básicamente una especulación. No dudamos que Rhine creía a pleno en la validez de estos conceptos. Sin embargo, tales ideas servían para otra función. Es lo que John Beloff (1982, p. 97) ha descrito como la justificación de la parapsicología como un campo de importancia para la humanidad. En otras palabras, la ideología de Rhine puede verse como un intento de mostrar la utilidad y el valor de la parapsicología, justificando en parte su existencia y razón de ser.

Otros ejemplos existen en donde la parapsicología ha sido utilizada para defender un sistema de creencias religiosas específicas. Este es el caso del sacerdote jesuíta Oscar González-Quevedo (1969, 1971). Una revisión de la obra de este escritor muestra claramente que su ideología religiosa moldea las teorías y los fenómenos considerados válidos en el campo4. González-Quevedo pretendía utilizar argumentos científicos para establecer que la comunicación entre los vivos y los muertos no es posible. Pero su prejuicio religioso se revela cuando se afirma que: “Sólo Dios puede conseguir esta comunicación. La comunicación perceptible sería milagro” (p.113). De forma similar, este autor nos presenta aparentes análisis racionales de “milagros” y de la diferencia entre lo milagroso y el fenómeno humano. Pero en toda ocasión es claro que su intención es validar su sistema religioso, aceptando por fe los dogmas de su religión y defendiendo un sistema de parapsicología diseñado para combatir el espiritismo y otras interpretaciones de los fenómenos psíquicos.

Ejemplos similares a los antes mencionados pueden encontrarse en otras disciplinas. Después de todo, la ideología no es un fenómeno extraordinario, sino una parte de toda actividad humana. Por eso tenemos que ser cuidadosos y evitar descartar los resultados de investigaciones sólo porque éstas son guiadas por factores ideológicos diferentes a los nuestros. El problema es cuando la ideología lleva a la distorsión y manipulación de datos y a defender interpretaciones que violan las limitaciones del método utilizado. Esto, por supuesto, es más complejo de lo que parece. Lo que para uno es una ideología razonable, para otro puede ser fanatismo o falta de entrenamiento científico.

En el caso de la parapsicología la atención a factores ideológicos puede ayudar a explicar, en parte, el desarrollo del campo. Factores ideológicos se encuentran detrás de conceptos específicos (Richet), diferencias en interpretaciones teóricas (Bozzano y Sudré), y en el uso de la parapsicología con propósitos filosóficos y religiosos (Rhine y González-Quevedo). Pero sobre todo, el estudio de esta materia nos ayuda a entender los motivos detrás de diferentes investigaciones o teorías y nos alertan para determinar si algunos de estos desarrollos tienen una base empírica más allá de sus aspectos ideológicos. Tal estudio nos llevará, como parapsicólogos, a reconocer lo que es obvio para los historiadores y sociólogos de la ciencia, la subjetividad de muchos factores de la ciencia considerados por muchos como puramente objetivos y libre de prejuicios.

NOTAS

* Publicado originalmente en Revista Argentina de Psicología Paranormal, Vol. 2, pp. 7-14, 1991.

1. Este proceso no se limita a interpretaciones conceptuales. También afecta variables tales como la selección de los fenómenos propios para estudio, y la metodología utilizada con este propósito.

2. Esta, y otras traducciones son nuestras.

3. Para una discusión breve del uso de modelos conceptuales para explicar los fenómenos psíquicos durante el siglo XIX derivados de la medicina y, en particular, de la neurología y la psiquiatría (Alvarado, 1989).

4. Los problemas ideológicos de la obra de este autor están acompañados e íntimamente relacionados, con una serie de errores y distorsiones alarmante (Martínez Taboas, 1978).


REFERENCIAS

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Bozzano, E. (1980). A Propósito da Introducáo á Metapsíquica Humana. FEB (Publicado originalmente en francés, 1926).

Debus, A.G. (1983). Man and Nature in the Renaissance. Cambridge University Press (Publicado originalmente en 1978).

Gonzalez-Quevedo, O. (1969) ¿Qué es la Parapsicología? Columba.

Ianuzzo, G. (1982). Il pensiero di Ernesto Bozzano tra “Spiritismo scientífico” e parapsicología: Una rivalutazione. Luce e Ombra, 82, 114 141.

Longino, H.E. (1990). Science as Social Knowledge: Values and objetivity in scientific inquiry. Princeston: Princeston University Press.

Martínez Taboas, A. (1978). Una revisión crítica de los libros del Padre González-Quevedo. Psi Comunicación, 4, 27-35.

Rhine, J.B. (1953). New World of the Mind. William Sloane.

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Russett, C.E. (1989). Sexual Science: The Victorian construction of womanhood. Harvard University Press.

Samelson, F. (1979). Putting psychology on the map. Ideology and intelligence testing. En A.R. Buss (Ed.) Psychology in Social Context (pp. 103 168). Irvington.

Sudre, R. (1926). Introduction á la Métapsychique Humanine. Payot.

Sudre, R. (1927). Richet's cryptesthesia and memory. Journal of the American Society for Psychical Research, 21, 253-262.

Turner, F. (1974). Between Science and Religion: The reaction to scientific naturalism in late Victorian England. Yale University Press.

La Vergata, A. (1985). Images of Darwin: A historiographic overview. En D. Kohn (Ed.). The Darwinian Heritage (pp. 901-972). Princeton University Press/Nova Pacifica.


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      Biografía

Alejandro Parra
Alejandro Parra
rapp_ale@fibertel.com.ar


CARLOS SALVADOR ALVARADO: “EL HOMBRE-ESQUINA”

Alejandro Parra*
Instituto de Psicología Paranormal


INTRODUCCIÓN

Sin exagerar y mucho menos presumir, estoy convencido que la prematura muerte de Carlos S. Alvarado producirá un impacto que afectará el futuro de la parapsicología siendo, paradójicamente, la historia de la parapsicología su principal motivo de interés. Aquellos que lo conocimos (nuestro encuentro ocurrió primero en forma epistolar en 1989, luego personal en 1995) cuando formamos parte de un “resurgimiento” del movimiento parapsicológico en América Latina, debemos recordar que Alvarado (lo llamare por su apellido, por respeto a su memoria, a pesar que siempre nos tratamos por nuestros nombres), mantuvo un gran interés y estimuló fuertemente el estudio de casos espontáneos en parapsicología y la psicología de lo paranormal.

De este modo, Alvarado se convirtió en un analista formidable de testimonios, experiencias, y narraciones que lo convirtieron en un investigador hábil en busca de características comunes, en particular las experiencias fuera del cuerpo, y casos poltergeists, basándose en los detalles de autores que examinaron casos. No importaba que jamás hubiera visitado una “casa encantada” o haber salido nnca de su cuerpo, a diferencia del reclamo de aquellos que esperan análisis más experienciales; la claridad de sus escritos y una cuota de “justo escepticismo” que los impregnaba, vale más que mil experiencias paranormales. En este corto artículo revisaré aspectos de su vida y obra y su influencia en la parapsicología iberoamericana.


ETAPA INICIAL

Carlos nació el 9 de Marzo de 1955, primer hijo del matrimonio de Carlos Manuel Alvarado e Ileana Vélez. Un año después nació su hermano Alberto. Su padre era un ingeniero civil muy respetado e influyente en el diseño urbano y la modernización de San Juan de Puerto Rico (en los años sesenta, fue nombrado por el gobernador Secretario de Vivienda)1. En su adolescencia, ambos hermanos colaboraron con su padre y a pesar que al inicio esperaba que su hijo mayor decida por una carrera más rentable, finalmente, Alvarado se graduó como psicólogo por la Universidad de Puerto Rico (en 1978), luego obtuvo una maestría en parapsicología por la Universidad John F. Kennedy (en 1981), un Master of Arts en historia (con orientación en ciencia y medicina) por la Duke University (en 1989), y finalmente un doctorado en psicología por Universidad de Edinburgo en Escocia (en 1997). Aunque con cierta resistencia inicial, sus padres demostraron gran apoyo a su interés y dedicación por la parapsicología.

Dos momentos de encuentros con Alvarado, en 1995 (Durham, NC), en 1996 (Edinburgo) y en 2014 (Oporto).
Dos momentos de encuentros con Alvarado, en 1995 (Durham, NC), en 1996 (Edinburgo) y en 2014 (Oporto).

Aunque se han escrito2 y se escribirán biografías en los próximos meses, quisiera enfocar aquí los esfuerzos por desarrollar y producir una parapsicología en español legítimamente científica, sobretodo libre de ideologías o favoritismos, que han sido usualmente patrimonio del espiritismo y el catolicismo, o incluso objeto del ataque de fraternidades escépticas en América latina. Considero justo iluminar esta breve biografía sobre el rol de Alvarado en la parapsicología hispanoparlante, no sólo porque era su lengua natal o porque yo mismo he sido testigo y protagonista de estos esfuerzos sino porque Alvarado ha servido legítimamente como un puente entre la cultura angloparlante y la hispana como el rol de un genuino embajador (Alvarado, 1989; hay versiones en español y portugués).

Sin embargo, una clave para comprender la carrera parapsicológica de Alvarado fue su matrimonio con Nancy Zingrone (ver más arriba en este E-Boletín), con quien produjo un gran número de artículos bajo un formato poco común en el mundo científico: la vida matrimonial y profesional interactuando recíprocamente. Nancy representa el rol más experimentalista; en cambio, Alvarado tenía puesto su interés puesto en el aspecto más “experiencial” de la parapsicología… ¡Un gran equipo de trabajo! Alvarado se ocupó de muchas areas de interés en parapsicología. Fue un gran productor de saber parapsicológico en el ámbito académico publicando en revistas de parapsicología pero también por fuera (su objetivo era que la parapsicología no debía ser sólo “fagocitada” en forma endogámica por los propios parapsicólogos). De hecho, a pesar de una breve incursión en la investigación experimental (ver Dalton, Zingrone & Alvarado, 1999), Alvarado actuó como un gran consejero metodológico para crear protocolos apropiados de casos espontáneos porque su entrenamiento junto Ian Stevenson en Virginia fue determinante en los años ochenta (ver Alvarado, 1996).

Portada de uno de los números del Boletín AIPA publicado por la Asociación Iberoamericana de Parapsicología.
Portada de uno de los números del Boletín AIPA publicado por la Asociación Iberoamericana de Parapsicología.

Portada de la biografía de Charles Richet escrita por Alvarado, su único libro, en 2019.
Portada de la biografía de Charles Richet escrita por Alvarado, su único libro, en 2019.

Portada del Boletin editado por el Centro de Estudios Integrales de Puerto Rico editado por Carlos S. Alvarado y Nancy Zingrone.
Portada del Boletin editado por el Centro de Estudios Integrales de Puerto Rico editado por Carlos S. Alvarado y Nancy Zingrone.

Sin embargo, el primer interés de Alvarado comenzó en su Puerto Rico natal; en efecto, él mismo revisó la historia de la parapsicología en su país que, como es esperable, comenzó a principios de siglo 19 con el espiritismo (Alvarado, 1979). A causa de su pasión por la bibliotecología (que ambos compartimos por la colección de libros raros en parapsicología), entre 1982 a 1986, desempeñó tareas de investigación en la biblioteca en la Universidad de Virginia, dictó conferencias, entrevistó numerosos casos para investigación, revisión, recopilación y análisis de datos como asistente de investigación en la División de Parapsicología del Departamento de Psiquiatría y del Comportamiento de la Escuela de Medicina a cargo de Ian Stevenson, donde adquirió gran experiencia para tratar con experiencias paranormales espontáneas, que no eran tan exhaustivamente examinadas (Alvarado, 1987a, 1996). También fue miembro y luego presidente de la Southeastern Regional Parapsychological Association (PA)3 y entre 1986 y 1993 fue investigador visitante en la Foundation for Research on the Nature of Man (ahora Rhine Research Center), en Durham, a la vez que ocupó el cargo de Técnico de la Biblioteca Perkins de la Universidad de Duke, lo cual le permitió tener acceso a valiosa información de historia y bibliografía en parapsicología.

Radicado en Edimburgo, Escocia, en 1996, fue investigador asociado del Departamento de Psicología de la Universidad de Edimburgo a cargo del Profesor Robert L. Morris, donde obtuvo su doctorado en psicología y realizó estudios de posdoctorado hasta 1999. Radicado nuevamente en San Juan de Puerto Rico, se desempeñó como supervisor y coordinador de reuniones, seguimiento y control de proyectos de investigación en drogodependencias y salud mental para el Instituto de Investigación en Ciencias del Comportamiento en la Facultad de Medicina de la Universidad de Puerto Rico. Entre 1995 a 1999, fue co-Director (junto a Zingrone), del Centro de Estudios Integrales de Puerto Rico (CEIPR), donde también condujo una diversidad de cursos y conferencias y publicó varios números de un Boletín Informativo. A partir del año 2000, se ocupó de la elaboración de programas (convenciones y publicaciones) e información para el público en general, recopilación de bibliografías, redacción de folletos y material para el sitio web de la Parapsychology Foundation de New York, donde radicó durante varios años y editó una serie titulada Parapsychological Monographs publicada por la Parapsychology Foundation. En Nueva York, durante una convención de la PA en 2001, nuevamente coincidimos (junto a Jorge Villanueva) y veinte días después siempre recordábamos el atentando del 9/11 a las Torres Gemelas.

Alvarado tuvo una vida social y profesional admirable. Esta capacidad empática le permitió rápidamente convertir a colegas en amigos. Me recordaba sus visitas a la American Society for Psychical Research, su interés por aquella enorme biblioteca que almacenaba tesoros desde 1885, donde se construyó una buena parte de lo mejor de la historia de la parapsicología americana. Junto a Nancy, viajaron inseparablemente a muchos países dictando cursos y conferencias4. Justamente, a causa de esa reciprocidad y diligencia característica de Alvarado, a menudo servía para varias publicaciones que buscaban revisores, editores de sección y lectores dispuestos a cooperar a causa de lo cual llegó a ser miembro de varios consejos de revistas de parapsicología, por ejemplo, Exceptional Human Experience, eJAP: Electronic Journal of Anomalous Phenomena, International Journal of Parapsychology, Journal of Near-Death Studies, y Journal of the Society for Psychical Research, incluyendo varias en América latina (por ej. la Revista Argentina de Psicología Paranormal, Revista Mexicana de Psicología Paranormal, y la Revista Puertorriqueña de Psicología). También sirvió en tareas como revisor por pares y evaluador para la Fundacion BIAL de Portugal (2016-2020), no sólo en parapsicología sino también para la psicología en general, psicopatología y salud mental, para las cuales demostró escribir críticas razonables y constructivas.

Sin embargo, la experiencia que examinó con exhaustivo detalle fueron las experiencias fuera del cuerpo (EFC), aquellas donde un individuo se experimenta a si mismo lejos de su cuerpo físico. Alvarado diseñó un estudio minucioso basado en una encuesta que administró en numerosas muestras en varios países, como Estados Unidos, España y otros de América Latina (ver en este mismo E-Boletin) principalmente para su doctorado. Alvarado reclutó 482 casos de lectores de la revista Más Alla de la Ciencia (que distribuía por entonces casi cien mil ejemplares por mes!) focalizando su fenomenología y otros rasgos psicológicos. A diferencia de estudios anteriores, a menudo basados en especulaciones metafísicas o espiritistas, manuales para inducir la experiencia a voluntad, o perspectivas más escépticas basadas en alguna forma de “alucinación,” Alvarado encontró el modo de colocar en balance la naturaleza psicológica de la experiencia (basado en modelos disociacionales), como su relación con variables cognitivas y de personalidad (por ej. mediante la escala de personalidad NEO-PI-R, ver Alvarado, Zingrone & Dalton, 1996), y llamar la atención de un número de casos que sugieren cierta forma de conocimiento extrasensorial durante una EFC, lo cual compele a pensar acerca de su naturaleza parapsicológica.

Alvarado concluyó que una EFC, además de ser una experiencia frecuente en la población general (aprox. 30%), bien podría ser un “estado de la consciencia” que facilita –en ocasiones– ciertas formas de percepción extrasensorial, basadas en la imagen corporal, y otros factores (creencias, herencia, medioambiente, etc.) No satisfecho con esta experiencia, también abordó otros testimonios relacionados, las apariciones (Alvarado & Zingrone, 1995), la visión del aura (Alvarado, 1987; Alvarado & Zingrone, 1994), la disociación y absorción psicológica (Alvarado & Zingrone, 1997), los sueños lúcidos (Alvarado, 2007) y la sinestesia (Simmonds-Moore, Alvarado & Zingrone, 2019).

Su interés generó también exploraciones innovadoras, incluso rara vez o nunca abordadas en parapsicología, por ejemplo, los problemas de la terminología, el rol de la mujer en la investigación, estudios bibliométricos basados en revistas de parapsicológicas y otras ciencias, abordajes históricos de las prácticas mediúmnicas, las barreras del lenguaje, la identidad del parapsicólogo, el concepto de radiaciones, fuerzas o energías en parapsicología, antiguos congresos de parapsicología, relaciones maritales y experiencias paranormales, entre muchas otras. Como historiador, Alvarado también demostró un gran interés por biografías y autobiografías de parapsicólogos y médiums, por ejemplo, Ernesto Bozzano, Theodore Flournoy, William Stainton Moses, Frederic Myers, Karl von Reichenbach, Charles Richet, Eleanor Sidgwick, Ian Stevenson, y su “médium favorita” Eusapia Palladino (¡de quien mostraba con orgullo su antigua fotografía impresa en una camiseta!). Acompañó un enorme número de tesis de grado y posgrado en psicología, tales como el psicólogo puertorriqueño Oscar Hernández Sutton basada en médiums de Puerto Rico, Irene Blinston sobre experiencias místicas en niños, el psicólogo español José Miguel Pérez Navarro sobre ganzfeld y PES, y la psicóloga puertorriqueña Margarita Francia sobre disociación psiquiátrica. Alvarado fue muy hábil en combinar el interés popular de lo paranormal a favor de la comprensión psicológica de tales experiencias (ver Alvarado, 1999). Por ejemplo, en 1993, fue invitado a participar del Primer Congreso Mundial de Parapsicología Científica en Barcelona, junto a Zingrone y otros parapsicólogos norteamericanos (Richard Broughton, Helmut Schmidt, Stanley Krippner, Marcelo Truzzi, entre otros).

ALVARADO Y LA PARAPSICOLOGÍA LATINOAMERICANA

Uno podría pensar que el interés de Alvarado por la parapsicología latinoamericana era solo debido a su ascendencia, más precisamente la hispánica. Alvarado reclamaba fuertemente que la cultura angloparlante prestara más atención a la producción de otros países (Alvarado, 1984, 1985, 1989b), no solo hispanos sino aquellos en otros idiomas, como el portugués, el italiano y el francés (Alvarado, 1989)5. A inicios de los años noventa, Alvarado encontró apoyo cuando organizó un panel en la Convención de la PA en Bethesda, Maryland sobre la comunicación y colaboración internacional en parapsicología, integrada por Deborah Delanoy, David Hess, y Mario Varvoglis acerca los problemas culturales de la parapsicología que se desarrollan en países, tales como Brasil o Francia. Cinco años más tarde, otro panel más focalizado en América Latina, integrada por Eugenio Ledezma, Fátima Machado, Ramón Monroig, Alejandro Parra y Wellington Zangari, en Durham (Estados Unidos), discutió la historia y desarrollos recientes de la parapsicología en Argentina, Brasil,6 y México (Alvarado, 1997). Esta mesa y el número de participantes argentinos y brasileros presentes, estimuló la organización de una nueva entidad surgida del seno de la PA, llamada Asociación Latinoamericana de Parapsicología (ALPA; luego AIPA, sustituyendo Latinoamericana por Iberoamericana, para incluir a España y Portugal) presidida, naturalmente por voto unánime, por Alvarado, quien expresó que (Alvarado, 1997c):

Panel sobre la parapsicología en América Latina, integrada por (izq. a der.) Eugenio Ledezma, Ramón Monroig (México), Alejandro Parra (Argentina), Stanley Krippner, Carlos Alvarado (ambos de pie), Fátima Machado y Wellington Zangari (Brasil) en Durham, que discutió la historia y desarrollos recientes de la parapsicología en Argentina, Brasil y México.
Panel sobre la parapsicología en América Latina, integrada por (izq. a der.) Eugenio Ledezma, Ramón Monroig (México), Alejandro Parra (Argentina), Stanley Krippner, Carlos Alvarado (ambos de pie), Fátima Machado y Wellington Zangari (Brasil) en Durham, que discutió la historia y desarrollos recientes de la parapsicología en Argentina, Brasil y México.

La parapsicología en Iberoamérica siempre ha sufrido de falta de organización. A pesar de contar con nuestras propias organizaciones, revistas y congresos, nuestro/as parapsicólogo/as están separado/as. Son muchas las razones para explicar esto. La falta de recursos económicos es uno de los principales obstáculos. Otras razones son la falta de educación científica y de conocimientos actualizados en el campo. Finalmente, tenemos que reconocer que en nuestros países no existe una tradición de investigacion cientifica como la que existe en otros paises. La mayor parte de nuestros esfuerzos se concentran en revisiones de literatura, en la historia del campo, o en especulaciones conceptuales. A través de los años mucha(o)s han tratado de resolver estos problemas sin tener éxito. Sin embargo estos intentos –cursos, libros, y la fundación de institutos y revistas– han sentado una base para el crecimiento de la parapsicología en Iberoamérica (p. 63).
Al año siguiente, durante un encuentro en Buenos Aires, Alvarado (in absentia) y aquel núcleo inicialmente pequeño de investigadores, sintieron que era necesario ampliar los temas de discusión y se crearon cinco comités (Comité de Investigaciones, el Comité de Publicaciones & Traducciones, el Comité de Eventos & Premios, el Comité de Educación, y el Comité de Membresia) con el propósito de organizar esfuerzos en dirección a fortalecer la parapsicología en la región. Además, Alvarado (1997c) sostenía que

[…] el parapsicólogo latinoamericano no debía identificarse con posiciones nacionalistas… que predican ignorar los logros llevados a cabo en otros lugares y hasta pretenden, en el caso de la parapsicología, que la investigación extranjera es irrelevante para nuestro entendimiento de los fenómenos parapsicológicos. Una cosa es tratar de desarrollar una parapsicología sensitiva a nuestras culturas y necesidades sociales, otra es caer en fanatismos y posiciones irracionales que perjudican el desarrollo de nuestra disciplina como una ciencia de caracter internacional (p. 65).
También reconocía el problema de “oportunistas y charlatanes que usan el término “parapsicología” y “parapsicólogo(a)” para hacer dinero ofreciendo servicios de poca validez y confiabilidad, curaciones maravillosas, y seminarios en grupos en los cuales se ofrecen terapia y consejos de desarrollo personal…” (p. 66) asi como evitar identificar a la parapsicología con propósitos religiosos, filosóficos o metafísicos o para validar aspectos de la religión, como ocurre con el espiritismo o el catolicismo (sobretodo en Brasil). A pesar de estos esfuerzos, después de ocho números de un boletín y un entusiasmo inicial, AIPA tuvo corta duración. Esta iniciativa se fue disolviendo y poco a poco, ocupaciones y compromisos individuales de sus integrantes fundacionales, debilitaron el interés por continuar este propósito gremial.

Asociación Iberoamericana de Parapsicología (AIPA) se constituyó integrado por parapsicólogos de varios países de habla hispana y habla portuguesa en la Convención Anual de la Parapsychological Association en Durham en 1995.
Asociación Iberoamericana de Parapsicología (AIPA) se constituyó integrado por parapsicólogos de varios países de habla hispana y habla portuguesa en la Convención Anual de la Parapsychological Association en Durham en 1995.

Entrevista a Carlos Alvarado en revista Más Allá de Ciencia en 1993 a propósito de sus estudios sobre experiencias fuera de cuerpo.
Entrevista a Carlos Alvarado en revista Más Allá de Ciencia en 1993 a propósito de sus estudios sobre experiencias fuera de cuerpo.

Encuentros en las Convenciones de la Parapsychological Association en Edinburgo (Escocia) en 1997 y en Curitiba (Brasil) en 2011.
Encuentros en las Convenciones de la Parapsychological Association en Edinburgo (Escocia) en 1997 y en Curitiba (Brasil) en 2011.

Algunos de sus colegas y amigos, bromearon con un efecto fotografico fantasmal. Imagen del fantasma de Katie King. (foto circa 2000).
Algunos de sus colegas y amigos, bromearon con un efecto fotografico fantasmal. Imagen del fantasma de Katie King. (foto circa 2000).

Sin embargo, aprovechando los beneficios de una internet creciente, la actividad educativa más prometedora y posiblemente la mejor producción de AIPA, ocurrió entre Marzo a Julio de 1998, cuando Alvarado y Zingrone desde Puerto Rico gestionaron un curso on-line bilingüe (español y portugués) con docenas de participantes en siete países (Argentina, Brasil, Chile, Cuba, México, Portugal y Estados Unidos) que focalizó métodos en parapsicología basado en lecturas de artículos de investigación, una discusión grupal de los comentarios de cada grupo, y una devolución escrita de revisiones o correcciones de estos comentarios. Este curso incluyó la traducción de lecturas y una evaluación de todos los participantes. La interacción simultánea y el intercambio coordinado por Alvarado y Zingrone hacia todos los grupos en estos países –a pesar sus diferencias culturales y de idioma– resultó una de las experiencias educativas más ricas que yo tenga recuerdo en la historia de la parapsicología iberoamericana.


REFLEXIÓN FINAL

Alvarado fue un hombre “esquina” de la parapsicología. La esquina es una metáfora que se refiere a la virtud de aquel capaz de hacer la diferencia. Cuando se transita un camino pero se descubre una labor que produce un repentino “cambio de destino” hacia un territorio poco explorado o habitado y con gran potencial. Por ejemplo, Alvarado funcionó como hombre-esquina para temas complejos: el boundary work [trabajo de límites] en la historia de la ciencia aplicado a la parapsicología y como un explorador de experiencias paranormales/anómalas.

Uno de los intercambios epistolares (con firma) con Alvarado, en 1990.
Uno de los intercambios epistolares (con firma) con Alvarado, en 1990.

Seguramente Alvarado vivirá por muchos años a través de sus escritos, muchos de ellos ahora en internet. A pesar que yo insistí muchas veces en que debía recopilar estos artículos, o al menos escribir uno o más de un libro, afortunadamente, pocos meses antes de su muerte vió publicado su propia biografía de Charles Richet (Alvarado, 2019). Alvarado fue una figura inspiradora para al menos dos generaciones de parapsicólogos desde los ochenta; el más enérgico defensor y protector de sus amigos y un admirable trabajador. Quienes lo conocimos, recordaremos su personalidad empática, su estilo de humor irónico y carismático. Nunca, yo y muchos otros outsiders de la cultura de habla inglesa, olvidaremos su labor como un “puente” entre culturas.

Estoy convencido que omito sin intención docenas de otros datos relevantes, pero muchos de estos quizá podrían no ser de interés para el lector. Pero para mi tienen un compromiso más emocional que profesional. Su absoluta falta de mezquindad y su sentido de servicio y cooperación, contribuyendo con artículos en español, palabras estimulantes a pesar de la indiferencia de otros “colegas” y cenas de cierre en las convenciones de la PA (sitio donde a menudo coincidíamos para discutir problemas y temas comunes). Compartíamos las mismas frustraciones acerca de la falta de apoyo para nuestras investigaciones y su capacidad para interactuar con todas las culturas e idiomas que abrevan a la parapsicología con un propósito común. Reconozco su legítima personalidad “transpersonal” como un hombre que desconoce el egoísmo e incapaz de distinguir amigos de colegas. He aprendido y seguiré apreciando de su enorme talento, su enciclopédica memoria y su pasión compartida por la literatura antigua.

Actualmente, Zingrone y otros colegas están recopilando artículos, conferencias, capítulos de libros, Cartas al Editor, Obituarios, Homenajes/Aniversarios y revisiones de libros de muchos autores que Alvarado escribió para docenas de revistas parapsicológicas, asi como un gran número de entrevistas grabadas en audio y video (que se conservan en la Parapsychology Foundation)7. Estoy seguro que suman un total cercano a mil a lo largo de su vida, algunas de ellas publicadas también en italiano y portugués, lo que podría colocar a Alvarado como uno de los autores más prolíficos de toda la parapsicología moderna8.

Desafortunadamente, a inicios del 2021, una junta médica encontró dos tumores cerca de su lóbulo temporal. A pesar que una neurocirugía extirpó los tumores, los tratamientos de quimioterapia no impidieron su expasión. El 16 de julio falleció en su propio hogar bajo cuidados paliativos. “A pesar de su batalla contra el cáncer, su vida y su obra es una inspiración” –expresó Nancy Zingrone pocas semanas antes de su muerte– quien “no dejó de recibir oraciones, intenciones de curación, tarjetas, cartas, comunicaciones telefónicas y visitas de amigos, familiares y colegas.” (Comunicación personal).

Alvarado falleció a sus 66 años, edad a la que muchas personas comienzan su retiro profesional. No tengo la menor duda que él jamás aceptaría la idea de un “retiro”, cómodamente sentado en un sofá viendo TV, cultivando un jardín, o cuidando mascotas (aunque gozaba de esto todo esto también). Con certeza continuaría escribiendo y produciendo hasta los últimos días, por supuesto, regalándonos sus escritos de una pluma talentosa.

NOTAS

1. Comunicación personal con Alberto Alvarado, Sept. 1, 2021.

2. Ver las biografías publicadas en el sitio web de la Parapsychological Association (https://www.parapsych.org/users/carlos/profile.aspx), Universidad de Virginia (http://virginia.academia.edu/CarlosSAlvarado), la Psi Encyclopedia editada por la Society for Psychical Research (https://psi-encyclopedia.spr.ac.uk/articles/carlos-s-alvarado), el sitio web de The Alvarado Zingrone Institute for Research and Education (AZIRE) (https://theazire.org/carlos-s-alvarado-biography/), y su propio blog (https://carlossalvarado.wordpress.com/).

3. A causa del gran numero de miembros, en aquellos años, se crearon varias filiales regionales de la PA en los Estados Unidos, incluyendo la Euro-PA integrada por miembros de países europeos.

4. A pesar de que nunca visitó Argentina, lamentaba no haber podido saborear nuestros famosos “bistecs”.

5. Alvarado se incorporó a la PA en 1979. Durante los períodos 1990-1995, 1997-1999, 2000-2001 y 2002-2003 fue miembro del Comité Directivo, y en los periodos 1995 y 2002-2003 obtuvo dos presidencias a la Parapsychological Association. Además, asesoró las presentaciones como miembro del Comité Organizador de sus convenciones anuales. En 2010 obtuvo el Outstanding Contribution Award y en 2017 Outstanding Career Award en 2017 por su labor en parapsicología.

6. En Octubre de 1995, Alvarado y Zingrone visitaron la Universidad Anhembi Morumbi de San Pablo, Brasil, para dictar siete conferencias sobre parapsicología. También fue Miembro Honorario de Inter Psi, Grupo de Investigación en Interconectividad y Semiótica de la Católica Universidad Pontificia de San Pablo.

7. En 1995, Alvarado y Zingrone crearon una editorial propia “Puente Publications” que tradujo y publicó Multiple Personality: An Hispanic Perspective del psicólogo de Puerto Rico Alfonso Martínez Taboas sobre trastornos disociativos.

8. Como Apéndice a este artículo, he colectado una lista de sus artículos originalmente en español; algunas pocas son sus propias traducciones del inglés.

* Alejandro Parra es psicólogo (UAI), doctor en psicología (UCES) y psicoterapeuta en la práctica privada. Es profesor en Psicología en la Universidad Abierta Interamericana de Buenos Aires e investigador universitario. Es consultado regularmente por diversos medios de prensa, grafica radial y TV, locales y extranjeras. Durante quince años (1990-2004) fue editor de la Revista Argentina de Psicología Paranormal y desde 2006 del boletin electrónico E-boletin Psi. Desde 1993, es presidente de la Asoc. Civil «Instituto de Psicología Paranormal» y la Agencia Latinoamericana de Informacion Psi en internet (www.alipsi.com.ar). Ha sido presidente de la Parapsychological Association (2011-2013). Entre sus libros, se destacan Fenómenos paranormales: Una introducción a los eventos sorprendentes (Kier, 2003), Sueños: Cómo interpretar sus mensajes (Kier, 2005), El Mundo Oculto de los Sueños (Kier, 2009), ¿Qué es… Sensibilidad Psíquica? (Longseller, 2011), y editor de Psicología de las Experiencias Paranormales (Akadia, 2006).



REFERENCIAS

Alvarado, C.S. (1979). Psychical research in Puerto Rico. Parapsychology Review, 10(6), 23-24.

Alvarado, C.S. (1984). Psychical research in Spain. Journal of Parapsychology, 48, 219-226.

Alvarado, C.S. (1985). Poltergeist phenomena in the non-English language literature: A review of two books. Journal of Parapsychology, 49, 371-378.

Alvarado, C.S. (1987a). Comments on Case Studies on Parapsychology and on value of research in this area. Journal of Parapsychology, 51(4), 337-352.

Alvarado, C.S. (1987b). Observations of luminous phenomena around the human body: A review. Journal of the Society for Psychical Research, 54(806), 38-60.

Alvarado, C.S. (1989a). The language barrier in parapsychology. Journal of Parapsychology, 53, 125-140.

Alvarado, C.S. (1989). Parapsychology conference in Argentina. Parapsychology Review, 20(5), p. 8.

Alvarado, C.S. (1996). The place of spontaneous cases in parapsychology. Journal of the American Society for Psychical Research, 90(1), 1-34.

Alvarado, C.S. (1997a). Mapping the characteristics of OOBE experiences. Journal of the American Society for Psychical Research, 91, 15-32.

Alvarado, C.S. (1997b). Socio-economic factors affecting parapsychology in Latin-America: Introduction to the symposium. Journal of the Society for Psychical Research, 83(854), 65-85.

Alvarado, C.S. (1997c). Reflexiones sobre la Asociación Iberoamericana de Parapsicología (AIPA). Revista Mexicana de Psicología Paranormal, 1(2), 63-100.

Alvarado, C.S. (1999). Out of body experiences among readers of a Spanish new age magazine. Journal of the American Society for Psychical Research, 91, 15-32.

Alvarado, C.S. (2019). Charles Richet: A Nobel Prize winning scientist's exploration of psychic phenomena. White Crow Books.

Alvarado, C.S. (2007). Interrelationships of parapsychological experiences, dream recall, and lucid dreams in a survey with predominantly spanish participants. Imagination Cognition and Personality, 27(1), 63-69.

Alvarado, C.S., & Zingrone, N.L. (1994). Individual differences in aura vision: Relationships to visual imagery and imaginafive-fantasy experiences. European Journal of Parapsychology, 10, 1-30.

Alvarado, C.S., & Zingrone, N.L. (1995). Characteristics of haunting with and without apparitions: An analysis of published cases. Journal of the Society for Psychical Research, 60, 385-397.

Alvarado, C. S., Zingrone, N. L., y Dalton, K. (1996). Out-of-body experiences, psi experiences, and the Big Five: Relating the NEOPI- R to the experience claims of experimental subjects. Proceedings of the 39th Annual Convention of the Parapsychological Association, San Diego, CA.

Alvarado, C.S. & Zingrone, N. (1997). Out-of-body experiences and dissociation. En R. Wiseman (Ed.), Proceedings of the 40th Annual Convention of the Parapsychological Association (pp. 11-25).

Dalton, K.S.; Zingrone, N. & Alvarado, C.S. (1999) Exploring out-of-body experiences, dissociation, absorption, and alterations of consciousness with acreative population in the ganzfeld. Journal of Parapsychology, 63(3), 202-223.

Simmonds-Moore, C. A., Alvarado, C. S., & Zingrone, N. L. (2019). A survey exploring synesthetic experiences: Exceptional experiences, schizotypy, and psychological well-being. Psychology of Consciousness: Theory, Research, and Practice, 6(1), 99–121.


APÉNDICE: ARTÍCULOS PUBLICADOS EN ESPAÑOL

(1976). Experiencias Ecsomáticas: Revision de la evidencia experimental. Psi Comunicacion, 3, 7-18.

(1978). Descubrimientos psíquicos tras la cortina de hierro?: La parapsicología sovietica a la luz de la historia de la investigacion psiquica. Psi Comunicacion, 7, 19-28.

(1980). Joseph Banks Rhine (1895-1980): Pionero de la parapsicología experimental. Psi Comunicacion, 11, 9-18.

(1990). Las barreras del lenguaje en parapsicología. Revista Argentina de Psicología Paranormal, 2, 133-144.

(1991). Las barreras del lenguaje en parapsicología. Psi Comunicacion, 33, 19-28.

(1991) Aspectos ideologicos de la parapsicología. Revista Argentina de Psicología Paranormal, 2, 7-14.

(1993). Entrevista [a Carlos Alvarado]: Viaje astral: ¿Realidad o alucinación? Más Allá de la Ciencia, No.53, 42-45.

(1995). El aporte de Emilio Servadio a la parapsicología: Un Tributo a su vida y su obra. Revista Argentina De Psicología Paranormal, 2, 95-98.

(1995). Recientes estudios y tendencias en la investigacion de las experiencias fuera del cuerpo. Revista Argentina De Psicología Paranormal, 1, 5-14.

(1995) ¿Cómo explicar la experiencia de verse fuera del cuerpo? Más Allá de la Ciencia, No.78, 42-45.

(1996). Expandiendo los horizontes de la parapsicología. Revista Mexicana de Psicología Paranormal, 1(2), 74-89.

(1996). Respuestas a los comentaristas: Hacia una parapsicología en America Latina: debate. Revista Argentina de Psicología Paranormal, 7, 235-260.

(1996). Hacia una parapsicología científica en America Latina. Revista Argentina de Psicología Paranormal, 7, 221-223.

(1996). Apuntes para una introducción a la parapsicología. Centro Caribeño de Estudios Posgraduados. [Folleto].

[con Zingrone, N] (1996). La parapsicologia y las tradiciones espiritistas y ocultistas: ampliando el alcance del estudio de las experiencias. En A. Parra (Ed.). Primer Encuentro Iberoamericano de Parapsicologia. (Pp. 23-27). Instituto de Psicologia Paranormal.

(1996). Encuesta de fenomenos parapsicologicos en Brasil. Revista Argentina de Psicología Paranormal, 2, 99-108.

(1997). Reflexiones sobre la Asociacion Iberoamericana de Parapsicologia (Aipa). Revista Mexicana de Psicología Paranormal, 1(2), 63-100.

(1997). El lugar de los casos espontaneos en parapsicología. Revista Mexicana de Psicología Paranormal, 2, 63-100.

(1997). Nota sobre la psicología de percibir apariciones. Revista Mexicana de Psicología Paranormal, 4, 244-250.

(1997). La Asociacion Iberoamericana de Parapsicología: Reflexiones para mejorar la comunicacion en la comunidad parapsicologica hispano-portuguesa. Revista Argentina de Psicología Paranormal, 8,111-116.

[con Zingrone, N] (1997). Relacion entre la Experiencia fuera del cuerpo y la absorcion: Estudios con participantes puertorriqueños y norteamericanos. Revista Argentina de Psicología Paranormal, 4, 249-262.

(1998). La experiencia fuera del cuerpo en Brasil: Observaciones sobre el trabajo de J.F. Brelaz de Castro. Revista Argentina de Psicologia Paranormal, 2, 129-136.

[con Zingrone, N] (1998). Las experiencias fuera del cuerpo y su influencia sobre actitudes y creencias: El Impacto de la complejidad fenomenologica de la experiencia. En A. Parra (Ed.) Tercer Encuentro Psi (pp. 6-13). Instituto de Psicologia Paranormal.

(1999). Nota sobre la teoría sin base empírica en la parapsicología iberoamericana contemporanea. Revista Argentina de Psicología Paranormal, 13, 149-156.

(2007). Ian Stevenson: Una vida dedicada a la parapsicología (1918-2007). E-Boletin Psi. http://www.alipsi.com.ar/e-boletin/01e-boletin_psi_2-2_Mayo_07.htm#tit04

(2007). Fenómenos parapsicológicos que ocurren alrededor de la muerte y el morir. E-Boletin Psi. http://www.alipsi.com.ar/e-boletin/boletin_psi_1-4_Enero_07.htm#tit02

(2009) Publicaciones sobre mesmerismo, espiritismo, e investigación psíquica en la Biblioteca Virtual Google Book Search. E-Boletin Psi. http://www.alipsi.com.ar/e-boletin/boletin_psi_4-1_Enero_09.htm#tit04

[con Zingrone, N] (2010). Variables relaciones con experiencias parapsicológicas, la absorción y los sueños. Ciencias de la Conducta, 25(1), 149-172.

(2010). Notas historicas sobre el rol de la mediumnidad en la parapsicologia. E-Boletin Psi. http://www.alipsi.com.ar/e-boletin/boletin_psi_5-2_mayo_10.htm#tit03

(2011). En defensa de la investigación psíquica: Un extracto de un artículo de Charles Richet presentado en el Quinto Congreso Internacional de Psicología de 1905. E-Boletin Psi. http://www.alipsi.com.ar/e-boletin/e-boletin_psi_vo.6_no3_septiembre_2011.htm#tit01

(2013). La mediumnidad y los sueños: sugerencias para futuras investigaciones. E-Boletin psi. http://www.alipsi.com.ar/e-boletin/E-BOLETIN%20PSI_Vol.8_No.2_Mayo_2013.htm#tit02

(2017). Eugène Osty y las experiencias fuera del cuerpo. E-Boletin Psi. http://www.alipsi.com.ar/e-boletin/E-BOLETIN%20PSI_Vol.12_No3_Septiembre_2017.html#tit06

(2020). William James y la investigación psíquica. E-Boletin Psi. http://www.alipsi.com.ar/wp-content/uploads/E-BOLETIN_PSI_Vol.15_No3_Septiembre_2020.html#tit4

(2021). Influencias psicológicas sobre los médiums: Una nota histórica. E-Boletin Psi. http://www.alipsi.com.ar/wp-content/uploads/E-BOLETIN_PSI_Vol.16_No2_Mayo_2021.html#tit4


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      Homenaje

Alberto Alvarado
Alberto Alvarado
alvaama@aol.com


CARLOS S. ALVARADO (1955-2021): UN TRIBUTO

Alberto Alvarado*


Carlos y yo nos criamos en la ciudad de San Juan de Puerto Rico, en la región del Caribe. Mi hermano nació en Boston, Massachusetts, ya que nuestro padre estaba cursando un doctorado en Planificacion Urbana en la Universidad de Harvard. Al regresar a Puerto Rico, nací yo, en 1956. No hubo hermanos subsiguientes de nuestros padres, asi que nos llevábamos 18 meses de diferencia en edad. Eramos Carlitos y Albertito!

Desde niños siempre fuimos hermanos muy unidos aunque diferentes en carácter, gustos y aspiraciones. Carlos era introvertido y callado y yo era la “dinamita” del dúo. No obstante, nos complementábamos muy bien y disfrutábamos de juegos en el patio de casa y jugábamos aventuras con vecinos amigos. Nos encantaban los juegos relacionados a superhéroes de los comics. Comprábamos ejemplares de DC y Marvel. Por supuesto, a mi hermano le agradaban más los de Marvel por sus personajes más oscuros y misteriosos.

Carlos S. Alvarado, a los ocho años (a la izq.) y junto a su hermano (a la der.).
Carlos S. Alvarado, a los ocho años (a la izq.) y junto a su hermano (a la der.).

Los hermanos Alvarado junto a su madre, en su cumpleaños.
Los hermanos Alvarado junto a su madre, en su cumpleaños.

Encuentro familiar de ambos hermanos con su mamá Ileana Vélez.
Encuentro familiar de ambos hermanos con su mamá Ileana Vélez.

Desde muy joven, fue amante de la lectura de temas de parapsicología y asuntos paranormales. Su pasión por estos temas lo llevo a acumular con el tiempo una magnifica colección de libros. Mi pasión era la arquitectura ya que mi padre trabajaba en el campo de la construcción. En nuestra adolescencia tardía viajabamos a Estados Unidos, especialmente a New York. La actividad principal era visitar las tiendas de libros usados para buscar ejemplares del tema que nos gustaba. Me acuerdo que tenía una lista de libros los cuales el soñaba encontrar en estas expediciones. En la década de los ’70, una mañana estábamos en la famosa tienda de libros de ocultismo de Samuel Wieser en el bajo Manhattan. Pasamos largo rato escudriñando cada estante de la librería hasta que encontré uno de lo libros más buscados por Carlos: Thirty Years of Psychical Research [en español Tratado de Metapsíquica] de Charles Richet. Recuerdo ese día como uno de los más felices para mi hermano. Toda la vida recordamos ambos ese momento!

En esa misma época, mi hermano conoce a su gran amigo de toda la vida: Alfonso Martínez Taboas con quien compartían muchas de características e intereses de Carlos. Recuerdo sus frecuentes visitas donde jugaban ajedrez, charlaban, analizaban temas paranormales, ovnis y hasta fantasmas. Me acuerdo de sus visitas a pueblos del sur de la Isla para observar supuestos OVNIs. Creo que nunca vieron uno!

Mas tarde mi hermano y Alfonso decidieron publicar una modesta revista titulada Explorando lo Paranormal, confeccionada en su totalidad en nuestra casa. Mi involucramiento con el proyecto fue su diseño y maquetación. Tomando fotos de sus libros para la revista aprendí lo que era el ectoplasma… esa palabra se convirtió en tema de conversación y bromas entre ambos hasta su partida. Se distribuía gratis entre amigos y conocidos del tema. Su producción era bastante rudimentaria, pero el placer de verlos publicar este documento nos daba gran satisfacción para amigos y familia.

Ambos sentíamos gran interés por la música. Sin embargo, nuestros gustos eran totalmente opuestos. Yo entraba a su cuarto y sonaba música de la India con fuerte percusión y sonidos disonantes. Esta música moldeó su gusto para la decoración de su cuarto con objetos orientales y también sirvió de fondo para sus primeras lecturas y escritos. La otra música preferida de Carlos era la del trompetista Herb Alpert y Los Tijuana Brass (creo que Carlos tenía toda su colección). Personalmente no me gustaba y siempre le hacía bromas sobre sus gustos musicales.

A sus 18 años, Carlos tenía muy definida su pasión por la parapsicología. La verdad es que en Puerto Rico el tema no era tomado muy en serio; había varios charlatanes que desprestigian usando títulos de “parapsicólogo”. Ninguna universidad en la isla ofrecía cursos o programas, lo cual llevó a Carlos al cursar la carrera de psicología de la Universidad de Puerto Rico, la principal institución educativa del país. Obtuvo su Bachillerato en Psicología (equivalente a una licenciatura) pero se sentía frustrado por no poder cursar un grado en lo que realmente le gustaba. En aquellos tiempos, a nuestro padre no le agradaba la elección que Carlos de este tema y le sugería que estudiara medicina. Sin embargo, mi hermano estaba decidido por su pasión hacia la parapsicología y continuó buscando alternativas de estudios de posgrado. Años más tarde mi padre lo aceptó y lo apoyó en todos sus estudios y proyectos.

En su búsqueda de programas universitarios encontró en California un programa de Maestría en Parapsicología en la ciudad de Orinda. Hice un viaje para visitarlo y la pasamos muy bien. “Tienes que probar estos hamburgers de dos carnes que son riquísimos” –me dijo. Resulto ser la cadena de comida rápida Wendy’s que luego llegaría a Puerto Rico. También me llevó a una cena con amigos de la India la cual casi no pude comer por lo salado de la comida y me la pasé tomando agua mientras Carlos se reía… Otra historia que comentábamos siempre. Estuvo en Orinda como un par de años hasta completar el grado. Recuerdo aquella época muy feliz para Carlos. Había comenzado el camino de su desarrollo profesional en el campo de la parapsicología.

Luego se mudó a la costa este de Estados Unidos, donde trabajó en sitios relacionados con la parapsicología. En esos tiempos conoció a su colega y luego esposa Nancy Zingrone, su compañera por casi cuarenta años. Una pareja prácticamente perfecta de dos personas transitando el mismo camino. Pienso que esta unión reforzó y apoyó la gestión de Carlos en su pasión por la parapsicologia. Tiempo después estudió una Maestría en la Duke University de Carolina del Norte. Siguió en esa época destacándose como investigador y estudioso en su campo. Publicó numerosos artículos y colaboró con diferentes asociaciones e instituciones. Su última experiencia universitaria fue obtener un doctorado en la Universidad de Edinburgo. Permaneció varios años en el programa hasta completar su tesis. Dejo grandes amistades y continuó solidificando su reputación profesional. Nuestra madre lo visitó, y a su regreso contaba sobre las buenas amistades de Carlos y Nancy, así como el respeto y admiración de sus compañeros.

Pasaron un par de años en Puerto Rico. Carlos estaba muy contento de estar en su tierra y tratar de ofrecer cursos en instituciones universitarias sobre Parapsicología. Ese tiempo lo pasaron en un espacio en mi oficina de Arquitectura. Estaban muy contentos ya que pudimos convivir de cerca como antes. Un dia típico en mi oficina, Carlos entraba a mi espacio para contarme sobre los Cuatro Fantásticos u otra historia de los comics que tanto le agradaban. Carlos fue muy feliz en esta estadía pero entiendo sentía frustración al ver todavía la poca aceptación de las universidades a los temas que eran de su interés.

A principio de los 2000, fueron contratados por la prestigiosa Parapsychology Foundation en la ciudad de New York. A mi entender, una de las épocas más fructíferas profesionalmente para mi hermano. La PF y sus directoras apreciaban y reconocían el talento de Carlos en el campo de la parapsicología. Alli estuvieron varios años. Tuve la oportunidad de viajar a NY con la desgracia que, durante mi estadía, ocurrió la tragedia de las torres gemelas, el 11 de Septiembre del 2001. La parte positiva es que debido a que no pude salir de la ciudad, tuve que quedarme una semana en espera a que abrieran los aeropuertos. Esto me sirvió para compartir con mi hermano la “gran manzana”.

Sus últimos años vivieron en el área de Raleigh/Durhan en el estado de Carolina del Norte, en Estados Unidos. Continuaron trabajando desde su residencia, cooperando para varias instituciones educativas, investigaciones, escritos y consultores de la Parapsychology Foundation. Hace tres años, mi hermano se ofreció para cuidar a nuestra madre que había estado enferma bajo mi cuidado. Acepte su petición y la mudamos a su casa pensando que algún dia regresaría a Puerto Rico, pero desgraciadamente falleció al año siguiente. El compromiso de cuidado y amor de Carlos y Nancy fue excepcional. Quien iba a pensar que pocos años después mi hermano iba a padecer de un terrible tumor canceroso que en pocos meses le iba a arrebatar su vida. Una partida a destiempo a un ser extraordinario, generoso y comprometido con sus pasiones. Una gran pérdida. Hasta pronto querido hermano!

* Alberto Alvarado es hermano de Carlos. Obtuvo un bachillerato en diseño ambiental y una maestría en Arquitectura por la Universidad de Puerto Rico, y se ha desempeñado para varias empresas de urbanismo y diseño. Actualmente conduce el estudio “Alvarado Arquitectos” y es consultor. Nuestro agradecimiento por expresar sus recuerdos y contribuir para este número del E-Boletin Psi.




Nancy L. Zingrone
Nancy L. Zingrone
nancy@theazire.org


Nancy L. Zingrone*

Alvarado-Zingrone Institute of Research Education


He tenido problemas en las últimas semanas para articular lo que Carlos (o “Carli”) significaba para mí. La pérdida es enorme... Significaba mucho para mí. Pero creo que puedo admitir que nuestro primer “encuentro” estuvo teñido de cierta “precognición.” Fue después que regresara desde California a Puerto Rico. Había completado su maestría en parapsicología y me escribió al pequeño “instituto” de parapsicología que estaba dirigiendo en Chicago en ese momento. Carlos había escuchado que nuestro grupo (Midwest Psi Research Institute, de corta duración) estaba planeando editar una revista, y se ofreció para escribir un artículo sobre experiencias extracorpóreas. Pero nuestro grupo estaba a punto de disolverse y la idea de una revista se había evaporado. Sólo atiné a disculparme porque no podíamos aceptar su artículo pero mientras leía su carta, tuve una fuerte reacción con su nombre, al hecho de que me escribiera desde Puerto Rico, y que sus iniciales (por favor, perdónenme por ésto) eran CSA (en inglés, algo asi como Confederate States of America o “Estados Confederados de América”).

Mientras quedé atrapada por esta intensa reacción, absolutamente tonta, mi esposo en aquel entonces se detuvo en la puerta de mi oficina para decirme que se iba esa noche. Lo saludé con la carta de Carlos en la mano y le comenté lo lindo que era recibir una carta de Puerto Rico, lo bien que estaba escrita la carta, lo triste que era tener que decir que no y –aunque nada importara– qué increíble era que las iniciales del escritor fueran “CSA”. Mi ex se quedó parado en la puerta; quedó estupefacto, suspiró y me dijo: “Vuelvo a medianoche”. Se dió media vuelta y se fue. Continué maravillada por mucho tiempo por esa carta y sus iniciales. Estaba agradecida después, por tema de mi reacción. Más tarde me sentí agradecida cuando no se mencionó el tema de mi reacción. En retrospectiva, creo que durante al menos un par de años, mi respuesta me pareció realmente ridícula.

Carlos Alvarado cuando conoció a Nancy Zingrone (a los 28 años).
Carlos Alvarado cuando conoció a Nancy Zingrone (a los 28 años).

Carlos Alvarado y Nancy Zingrone.
Carlos Alvarado y Nancy Zingrone.

Orgulloso con su primer libro impreso, una biografia del Premio Nobel Charles Richet (1850-1935).
Orgulloso con su primer libro impreso, una biografia del Premio Nobel Charles Richet (1850-1935).

En 1982, casi un año después, después de que mi ex y yo nos divorciamos, me comprometí con un antiguo novio que era un soldado destinado en Fort Bragg. Debido a que su base estaba a unos 144 Kms. de Durham, comencé a visitar el Rhine Research Center (por entonces la Foundation for Research on the Nature of Man, o FRNM, para abreviar), para consultar su biblioteca y asistir a reuniones de investigación. Poco tiempo después, me contrataron como investigadora. No mucho después me mudé a Durham y aquel novio encontró a alguien más; pero allí estaba yo, encantada con mi trabajo y mis nuevos colegas, pero, a pesar de todo, lamentando haber perdido mis dos relaciones anteriores. Un compañero de trabajo, en la primavera, visitó al Dr. Stevenson en la Universidad de Virginia y se quedó allí con Carlos. Cuando regresó, me dijo que tenía que conocer a Carlos porque iba ser alguien “perfecto” para mí. No relacioné el nombre de Carlos con aquella experiencia anterior de la carta, pero también sabía que no estaba lista para una nueva relación.

Un par de meses después, en mayo de 1983, viajé a la convención de la Society for Scientific Exploration (SSE) en la Universidad de Virginia. En el acto inaugural, Emily Kelly (entonces Emily Cook, asistente de investigación del Dr. Stevenson desde hacía mucho tiempo) me presentó a tres jóvenes, entre los cuales se encontraba Carlos. Eran todos encantadores y amables, pero tuve una conexión tan entrañable con Carlos que poco después me escapé de la fiesta y volví a mi habitación. Al día siguiente me quedé del lado opuesto de la sala de reuniones en la que estábamos, y estuve un tiempo observándolo. Me dije a mí misma que era solo porque estaba muy bien vestido, en comparación con la mayoría de los otros hombres en la sala. Terminé en una mesa con él y otras cuatro personas, que tenían menos de 35 años. Después los seis salimos juntos, y Carlos y yo tuvimos tiempo de caminar y charlar solos. Desde entonces, estamos unidos por nuestra pasión por la historia en general, por la parapsicología, mientras hablábamos sobre el tema de la investigación de la mediumnidad (nunca la había experimentado porque yo era una “rhineana” dura en aquel momento, pero no le tomó mucho tiempo convencerme de lo contrario).

Cuando a fines de julio había llegado al FRNM, nadie tuvo tiempo para recoger a Carlos en la parada del autobús, que venía a dar conferencias sobre las experiencias fuera del cuerpo, experiencias cercanas a la muerte y la investigación sobre la reencarnación a los estudiantes del Summer Study Program. Pero yo había estado hablando sin parar de Carlos desde que había regresado de la conferencia –siempre negando que me interesara. Por suerte nadie me creyó, por el contrario, se aseguraron de que me convirtiera en una especie de “chofer de taxis.”

Lo recogí en la estación de autobuses, lo instalé en el apartamento de un colega fuera de la ciudad y me aseguré de llevarlo ida y vuelta a sus conferencias, a varios almuerzos y a cenas con los estudiantes y a reuniones con otros miembros del staff. A media semana, lo llevé conmigo a una charla que me habían pedido que diera a un grupo de la iglesia en Thomasville. El propósito era una charla sobre experiencias extracorpóreas, una sesión de discusión posterior y una cena. Si bien había preparado una presentación general, dejé que Carlos responda preguntas dado que era experto en el tema.

Si bien nos tomó uno o dos meses de intercambio de cartas, tarjetas y llamadas telefónicas, nos costó admitir y ante los demás que estábamos enamorados, que nuestra amistad comenzó a gestarse en la conferencia SSE y se había consolidado en Durham hace treinta y ocho años. Sin mencionar todo lo que nuestros compañeros de trabajo y amigos nos alentaba. Aun así, nuestra edad y experiencias previas nos hicieron cautelosos. Nos gustaba decir que no estábamos “apresurados para publicar” sino que “seguíamos recopilando datos”, si alguien preguntaba. Pero Ian Stevenson, Emily, K.R. Rao, Richard Broughton y todos los demás con quienes trabajábamos encontraron maneras de que trabajésemos juntos. Mientras todavía vivíamos a tres horas de diferencia, Stevenson y Broughton hicieron posible que yo trabajara en UVA durante un par de meses seguidos, mientras la FRNM me pagaba. Cuando nos aceptaron a ambos en el programa de historia en la Universidad de Duke, Carlos fue nombrado Visiting Scholar en el Rhine Research Center. En 1988, cuando finalmente anunciamos que estábamos comprometidos, la primera respuesta era que cada uno se atribuía el mérito de nuestro encuentro. Tenían razón en muchos niveles, y a veces les hablábamos de nuestra gratitud por estar ahí con nosotros desde el principio.

Volviendo a 1986, pasé la Navidad en Puerto Rico aquel año. Una noche, Carlos se puso a buscar algo en el archivador de su habitación, en el apartamento de su madre, donde nos estábamos quedando. Sacó la copia de su primera carta que estaba en papel carbónico, que solía usarse antes de las computadoras cuando escribíamos correspondencia importante. Mi respuesta al envío de un artículo a la revista, que nunca se publicó, estaba pegada al carbónico. Me inundó el recuerdo de mi reacción a su carta, su nombre y sus iniciales. No sé si entonces le hablé de mi reacción a aquella carta, pero en alguna vez lo hice. Al contarlo, la idea de que un futuro “yo” haya dicho: “¡Qué tipo éste! ¡Olvida al resto!” me impactó bien fuertemente.

Lo que hace mi vida más fácil ahora, en este apartamento vacío donde nuestros gatos y yo intentamos reconstruir una nueva vida, es cuántas personas han recibido la misma respuesta por su cariño y amabilidad, por su prodigiosa memoria e intelecto, por todo lo que Carlos defendió e hizo por los demás como mentor, colega o amigo y habrá pensado: “¡Que tipo éste! ¡Olvida al resto!” Sin duda, Carlos enriqueció a nuestras vidas.

* Nancy L. Zingrone es psicóloga graduada por la Mundelein College, tiene una maestría en ciencias de la educación con énfasis en educación superior y psicología con especialización docente por la Northern Illinois University y obtuvo un doctorado en Psicología por la Universidad de Edimburgo. Realizó investigación experimental, estudios de encuestas de experiencias psíquicas (junto a Carlos S. Alvarado). Zingrone fue miembro del Institute for Parapsychology (ahora llamado Rhine Research Center), Parapsychology Foundation (editora del International Journal of Parapsychology entre 1999 a 2009). De 2003 a 2010, Zingrone fue asistente de investigación en la División de Estudios de Percepción en el Departamento de Psiquiatría y Ciencias Neuroconductuales de la Universidad de Virginia, asi como también se desempeñó como Directora de Asuntos Académicos y Administrativos en Atlantic University entre 2010 a 2013. Se ha desempeñado en la Junta Directiva de la Parapsychological Association (PA) en varios cargos desde 1991 hasta 2004, fue elegida presidenta dos veces (en 2001-2002 y 2003-2004) y recibió el Premio a la Contribución en 2015 por sus esfuerzos para mejorar la educación en parapsicología. También se desempeñó en la Junta Directiva del Rhine Research Center entre 2012 a 2015. Es conocida por sus actividades educativas on line a través de sus proyectos The Alvarado Zingrone Institute of Research Education (The AZIRE) y a través del curso gratuito Parapsychology Research and Education (también conocido como ParaMOOC) desde 2015 hasta 2020.





Alfonso Martínez-Taboas*
Alfonso Martínez-Taboas*
alvaama@aol.com


Alfonso Martínez-Taboas*

Universidad Interamericana


Falleció mi gran amigo y colega y para mí esta pérdida es muy sentida, pues Carlos fue el amigo más longevo que he tenido. Nuestra amistad comenzó en el 1971, cuando ambos éramos adolescentes (yo con 18 años y él con 16). Esta amistad comenzó de una manera curiosa. Yo era miembro de la Society for Psychical Research (SPR) y no conocía a nadie en Puerto Rico que fuera miembro. Así que le escribí a su secretaria y muy gentilmente me brindó la dirección de Carlos. ¡Que sorpresa tuvimos ambos al descubrir que éramos tan jóvenes!

Carlos fue un amigo fiel, en las buenas y en las malas, y fue muy importante en mi desarrollo intelectual. Fue el único puertorriqueño en tener un doctorado (PhD) por la Universidad de Edimburgo con concentración en parapsicología. Publicó más de 300 artículos académicos sobre el tema y fue dos veces Presidente de la Parapsychological Association. Yo se que lo que distinguió la carrera de Carlos fue su meticuloso afán por documentar de manera exhaustiva muchos detalles y asuntos históricos de nuestra disciplina. Puedo decir, sin temor a equivocarme, que Carlos fue uno de los historiadores más serios y reconocidos en parapsicología. Yo lo pondría en la talla de Alan Gauld.

Colaboré con él en varios artículos. En Puerto Rico, en la Revista Puertorriqueña de Psicología, publicamos un artículo sobre el tema (ver en este E-Boletín Psi). Asimismo, siendo muy jóvenes, colaboramos en la publicación de un artículo, muy citado, en donde criticábamos las teorías del modelo psicopatológico del fenómeno poltergeist. Y más tarde otro artículo sobre nuestras dudas del modelo del súper-psi para explicar la mediumnidad.

Encuentro reciente (circa 2014).
Encuentro reciente (circa 2014).
Alfonso Martinez Taboas y Carlos Alvarado en 1971.
Alfonso Martinez Taboas y Carlos Alvarado en 1971.

Tuve con Carlos innumerables aventuras en lo paranormal: dormimos en una casa encantada, investigamos a varios supuestos psíquicos, asistimos a sesiones espiritistas, hicimos vigilias para ver OVNIs en montañas desoladas, y fundamos en 1972 la primera revista Explorando Lo Paranormal en Puerto Rico. Nunca vimos ni sentimos nada paranormal, pero de todas formas fue divertido cazar fantasmas y alienígenas. Que yo conozca, Carlos nunca presenció un fenómeno paranormal por lo menos que lo convenciera. Asimismo, de mis conversaciones con él, entiendo que se sentía cómodo con ser agnóstico, a menos que en sus últimos años haya cambiado de postura.

Su amistad fue completa: desde jugar ajedrez todos los sábados (nunca le gané), conversaciones intelectuales de primera y hablar de asuntos íntimos personales. Rara vez uno tiene una amistad fiel e incondicional con todas esas características. Cuando Carlos obtuvo su maestría y luego el doctorado, trató de conseguir un empleo en investigación o docencia en Puerto Rico. Aparte de algún curso esporádico, en Puerto Rico no se le abrieron las puertas. Aparentemente, el tema repelía a muchos rectores. Su norte fue los Estados Unidos, donde recibió innumerables reconocimientos. Asimismo, allí donde conoció a su amada compañera, Nancy Zingrone, quien lo acompañó en muchos de sus viajes intelectuales.

Debatíamos vigorosamente acerca de si hay o no hay vida después de la muerte. Las mediums Piper (investigada por William James y la que llamó el “cuervo blanco”) y Leonard casi nos convencían. Casi… pero no totalmente. Finalmente, desde un principio nuestro interés en médiums de efectos físicos fue uno de los temas que más nos intrigaba y al que dedicamos innumerables lecturas, en especial sobre Eusapia Palladino. De hecho, yo le propuse a Carlos varias veces que escribiera una biografía sobre Eusapia. Posiblemente Carlos hubiese sido el mejor biógrafo de esta mujer tan fascinante. Esa tarea se quedó en el tintero. Carlos, ahora quizás has descubierto la verdad. Si hay un más allá espero que seas una estrella, como lo fuiste acá, y que tu luz me ilumine cuando me toque el turno. Siempre te querré.

* Alfonso Martínez Taboas se graduó con un doctorado en psicología clínica por la Universidad de Puerto Rico. Fue Presidente de la Asociación de Psicología de Puerto Rico (APPR) (2007-2008) y editor de dos revistas psicológicas publicadas la revista Ciencias de la Conducta y la Revista Puertorriqueña de Psicología. Ha publicado más de 250 artículos y capítulos de libros sobre temas relacionados a la disociación, trauma psicológico, hipnosis, evaluación de psicoterapias, trastornos de conversión y sexualidad humana (entre otros). Asimismo, cuenta con once libros, uno de los cuales obtuvo el Premio Pierre Janet Wring por su libro Multiple Personality: An Hispanic Perspective. Por su peritaje en trauma, en el 2013 le confirieron ser Fellow de la International Society for the Study of Trauma and Dissociation. Por 24 años fue Catedrático de la Universidad Albizu. Actualmente se desempeña en la Universidad Interamericana. Desde iniciosd e losaños setenta mostró interés científico en la parapsicología, logrando publicar sobre 12 artículos en diveras revistas parapsicológicas, tales como European Journal of Parapsychology, Journal Society for Psychical Research, Parapsychology Review, entre otras. En el 2012 se le confirió el Premio Una Vida de Logros por la APPR.



Patric Giesler
Patric Giesler
pgiesler@gustavus.edu


Patric Giesler*

Gustavus Adolphus College


Los Primeros Años: El programa de parapsicología

Carlos y yo nos conocimos por primera vez en 1978, en el nuevo Departamento de Estudios de la Conciencia de la Universidad John F. Kennedy (JFKU) en Orinda, California, ubicada en el área de la Bahía de San Francisco. El departamento ofrecía una Maestría en Ciencias (MS) en Psicología de la Conciencia o, como también se la llamaba, “Parapsicología”, desarrollada y subvencionada a través de la Parapsychology Foundation de Nueva York. Fue un programa de formación de posgrado a nivel de maestría muy dinámico y riguroso en investigación cuantitativa y cualitativa en parapsicología e investigación psíquica, que fue organizado, dirigido e impartido por el reconocido psicólogo y parapsicólogo John Palmer, una de las principales figuras en el campode entonces e incluso ahora (ver Duggan, M. [2019] “John Palmer”Psi Encyclopedia. Londres: The Society for Psychical Research).

De izq. a der. Carlos Alvarado, de 25 años, y tres compañeros de posgrado. Yo estoy a la derecha (¡con barba por primera y única vez en mi vida!) y junto a mí está nuestro buen amigo, David Hess. Años más tarde, después del JFKU, Carlos obtuvo una maestría en Historia y un doctorado en Psicología, mientras que tanto David como yo hicimos un doctorado en Antropología y enseñamos en la universidad (JFKU, 1978-1980).
De izq. a der. Carlos Alvarado, de 25 años, y tres compañeros de posgrado. Yo estoy a la derecha (¡con barba por primera y única vez en mi vida!) y junto a mí está nuestro buen amigo, David Hess. Años más tarde, después del JFKU, Carlos obtuvo una maestría en Historia y un doctorado en Psicología, mientras que tanto David como yo hicimos un doctorado en Antropología y enseñamos en la universidad (JFKU, 1978-1980).

Carlos en la parte de atrás, sonriendo de oreja a oreja. Junto a él está Frances, una compatriota puertorriqueña, amiga y compañera de psicología, quien también vino para el programa de posgrado en parapsicología. Los otros son algunos de los 20 estudiantes de posgrado de nuestro grupo (JFKU, 1978-80).
Carlos en la parte de atrás, sonriendo de oreja a oreja. Junto a él está Frances, una compatriota puertorriqueña, amiga y compañera de psicología, quien también vino para el programa de posgrado en parapsicología. Los otros son algunos de los 20 estudiantes de posgrado de nuestro grupo (JFKU, 1978-80).

Sorprendiendo a Carolyn Irwin, una compañera de estudios. A la derecha: Loyd Auerbach, en la puerta, Diane Murray y el Dr. John Palmer en la parte de atrás. Loyd Auerbach dedicó su vida a enseñar y publicar en parapsicología desde los tiempos de la JFKU. A la izquierda: David Hess en la puerta y Frances en la parte inferior izquierda. Carlos está detrás de David, aquí fuera de la vista, ¡pero pegado a la puerta! (JFKU, 1978-1980).
Sorprendiendo a Carolyn Irwin, una compañera de estudios. A la derecha: Loyd Auerbach, en la puerta, Diane Murray y el Dr. John Palmer en la parte de atrás. Loyd Auerbach dedicó su vida a enseñar y publicar en parapsicología desde los tiempos de la JFKU. A la izquierda: David Hess en la puerta y Frances en la parte inferior izquierda. Carlos está detrás de David, aquí fuera de la vista, ¡pero pegado a la puerta! (JFKU, 1978-1980).

De izquierda a derecha: Carolyn Irwin (y su hijo), el Dr. John Palmer, Carlos, quien – como se puede ver – está muy enganchado y ama cada segundo, y David Hess. Cuando el Dr. Palmer dejó JFKU para retornar al laboratorio de J.B. Rhine en la FRNM, nos pidió a Carolyn Irwin y a mí que dirigiéramos y enseñáramos el programa de maestría en JFKU, lo cual hicimos entre 1981 a 1983 (JFKU 1978-1980).
De izquierda a derecha: Carolyn Irwin (y su hijo), el Dr. John Palmer, Carlos, quien – como se puede ver – está muy enganchado y ama cada segundo, y David Hess. Cuando el Dr. Palmer dejó JFKU para retornar al laboratorio de J.B. Rhine en la FRNM, nos pidió a Carolyn Irwin y a mí que dirigiéramos y enseñáramos el programa de maestría en JFKU, lo cual hicimos entre 1981 a 1983 (JFKU 1978-1980).

Una de las conferencias de PA a las que asistimos juntos. Probablemente fue en la Universidad de Tufts, en Boston, circa 1985.
Una de las conferencias de PA a las que asistimos juntos. Probablemente fue en la Universidad de Tufts, en Boston, circa 1985.

Carlos y yo también tuvimos el privilegio de tomar los cursos del programa, impartidos por algunos de los parapsicólogos más importantes en aquel momento. Nuestro contacto con estos importantes investigadores condujo a Carlos y a mí a futuros estudios y trabajo en parapsicología. Entre los profesores visitantes que ofrecían varios de nuestros cursos críticos, además de los que impartía el Dr. John Palmer, se encontraban, por ejemplo, el Dr. Robert L. Morris (Universidad de Edimburgo, donde Carlos más tarde obtuvo su doctorado); el Dr. Stanley Krippner (Saybrook Institute), cuyo interés especial por las religiones y fenómenos mediúmnicos brasileños coincidía con el mío; el Dr. Charles Tart (Universidad de California, en Davis) y la Dra. Gertrude Schmeidler (City University of New York). También hubo talleres y seminarios a cargo de investigadores del famoso laboratorio psi de J.B. Rhine en la Foundation for Research on the Nature of Man (FRNM), la división de investigación del Dr. Ian Stevenson en la Universidad de Virginia (donde tanto Carlos [principalmente] como yo [secundariamente] trabajamos más tarde), e influyentes investigadores y escritores independientes, como D. Scott Rogo (que escribió extensamente sobre la historia de la investigación psíquica, el principal interés de Carlos).

Carlos y yo también nos beneficiamos de nuestro grupo con excelentes estudiantes de posgrado, varios de los cuales continuaron contribuyendo al campo después de la JFKU, publicando en revistas psi y presentando en conferencias de la Parapsychology Association (PA), la Society for Psychical Research (SPR), la Society for Scientific Explorations (SSE) y la Parapsychology Foundation (PF). Varios de nosotros recibimos becas de la PF para nuestros proyectos de investigación de maestría (como lo hice yo con mis estudios de maestría en Brasil y Carlos para su maestría en investigación histórica).


Sintiendo la Conexión con Carlos

Cuando conocí a Carlos en la JFKU, inmediatamente nos llevamos bien en muchos niveles. La conexión latina fue lo primero, ya que él era puertorriqueño y yo era un amante del Brasil “renacido”. Habiendo pasado años trabajando y viviendo en Brasil, hablaba con fluidez el idioma y la cultura, y estaba enamorado de sus diversas formas de espiritismo africano; religiones mediúmnicas derivadas de los amerindios y el catolicismo popular europeo. Pero había mucho más en la conexión que sentía con Carlos, como estoy seguro que todos los que lo han conocido habrán sentido. Reflexionando sobre esa “conexión”, lo que me viene a la mente son tres de los muchos rasgos de personalidad positivos de Carlos. Estos tres rasgos se quedaron conmigo durante los dos años con Carlos en JFKU, cuando lo vi e interactué con él casi a diario, y durante nuestros diversos encuentros académicos durante cuarenta años, desde que terminamos con la JFKU. Permítanme describir cada uno de estos tres rasgos positivos y compartir algunas de mis experiencias con él.

1. El comportamiento alegre de Carlos. Para mí, Carlos era lo que tendría que llamar un ser humano alegre. Era “alegre” en el sentido de que siempre traía alegría y cierta emoción e interés genuino a un encuentro o interacción. En parte, lo hizo a través de su espectacular sentido del humor, su espíritu amante de la diversión social y una cualidad especial en su personalidad que siempre irradiaba camaradería cuando nos encontrábamos. Uno se sentía a gusto de inmediato y en casa con Carlos, y para mí, era como encontrar a un viejo “camarada” o “hermano” que no veías en mucho tiempo. Podrías experimentar esto en muchos lugares o situaciones, y claramente cuando todos los estudiantes de posgrado nos reunimos para tomar una cerveza y discutir sobre psi y también nos divertíamos con todos los relatos asombrosos de experiencias potencialmente paranormales que estábamos estudiando, que muchos de nosotros también podíamos relacionarnos en nuestras propias vidas (Foto 2 abajo).

Lo más emocionante para Carlos fue una serie de fiestas de cumpleaños sorpresa que preparábamos, en las que se tocaba la puerta de un compañero de estudios con el pretexto de que un estudiante venía a visitarnos y estudiar, pero en su lugar, los 20 estudiantes de posgrado y el Dr. John Palmer mostrábamos un: ¡Levántense y griten “Sorpresa!” y tengan un encuentro espontáneo lleno de regalos. A Carlos le encantaba todo esto, sobre todo ese extraño estado que celebrábamos por estar tan sorprendidos por nuestra llegada. ¡Con estas “sorpresas”, Carlos estaba tan feliz como nunca lo había visto!

2. Maestro-colega. Además del “comportamiento alegre” de Carlos, tenía otros dos rasgos entrañables que me impresionaron casi de inmediato cuando lo conocí, en 1978, y que reforzaron ese sentimiento de “conexión” que sentía. Eran rasgos de un verdadero “colega-maestro”; el conocimiento enciclopédico de Carlos y su incansable deseo de ayudar a los demás con sus investigaciones y carreras.

En cuestión de minutos, en una conversación con Carlos, uno podía quedar aturdido por su increíble conocimiento enciclopédico, particularmente los detalles históricos de la investigación psíquica y la parapsicología. Aportó ese tremendo conocimiento en su prolífica producción académica y luego también aplicó ese conocimiento en su incansable deseo de ayudar a otros con sus proyectos de investigación y de conectarlos al campo o establecerse en la investigación psi. Estas son cualidades que lo convirtieron en un maestro-colega. Ciertamente, no puedo olvidar las innumerables veces a lo largo de los años, que Carlos me dio varias referencias de algún modelo teórico que quería seguir o una investigación mediúmnica espiritualista sobre la que quería más detalles. Y en cuanto a ayudarme en mi propia carrera, no puedo olvidar que fue Carlos quien me invitó a unirme a él en la unidad de investigación de Ian Stevenson en la Universidad de Virginia, la “División de Estudios de la Personalidad” (luego “División de Estudios de Percepción”) entre 1985/1986. Carlos había estado investigando allí desde que dejó la JFKU entre 1981/82. De manera que tuve un par de años de trabajo con Carlos y me beneficié innumerables veces cuando aplicaba su vasto conocimiento de la literatura a cualquiera de mis preguntas de investigación en aquel momento.

Estos tres rasgos se conectan, en aquellos tiempos, asi como también cuando nos encontrábamos en la PA y otras conferencias, donde presentamos artículos y hablábamos sobre la investigación de los demás, siempre con nivel alto de camaradería y alegría, como se ejemplifica en la siguiente foto (Foto 5).

Confirmado una y otra vez, que en estos 43 años que nos conocimos, Carlos Alvarado fue mi “alegre compañero” y mi “maestro-colega”.

* Patric Giesler se graduó con un B.A. en Psicología por la Oberlin College (Ohio) y una segunda especialización en Antropología. Luego, después de dedicar tres años a proyectos de desarrollo en Bahía, Brasil, mostró interés por las religiones mediúmnicas brasileñas. Obtuvo una MS en Parapsicología por la Universidad John F. Kennedy, y luego enseñó Parapsicología (1981-1983) e investigación psi en el laboratorio de Parapsicología de J.B. Rhine (en la FRNM) y la división de Stevenson en la Universidad de Virginia. Obtuvo una maestría y doctorado en antropología por la Universidad de Brandeis y durante veinte años a partir de entonces se desempeñó como profesor de Antropología y director de departamento en Gustavus Adolphus College (St. Peter, MN).



Peter Mulacz
Peter Mulacz
peter.mulacz@parapsychologie.info


Peter Mulacz*

Österreichische Gesellschaft Für Parapsychologie Und Grenzbereiche Der Wissenschaften


“Peter, quiero que conozcas a alguien”, me dijo Stephen Braude, allá por 1994, durante la Convención de la Parapsychological Association, “él, como tú, está muy interesado y conoce de historia”. La persona que luego me presentó era Carlos Alvarado, y este fue el punto de partida de una amistad duradera.

Carlos Alvarado, aunque nació en Boston, era puertorriqueño. Estaba casado con Nancy Zingrone y pasó la mayor parte de su vida en los Estados Unidos. En el momento en que nos conocimos, según varias publicaciones, ya tenía una buena reputación en el campo; al año siguiente se convirtió en presidente de la Parapsychological Association (fue nuevamente elegido para este cargo para el período 2002–2003). Tardíamente, en 1997, bajo la tutoría de Robert L. Morris, obtuvo un doctorado en psicología en la Universidad de Edinburgo (lo mismo aplica a Nancy Zingrone), mucho después de haber recibido una licenciatura en psicología de la Universidad de Puerto Rico, una maestría en parapsicología por la Universidad John F. Kennedy y una maestría en historia por la Universidad de Duke. Sus intereses en investigación y también sus publicaciones se centraron principalmente en la historia de la parapsicología, experiencias extracorporales y otras experiencias excepcionales, como ver el aura, sinestesia y hauntings.

Obtuvo un puesto como asistente de investigación con el famoso Ian Stevenson, conocido por décadas de investigación sobre casos de reencarnación en la Universidad de Virginia (1982-1986), y varios puestos como docente, profesor asistente de investigación en Medicina Psiquiátrica en la División de Estudios Perceptuales. Entre 2004 a 2020 fue miembro del equipo de investigación en la Sofía University en Palo Alto, California y entre 2010 a 2013, fue académico residente en la Universidad Atlántica, en Virginia Beach.

En su Puerto Rico natal, enseñó parapsicología en el Centro Caribeño de Estudios Postgraduados (luego Centro Caribeño de Estudios Avanzados, ahora Universidad Carlos Albizu) en San Juan de Puerto Rico (1996-2000) y sirvió en los comités de disertación de la Universidad de Puerto Rico en Rio Piedras (1995-1999). Su compromiso educativo no se limitó a enseñar en el mundo académico; junto con Nancy Zingrone fundó “The AZIRE”, que impartía clases en línea y el canal de Parapsychology Online en YouTube y, como parte de este último, la serie de seminarios web ParaMOOC.

De particular importancia fue su afiliación con la Parapsychology Foundation. De 1999 a 2001, Alvarado fue editor asociado de la International Journal of Parapsychology. Con esta capacidad, jugó un papel decisivo en la publicación del Classic IJP, un CD-ROM que almacenó los diez volúmenes originales de la revista (38 números, 1959-1968) para que esté disponible en formato digital. Desde 2000 a 2008 (ocasionalmente hasta 2014), fue Presidente de los Programas Nacionales e Internacionales de la Parapsychology Foundation, y en 2015 fue nombrado su primer Research Fellow. También formó parte del Comité Editorial de varias otras revistas y formó parte del Comité Asesor de organizaciones como el Rhine Research Center y la Fundación Bial.

Sus numerosas publicaciones se dividen en dos categorías, impresas y electrónicas. En cuanto a esta última, dirigió un blog de parapsicología con noticias, historia, investigación por su cuenta en WordPress [https://carlossalvarado.wordpress.com/] y contribuyó con varios artículos a la Psi Encyclopedia [https://psi-encyclopedia.spr.ac.uk/] Como mencioné antes, uno de sus abordajes fue la historia de la parapsicología. En la Convención de la PA de 2007 en Halifax, Nueva Escocia, Carlos Alvarado y yo decidimos establecer un grupo de discusión en línea centrado en los aspectos históricos de la parapsicología; entonces, establecí un grupo en Yahoo que durante varios años estuvo bastante animado, pero luego, la actividad de los miembros del grupo lentamente disminuyeron hasta extinguirse.

No obstante, después que los grupos de Yahoo quedaron abandonados el año pasado, migré el grupo a los grupos de Google (psi_research_historical@googlegroups.com) pero sin ningún eco. Dentro de la historia de la parapsicología, además de destacadas figuras del mundo anglófono como William James, Carlos Alvarado se centró en personalidades (investigadores y médiums) de países pertenecientes a lenguas romanas, como el francés, el italiano y, por último, y no menos importante, su español nativo. Algunos ejemplos son Theodore Flournoy, Charles Richet (publicó un pequeño libro, Charles Richet: A Nobel Prize Winning Scientist’s Exploration of Psychic Phenomena), y Eusapia Palladino, entre otros. Esto no se limitó a la parapsicología; siempre que lo permita, estaba ansioso por cerrar la brecha entre la parapsicología y el mundo académico. Por ejemplo, en lo que respecta a la investigación histórica sobre la disociación y el inconsciente, eligió la revista History of Psychiatry como el lugar apropiado para publicar los resultados de su investigación. Su doble objetivo fue siempre la información confiable sobre el pasado, e incentivar futuras investigaciones.

Finalmente, sobre las experiencias fuera del cuerpo (EFC). Si bien estas experiencias se relatan desde hace siglos, los estudios experimentales de EFC comenzaron hace menos de cincuenta años con Karlis Osis, Charles Tart, y Alex Tanous. Por otro lado, desde la publicación de libros populares sobre tanatología, la EFC se ha integrado más comúnmente al estudio de la Experiencias Cercanas a la Muerte. En su investigación sobre estos fenómenos, Alvarado no se limitó a mapear las características de la EFC, además, estaba investigando a fondo las secuelas que estos fenómenos tenían en los experimentadores. Cuando Alvarado falleció, dejó una gran cantidad de artículos y entradas de blog. Aquellos que le sobrevivimos, estamos agradecidos por ello y nunca lo olvidaremos como un erudito y un amable colega.

* Es Presidente de la Sociedad Austríaca de Parapsicología y Áreas Fronterizas de la Ciencia y Profesor en la Universidad Sigmund Freud, Viena. Actualmente es Vicepresidente de la Parapsychological Association y Estudios en Biología, Psicología y Filosofía en la Universidad de Viena, en etnoparapsicología durante varias estancias en el extranjero en el Cercano y Medio Oriente y en el norte de África. Su interés actual en parapsicología experimental y teórica, la aplicación de la filosofía de la ciencia a la parapsicología, y en la historia de la parapsicología, más específicamente, enfoques sobre la mediumnidad física, macro-PK y, en particular, el doblaje paranormal de metales.



Lisette Coly
Lisette Coly
president@parapsychology.org


Lisette Coly*

Parapsychology Foundation


Voy a compartir mis pensamientos sobre la devastadora pérdida del erudito, educador, investigador y querido amigo, Carlos S. Alvarado. Seguramente sus contribuciones académicas se documentarán en otro lugar, ya que fue un investigador muy prolífico, por lo que guardaré mi comentario para Carlos, el hombre y miembro respetado de la familia de la Parapsychology Foundation (PF). Como Carlos solía recordarme con orgullo, su asociación con la PF comenzó cuando era adolescente mientras residía en Puerto Rico como suscriptor del Parapsychology Review que editábamos aqui. Mi madre, por entonces presidenta de la PF, Eileen Coly comenzó a ver el progreso de su carrera, asi como también su esposa, Nancy L. Zingrone, como otras tantas personas a las que buscamos apoyar que podrían hacer una contribución a la parapsicología como ciencia. Ciertamente, estuvimos en lo cierto al monitorear el crecimiento profesional de Carlos, ya que superó con creces nuestras expectativas.

Durante su mandato en el staff de la PF, como coordinador de nuestros programas nacionales e internacionales, fue parte integral de la revitalización y reintroducción en nuestro cincuenta aniversario. Como editor de la serie de monografías académicas, así como editor asociado de la International Journal of Parapsychology, Alvarado siempre estuvo disponible para consultar y planificar nuestras directivas, nuestro programa de enseñanza Lyceum y nuestra serie de conferencias Perspectives. Podría seguir sumando otros logros, como trabajar con Nancy en el Bureau de conferencias de Utrecht II, pero permítanme hablar de Carlos.

Cuando pienso en Carlos, pienso en amabilidad –una calidez y una sonrisa inquebrantables. Lo he visto interactuar pacientemente con los estudiantes en la Biblioteca Garrett en todos los niveles junto con el público en general que buscaba información sobre nuestro complejo tema, algunos de quienes estaban realmente desorientados y confundidos acerca de estos fenómenos y de sus propias experiencias. Responder preguntas y hacer accesible el material para todos aquellos que preguntaban, era un regalo para quienes tuvieron la suerte de interactuar con él. La mayoría de los empleados, después de trabajar todo el día, abandonan rápidamente su trabajo; pero en su caso lo encontraba muchas horas después de cerrar revisando los estantes. Tanto era parte de la biblioteca que, entre risas, nos referimos a la Biblioteca Garrett como la biblioteca de Carlos. Creó más de 30 ayudas en línea para la búsqueda de bibliografías temáticas para aquellos usuarios en búsqueda de información sobre diferentes temas. Su entusiasmo por la búsqueda de más información, especialmente de importancia histórica que ha permanecido inactiva en los estantes, era abrumador. Hacer conexiones y conclusiones con esta prodigiosa cantidad de información lo convirtió en un continuo recurso en el que sus colegas y estudiantes llegaron a confiar. Como estaba cerca de su transición, le prometí que me haría cargo de “su” biblioteca.

Alvarado en la Biblioteca de la Parapsychology Foudnation (circa 2004).
Alvarado en la Biblioteca de la Parapsychology Foudnation (circa 2004).

Me resulta muy difícil expresar con palabras, tanto a nivel profesional como personal, lo que Carlos Alvarado significaba para mí, la Parapsychology Foundation y mi propia familia. Su trabajo y su legado duradero serán siempre una parte de nosotros.

* Lisette Coly es actual presidenta de la Parapsychology Foundation (PF) en New York. Es nieta de su fundadora, Eileen J. Garrett. Coly ha actuado como Coordinadora de Conferencias Internacionales y ha editado muchas de las publicaciones de la PF, incluida la serie de Actas de Conferencias Internacionales que se publicó entre 1970 a 1990. Bajo su administración, se iniciaron la Parapsychology Foundation Lyceum, el PF International Affiliate Program, Psychic Explorers Club, and the Student Affiliate Program, así como varios de los programas de subvención. Más recientemente ha ampliado su presencia en línea a través de su canal de YouTube y en las redes sociales. Coly ha encabezado el rejuvenecimiento de la Biblioteca Eileen J. Garrett y el rediseño de sus sitios web.



Stanley Krippner
Stanley Krippner
sckrippner@gmail.com


Stanley Krippner*

California Institute for Integral Studies


El fallecimiento de Carlos Alvarado es una enorme pérdida para nuestro campo. No puedo pensar en en ningun otro que haya tenido un conocimiento tan profundo de la historia de la investigación psíquica, especialmente de los autores europeos de los siglos XIX y XX. Durante muchas décadas, también he estado dictando seminarios y asistiendo a conferencias en Puerto Rico, y algunos de nuestros encuentros tuvieron lugar en San Juan.

A lo largo de los años, realizó entrevistas con parapsicólogos contemporáneos, obteniendo información en profundidad sobre sus trabajos que no había visto en otras fuentes. Lo mismo ocurrió con sus ensayos históricos. Tenía una inclinación por la precisión que no lo distraía de su escritura articulada que era indefectiblemente comprensible. Junto a su esposa, Nancy Zingrone, eran un equipo extraordinario, cada uno haciendo sus propias contribuciones únicas al campo. Recuerdo que durante los días de su noviazgo, los presenté por error como marido y mujer ¡y él todavía no me había declarado oficialmente! Por supuesto yo estaba avergonzado, pero luego pasé mi error como una precognición...

Tanto Carlos como Nancy tenían un delicioso sentido del humor, lo que hizo de su compañía un regalo especial. Para mí, uno de sus dones más especiales fue señalar cómo la investigación psíquica contribuyó al desarrollo de la psicología y la psiquiatría, una historia que domina las historias de esos campos a menudo se esconden o se descuidan. Los artículos, ensayos y capítulos de libros de Carlos son un legado prácticamente inigualable. Lamento su fallecimiento, pero también celebro una vida bien vivida.

* Stanley Krippner ha ocupado cargos docentes en la Universidad de Akamai, la Universidad de Fordham, la Universidad Estatal de Kent, la Universidad de Nueva York, la Universidad Saybrook, la Universidad de Sofía y el Instituto de Estudios Integrales de California. Ha recibido premios a la trayectoria de la Parapsychological Association, la Asociación Internacional para el Estudio de los Sueños y la Sociedad de Psicología Humanista. Krippner es miembro de la American Psychological Association, que le otorgó su Premio 2002 por Contribuciones al Desarrollo Internacional de la Psicología. Es coautor del galardonado libro Personal Mythology y coeditor del Varieties of Anomalous Experience, y ha publicado más de mil artículos revisados por pares.

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      Noticias

PROGRAMA EDUCATIVO: ORIENTACIÓN PSICOESPIRITUAL INTEGRAL 2021

El programa aborda modelos teóricos y aplicaciones de las prácticas espirituales a la orientación y la salud mental, proporciona herramientas útiles para los profesionales de la salud y la orientación, counseling y otras prácticas alternativas, complementarias e integradoras. El propósito básico es servir con una guía para evaluar la experiencia espiritual/religiosa y ayudar a distinguirla de diversos indicadores de perturbación mental. La espiritualidad es un campo inexplorado en psicología y en disciplinas de la salud mental, de modo que un objetivo nuclear será clarificar sus límites, ayudar a identificar y explicar tales experiencias en el contexto de las ciencias sociales. Algunos de los temas a abordar serán la espiritualidad en la consulta u orientación, la espiritualidad como un proceso de cambio, espiritualidad “negativa”, afrontamiento religioso espiritual en el duelo, la integración de la religión y la espiritualidad en la psicoterapia, experiencias espirituales en sueños, herramientas psicoespirituales: meditación/oración, respiración holotrópica, terapia de vidas pasadas, psicotrópicos y enteógenos, mindfullness & salud mental, encuentros espirituales, y experiencias de presencia espiritual. El programa estará a cargo de Prof. Dr. Alejandro Parra los días Sábados de 11 a 17hs., desde el 14 de Agosto hasta el 4 de Diciembre. Más información en http://www.alipsi.com.ar/orientacion-psicoespiritual-integral/


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      Revistas recibidas
TIT Vol.32, No. 1, 2018.
Query: La Scienza Indaga i Misteri. Vol.12, No.46, 2021.
Australian Journal of Parapsychology. Vol.20, No.1, Junio 2020.
The AIPR News. Vol.14, No.2, Septiembre 2020.
Parapsykologi: Forskning och Nyheter. No.101, Marzo 2020.
Parapsykologi: Forskning och Nyheter. No.108, Septiembre 2020.
Skeptical Inquirer. Vol.45, No.4, Enero-Febrero 2021.
The Paranormal Review. No.94, 2020.
Mindfield: The Bulletin of the Parapsychological Association. Vol. 13, No. 1, 2021.
Edge Science. No. 45, 2021.
Edge Science. No. 46, 2021.
Australian Journal of Parapsychology. Vol. 20, No.2, Diciembre 2020.
Australian Journal of Parapsychology. Vol. 21, No.1, Junio 2021.
Journal of the Society for Psychical Research. Vol. 85, No. 1, Enero 2021.
Journal of the Society for Psychical Research. Vol. 85, No. 2, April 2021.
Zeitschrift für Anomalistik. Vol. 21, No. 1, 2021.
Journal of Scientific Exploration.Vol.35, No.3, 2021.
Edge Science. No. 47, 2021.



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E-BOLETÍN PSI. Vol.16, No.3, Septiembre 2021
Publicación Oficial del INSTITUTO DE PSICOLOGIA PARANORMAL (IPP), Asoc. Civil.
Reconocido con Personería Jurídica Resolución No. 1167/04 de fecha 17 de Septiembre de 2004.

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E-Boletín Psi ® aparece tres veces por año (Enero, Mayo y Septiembre) y su distribución es gratuita. Las fechas límite para presentar artículos breves, libros para revisar, eventos de próxima organización, y noticias serán el 2 de Diciembre (Enero), 2 de Abril (Mayo) y 2 de Agosto (Septiembre) correspondiente a cada número.

Toda correspondencia debe ser dirigida directamente a su Editor Alejandro Parra. (rapp_ale@fibertel.com.ar)

STAFF

Editor
Alejandro Parra

Compaginación & Diseño
Sergio Matteucci

Legal y Contable
Estudio Landini & Asociados

Comentario de Libros
Jorge Villanueva

Colaboran en este número
Alberto Alvarado, Carlos Alvarado, Lisette Coly, Patric Giesler, Stanley Krippner, Alfonso Martínez-Taboas, Peter Mulacz, Alejandro Parra y Nancy L. Zingrone.


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